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2 de abril de 2020

Con los humanos confinados, la naturaleza y los animales están regresando a sus espacios

Foto: Getty Images

Pájaros cantando, jabalíes caminando por la ciudad y delfines de regreso en las costas. El confinamiento ha dado vía libre a los animales, que disfrutan de la calma, y los humanos se toman más tiempo para observar la naturaleza. 


Compilación Animales regresan a las ciudades tras ausencia de humanos por #coronavirus


En los primeros días del confinamiento por el coronavirus, los habitantes de las grandes ciudades redescubrieron el canto de los pájaros. Se vieron jabalíes en Barcelona y a un puma silvestre deambulando por las calles desiertas de Santiago de Chile.


Un jabalí baja hasta la Diagonal de Barcelona aprovechando que la ciudad está vacía 

 En la carretera de Les Aigües, en Barcelona, muy cerca del núcleo urbano.

Un puma silvestre deambulando por las calles desiertas de Santiago de Chile.



Con la brutal caída de la presencia humana en las calles, los animales salvajes urbanos “tienen vía libre para pasear por las ciudades”, dice a la AFP Romain Julliard, director de investigación del Museo Nacional de Historia Natural de París.

Cita el ejemplo de los zorros. Estos animales “cambian su comportamiento muy rápidamente, cuando un espacio está tranquilo, van”, señala.

Los gamos descansan en la hierba fuera de las casas en una localidad en Harold Hill, Inglaterra.
Foto: Getty Images


Asimismo, los animales y las aves que viven en los parques urbanos, como los gorriones, palomas y cuervos, pueden abandonar su territorio habitual y “liberar espacio para otros animales”.

En cuanto a los pájaros, no es que haya más, sino que ahora se los puede escuchar cantar.

Algunos pájaros “dejan de cantar cuando hay ruido. Ahora vuelven a cantar”, explica Jérôme Sueur, especialista en acústica del Museo Nacional de Historia Natural. “El ruido también altera su comportamiento y genera estrés”, explica.

La desaparición de la cacofonía humana es “beneficiosa” para los animales, en plena primavera en el hemisferio norte.

El confinamiento de los humanos coincide, para ciertas especies, con el apogeo de la temporada de apareamiento.
Los cisnes y los patos nadan tranquilamente en el río Sena en París, Francia.
Foto: Getty Images


Es el caso del sapo común y de la salamandra moteada, que “muchas veces son atropellados cuando cruzan las carreteras”, explica Jean-Noël Rieffel, director regional de la Oficina Francesa de la Biodiversidad.

Las gaviotas de cabeza negra, que anidan en los bancos de arena del río Loira, en Francia, suelen ser perturbadas en tiempo normal. Pero ya no hay más caminantes, ni perros, ni canoas. Tampoco hay curiosos que molesten a los cervatillos.

En el Parque Nacional de las Calanques, cerca de Marsella, cerrado al público por el confinamiento, “la naturaleza y los animales están regresando a sus espacios naturales a una velocidad sorprendente”, dice su presidente Didier Réault.

“Las pardelas que solían anidar en los archipiélagos, en áreas altamente protegidas, ahora se están reuniendo en el agua”, explica.


Lo mismo ocurre con las plantas. Las orquídeas salvajes, protegidas, crecen a finales de abril/principios de mayo y a veces son recogidas por los caminantes, dice Jean-Noël Rieffel. Este año podrían crecer en paz.
En la ciudad, los céspedes florecen y ofrecen “recursos para abejorros, abejas y mariposas”, explica Romain Julliard.


Unos gansos en un estanque en Guwahati, India. Los animales están más tranquilos sin la presencia humana.Foto: Getty Images

Para el científico, “quizás el fenómeno más importante es que nuestra manera de ver a la naturaleza está cambiando: las personas confinadas se están dando cuenta de cuánto extrañan la naturaleza”.

Confinados en sus casas, las personas tienen más tiempo para observar la naturaleza desde sus ventanas o jardines.

La operación “confinados pero al acecho” de la Liga Francesa de Protección de las Aves incita “a la gente abrir sus ventanas, observar a los pájaros e identificarlos si pueden”, dice su presidente Allain Bougrain-Dubourg.

Sin embargo, el confinamiento de los humanos es una mala noticia para los animales que están acostumbradas a alimentarse de sus desechos.
Otro inconveniente es que se interrumpen las operaciones de ayuda a las especies en peligro de extinción o de lucha contra las especies invasoras, señala Loïc Obled, director general Adjunto de la Oficina Francesa de Biodiversidad.

También será necesario manejar de la mejor manera el fin de la cuarentena. “La gente querrá estar cerca de la naturaleza, pero un exceso puede ser desfavorable para la fauna y la flora”, advierte Jean-Noël Rieffel.


Las cabras de montaña toman el sol en los jardines de la Iglesia de la Santísima Trinidad en Llandudno, Gales. Tantos animales bajaron esta vez esta vez por la ausencia de personas.
Foto: Getty Images


EFECTO CORONAVIRUS: En una Playa Desierta Nacieron Tortugas en Peligro de Extinción



Ocurrió en Brasil. Casi cien ejemplares de tortuga Carey fueron grabadas sobre la arena en plena pandemia.

Cuando el hombre retrocede, el animal avanza. Casi un centenar de tortugas marinas que están en peligro de extinción nacieron hace unos días en una playa de Brasil que está completamente desierta en medio de la pandemia de coronavirus.

En total fueron 97 huevos de tortuga carey que fueron depositados en la playa de Janga, en el norte del país vecino, cerca de Salvador de Bahía. Como los vecinos tiene prohibido juntarse en espacios públicos para evitar la propagación de la coronavirus, los únicos que pudieron presenciar el momento fueron trabajadores los trabajadores municipales.

