La explosión reventó los cristales de varios autobuses aparcados en las cercanías - NDTV.com
La roca cayó el sábado en el campus de una universidad privada del sur de la India provocando una gran explosión
Las autoridades de Tamil Ladu, un estado del sur de la India que cuenta con 70 millones de habitantes, aseguran que un meteorito cayó el sábado en el campus de una universidad privada del distrito de Vellore, provocando una explosión que acabó con la vida de una persona. Si los investigadores confirman que, en efecto, la explosión se debió a un meteorito, estaríamos ante la primera víctima mortal documentada y atribuible directamente al impacto de una roca espacial.
Según los portavoces locales, el fallecido era un conductor de autobús que el sábado paseaba tranquilamente por el campus universitario de la Escuela de Ingeniería Bharathidasan, a pocos km. de la localidad de Natrampalli, cuando el meteorito cayó muy cerca de él, reventando los cristales de los vehículos y edificios de alrededor y causándole la muerte, así como heridas a otras tres personas. La explosión dejó un cráter en el suelo, y aunque en un principio se pensó que era una bomba, los expertos forenses no pudieron encontrar rastro alguno de explosivos.
El domingo, varios periódicos indios, incluyendo a NDTV, informaban de que el jefe del gobierno de Tamil Landu, J Jayalalithaa, emitió un comunicado confirmando la muerte: "Ayer ocurrió un accidente, cuando un meteorito cayó en el campus de una universidad privada de ingeniería en el pueblo de K Pantharappalli del distrito de Vellore". El primer ministro anunció una indemnización de 100.000 rupias para la familia del fallecido y 25.000 para cada uno de los otros tres heridos. "He ordenado -afirma también en su comunicado- que los responsables de la administración y el hospital de Vellore les proporcionen los mejores tratamientos y cuidados".
Hasta el momento, no existía ni una sola muerte confirmada en todo el mundo como consecuencia de la caída de un meteorito, a pesar de que se han dado casos de rocas espaciales que han agujereado tejados de coches y viviendas y herido a sus ocupantes. La lista completa de los casos más interesantes de pequeños impactos de meteoritos es laInternational Comet Quarterly, elaborada por la Universidad de Harvard. En ella, se reportan cabezas de ganado y caballos muertos por el impacto de meteoritos, pero nunca personas. Ni siquiera el 14 de julio de 1847, cuando en la localidad bohemia de Braunau un meteorito de hierro de 17 Kg atravesó el tejado de una casa y cayó junsto en el cuarto en el que jugaban tres niños, dejándoles cubiertos de ceniza pero sin una sola herida...
Buenas noches amigos y amigas interestelares! Tenemos una noche hermosa en la ciudad de Buenos Aires, y vamos a recordar junto a ustedes a los astronautas de una de las misiones que marcó la historia en la exploración espacial; en especial al programa Apollo que ya muchos de ustedes conocen.
Tenemos para contarles hoy sobre la misión Apollo 1, ya que hoy es una fecha especial para recordar, en honor a los astronautas que han perdido sus vidas en la tragedia que ocurrió en aquel 27 de Enero de 1967.
Esta tragedia ocurrió en la plataforma de lanzamiento durante una prueba de pre-lanzamiento del Apollo 204 (AS-204) –como se llamaba la misión antes de ser renombrada Apollo 1-; la cual estaba prevista para lanzarse el 21 de Febrero de ese año. Iba a ser la primera misión tripulada del programa. En este accidente perdieron la vida tres astronautas: Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee; cuando ocurrió un incendio inesperado en el módulo de comando (command module o CM).
- La investigación del hecho junto al extenso trabajo sobre los módulos de comando del programa Apollo, postergaron las misiones tripuladas.
Les dejamos la imagen de la insignia de la misión, agradeciendo por supuesto a la NASA, que como verán tiene los apellidos de los astronautas que la integraban.
