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4 de enero de 2021

Detectan una extraña señal de Próxima Centauri, el mejor candidato hasta ahora para ser una comunicación extraterrestre


El radiotelescopio Parkes, en Australia, desde donde se detectó la misteriosa señal de radio - Observatorio CSIRO Parkes

Se trata de una emisión de ondas de radio de tres horas en la frecuencia de 980 MHz y procede de Alfa Centauri, el sistema solar más cercano a nosotros

Es pronto aún para lanzar las campanas al vuelo, pero un equipo de astrónomos del proyecto Breakthrough Listen, del que formaba parte el ya fallecido Stephen Hawking, acaba de descubrir el que podría ser el mejor candidato hasta ahora para una señal alienígena. En concreto, los investigadores han encontrado una "intrigante señal" de radio procedente de Alfa Centauri, el sistema solar más cercano, a solo 4,2 años luz del Sol.

Según informa el diario británico The Guardian, los científicos están aún preparando el estudio sobre su hallazgo, por lo que sus datos todavía no son públicos, pero la señal consiste en un estrecho haz de ondas de radio de 980 MHz, y fue detectada en abril de 2019 por el telescopio Parkes, en Australia, que forma parte del proyecto Breakthrough Listen para buscar signos de tecnología alienígena más allá de las fronteras de nuestro Sistema Solar.

Según explican los investigadores, la misteriosa señal de 980 MHz solo apareció una vez y no volvió a repetirse. Esa frecuencia, sin embargo, es importante porque generalmente ningún satélite o nave terrestre emite en esa longitud de onda. Y aún más intrigante, la señal cambió ligeramente justo mientras se la estaba observando, y la forma en que lo hizo sugiere que podría tratarse de un cambio causado por el movimiento de un planeta. Como se sabe, nuestro sistema estelar vecino alberga por lo menos dos planetas y uno de ellos, Próxima b, es un mundo rocoso, apenas un 17% mayor que la Tierra y sobre el que se especula si es capaz de tener agua en su superficie.





Duró tres horas

La duración de la señal fue aproximadamente de tres horas y, como se ha dicho, se concentró en un rango muy estrecho de longitudes de onda, uno que normalmente no utilizan nuestros satélites y naves espaciales. De hecho, se trata de la primera señal que consigue pasar los estrictos controles de Breakthrough Listen, específicamente diseñados para eliminar posibles interferencias de señales terrestres. Por eso, los investigadores la han llamado Breakthrough Listen Candidate 1, o BLC1.

A pesar de ello, cualquier supuesto hallazgo de extraterrestres debe tomarse siempre con cautela y escepticismo, especialmente si se trata de una señal que se asemeja a una pòsible "firma tecnológica", es decir, a una emitida por tecnología alienígena. Por eso, el equipo de investigadores ha querido ser extremadamente cauteloso. Y en ese sentido, Pete Worden, presidente de la Breakthrough Prize Foundation escribió en Twitter que, por ahora, "nadie dice que sea una firma tecnológica. El equipo ha detectado varias señales inusuales y las está investigando cuidadosamente. Y las más fuertes y persistentes son todas de Próxima Centauri".

Por el momento, lo único que se sabe es lo que uno de los científicos contó a The Guardian: el análisis de datos todavía no es completo, por lo que a día de hoy nadie puede estar seguro de qué es exactamente ese extraño haz de radio. Lo único que está claro es que es "extraño y peculiar".

La más emocionante desde «Wow!»

En su artículo, el rotativo británico cita una fuente anónima que asegura tener acceso a los datos y que afirma que "es el primer candidato serio a ser una comunicación alienígena desde la famosa señal «Wow!», captada en 1977 y que también se parecía a una tecnofirma".

Por otra parte, según ha asegurado a la revista Scientific American Sofía Shelkh, de la Penn State University, que dirigió el análisis de la señal BLC1, "se trata de la señal más emocionante que hemos encontrado en el proyecto Breakthrough Listen, porque nunca habíamos tenido otra antes que consiguiera superar nuestros muchos filtros".

Sea como fuere, dentro de unos meses, cuando los investigadores terminen su trabajo y publiquen sus resultados definitivos, sabremos de BLC1 es, o no, solo una interferencia terrestre. Pero incluso si se demostrara fehacientemente que no se trata de una señal emitida por una de nuestras naves, los científicos tendrán que analizar muchas otras posibles explicaciones antes de concluir que, efectivamente, se trata de la primera señal extraterrestre captada por la humanidad.