En el video se ve a las pequeñas crías de tortuga cómo avanzan hacia al mar luego de haber salido de sus huevos.


Fuentes: ngenespanolargentina portal

1 de noviembre de 2018

Las poblaciones de animales vertebrados en América Latina disminuyeron un 89% desde 1970

El informe Planeta Vivo, de la WWF, revela que estos animales hoy se agrupan en menor número, en áreas geográficas más acotadas y con menor diversidad genética. Las causas son la desforestación, las especies invasoras y el cambio climático.

Un panorama inquietante sobre la pérdida de biodiversidad de la Tierra presenta el Informe Planeta Vivo 2018, que elabora cada año el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Sociedad Zoológica de Londres para mostrar la situación en que se encuentran las especies de vertebrados en el mundo.

El documento, que se presenta hoy, por primera vez entrega datos que abarcan desde el año 1970 y se desglosan en regiones biogeográficas, lo que permite tener un panorama preciso por grandes áreas territoriales.

Desde ese año, la pérdida promedio global de las poblaciones de animales vertebrados ha sido de 60%, y la región más afectada es la Neotropical, que en este informe incluye a toda Latinoamérica, menos el norte de México. En esta zona, entre 1970 y 2014 (último año considerado) la pérdida promedio alcanza a 89%. Le siguen en magnitud la región Indo Pacífico (India, el Sudeste Asiático, Indonesia y Oceanía) y África Tropical, con una merma de 64% y 56%, respectivamente.

Para el estudio se consideraron más de 7.500 poblaciones en las distintas zonas del mundo de casi tres mil distintas especies de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios.

La pérdida de poblaciones implica que hay menos diversidad genética de animales en un área, lo que afecta su sobrevivencia.

Respecto de las razones, el informe cita como la principal a la pérdida o degradación del hábitat, en especial por la deforestación o cambio de uso de suelo. Le siguen muy de cerca la sobreexplotación de especies, la contaminación, las especies invasoras, enfermedades y el cambio climático.


La mayor merma de poblaciones en la región latinoamericana corresponde a las aves, donde más del 65% de ellas, en promedio, han disminuido debido a la pérdida de hábitat. En el caso de mamíferos, reptiles y anfibios, desde 1970, la merma de poblaciones por este mismo motivo ha sido de poco más de 50%. 
En cuanto a los peces, el mayor motivo es la sobreexplotación, siendo responsable de casi 60% de la disminución de poblaciones.

En el Ecuador hay proyectos de conservación como el de oso de anteojos y el cóndor. 


Algunos ejemplares en riesgo en Ecuador
Oso de anteojos (Tremarctos ornatus). En el país hay una estra­tegia nacional para su conservación. 
Boa del Chocó (Corallus blombergi). Es una especie ovovivípara, tiene hábitos arbóreos y caza en la noche. 
Rana saltona de muslos brillantes (Allobates femoralis). Vive en la Amazonía. Es una especie diurna. 
El jaguar amazónico (Panthera onca centralis). Se alimenta de venados, pecaríes, tortugas y peces. 
Águila harpía (Harpia harpyja). Es una de las rapaces de mayor tamaño del mundo, de pico y garras fuertes. 
Ballena azul (Balaenoptera musculus). Se alimentan exclusivamente de krill. Tiene costumbres migratorias.

En el caso chileno, el informe empleó datos de unas 100 poblaciones de 50 especies, como el huemul, el guanaco, la merluza, la anchoveta, la vicuña, la ranita de Darwin y el pingüino de Humboldt. Sin embargo, no están desglosados, sino que forman parte de la cuantificación regional, explica Ricardo Bosshard, director de WWF Chile. "El informe no presenta datos finos, sino que levanta información de cada país y continente para generar los índices gruesos globales".



Datos alarmantes

La merma no es tan grande en las regiones del hemisferio norte. Esto, según el informe, se debe a que allí el paisaje ya fue modificado y hoy se trabaja en su recuperación.

"Esto es una pesadilla hecha realidad", dice el biólogo Pablo Marquet, investigador del departamento de Ecología de la U. Católica, quien destaca que el informe está respaldado por más de 40 años de investigaciones de científicos de primer nivel mundial.



"Los datos son muy alarmantes, sobre todo para nuestra región. Esto implica un aumento en el riesgo de extinción y un potencial colapso de las tramas tróficas y ecosistemas. Si a esto se suman reportes recientes de disminuciones en insectos, el escenario es aún peor", afirma el especialista. "Si consideramos que nuestra manera de estar en el mundo está sostenida en el andamio de la biodiversidad, estos datos nos dicen que nuestra sociedad y modelo de vida está tambaleando".

El informe hace un llamado urgente a tomar acciones concertadas a nivel planetario. "Esperemos que nuestro país lo escuche, lo mismo que Brasil y el resto de los países del Neotrópico", señala Marquet.

Según Bosshard, esta edición del informe es muy relevante, dado que es la última previa al del año 2020, momento clave para las decisiones y acuerdos ambientales a nivel global. Durante ese año se esperan revisiones en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).

En este sentido, tal como ocurrió con el cambio climático, dice, es necesario un acuerdo marco integral conforme al CDB, que impulse la acción pública y privada, y la restauración y protección de la biodiversidad y la naturaleza.



Informe Planeta Vivo 2018

Durante las últimas décadas, la actividad humana también ha afectado gravemente los hábitats y los recursos naturales. Las poblaciones globales de especies de vertebrados han disminuido un 60% en poco más de 40 años. Y el 20% de la Amazonía ha desaparecido en solo 50 años.