Este jueves 28 de Enero se cumplen treinta años de un accidente que hizo que la NASA se replantease la seguridad de las misiones espaciales y que le costó la vida a siete astronauta
Alas 11.39 de la mañana del 28 de enero de 1986 el mundo se paralizó conmocionado. Solo 73 segundos después de despegar en el Centro Espacial Kennedy en Florida, el Challenger estallaba en el aire y se desintegraba con sus siete tripulantes a bordo a causa de un fallo en uno de los cohetes propulsores. Los técnicos de la NASA, los familiares de las víctimas y los espectadores que seguían la partida del trasbordador desde Cabo Cañaveral o a través de las pantallas de televisión no podían dar crédito a lo que veían. Era la primera vez que Estados Unidos sufría un accidente mortal en un vuelo al espacio.
Este jueves se cumplen treinta años de una tragedia que hizo replantearse los métodos de preparación de las misiones espaciales y que aún hoy está muy presente en el día a día de astronautas e ingenieros. «La NASA cambió en muchos aspectos, incluyendo procesos de gestión más sólidos con una mayor supervisión y más posibilidades para las evaluaciones independientes», señala a ABC Allard Beutel, portavoz de la agencia espacial.
«En la NASA, tanto funcionarios como contratistas nos recordamos constantemente que debemos permanecer vigilantes -agrega-, de manera que nuestros astronautas puedan llevar a cabo sus misiones de forma segura». El Challenger fue el segundo aparato del programa de trasbordadores en alcanzar el espacio en 1983 y aquel fatídico 28 de enero de 1986 se disponía a cumplir su décima misión. Entre sus tareas se incluía la recogida de datos del espectro ultravioleta del cometa Halley en su aproximación al Sol, pero la principal novedad era la participación entre sus tripulantes de Christa McAuliffe, de 37 años, profesora de un instituto de New Hampshire.
Era la primera vez que se incorporaba a una misión espacial un ciudadano particular e iba a realizar experimentos relacionados con cuestiones como las leyes de Newton, la microgravedad o el magnetismo, que se filmarían para emplearlos como material didáctico. La participación de McAuliffe había atraído precisamente una especial atención por parte de los medios de comunicación y de la sociedad hacia la misión y de ahí que la tragedia en que concluyó causó un mayor impacto.
Un país en estado de shock
A las cinco de la tarde, el presidente Ronald Reagan, que ese día tenía prevista su intervención para informar del estado de la nación, se dirigió por televisión a unos estadounidenses en estado de shock. «Nos hemos llegado a acostumbrar a la idea del espacio, pero quizás olvidamos que solo acabamos de empezar. Somos aún unos pioneros», reconocía Reagan, que, sin embargo, añadía que aquello no significaba el fin de la exploración espacial. «Habrá más vuelos de trasbordadores y más tripulaciones y, sí, más voluntarios, más civiles y más profesores en el espacio».
Una comisión presidencial señaló una serie de recomendaciones para evitar nuevos accidentes, que la NASA implementó. Sin embargo, la tragedia volvería a golpear los corazones de los norteamericanos años después, en 2003, con el desastre del Columbia, en el que murieron otros siete tripulantes. (Accidente del Columbia en imágenes).
La NASA recordará hoy a las víctimas de los accidentes del Challenger y el Columbia, así como a las tres del Apolo 1, en un acto en el Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia. «Hoy, su legado sigue vivo cuando la Estación Espacial Internacional cumple su promesa como símbolo de esperanza para el mundo y como trampolín del próximo paso de gigante en la exploración», señala Allard Beutel, quien concluye: «Les rendimos homenaje al hacer realidad los sueños de un mañana mejor y aprovechando los frutos de la exploración para mejorar la vida de la gente en cualquier sitio».
Fue uno de los peores accidentes en la historia de la astronáutica. Sus efectos todavía influyen en las decisiones de las agencias espaciales.
Hoy hace 30 años que el transbordador espacial Challenger despegó de la base de Cabo Cañaveral en Florida.
Setenta y tres segundos más tarde la lanzadera espacial de la NASA explotó en el aire con sus siete tripulantes a bordo.