No hay que olvidar que, si hay alguien "ahí arriba", no tenemos forma de saber cómo podría ser su tecnología de comunicaciones, que no tiene por fuerza que parecerse a la nuestra. Ni tampoco conocemos aún cuáles y cuántas son las posibles fuentes naturales de ondas de radio que hay en el Universo.

Fuentes: ABC

24 de septiembre de 2020

ASTRONOMÍA Y ASTROFÍSICA - Una explicación a la dificultad de encontrar huellas de vida en las arcillas marcianas

El rover Curiosity en el cráter marciano Gale, donde ha encontrado moléculas orgánicas escondidas en sedimentos ricos en arcillas formados hace 3.000 millones de años. / NASA/GSFC
Si alguna vez hubo vida en Marte, probablemente encontró las mejores posibilidades de prosperar durante los primeros 1.500 millones de años de la historia del planeta. En aquella época, el planeta tuvo grandes cantidades de agua en la superficie. De forma paralela, en la Tierra también se habían asentado ya los océanos, y la vida era prevalente en nuestro mundo. Eso sí, se trataba exclusivamente de formas de vida unicelular. Por lo tanto, es razonable suponer que, si hubo vida en Marte durante el mismo periodo, tampoco evolucionó más allá de la vida unicelular.

Con experimentos análogos en cámaras de simulación planetaria, el estudio describe cómo la exposición a fluidos ácidos complica enormemente la preservación de compuestos orgánicos en las arcillas marcianas

Encontrar las huellas de esta posible vida marciana primordial no es tarea sencilla. La superficie y subsuperficie marcianas no son los lugares ideales para la preservación de compuestos orgánicos que puedan retener información sobre posibles formas vivas pretéritas. La radiación es intensa, la sequedad absoluta y además contienen cantidades importantes de compuestos oxidantes.

No obstante, el rover Curiosity de la NASA ha conseguido identificar en Marte algunos compuestos orgánicos en arcillas analizadas en el cráter Gale. Este cráter albergó un pequeño lago durante algunos millones de años de la historia geológica temprana de Marte, y los compuestos orgánicos descubiertos por Curiosity podrían representar restos de formas vivas que habitaron ese lago. 

Análisis de exposición a ácidos

Un equipo científico liderado por investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) acaba de publicar en la revista Scientific Reports un estudio que añade un nuevo condicionante para la preservación de compuestos orgánicos en Marte que había pasado inadvertido hasta ahora: la exposición a ácidos, aunque también han analizado la influencia de compuestos básicos.

Para Carolina Gil-Lozano, investigadora del CAB y autora principal del estudio, “los resultados de este trabajo corroboran una vez más la importancia de realizar experimentos análogos en cámaras de simulación planetaria para dar soporte a la búsqueda de signos de vida en Marte”.

Este tipo de estudios ayudará a los científicos en el diseño de futuras estrategias en la búsqueda de vida en Marte


"Es sabido que, una vez que Marte perdió sus mares, lagos y ríos, hubo pequeñas cantidades de agua que continuaron filtrándose entre las rocas, en episodios puntuales separados por millones de años de sequedad absoluta", indica Alberto G. Fairén, investigador del CAB y director del estudio.

Según Fairén, “la naturaleza química de estos fluidos que circularon entre las rocas ha determinado en gran medida que se hayan podido preservar compuestos orgánicos en Marte hasta hoy. Nuestro estudio describe cómo la exposición a fluidos ácidos complica enormemente la preservación de orgánicos en las arcillas”.

“Por lo tanto, los resultados del estudio permiten obtener información sobre la naturaleza del agua que ha circulado por el subsuelo del cráter Gale durante los últimos 3.000 millones de años”. Este tipo de estudios servirá sin duda para ayudar a los científicos en el diseño de futuras estrategias en la búsqueda de vida en Marte.

Fuente: CAB (CSIC-INTA), SINC
Derechos: Creative Commons.