Descarga el Informe Planeta Vivo 2018 de WWF.


30 de octubre de 2018

DE GATA CALLEJERA A COSMONAUTA O "ESPACIONAUTA" COMO SUELEN DENOMINAR LOS FRANCESES.

FÉLICETTE EL PRIMER Y ÚNICO GATO QUE HA SOBREVIVIDO EN EL ESPACIO.
© Newsweek - 2018.

El primer felino espacial que ayudó a abrir el camino para que los humanos viajasen al espacio así como la perra Laika y muchos otros animales. Fue lanzado por Francia hace unos 55 años.

Escrita Por: 
Psic. Sally Ruales De Haz
A.A.G.A 

(Asociación Amateur Guayaquil Astronómico)

Martes 30 de Octubre de 2018
Guayaquil – Ecuador










Un número significativo de animales han estado en el espacio incluido perros como es el caso de Laika (fue una perra espacial soviética que se convirtió en el primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra). También monos, ratas blancas, conejillos de Indias, tortugas, moscas de la fruta y hormigas. Si como escucharon también estas diminutas criaturas debido a su sorprendente capacidad ante la falta de gravedad, y gracias a su trabajo cooperativo les permite a los científicos estudiar la biomecánica de sus acciones tanto colectivas como individuales, estos logaritmos según expertos abren las puertas para el desarrollo de la robótica.

Entre otras muchas especies que se han visto involucradas en experimentos espaciales. Como podemos apreciar los animales han jugado un papel muy importante dentro del campo científico y el área espacial no ha sido la excepción.


Ahora hablaremos de un personaje no muy conocido pero sin duda muy importante, mencionaremos a una Felina de nombre Félicette esta gata de origen Francés formó parte de un experimento científico y se llegó a convertir en el primer gato en ir al espacio. Y tal vez pocos se imaginarían que un felino se involucraría en pruebas de tal tipo, los gatos son animales muy agiles, sensitivos e inteligentes pero el detalle es que no acatan órdenes a diferencia de los perros. Sin embargo ya vemos que no hay límites para la ciencia. Fueron los Franceses los primeros y únicos en enviar misiones con gatos, así Félicette se convirtió en la primera gata viajar al espacio.

Esta gata callejera logró experimentar la ingravidez y regresar sana y salva del espacio hace unos 55 años.



Inscripción: Gracias por su participación en mi éxito del 18 de octubre de 1963 - Féliccete

Fotografía de Félicette gata parisina que se convirtió el primer felino en ir al espacio y regresar con vida.

By Source, Fair use,

https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=55139595













El 18 de octubre de 1963, una gata callejera parisina llamada Félicette se convirtió en el primer y único gato en viajar al espacio. 

En primera instancia se tenía planeado enviar a otro gato denominado como Félix inesperadamente el día del lanzamiento el gato escapo, posteriormente fue sustituido por la gata Félicette con quien se logró terminar la misión con éxito.

Despegó en una cápsula especial en la parte superior del cohete francés Véronique AG1, desde la base espacial Colomb Bacar en Hammaguir en el desierto del Sahara argelino, y voló a cerca de 157 kilómetros sobre la Tierra, donde experimentó brevemente la ingravidez.

Su cohete se elevó hasta seis veces la velocidad del sonido y la expuso a 9.5 G de fuerza. Quince minutos más tarde, regresó a la Tierra de forma segura ya que la cápsula se separó del cohete y descendió en paracaídas. El aterrizaje se lleva llevo a cabo sin mayor novedad. Quizá, sí un poco aturdida por el aterrizaje, pero su salud se mantuvo estable.



Cohete de sonido francés similar al que llevaba Félicette

Imagen recuperada de: wikipedia.org








Félicette fue uno de los 14 gatos seleccionados por el programa espacial francés para someterse a un entrenamiento de vuelo espacial. Estos gatos callejeros fueron

especialmente entrenados para adaptarse a las condiciones presentadas durante un vuelo espacial. 


Su participación en la carrera espacial ciertamente no fue voluntaria, pero supuso un gran hito para Francia, que acababa de establecer la tercera agencia espacial civil del mundo (después de EE UU y la Unión Soviética). 

La misión de Félicette ayudó a Francia a participar en la carrera espacial. El entrenamiento involucró el mismo tipo de centrifugadora en el que los astronautas humanos se sientan durante su entrenamiento de verificación previa. 

Los gatos también tenían electrodos implantados en sus cerebros para que los científicos pudieran controlar su actividad neurológica. Debido a los electrodos de vuelo implantados en su cerebro, Félicette transmitió los impulsos neurológicos a la Tierra. 


El centro francés d'Enseignement et de Recherches de Médecine Aeronáutica (CERMA), que dirige estos vuelos, declaró más tarde que la gatita había hecho una valiosa contribución a la investigación. 

La prensa británica de la época la llamaba la <<ASTROCAT>>. El gobierno francés honró a esta minina heroína con un sello postal en 1992 y 1997.




Estampilla emitida en 1992 por las Islas Comores, a partir de un conjunto que representa animales espaciales, incluida Felicette.

Recuperado de: https://ar.pinterest.com/pin/64035625936310330/?lp=true


© KnowledgeIsKey.co.uk 2018

Los animales han hecho una gran contribución para toda la humanidad a través de la ciencia, y es digno de reconocer a aquellas criaturas que dieron sus vidas para que los humanos seamos capaces de avanzar a nivel tecnológico. 