DD “Trabaja de periodista en Guyana, como especialista espacial para un programa de la cadena pública RFÔ. Ese día yo estaba cubriendo una noticia en un río, en la selva. Recibí la información a través de los militares la Legión. Me dijeron que llamase urgentemente a la redacción porque había ocurrido un accidente espacial grave.
Entonces no había teléfonos móviles como ahora. Eran otros tiempos”.
LB “El 28 de enero de 1986 yo era un ingeniero novato recién entrado en la NASA. Mi misión era recopilar y analizar los diseños de los vehículos espaciales legendarios como Mercurio, Géminis y Apolo. Yo formaba parte del equipo que, en los primeros días del programa de la lanzadera espacial , se encargó de diseñar la próxima generación de vehículos espaciales.
Como ingeniero era consciente de la gran responsabilidad de nuestro trabajo, así como de las vidas que dependen de nuestras decisiones. El momento de la explosión me produjo una gran conmoción.
En la NASA todos tenemos un gran sentido del trabajo en equipo porque sabemos que el éxito y la vida de nuestros compañeros dependen el uno del otro “.
Footage of the disaster. Blast-off from 7m 18s
¿Cómo le impactó?
DD“Un sentimiento de tristeza inmenso, porque todos admiramos y todavía lo hacemos el trabajo y logros de los astronautas de la NASA en el espacio.
“El desastre puso fin al entusiasmo, tal vez un entusiasmo ciego, y recordó a todos que la seguridad en el espacio es crucial, por encima de cualquier problema técnico.T
“Había habido una helada en Florida, lo que es muy inusual, y la consecuencia fue el trágico accidente.”
LB“Para mí no era extraño que un familiar se te muera antes de tiempo, de una manera trágica, en un accidente. Por tanto, entiendo lo que eso tuvo que suponer para los familiares de los astronautas que viajaban a bordo, al igual que los niños que lo estaban viendo. Me alegro de que hoy pueda seguir colaborando en el legado de la tripulación, ayudando a sus familiares.”
¿Cómo afectó ese desastre a la exploración espacial en aquel momento?
DD“ Fue un shock para todos. En ese momento la NASA pensaba que podían enviar una lanzadera espacial cada mes. El desastre hizo que todos se dieran cuenta de que el transporte de astronautas al espacio no es algo que se deba dar por sentado.
También hizo que los ingenieros espaciales comprendiesen que no era una gran lanzar satélites y astronautas a al mismo tiempo y de forma sistemática.
Tras el accidente del Challenger no se envían astronautas a menos que sea completamente necesario”.
Las víctimas del desastre. NASA
Cuando ocurrió el accidente no había Estación Espacial Internacional, ni viajes a la Luna, los astronautas se mantenían en órbita durante un tiempo y luego regresaban a casa. Las misiones estaban encaminadas a poner satélites en órbita como para sacarlos de ella.
LB“la tripulación y todas las personas que trabajaron en la misión 51-L del Challenger dedicaron su vida a la exploración en beneficio de la humanidad y en concreto, sirvieron de pioneros al esfuerzo global para inspirar a las futuras generaciones en STEM (Ciencia, Tecnología , Ingeniería, Matemáticas) estudios y carreras que luego les convertirán en científicos.
“Hoy, 30 años después, hemos atraído el interés de 4,5 millones de niños, gracias a la participación de los estudiantes de los 40 Centros de Challenger presentes en 27 estados y cuatro países. Cada día somos testigos de la transformación interior de estos jóvenes que tomarán el timón en el futuro. Aquí se les estimula para que puedan continuar por ese camino. En la actualidad contamos con viejos alumnos que hoy tienen un papel destacado en la investigación espacial”
¿Cómo reaccionó el público al desastre del Challenger?
DD“El accidente del Challenger fue realmente un shock porque ocurrió en directo en televisión”.