ASTRONOMÍA Y ASTROFÍSICA ¿Biomarcadores en Venus? Cuando el polvo comienza a asentarse


Ilustración del orbitador EnVision, una propuesta de la Agencia Espacial Europea para estudiar Venus. / VR2 Planets (François Civet)

El descubrimiento de fosfano en las nubes de Venus ha disparado las especulaciones sobre su posible origen biológico, pero se necesitan más observaciones para confirmar el hallazgo y conocer su verdadera fuente. Las posibles misiones que se planean al planeta vecino, como EnVision de la Agencia Espacial Europea y DAVINCI+ de la NASA, pueden ayudar a encontrar la respuesta.

La actividad científica es un proceso que incluye mucha reflexión y retroalimentación por parte de diferentes actores. Sobre todo, requiere una crítica exhaustiva de los procesos racionales que conducen a unas conclusiones. Si además se trata de la detección de posible vida fuera de nuestro planeta, debemos ser extraordinariamente cautos.

Este es el caso del equipo internacional que ha presentado una posible detección de un potencial marcador biológico, la fosfina o fosfano, en la atmósfera de Venus. ¿Significa este anuncio que hay vida en este planeta?

Los seres vivos, al menos tal y como los conocemos, están formados de manera mayoritaria por unos pocos elementos químicos: carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Además, hay cantidades significativas de azufre, magnesio, calcio, sodio, potasio, cloro y fósforo. Otros elementos aparecen como trazas, aunque son igualmente importantes.

El fosfano no es un biomarcador per se, ya que es necesario determinar su abundancia y su interacción con otros compuestos químicos, y se tiene que asociar sin ambigüedad a un proceso biológico 

Así, sin la presencia de fósforo en distintos compuestos y reacciones químicas la vida no sería posible. El fosfano (PH3, un átomo de fósforo y tres de hidrógeno, el más abundante del universo) es una de las moléculas más sencillas que se pueden formar con él. En cualquier caso, el fosfano no es un biomarcador per se, ya que es necesario determinar su abundancia y su interacción con otros compuestos químicos, y se tiene que asociar sin ambigüedad a un proceso biológico.

En la Tierra el fosfano aparece en zonas pantanosas en procesos biológicos producidos por células anaeróbicas (que no utilizan oxígeno para producir energía), pero no conocemos todos los detalles metabólicos del mecanismo de generación. También se ha detectado este compuesto químico en los planetas gigantes del sistema solar e incluso fuera de él, en estrellas, en ambiente en lo que, de manera muy fundamentada, pensamos que no hay vida.

Mediante el uso de radio telescopios situados en Chile y Hawaii (ALMA y James Clerk Maxwell Telescope) una colaboración internacional liderada por la astrofísica Jane Greaves ha detectado en la atmósfera de Venus una significativa cantidad de fosfano, sustancia que bajo las condiciones físico-químicas de su atmósfera debería desaparecer rápidamente.

Este equipo de investigadores ha presentado las evidencias en un análisis muy detallado y con la debida prudencia, pero el impacto mediático ha sido inmediato.

Factores que condicionan los resultados

Pero hay que tener en cuenta varios factores que condicionan los resultados. En primer lugar, la posible detección se ha realizado mediante un análisis muy complejo y solo mediante una transición molecular. En general, solo se admite que se ha detectado un compuesto químico en un medio cuando se verifica su presencia en distintas frecuencias o longitudes de onda.

Como admiten los mismos autores, existe la posibilidad de que este compuesto haya sido producido por procesos geo o fotoquímicos

Por otra parte, la característica espectral que se ha identificado (‘la huella dactilar’ en el espectro de Venus) podría haber sufrido contaminación de otras moléculas, lo que habría provocado una sobrestimación de la abundancia medida.

Por tanto, es indispensable realizar nuevas observaciones en otros rangos del espectro electromagnético para identificar otras ‘huellas dactilares’ del fosfano de manera inequívoca.

Finalmente y tal como admiten los mismos autores, existe la posibilidad de que este compuesto haya sido producido por procesos geo o fotoquímicos.
¿Vida en la atmósfera venusiana?

Como conclusión, se trata de un trabajo pionero que abre una nueva vía de investigación y una extraordinaria posibilidad se avista en el horizonte venusiano: la capacidad de este planeta, por otra parte muy hostil, de mantener actividad biológica en las capas superiores de su atmósfera, en donde las condiciones se asemejan a las que disfrutamos en nuestro planeta.

Parafraseando a Neil Armstrong, un paso adicional para la astrobiología que pudiera convertirse en un gigantesco salto para la humanidad. De llegar a confirmarse este anuncio representaría un verdadero cambio de paradigma.