Hoy en día existen leyes que respaldan a los animales a diferencia de años anteriores. 
Es muy válido que sean de ayuda para la ciencia, pero siempre y cuando sean tratados con dignidad y respeto, ellos no son tan diferentes a nosotros tienen la misma capacidad de amar que un humano y ¡Eso nos une! formando lazos de amistad y hermandad con estas criaturas. 
No dejemos en el olvido a estos pequeños héroes de la historia.

Por:
Psic. Sally Ruales De Haz
A.A.G.A (Asociación Amateur Guayaquil Astronómico)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Wikipedia® (2018). Laika. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Laika

Wikipedia® (2018). Animales en el Espacio. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Animales_en_el_espacio

Félicette

EUROPA PRESS. (2018) Félicette, El Primer y Único Gato que ha Sobrevivido en el Espacio. Recuperado de: https://www.20minutos.es/noticia/3470058/0/felicette-primer-gato-espacio/#xtor=AD-15&xts=467263

Wikipedia® (2018). Categoría: Astronautas de Francia. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Astronautas_de_Francia

Jagvet. (2011). Félicette la gata astronauta. Recuperado de:

http://mund0-f3liz.blogspot.com/2013/11/felicette-la-gata-astronauta.html

© KnowledgeIsKey.co.uk (2018). Animals in space. Recuperado de: https://knowledgeiskey.co.uk/articles/animals-in-space

28 de diciembre de 2017

En imágenes: Los extraños ingenios soviéticos que conquistaron el espacio junto a Laika

La Unión Soviética inauguró la Guerra Fría con el lanzamiento del primer satélite artificial. Antes de que los estadounidenses pudieran reaccionar, enviaron al primer ser vivo al espacio, la perra Laika, y consiguieron llegar y orbitar la Luna

Imagen de Laika publicada en el diario Pravda el 13 de noviembre de 1957 AFP



Imagen de la perra Laika, antes de ser lanzada en el Sputnik 2 AFP



Portada de ABC del martes 5 de noviembre de 1957

ABC

































Sonda Sputnik 2, donde fue lanzada la perra Laika WIKIPEDIA

El Sputnik-1, el primer satélite artificial de la historia

Sputnik-3, hizo mediciones en la atmósfera de la Tierra pero fracasó en detectar el cinturón de Van Allen

Sonda Luna-1. Equipada con muchos instrumentos científicos, su misión era impactar contra la Luna después de enviar datos, pero no tuvo éxito

















Sonda Luna-2. Fue la primera en impactar contra la Luna. Tomó medidas antes de hacerlo






















Sonda Luna-3. Logró orbitar la Luna y tomar imágenes de su superficie. Fue la primera en fotografiar la cara oculta de la Luna



















Fuentes: ABC

4 de abril de 2016

Qué es la sexta extinción masiva y por qué somos los responsables

Las extinciones masivas ocurren periódicamente en la Tierra. Con 45000 millones de años a sus espaldas, puede considerarse como una fase de purificación de la madre naturaleza o como una simple cuestión de probabilidad. El caso es que ocurren, y sabemos que ha habido cinco.Ahora estamos al borde la sexta. Y es culpa nuestra.



La tasa media a la que conocemos que diversas especies se están extinguiendo es al menos 100 veces más alta que la que los paleontólogos consideran como “normal”. La cifra sale del trabajo de Elizabeth Kolbert (que le valió un Pulitzer) y que fue recogido en el libro “La Sexta Extinción”. 

El trabajo de Kolbert marcó un antes y un después en cómo la comunidad científica y política percibe el problema por irse precisamente al lado opuesto de los estudios anteriores: es extremadamente conservador. Dicho de otro modo, la estimación de esa tasa de extinción probablemente sea mucho más baja. La tasa de especies que han desaparecido en los últimos 100 años habría tardado, en otras condiciones, entre 1 y 10 milenios en desaparecer. 

En cada una de las 5 extinciones anteriores, aproximadamente un 85% de las especies desaparecieron de la Tierra. Las que quedaron definieron a su vez como sería las formas de vida siguientes. 

Por qué somos los responsables


Cráneo de Dodo

Lo dramático es que la parte que atribuye que la culpa es de los humanos es incuestionable. Los principales cambios implicados son el cambio climático, la deforestación, la alteración del equilibrio en los océanos y la agricultura.

Algunos ejemplos famosos son el dodo o la paloma migratoria, ambos animales extintos debido a la caza indiscriminada. En 1871 había unos 136 millones de palomas, en 1885, sólo 14 años más tarde, apenas quedaban algunos reductos aquí y allá. La última murió, en cautividad, en 1914 en el zoo de Cincinnati. Junto a ella, curiosamente, por poco desaparecen otras dos especies más, dos clases de piojos parásitos que la utilizaban como huésped.

En la actualidad, 77430 especies se encuentran en peligro de extinción, 22784 de ellas seriamente amenazas, el principal motivo, según recoge la International Union of Conservation of Nature (IUCN) con un 85% de los casos, se debe a cambios en el hábitat de la especie en cuestión.




Animales ya extintos

¿Puede evitarse?


A este ritmo, los primeros problemas severos podrían comenzar en apenas un par de generaciones, si no antes. Un ejemplo: si mueren insectos implicados en la polinización (como las abejas), estas acaban por extinguirse o por reproducirse de manera más dificultosa, si eso ocurre, nuestra alimentación y la de otras tantas especies se complica.


El principal punto de complejidad en todo el asunto es que nunca hay una relación directa entre una acción y las consecuencias, sino que cada una repercute de varias maneras distintas y estas a su vez en otras tantas, muchas veces entrelazadas. Las extinciones masivas se producen, a menudo, por una simple reacción en cadena.