La NASA lo convirtió en una gran operación de relaciones públicas. Habían invitado a bordo a Christa McAuliffe, una profesora de 36 años. Era la primera vez que se subía un ‘pasajero’, una persona sin el título astronauta que se ponía en órbita. Tenía previsto dar lecciones desde el espacio. Hubo un fuerte despliegue mediático entorno a esto, para mostrar al mundo lo bonito que era el espacio’.
Hubo incluso quien utilizó el evento para hacer publicidad del día de antes del lanzamiento. La aseguradora que había cubierto el seguro de vida de Christa McAuliffe. Evidentemente, esto les pasó factura al día siguiente.
“La anécdota muestra el estado de ánimo antes de su puesta en marcha y lo inesperado del trágico desenlace.
En ese momento había una cierta “euforia” en torno a la exploración espacial, todo parecía ir sobre ruedas. El accidente del Challenger puso las cosas en su sitio y dio una visión más realista: la exploración espacial es siempre una aventura peligrosa. Que siempre asumimos riesgos cuando dejamos la gravedad terrestre para ir al espacio”.
¿Y cuales fueron las implicaciones a largo plazo para la exploración espacial?
DD“La comunidad espacial tuvo que revisar toda su estrategia después del Challenger.
Nos dimos cuenta de las “misiones de rutina” no existen. En este caso el fallo se debió a un pequeño problema, casi invisible en una junta del propulsor derecho. Hubo heladas en Florida la noche anterior al lanzamiento.
Mostró las ventajas de un programa como el Ariane de la Agencia Espacial Internacional, más barato y sin tripulación a bordo.
Aunque Ariane tampoco se benefició de la tragedia porque tuvo un fallo muy poco tiempo después. (El accidente del Ariane V-18 que perdió un satélite Intelsat).
Cuando lo miramos en perspectiva nos damos cuenta de que la NASA cometió un error poniendo todos sus esfuerzos en el programa de transbordadores. En Europa comenzamos a imaginar un sistema de lanzaderas pero lo abandonamos en los años 90, qiuizás en parte como consecuencia del Challenger, nos dimos cuenta que usar cápsulas espaciales era más barato y seguro.
Hoy los estadounidenses utilizan un sistema de cápsulas, el Soyuz ruso y están desarrollando su propio sistema de cápsulas, Orión. Se han dado cuenta de que es el modo más seguro de subir allí arriba. Menos cómodo, pero más seguro.
En aquel momento los transbordadores quedaron prácticamente paralizados y se revisó su uso. Sólo se utilizaban en misiones que no pueden llevarse a cabo sin astronautas a bordo.
El problema del Ariane, después del Challenger, se debió a una caída de presión en una bomba, fácil de detectar. En la ciencia espacial nunca conseguimos trabajar “en serie”, siempre hay una parte de riesgo.
Un día como hoy ocurrió la desintegración en la atmósfera del transbordador espacial Columbia a la vuelta de la misión STS-107, en la que perecieron sus siete tripulantes. La causa inmediata del accidente fue un hueco en el borde de ataque –el borde delantero– del ala izquierda de la nave, hueco por el que se coló aire a varios miles de grados de temperatura dentro del ala, destruyendo esta, lo que a su vez provocó que el Columbia comenzara a dar tumbos.
A mucha menos altura y velocidad, en un avión dotado de asientos eyectables, perder un ala podría haber sido un accidente al que la tripulación hubiera sobrevivido.
La tripulación de la misión STS-107. De izquierda a derecha: Brown,Husband, Clark, Chawla, Anderson,McCool y Ramon A la altura y velocidad a la que iba el Columbia, no tuvieron ninguna oportunidad aunque la nave hubiera incorporado este tipo de asientos; de hecho, tras analizar los datos disponibles, la comisión de investigación llegó a la conclusión de que no tuvieron ni tiempo de reaccionar antes de quedar inconscientes a causa de la violencia de la desintegración de la nave. En un informe de la NASA sobre el accidente de 2003 se reveló que la tripulación supo que iba a morir tan solo 40 segundos antes de que el transbordador se desintegrara.
El hueco del ala a su vez fue causado por el impacto de un fragmento de la espuma de protección del tanque de combustible que se desprendió durante el despegue unos 82 segundos después del lanzamiento.