La ESA está diseñando la nave EnVision que, de aprobarse, llegaría a Venus en 2032, y la NASA también tiene dos propuestas sobre el tablero: DAVINCI+ y VERITAS

¿Cuáles son los siguientes pasos? El método científico nos guía: más y mejores observaciones, verificaciones independientes, diversidad en los análisis y estudio de otras transiciones moleculares.

Durante los próximos meses los distintos observatorios terrestres que disponen de la instrumentación adecuada recibirán numerosos propuestas de observación. Además, las diferentes agencias espaciales es posible que reorienten sus programas de desarrollo de sondas espaciales. La europea, ESA, está diseñando la nave EnVision, un orbitador de reconocimiento que, de aprobarse, llegaría a Venus en 2032.

Por su parte, la americana NASA tiene dos propuestas sobre el tablero: DAVINCI+ y VERITAS. En el primer caso se trata de una sonda que aterrizaría en la superficie y que durante aproximadamente una hora, el tiempo de descenso, estudiaría las distintas capas de su atmósfera.

Impresión artística de DAVINCI+ descendiendo, una de las posibles misiones de la NASA a Venus. / NASA/GSFC

En lo que respecta a España, somos parte integrante de la ESA y por tanto de su programa científico, pero debido a los largos plazos que requieren las misiones espaciales y las limitación administrativas que impone la burocracia española a todos sus organismos públicos de investigación, no se suelen aprovechar completamente las oportunidades de desarrollo tecnológico y científico, con sus correspondientes implicaciones industriales.

Tal vez sea el momento adecuado de plantarse la creación de una verdadera Agencia Espacial Española, de manera análoga a otros países europeos, que verdaderamente coordine todos los esfuerzos en la exploración y virtual explotación del espacio.

Es posible que veamos un cambio de foco en los objetivos del sistema solar, desde los satélites helados de Júpiter (Europa) y Saturno (Encelado) a Venus, mucho más accesible. ¿Y está la supremacía de Marte, el 'hermanastro' de la Tierra, amenazada? Posiblemente no, el planeta rojo sigue siendo la mejor oportunidad para detectar actividad biológica, de existir, pasada o presente.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons.

27 de octubre de 2019

Astronomía - Descubiertas dos nuevas estructuras moleculares asociadas a la última erupción de Eta Carina

Figura: imagen del sistema Eta Carina y la Nebulosa del Homúnculo, vistas por el telescopio espacial Hubble. NASA/ESA/Hubble/N.Smith (University of Arizona)/J.Morse (BoldlyGo Institute)
Investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) han descubierto dos nuevas estructuras en el corazón de Eta Carina, un sistema binario de gran masa situado a 7500 años luz de la Tierra. Estas estructuras, que muestran una composición química inusual, se formaron a finales del siglo XIX y su hallazgo ha sido posible gracias al Observatorio ALMA.
Eta Carina es una estrella binaria evolucionada, muy luminosa y a punto de explotar como supernova. Esta estrella ha cautivado a los astrónomos desde que sufrió dos erupciones gigantescas en el siglo XIX, la última de ellas en 1890. Durante estos eventos se expulsaron cantidades colosales de polvo y gas, más de 20 veces la masa de nuestro Sol, que dieron como resultado la formación de una espectacular Nebulosa, conocida como Nebulosa del Homúnculo (Hombrecillo, en latín). El material expulsado, rico en elementos químicos pesados, es el ambiente perfecto para la aparición de moléculas orgánicas, moléculas basadas en el carbono y que son consideradas como los ladrillos de la vida. En este sentido, observaciones recientes en el entorno de la nebulosa habían encontrado evidencias de gas molecular, aunque sin llegar a determinar su ubicación específica. Hasta ahora, sólo era conocida la distribución de monóxido de carbono (CO) en un anillo grumoso que rodeaba la cintura del Hombrecillo.