¿Seremos los humanos víctimas de una extinción provocada por nosotros mismos? Es una pregunta muy compleja, parece que sí, que podríamos, en parte por el nivel de inteligencia de la especie y por la capacidad de adaptación. La pregunta, quizá, no es si podemos sobrevivir, sino si merecerá la pena vivir en un mundo al que le faltan el 85% de sus especies.



Fuentes: Gizmodo
Imagen: Mike Beauregard/Flickr

27 de enero de 2015

Inventario de anfibios suma 5 especies más en Ecuador

Habían pasado seis meses desde que el entonces estudiante universitario de biología Juan Pablo Reyes-Puig había recorrido el bosque. Eran jornadas nocturnas desde las seis de la tarde hasta la una de la mañana en las que bordeaba desfiladeros empinados cortados por riachuelos y ríos caudalosos del flanco oriental del Tungurahua.

Reyes-Puig quería documentar los efectos de la erupción del volcán en la fauna como parte de su tesis. Seguía trochas naturales abiertas por mamíferos como el oso de anteojos cuando en diciembre del 2007 se topó sobre un helecho con una rana en medio de cedros y podocarpus.

Su color blanquecino tierra que resaltaba sobre el follaje captó su atención. Tras siete años de análisis y comparaciones se determinó que era una nueva variedad de anfibio.

La bautizaron como Pristimantis punzan, en honor al sitio Punzan del cantón Baños (Tungurahua), donde habita. Pero no sería la única especie nueva que Reyes-Puig y su equipo encontraron. Los hallazgos siguieron en el 2008 y con el apoyo de otros científicos como Mario Yánez-Muñoz, director del Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales, la labor de campo terminó en descripciones de tres nuevas especies de anfibios de las que recién se conocen detalles con la publicación de su información en diciembre pasado en revistas científicas del exterior.

Junto con la Pristimantis punzan se describieron dos especies más: Pristimantis marcoreyesi y Pristimantis puruscafeum. A estas tres se suman otras dos encontradas en los bosques del Parque Nacional Sangay y en la cordillera del Cóndor: Pristimantis roni y Pristimantis paquishae, en su orden, cuya descripción también fue aceptada y publicada en diciembre pasado.

A estas cinco ranas terrestres recién descritas para la ciencia y endémicas del país se suman otras doce especies publicadas durante el 2014. De estas 17, quince son nuevas y dos no se habían registrado en el país.

“En el Ecuador todavía estamos lejos de tener un inventario completo de diversidad biológica. Hay estimaciones que dicen que hemos inventariado no más del 10% de las plantas y animales que existen. Seguramente va a haber muchas especies que se extingan antes de ser descritas”, dice Luis Coloma, investigador del Centro Jambato de Conservación de Anfibios.

El especialista agrega que el país alberga una alta biodiversidad, pero no ha existido una tradición histórica de investigación. A ello se suman las amenazas que enfrentan las especies de anfibios. “La principal sigue siendo la destrucción del hábitat debido a distintas actividades humanas (...). Otras son la contaminación asociada a pesticidas y plaguicidas, actividades mineras y la extracción y transporte del petróleo. Finalmente, el cambio climático y la introducción de especies exóticas, algunas de las cuales son patógenas, amenazan a muchas especies de anfibios”, asegura Juan Manuel Guayasamín, director del Centro de Investigación de la Biodiversidad y el Cambio Climático (BioCamb), de la Universidad Tecnológica Indoamérica con sede en Quito.

La reducida área de extensión donde habitan ciertos anfibios y su amplia distribución a nivel nacional provocan que la mayor parte del hábitat de estas especies esté fuera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, dice Coloma.


De las cinco nuevas descritas en diciembre, cuatro viven en zonas no protegidas. 
Hay iniciativas que cuentan con el apoyo de organizaciones no gubernamentales como la Fundación Ecominga, que busca conservar áreas en la cuenca alta del río Pastaza, donde viven tres de las nuevas especies de ranas descritas, para que sirvan de conexión entre los parques nacionales Sangay y Llanganates. Yánez-Muñoz dice que solo en la última década se han descrito alrededor de 60 nuevas especies de anfibios en el país: “La revisión de colecciones de los museos, las nuevas técnicas moleculares y el acceso a reservas que antes eran remotas han facilitado. Solo en el caso de las ranas pristimantis se estima que habría 150 especies nuevas por identificar y describir”. 
El Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales incluye 15 mil ejemplares de anfibios y reptiles, muchos de estos aún no están descritos. En el país hay 547 especies de anfibios de los que el 31% está en una categoría de amenaza. 
Coloma indica que el porcentaje podría ser de más del 50%, debido a que se desconoce el estado de conservación del 27% de estas especies: “De aquellas con datos insuficientes muchas estarían en categorías de amenaza”, dice. Las características particulares de cada especie frente a las que se le parecen es un indicador para considerarla como una nueva variedad. 
Aunque las cinco cuya descripción se difundió recientemente poseen una función común, la de una reproducción directa, es decir, no ponen renacuajos sino huevos de los cuales salen las crías. 