Los desastres del Columbia, del Challenger, y del Apolo 1 son un recordatorio de que la exploración espacial, aunque nos parezca algo cada vez más cotidiano, no está exenta de riesgos.
Especialista de misión Kalpana Chawla: una ingeniera aeroespacial nacida en India en su segunda misión espacial.
Especialista de misión David M. Brown: un capitán de la Marina de Estados Unidos entrenado como aviador y cirujano de vuelo. Brown trabajó en experimentos científicos.
Especialista de misión Laurel Blair Salton Clark: una capitán de la Marina de Estados Unidos y cirujana de vuelo. Clark trabajó en experimentos biológicos.
28 de Enero 1986 Setenta y tres segundos después del despegue, la lanzadera espacial estadounidense Challenger estalló en pleno vuelo, provocando la muerte de sus siete tripulantes. Esa fue la peor catástrofe de la astronáutica estadounidense hasta el momento. Hace 29 años se produjo el suceso más grave de la historia de la cosmonáutica: el accidente del Challenger acababa con la vida de sus siete tripulantes en apenas unos segundos.
A 73 segundos desde su lanzamiento, el cohete literalmente se desintegrócon todo lo que llevaba. Esto incluye a sus siete valientes tripulantes. 29 años después, el accidente del Challenger todavía nos recuerda los peligros de la exploración espacial.
Desintegración del Challenger. La nube que se aprecia es principalmente vapor de agua
Pero también las esperanzas. La muerte de los astronautas se cuenta como el accidente más grave de la carrera cosmonáutica. Casi tres décadas después, el caso ha sido investigado desde numerosos puntos de vista y ya se da más que por cerrado.
Sin embargo, el recuerdo todavía está ahí. Siete tripulantes cuyos nombres eran Francis Scobee, Michael J. Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa McAuliffe perdieron la vida ese día por algo tan pequeño como una junta tórica.
O por no tener un plan de emergencias adecuado. O por sobrepresionar los sistemas. En realidad ya no importa.
Lo que sí es importante ahora es que debido a la tragedia, hoy día contamos con cada vez más y mejores medidas para asegurar el bienestar de nuestros astronautas.
Cada mujer y hombre que pisa los centros de entrenamiento de las agencias espaciales; cada persona que tiene a bien subirse alguna vez en una nave espacial; cada uno de los seres humanos que se atreve a desafiar las leyes de la física para tocar el espacio, es un héroe (o heroína).
Hace 29 años, estos siete héroes perdieron la vida en un horrible accidente. Pero su ejemplo ha de ir mucho más allá de la desgracia. El accidente del Challenger y las comisiones posteriores permitieron una mejora sustancial en la carrera espacial. Su sacrificio salvará la vida de muchos otros seres humanos en la búsqueda de las estrellas.
El accidente del Challenger
Todavía hoy día, a pesar de los informes, las investigaciones y las noches sin dormir, muchos se preguntan. ¿Cómo pudo ocurrir? Ciertamente, el accidente del Challenger cambió a la NASA por completo.
Volviendo a lo ocurrido, en la mañana del 28 de enero de 1986, poco después del lanzamiento del cohete se detectó una anomalía en forma de nube oscura, producida por el escape de varios gases durante el proceso conocido como extrusión, debido a la sobrepresión de la ignición. Aunque la explicación no es ni mucho menos sencilla, esto es, grosso modo, lo que ocurrió.
El proceso era conocido y podía corregirse gracias a la deformación de una pequeña pieza, la junta tórica, de plástico, la cual por el calor sellaba el escape. Los informes posteriores explican cómo el frío endureció dicha junta, la cual no pudo sellar el escape.
Esta sería la principal razón que provocó la amalgama de sucesos que llevaron al cohete a desintegrarse.