Gracias al telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), el material molecular alrededor de Eta Carina se ha podido estudiar con un detalle sin precedentes. Investigadores del Centro de Astrobiología, utilizando observaciones de altísima resolución angular del archivo de ALMA han conseguido descubrir dos nuevas estructuras en la región más interna de Eta Carina, que se originaron en la erupción de 1890. Los resultados de esta investigación se publican hoy en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

En primer lugar, descubrieron una pequeña estructura compuesta por gas y polvo, situada en el corazón del Hombrecillo. Esta estructura, bautizada como Peanut (cacahuete, en español) por los investigadores, fue creada por el material expulsado durante la erupción y se aleja de la estrella a través de la región turbulenta donde chocan los vientos estelares del sistema binario. En segundo lugar, los investigadores hallaron también varias estructuras compactas que, a modo de proyectiles, se alejaban a velocidades de hasta 60 km/s, seguramente eyectadas por la estrella principal, rica en nitrógeno.
La imagen principal muestra el sistema Eta Carina y la Nebulosa del Homúnculo, vistas por el telescopio espacial Hubble. Los recuadros muestran una visión más cercana del material molecular detectado. (Foto: NASA/ESA/Hubble/N.Smith (University of Arizona)/J.Morse (BoldlyGo Institute))

Lo que llamó la atención de los investigadores fue la composición química inusual de estas nuevas estructuras. “En contraste con el anillo exterior, en el Peanut solamente detectamos la molécula HCO+ (conocida por catión formilo), y no encontramos indicios de CO, lo que es bastante desconcertante teniendo en cuenta que el monóxido de carbono es una de las moléculas más abundantes en el universo”, explica Ricardo Rizzo, investigador del Centro de Astrobiología y coautor del estudio. “Esta situación es difícil de explicar mediante los modelos químicos estándar, por lo que son necesarias futuras observaciones para resolver este misterio”, añade. Asimismo, los proyectiles están compuestos únicamente por HCN, ácido cianhídrico, lo que indica que se trata de material procedente del interior de la estrella que ha sido enriquecido en nitrógeno.

El sistema Eta Carina y su entorno constituyen uno de los pocos escenarios astrofísicos donde se puede presenciar la formación de moléculas casi en tiempo real. “Las moléculas detectadas se han formado en menos de 200 años, un tiempo brevísimo en la escala de los procesos cósmicos, que pueden tener duraciones de miles (o incluso millones) de años”, comenta Rizzo.

“Estudiar el gas molecular asociado a estrellas muy masivas nos permite conocer cómo ha sido la evolución química de estos objetos, y proporciona pistas para entender los mecanismos que desencadenan erupciones tan violentas como las de Eta Carina”, indica Cristóbal Bordiú, coautor del presente estudio que, además, forma parte de su tesis doctoral.

Las estrellas masivas controlan la evolución galáctica, alterando la forma y la composición de galaxias como la Vía Láctea. Entender cómo se forman las moléculas en el entorno de las estrellas masivas tiene importantes implicaciones astrobiológicas, pues nos ayuda a entender el enriquecimiento químico del universo primitivo. 

Fuente: UCC-CAB

13 de septiembre de 2018

ASTROBIOLOGÍA - Extremófilos en minerales darían señales de vida en otros planetas

"Muestras tomadas en Pescadero (Santander) y Villa de Leyva (Boyacá) podrían ser estudiadas y comparadas con las de otros planetas para establecer la existencia de vida extraterrestre a partir de microorganismos que sobreviven en condiciones extremas"
El hallazgo permitirá que algunos de los minerales evaluados, como cuarzo, calcita y feldespato alcalino, se propongan como evidencia de actividad biológica, y que al encontrarse en otros planetas se puedan realizar experimentos similares para determinar si también están en capacidad de propiciar el crecimiento de colonias de microorganismos.

“Los microorganismos endolíticos son aquellos capaces de aprovechar la humedad de los espacios físicos que se encuentran dentro de rocas y minerales. Según el lugar donde se alojen pueden ser criptoendolíticos –en las porosidades de la roca– o chasmoendolíticos, si lo hacen en las fisuras”, explica Julián Andreas Corzo, candidato a magíster en Geología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).

Para el proyecto desarrollado por el Grupo de investigación de Ciencias Planetarias y Astrobiología (GCPA) se optó por emplear minerales, debido a que tienen una fuente de elementos químicos más limitada para nutrir a los microorganismos.

“Mientras que los minerales son elementos sólidos e inorgánicos, de origen natural, con una estructura interna cristalina y definida, las rocas son un conjunto de dos o más minerales”, precisa el profesor David Tovar, codirecctor del GCPA.