Fuentes : El Universo

En fotos: algunas de las especies descubiertas en Ecuador hasta el 2014

Científicos ecuatorianos anunciaron el descubrimiento de 35 nuevas especies en Ecuador, tras cinco años de investigación y compilación. 
Aquí, la rana cohete de Yasuní o "Hyloxalus yasuni"
Foto: FaunaWebEcuador Santiago Ron)

La mayoría de las especies descubiertas son anfibios y reptiles, como esta lagartija de palo gargantirrojas (Enyalioides rubrigularis). Pero también hay una planta desconocida hasta el momento. Los hallazgos de los científicos fueron publicados en unas 40 revistas académicas internacionales.
Foto: FaunaWebEcuador Omar Torres C

La más reciente publicación académica que registró estos hallazgos fue la revista especializada ZooKeys. Los científicos hallaron cuatro nuevas especies de ranas arbóreas. El nombre de una de ellas, "Hypsiboas alfaroi" (en la foto), está dedicado al expresidente ecuatoriano Eloy Alfaro.
Foto: FaunaWebEcuador Santiago Ron)

Unos 40 investigadores ecuatorianos de entidades como la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), el Museo Ecuatoriano de Ciencias Naturales y la Escuela Politécnica Nacional participaron en la investigación, cuenta Omar Torres, profesor de la PUCE. Aquí, la ranita shiwiar o "Dendropsophus shiwiarum".
Foto: FaunaWebEcuador Santiago Ron)

El proyecto de investigación, denominado "Arca de Noé", contó con financiamiento del Estado ecuatoriano e incluyó áreas de los Andes de Ecuador y del Parque Nacional Yasuní, en la selva de la Amazonía. Entre las especies descubiertas figura esta Anolis de Otonga o "Anolis otongae".
Foto: FaunaWebEcuador Omar Torres C

Los expertos ecuatorianos creen que aún hay bastantes especies por descubrir en Ecuador. Por eso, planean lanzar una nueva fase de investigación que abarque más ampliamente el territorio ecuatoriano. Aquí, la rana de casco de Cannatella o "Osteocephalus cannatellai"
Foto: FaunaWebEcuador Santiago Ron)

"Ecuador, a pesar de ser un país megadiverso, ha sido muy poco explorado en términos biológicos. Aún hay mucho por conocer", le dice a BBC Mundo Santiago Ron, docente de la Escuela de Ciencias Biológicas de la PUCE. Una de las "nuevas" especies es este cutín de la Candelaria o "Pristimantis bellae".
Foto: FaunaWebEcuador Santiago Ron)

Santiago Ron afirma que en la investigación sobre estas nuevas especies se utilizaron técnicas de análisis genético. Aquí, una Anolis del Podocarpus o "Anolis podocarpus".
Foto: FaunaWebEcuador Santiago Ron)

"Ahora que estamos haciendo estos estudios genéticos se nos está revelando toda la biodiversidad oculta", le dice Ron a BBC Mundo. En la imagen, la rana cohete de Pastaza o "Hyloxalus italoi"
Foto: FaunaWebEcuador Santiago Ron)

Para el avance del proyecto "Arca de Noé" se espera contar con investigadores de diversas universidades que trabajen en la elaboración de un inventario de la riqueza biológica de Ecuador. Aquí, la rana bullanguera de Puyango o "Engystomops puyango".
Foto: aunaWebEcuador Santiago Ron


Fuentes: Terra

17 de enero de 2015

El uso del mar puede causar la misma extinción de animales que en la tierra, según un estudio

Salto de una ballena jorobada en Puerto López, en Ecuador.Thinkstock photos
  • Un estudio alerta de signos del comienzo de una revolución industrial marina
  • La vida marina es aún tan saludable como era la terrestre hace miles de años
Un consorcio de científicos advierte, en un estudio sobre los actuales patrones de uso humano de los océanos, de signos de que las poblaciones de animales marinos podrían tener que afrontar un gran desafío en los próximos cien años, similar al colapso que ha conducido a la extinción de 500 especies de animales terrestres.

Las poblaciones de vida silvestre en los océanos son tan saludables como lo eran las de la tierra cientos o miles de años atrás, pero esto puede estar a punto de cambiar. Así, los mismos patrones que llevaron al colapso de las poblaciones de la fauna terrestre se están produciendo en el mar, según concluye la investigación que se publica este jueves en Science.

Durante los últimos 500 años, cerca de 500 especies de animales terrestres han ido extinguiéndose como consecuencia de la actividad humana. En el océano, donde los científicos han contabilizado sólo 15 o menos pérdidas de ese tipo, los números en la actualidad no son tan graves, pero pueden llegar a serlo.

Los efectos de la Revolución Industrial

El nuevo documento compara la marcha de la Revolución Industrial en la tierra con los actuales patrones de uso humano de los océanos del mundo.

Durante la década de 1800, grandes extensiones de tierras de cultivo y fábricas hicieron retroceder los bosques y emplearon recursos que fueron minando y perforando la tierra. Como resultado, muchas especies terrestres se extinguieron. Sin embargo, en el océano, la pesca continuó dependiendo de veleros agrupados en pequeñas zonas de aguas cerca de la costa.

"Ha cambiado mucho en los últimos 200 años --lamenta el autor principal de este trabajo, Douglas McCauley, profesor del Departamento de Ecología, Evolución y Biología Marina (EEMB, por sus siglas en inglés) de la Universidad de California Santa Bárbara (UCSB), en Estados Unidos--. Nuestra caja de aparejos se ha industrializado".

Las amenazas para los océanos

Las granjas industriales en el mar son una de las amenazas para los oceános que señala el coautor Steve Palumbi, de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California, Estados Unidos. "Las granjas camaroneras se están comiendo los manglares con un apetito similar al de la agricultura terrestre, que consumió praderas nativas y bosques.

Las concesiones mineras del fondo marino se persiguen con el mismo fervor que la fiebre del oro y las máquinas de minería oceánica de 300 toneladas y barcos de pesca de 750 pies están iniciando su despliegue en la cadena de montaje para hacer este trabajo", alerta.