El cohete, realmente, no explotó. Se desintegró ante las monstruosas fuerzas aerodinámicas a las que estaba sometido. La nube que se aprecia en las imágenes sería, en realidad, vapor de agua procedente de la reacción del oxígeno y el hidrógeno. Según las evidencias posteriores, al menos algunos de los tripulantes habría sobrevivido al momento de la desintegración, pero no pudieron hacerlo al terrible impacto del transbordador contra el mar a 333km/h. El informe posterior señaló muchos otros problemas. Un brazo que no se desacopló correctamente, una junta tórica secundaria deformada por la sobrepresión, un empuje del 104% con respecto a su máximo nominal... eso sin contar con algunos aspectos meteorológicos que convergieron en la catástrofe.
Un futuro mejor
El accidente del Challenger puso de manifiesto varias cosas. Una de las más importantes fue el exceso de confianza en las capacidades técnicas de la agencia. Otra, la importancia de la dejadez. Por último, y muy importante, el situar apropiadamente el estado de conocimiento en el que se encontraba la NASA y sus asociados sobre la técnica. Hay quién afirma que este accidente fue un antes y un después en la madurez de la carrera espacial. Con la tragedia llegó una crisis de responsabilidad en la agencia.
Pero también Hoy día, la NASA todavía recuerda la memoria de los tripulantes con un minuto de silenciola apertura de algunos debates ya viejos, como sí el transbordador debería llevar un módulo de escape, y de otros nuevos.
Actualmente, los conocimientos obtenidos a partir del accidente del Challenger han sido empleados para mejorar tanto los elementos técnicos como los protocolos y directrices utilizados. Cada día que pasa, nuestros astronautas viajan de manera más segura al espacio. Ahora somos más conscientes de que salir de nuestro planeta, este hogar que llamamos tierra, es difícil y muy peligroso. Pero estos héroes nos ayudan a pavimentar un camino que será cada vez más sencillo y común. Hoy día, la NASA todavía ofrece unos minutos de silencio en memoria de los tripulantes fallecidos de la Challenger. Y nosotros también.
Momento de la explosión de la SpaceShip Two de Virgin Galactic. REUTERS/Kenneth Brown
En el accidente murió el copiloto y el piloto resultó herido grave
Más de 800 personas han reservado para viajara en la nave espacial
Entre ellos, Ashton Kuchner, Angelina Jolie, Brad Pitt o Tom Hanks
La empresa Virgin Galactic investigará los fallos que provocaron el viernes el accidente de su nave espacial SpaceShiftTwo, que explotó en un vuelo de prueba, ha afirmado este sábado el millonario británico Richard Branson, presidente del Grupo Virgin.
"Estamos dispuestos a investigar qué falló y trabajamos con las autoridades para obtener esa información", dijo Branson en una rueda de prensa en las instalaciones en Mojave (California, EEUU) de la Virgin Galactic, que busca ofrecer vuelos comerciales al espacio.
Fotografía de archivo de la nave Space Shift de Virgin Galactic, fechada en octubre de 2010. EFE
El magnate subrayó que todavía "es muy pronto para dar cualquier detalle sobre la investigación".
"Es un momento muy duro para quienes trabajan en Virgin Galactic", señaló Branson sobre el siniestro, que causó la muerte del copiloto e hirió de gravedad al piloto.
"Vamos a aprender de lo que falló para descubrir cómo podemos mejorar la seguridad", insistió el máximo responsable del Grupo Virgin.
"Siempre -explicó- supimos que es un proyecto difícil. Hemos llevado a cabo un exhaustivo programa de pruebas durante muchos años, y la seguridad ha sido siempre nuestra prioridad número uno".
Richard Branson, fundador de Virgin y de Virgin Galactic, con un modelo de su nave espacial, en una imagen de 2008. AFP
"Éste -insistió- es el mayor programa de pruebas que se realiza en la historia de la aviación comercial, precisamente para garantizar que esto no le ocurrirá jamás al público".
Branson se declaró "dispuesto a aprender" de los errores para "garantizar que continúa el sueño" de llevar pasajeros al espacio. "Entendemos los riesgos que existen y no vamos a seguir adelante a ciegas", agregó el multimillonario.