Muestras de minerales tomadas. (Foto: Santiago Rodríguez)



Como los minerales más comunes en la corteza terrestre son aquellos capaces de formar roca, la investigación se centró en hacer los análisis a partir de microorganismos obtenidos en tres de ellos: cuarzo (formado por silicio y oxígeno), calcita (compuesta de carbonato de calcio), y feldespato alcalino (conformado por potasio, aluminio y silicio).

En tal sentido, se buscó establecer cuál de los tres minerales seleccionados resultaba más apropiado para formar colonias de microorganismos, a partir de un proceso que incluyó la ubicación de los lugares donde se pudieran tomar las muestras para su posterior análisis en los laboratorios de la U.N.

Como la recolección de estos minerales se debe hacer sin que ningún agente externo entre en contacto con los microorganismos, las muestras se deben tomar siguiendo un protocolo que incluye el uso tanto de tapabocas y guantes como de un martillo geológico esterilizado.

“El martillo geológico está diseñado para que al golpear la roca no salgan astillas que puedan contaminar la muestra con fragmentos del metal de la herramienta”, precisa el profesor Tovar.

Con el fin de garantizar que los organismos no se sigan reproduciendo, las muestras se disponen en bolsas estériles que luego se almacenan a 4 ºC para evitar cualquier contaminación externa.

Después se fractura la roca, se hace un raspado de su interior y comienza el análisis de las muestras a partir de un método en el que se agrega material sólido para completarlo en una solución líquida que se irá trasvasando a otros recipientes para obtener la mayor concentración de microorganismos posible (series de dilución).

Aunque los avances de la investigación permitirán establecer en cuáles sustratos podrían vivir estos microorganismos y cuáles minerales sería más favorables para formar colonias, se encontró que en efecto los tres minerales están en capacidad de contribuir con este proceso.

En tal sentido, llama la atención que de los tres minerales analizados, el feldespato alcalino tuviera más elementos químicos disponibles para la nutrición de las bacterias y que en este se desarrollaron más comunidades de este tipo.

De igual manera, se encontró que los microorganismos que crecieron en un tipo de mineral no lograron hacerlo en otros, lo que se traduce en requerimientos específicos para el desarrollo de algunos de ellos. 

Fuente: UN/DICYT

11 de octubre de 2013

La presencia de agua en un asteroide apunta a posibles exoplanetas habitables

Ilustración artística de la imagen obtenida por Warwick y Cambridge del asteroide rico en aguaAFP PHOTO / Mark A. Garlick / University of Warwick / University of Cambridge

- Agua y rocas son dos componentes claves para hacer habitable un planeta
- El cuerpo detectado tiene un 26% de masa de agua, la Tierra un 0,02 %
- Es la primera muestra de agua en material rocoso fuera del sistema solar


Los equipos de astrónomos de las universidades británicas de Cambridge y Warwick han encontrado losrestos destrozados de un asteroide cuya superficie presenta grandes cantidades de aguaque orbitan una estrella agotada o una enana blanca.

Los nuevos resultados de la investigación se consiguieron mediante los telescopios espaciales Hubble y Keck y de la NASA y suponen el primer hallazgo de agua y de una superficie rocosa, juntos, más allá del sistema solar.

El hecho de que sean dos "componentes clave" para hacer habitable un planeta indica que la estrella GD 61 y su sistema planetario, situado a unos 150 años luz de distancia, tenía al final de su vida potencial para contener exoplanetas similares a la Tierra, señalan los autores del descubrimiento, publicado en la revista 'Science'.

El asteroide analizado tiene un 26% de masa de agua, muy similar a Ceres, el asteroide más grande del cinturón principal de nuestro sistema solar. Ambos son mucho más ricos en agua en comparación con la Tierra.

Nuestro planeta, de hecho, es esencialmente un planeta "seco", con sólo el 0,02% de su masa con agua superficial, puesto que los océanos llegaron mucho después de que se formara, más probable cuando los asteroides ricos en agua en el sistema solar se estrellaron contra nuestro planeta.

Una "prueba de confianza"

El nuevo hallazgo muestra que un "sistema de suministro" de la misma agua podría haber ocurrido en este distante moribundo sistema solar de la estrella, ya que las últimas pruebas apuntan a que contiene un tipo similar de agua rica cuyo primer asteroide habría llevado agua a la Tierra.

Los astrónomos dicen que se trata de la primera "prueba de confianza" de agua en material rocoso planetario en cualquier sistema planetario extrasolar.