Según los autores, el aumento de la utilización industrial de los océanos y la globalización de la explotación del océano amenazan con dañar la salud de las poblaciones de fauna marina, haciendo la situación en los océanos tan sombría como que en la tierra. Como señala McCauley, ahora se pesca con helicópteros, súper barcos de arrastre guiados por satélite y las largas hileras que se extienden desde Nueva York a Filadelfia.

Revolución industrial marina

"Todas las señales indican que podríamos estar iniciando una revolución industrial marina -advierte--. Estamos preparando los océanos para reproducir el proceso Armagedón de la vida silvestre que hemos diseñado en la tierra". El trabajo señala como posible solución dejar a salvo del desarrollo industrial y la pesca más y mayores áreas del oceáno.

Sin embargo, el coautor Robert Warner, profesor de investigación de EEMB en UCSB, alerta de que esas reservas no son suficientes. "Necesitamos una política creativa y eficaz para tratar el daño infligido a la fauna marina en los vastos espacios entre las zonas marinas protegidas", apuesta.

Entre las amenazas más graves para la fauna marina está el cambio climático, que según los científicos está degradando los hábitats de la fauna marina y tiene un mayor impacto en estos animales que el que provoca en la fauna terrestre.

"Los ingredientes necesarios para la recuperación"

"Cualquier persona que ha tenido siempre una pecera sabe que si se pone un calentador en el acuario y se vuelca ácido al agua, los peces tienen problemas", pone como ejemplo el coautor Malin Pinsky, ecologista de la Universidad de Rutgers, Estados Unidos. "Esto es lo que está haciendo el cambio climático actualmente en los océanos", añade.

Aún así, como subrayan los investigadores, la relativa salud de los océanos presenta una oportunidad para salvarlos. "Debido a que no ha habido tantas extinciones en los océanos, todavía tenemos los ingredientes necesarios para la recuperación", apunta McCauley.

El futuro del océano está aún por determinar, según los autores de esta investigación. "Podemos meter la pata hacia adelante y hacer los mismos errores en el mar que cometimos en la tierra o podemos trazar colectivamente un futuro diferente y mejor para nuestros océanos", concluye Warner.


Fuentes: RTVE.es / EUROPA PRESS

25 de agosto de 2014

Muere Pepe, El misionero, tortuga gigante símbolo de las Islas Galápagos




Ha muerto en el Parque Nacional Galápagos con una edad estimada de cien años aparentemente por sobrepeso. Pertenecía a una subespecie de la que quedan unos dos mil ejemplares. Pepe el misionero fue encontrado en 1940 por unos pescadores.

Fuentes: Euronews

15 de febrero de 2014

Ballenas vistas desde el espacio

BRITISH ANTARCTIC SURVEY
Ballenas francas australes vistas por satélite
Científicos utilizan por primera vez imágenes de satélite para contar las poblaciones de grandes cetáceos
Científicos de la British Antarctic Survey (Reino Unido) han obtenidoimágenes de satélite de alta resolución de una de las mayores poblaciones de ballenas francas australes, durante la época de cría en la costa argentina. Los investigadores creen que esta técnica puede ser muy útil para contar el número de ejemplares que existen en los diferentes oceános del mundo y ayudar a su conservación. La investigación aparece publicada en PLoS ONE.

En el estudio, los autores seleccionaron un grupo de ballenas francas australes debido a su gran tamaño y su costumbre de tomar el sol cerca de la superficie en grandes grupos alrededor de las abrigadas aguas costeras durante la temporada de cría. Los científicos utilizaron esta población para poner a prueba el potencial del uso de imágenes de satélite de muy alta resolución para detectar y contar las ballenas. Las imágenes fueron proporcionadas por el satélite de mayor precisión, elWorldView2, que cubre 40 millas cuadradas y podía penetrar aún más en la masa de agua que las imágenes de otros satélites. Los autores utilizaron cuatro métodos diferentes de detección automática y se compararon los resultados con los de la detección manual de ballenas.

Los científicos identificaron 55 ballenas probables y otras 23 formas que podrían ser estos cetáceos en o justo debajo de la superficie. Además, observaron 13 objetos detectados solo en determinadas longitudes de onda de luz.

Los autores concluyen que estos métodos son más eficientes que los tradicionales para la evaluación de las poblaciones de mamíferos marinos, y que se pueden utilizar para calcular la abundancia de la población. Este es uno de los primeros estudios con éxito que utiliza imágenes de satélite para contar ballenas, un método que podría aplicarse a las futuras encuestas de distintas especies de ballenas y otras poblaciones de mamíferos marinos .

«Las poblaciones de ballenas han sido siempre difíciles de evaluar, los medios tradicionales para contarlos son caros y carecen de precisión. La capacidad de contar ballenas de forma automática, en grandes áreas y de una manera efectiva será de gran beneficio para los esfuerzos de conservación de estas y otras especies», apunta Agnès López Gay, responsable de la investigación.


Fuentes: ABC.es

9 de febrero de 2014

Estación Científica Charles Darwin, 50 años en las Galápagos

La inauguración de la estación científica, en 1964. Autoridades ecuatorianas, científicos y representantes de universidades ecuatorianas en Puerto Ayora. Cortesía

A finales de los años 50, el mundo científico había posado su mirada en la megadiversidad natural del archipiélago de Galápagos. Misiones de observación –como la de 1954, del austriaco Irenäus Eibl-Eibesfeldt, del Instituto Max Planck de Alemania– daban cuenta de su exuberante flora y fauna, pero también de sus pobres posibilidades de supervivencia si no se daba un cuidado adecuado.