Richard Branson esperaba convertirse en el primer pasajero de un vuelo comercial al espacio el próximo año.
Además de él, más de 800 personas han pagado o hecho reservas para viajar eventualmente a bordo de la nave espacial, desde la que los pasajeros podrán observar la Tierra con el vacío oscuro del espacio como telón de fondo y vivir unos minutos de ingravidez.
En esa lista de interesados, figura el actor estadounidense Ashton Kuchner, que abonó 200.000 dólares por el billete que le llevará a la frontera entre la Tierra y el espacio exterior, desde donde se podrá ver la curvatura del planeta.
Tom Hanks, Angelina Jolie, Brad Pitt y Kate Perry son otros de los famosos que han adquirido su billete al espacio con Virgin Galactic.
La aeronave que explotó este viernes, cuyos restos se esparcieron sobre el desierto de Mojave, se basa en el prototipo SpaceShipOne, que ganó hace diez años el premio Ansari X Prize, dotado con 10 millones de dólares, por ser la primera nave tripulada privada en volar al espacio.
La humanidad ha alcanzado logros increíbles en la conquista del espacio, pero no siempre se recuerda que la historia del hombre en el espacio ha sido escrita con sangre, pues desde el primer vuelo han fallecido más de 20 astronautas y cosmonautas.
A continuación le presentamos la lista de las peores catástrofes de la historia en el espacio confeccionada por el portal Spacecom y ampliada por nosotros.
1. Laika, primer ser en el espacioEl primer ser vivo enviado al espacio exterior fue la perrita Laika, que fue lanzada a bordo de la nave soviética Sputnik-2 el 3 de noviembre de 1957. La nave no disponía de sistema de regreso a Tierra, por lo que estaba condenada a morir en el espacio.
RIA Novosti La perrita murió transcurridas 5-7 horas del despegue debido al estrés y al sobrecalentamiento, tal vez ocasionado por un desperfecto en el sistema de control térmico de la nave. Pese a todo, la experiencia demostró que un organismo puede sobrevivir a su puesta en órbita y soportar condiciones de ingravidez.
2. Vladímir Komarov, primer 'caído' en el cosmosLa primera catástrofe fatal de un vuelo tripulado en la historia de la carrera espacial le costó la vida al cosmonauta Vladímir Mijáilovich Komarov, que el 23 de abril de 1967 se embarcó en una polémica misión como único tripulante a bordo de la nave espacial rusa Soyuz 1. El cosmonauta sabía que la nave presentaba numerosos problemas técnicos, pero igualmente emprendió la misión.
RIA Novosti
Como era de esperar, la nave falló inmediatamente después de alcanzar la órbita: no solo no se desplegó uno de los paneles solares, sino que se rompió el sistema de orientación. Komarov hizo lo imposible, consiguiendo llevar a la nave hasta una trayectoria de aterrizaje, pero cuando se encontraba a una altura de siete kilómetros ambos paracaídas fallaron y la nave impactó contra la tierra. Los investigadores encontraron los huesos calcinados dentro de la cápsula.
3. Incendio en la cápsula Apolo 1La historia de la misión lunar estadounidense Apolo comenzó con una tragedia. El 27 de enero de 1967, un mes antes del lanzamiento previsto, en la cápsula se desató un incendio durante una simulación de lanzamiento que se cobró la vida de los astronautas Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee.
nasa.gov
Un cortocircuito en un cable mal aislado provocó un incendio explosivo que se extendió muy rápidamente, y mató a los astronautas por asfixia en tan solo 17 segundos. "¡Fuego en la cabina!", fueron sus últimas palabras. La falta de un sistema de escape de emergencia en la escotilla de la cápsula contribuyó en parte a la tragedia, mientras que la tripulación terrestre se demoró cinco minutos en abrir la cápsula. Tras la investigación del accidente se encontraron numerosos fallos de seguridad, por lo que la NASA tuvo que hacer drásticos cambios en el diseño de la nave Apolo antes de poder garantizar su uso para misiones tripuladas.