Ante la preocupación, la comunidad científica recomendaba al Ecuador la declaratoria de Parque Nacional para las islas –pese a que esto ya se había dado en 1936, en el gobierno de Federico Páez– y el establecimiento de una estación científica que genere conocimiento para proteger la biodiversidad.

Por esos años, la necesidad de conservación de la vida silvestre era poco comprendida en Galápagos. Las tortugas gigantes (Elephantopus geochelone) eran sacrificadas para alimentación de los colonos y sus crías se vendían como mascotas. Las ratas y los animales domésticos introducidos, que se volvieron salvajes, depredaban la fauna local, mientras las cabras devastaban la vegetación de la que se alimentan las emblemáticas tortugas.

Para 1950, el primer censo poblacional en las Galápagos reveló que había 1.346 personas habitando los 7.882 km² de superficie de las islas. Seis décadas después (2010), el registro poblacional ubicó a 25.124 habitantes divididos en tres cantones.

En respuesta a esta presión internacional liderada por la Unesco y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, se crea en 1959, en Bélgica, la Fundación Charles Darwin (FChD). El nombre se escogió en honor al naturalista inglés que en Galápagos confirmó su teoría sobre la evolución de las especies.

Paralelamente a este hecho se concretó la creación del Parque Nacional Galápagos (PNG) como zona protegida, pero solo fue hasta 1968 que entró en operación el lugar.

Según la Ley Especial de Galápagos, el 97% del territorio insular debe ser parque nacional y solo el 3% para crecimiento urbano.

La necesidad de tener un brazo operativo de la FChD en el archipiélago hizo que en 1960 se iniciara la construcción de la Estación Científica Charles Darwin (ECChD).

El 20 de enero de 1964 esas instalaciones en Puerto Ayora, en la isla Santa Cruz, fueron inauguradas y en menos de un mes se publicaba en el Registro Oficial 181 el acuerdo entre la FChD y el Gobierno, con el cual se definían las normas de funcionamiento para la estación investigadora.

Inmediatamente, cuenta Swen Lorenz, director de la FChD en Ecuador, la estación se transformó en el mayor asesor científico y técnico del Estado en Galápagos y principalmente del PNG, pues proporcionaba la investigación necesaria para enfrentar amenazas sobre flora y fauna de las denominadas Islas Encantadas.

En cinco décadas, sostiene Lorenz, el principal objetivo de la ECChD ha sido asegurar que las islas “se mantengan como el archipiélago tropical más prístino del mundo”

Desde esa perspectiva, a principios de 1960 la ECChD creó el programa de crianza de tortugas gigantes en cautiverio, ya que esta especie estaba al borde de la extinción. En la década del 70 realizó una línea base de la parte marina del archipiélago; en 1980 se inició el programa de crianza de iguanas terrestres en cautiverio y el programa para proteger al petrel de Galápagos, un ave marina amenazada por especies invasoras.

También, la ECChD en los años 90 realizó estudios en el área marina, que fueron la base científica para documentar la Reserva Marina de Galápagos, lo cual llevó a la creación de la Ley Especial de Galápagos y el manejo participativo de esta reserva marina.




Pese a los esfuerzos conjuntos para la protección desplegados por el Estado y la Fundación Darwin, reconoce Lorenz, el mayor desafío al que se siguen enfrentando es el controlar a las especies invasoras, es decir, plantas y animales que llegaron a las Galápagos a través de la influencia humana. “Una vez que algo ha llegado a las islas, es muy difícil y costoso erradicarlo”.


Imagen de un tiburón ballena durante la investigación de protección de tiburones en Galápagos. Cortesía

El crecimiento poblacional en las islas también es preocupante. Proyecciones del Consejo de Gobierno de Galápagos en el 2012 hablan de que si la migración continúa en los mismos niveles, para el 2020 en el archipiélago vivirán más de 43 mil personas y para el 2030 la población será de 72.323 habitantes.

En 50 años de existencia, la ECChD, con recursos propios obtenidos por donaciones, ha logrado que más de 1.300 científicos y conservacionistas ecuatorianos formen parte de su Programa de Becas, que incluyó entrenamientos con científicos de alto nivel, como Rosemary y Peter Grant, Eugenia del Pino, entre otros.

Al momento, la ECChD cuenta con 16 científicos principales, los cuales tienen el apoyo de hasta 30 científicos júnior, asistentes, becarios y voluntarios. Además, posee más de 100 científicos colaboradores que trabajan en la producción de conocimientos sobre geología, evolución, endemismo, especies introducidas y asentamientos humanos en las islas.




Cronología

1965
Repatriación de tortugas Ante el proceso de desaparición de tortugas en el archipiélago, científicos inician el traslado de estas especies a la estación

Darwin de Puerto Ayora para reproducirlas en cautiverio.

1966
Programa educativo La ECChD da inicio al primer programa educativo de conservación para las islas.

1971
Descubren al Solitario George En la isla Pinta, científicos de la estación Charles Darwin hallan a la última tortuga gigante sobreviviente de su especie y la bautizan como George.

1995
Especies redescubiertas El árbol margarita (Scalesia atractyloides) y el lino de Floreana (Linum craterico), que se creían extintos, son redescubiertos en dos islas de las Galápagos.

1998
Proyecto Isabela Junto al PNG, la estación científica inicia el proyecto de erradicación y restauración para las islas Santiago, Pinta e Isabela norte.

2012
Servicio científico Para permitir el acceso libre y directo a las colecciones, catálogos de biblioteca y otra información científica de ECChD, se lanza el servicio web Datazone.


Fuentes: El Universo