4. Accidente del avión cohete X-15
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Otra misión relacionada con la Apolo se llevó la vida del astronauta Michael Adams, que se estrelló en el avión cohete X-15 el 15 de noviembre de 1967 durante un entrenamiento. Adams alcanzó una altura máxima para tal tipo de vuelo (80,5 kilómetros), pero el avión no pudo aguantar la presión cada vez mayor y se estrelló.
5. Soyuz 11: asfixia en el camino de vuelta
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El 6 de junio de 1971 fue lanzada la Soyuz 11, tripulada por Georgui Dobrovolski, Viktor Patsayev y Vladislav Vólkov. La nave espacial se acopló a la estación orbital Salyut, se mantuvo operativa durante 23 días en órbita y luego emprendió su viaje de regreso a la Tierra. El 30 de junio la cápsula aterrizó con éxito en Kazajistán, pero los cosmonautas fueron encontrados sin vida. La investigación sacó a relucir que la tripulación -que carecía de trajes espaciales- había fallecido asfixiada debido a un escape de aire en la cápsula.
6. Transbordador espacial ChallengerEl transbordador Challenger, operativo desde 1983, había cumplido 9 vuelos con éxito cuando el 28 de enero de 1986 se disponía a emprender el décimo. Transcurridos 73 segundos desde su despegue el transbordador estalló ante la mirada aterrada e incrédula de los testigos.
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Hubo quien incluso comenzó a aplaudir, pensando que se trataba de una desconexión planificada de los aceleradores. La cabina resultó intacta y cayó al océano. Al menos tres de sus ocupantes permanecieron conscientes tras la explosión, y el resto perdió el conocimiento debido a la falta de oxígeno. Sin embargo, aquellos que habían sobrevivido a la explosión murieron cuando los pedazos del transbordador impactaron contra el agua. La tripulación estaba formada por Francis 'Dick' Scobee, Michael J. Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa Corrigan McAuliffe.
7. Transbordador espacial Columbia Diecisiete años después de la tragedia del Challenger, el programa Shuttle sufrió otro golpe fatal, cuando el transbordador espacial Columbia se desintegró cuando efectuaba la reentrada atmosférica sobre Texas el 1 de febrero de 2003.
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El accidente se produjo a una velocidad de 20.000 km/h. Los siete astronautas —Rick Husband, William McCool, Michael P. Anderson, Ilan Ramon, Kalpana Chawla, David McDowell Brown, Laurel Clark—murieron en el acto.
El desprendimiento de un pedazo del aislante térmico durante el despegue fue la causa del accidente. Testigos ocasionales de la tragedia grabaron la caída de escombros, mientras hubo quien empezó a recoger los fragmentos de la nave para luego venderlos en las subastas 'on line'.
-Se ha estrellado en el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán); no hay víctimas -Debía poner en órbita tres satélites de Glonass-M, sistema análogo al GPS Un cohete ruso Protón que debía poner tres satélites en órbita se ha estrellado en el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) segundos después de su lanzamiento, según ha informado la agencia rusa Interfax.
En los primeros segundos de vuelo el cohete se desvió de su trayectoria y cayó en el territorio del cosmódromo sin que se hayan producido víctimas en el personal, según datos preliminares.
Un cohete ruso se estrella en Kazajistán segundos después de despegar
El cohete siniestrado, un portador de clase pesada, debía poner en órbita tres satélites de Glonass-M para el sistema de posicionamiento ruso GLONASS, análogo al GPS estadounidense. Fuentes de la industria espacial citadas por Interfax cifraron en unos 200 millones de dólares (153 millones de euros) las pérdidas causadas por el accidente. No es la primera vez que Rusia pierde tres satélites Glonass-M en un lanzamiento: el 5 de diciembre de 2010 tres aparatos de esa serie cayeron en el océano Pacífico debido a un fallo en el bloque acelerador, la última etapa del cohete.
La investigación determinó que el accidente fue producto de un error humano, ya que se cargó más combustible del necesario en el tanque del bloque acelerador.