Todos los planetas rocosos se forman por la acumulación de asteroides, creciendo hasta su tamaño completo, por lo que los asteroides son esencialmente los " bloques de construcción" de los planetas.

"El hallazgo de agua en un asteroide de gran tamaño significa que los bloques de construcción de planetas habitables existían, y tal vez todavía existen, en el sistema de GD 61, y es probable que también en torno a un gran número de estrellas madre similares", ha explicado el autor principal Jay Farihi, del Instituto de Astronomía de Cambridge.

"Estos componentes ricos en agua y los planetas terrestres que construyen pueden, de hecho, ser comunes, pues un sistema no puede crear cosas tan grandes como los asteroides y evitar la construcción de planetas. GD 61 tenía los ingredientes para ofrecer un montón de agua a sus superficies", según subraya Farihi.


Fuentes : EUROPA PRESS, Rtve.es

13 de julio de 2013

Reino Unido se lanza a la búsqueda de inteligencia extraterrestre

ISAN El telescopio Lovell en el observatorio Jodrell Bank

"El nuevo programa empleará uno de los equipos telescópicos más avanzados del mundo para detectar señales más allá de la Tierra"

La red de investigación Seti (Searchfor Extra TerrestrialIntelligence) del Reino Unido ha lanzado un nuevo programa de búsqueda de vida inteligente más allá de la Tierra, en el que se empleará el uso de nuevas tecnologías, como algunos de los telescopios e interferómetros más avanzados del mundo, para detectar señales y determinar la posible existencia de civilizaciones en otros planetas.

Actualmente, el proyecto Seti opera en su mayoría en los Estados Unidos y es financiado por inversores privados. Por ello, un grupo de astrónomos de once instituciones británicas ha planteado la idea de lanzar una red de investigación paralela en Reino Unido, que cubrirá un amplio espectro de temas como los posibles métodos para la detección de señales, el desafío lingüístico de descifrar los mensajes, la probabilidad de que una civilización extraterrestre interactúe con la Tierra y la longevidad de las civilizaciones.

“Esperamos que la creación de este programa anime a la gente a interesarse por la labor de la comunidad de astrónomos de Reino Unido. No sé si los extraterrestres están ahí fuera, pero estoy desesperado por saberlo”, comentó Alan Penny, el coordinador del programa.

La red utilizará el conjunto de radiotelescopios e interferómetros británicos eMerlin, así como la red de sensores multipropósito LOFAR (Array de Baja Frecuencia), que es capaz de estudiar grandes áreas del cielo simultáneamente. Además, las técnicas de análisis de datos de Seti se realizarán sin tener que interferir en el trabajo científico principal de los telescopios. 


Ovnis en tránsito

El astrónomo Duncan Forgan, del Observatorio Real de Edimburgo y miembro de este nuevo programa, está estudiando la posibilidad de detectar grandes estructuras construidas por civilizaciones que orbitan otras estrellas. “Si una nave extraterrestre se acerca a una estrella, los futuros telescopios podrán detectarla”, destacó. El método planteado es el mismo que se emplea para detectar planetas extrasolares e implica reconocer los momentos en que el objeto no identificado produce una sombra en la luz de las estrellas. Para ello se emplearán las versiones más avanzadas del telescopio Kepler de la NASA o los telescopios del Observatorio Europeo del Sur (ESO).

“La primera propuesta para buscar señales de radio de civilizaciones extraterrestres en realidad estaba inspirado en la construcción del telescopio Lovell en el observatorio Jodrell Bank”, recuerda Tim OŽBrien investigador de este observatorio de la Universidad de Manchester.

Entre 1998 y 2003 los científicos de esta universidad participaron en el proyecto Fénix, auspiciado por Seti, buscando señales en un millar de estrellas cercanas. "En ese momento el equipo necesario para tamizar los datos era caro y poco común, pero ahora nuestros telescopios modernos son potencialmente capaces de realizar este tipo de observaciones como una cuestión de rutina", destacó O'Brien.


 Telescopio Lovell


«Media oreja abierta»

La matriz de e-MERLIN, que incluye el Telescopio Lovell, está conectada por fibras ópticas y se extiende sobre 217 kilometros de Jodrell Bank a Cambridge. Este enfoque multi-telescopio ofrece potencial para distinguir las verdaderas señales extraterrestres de la interferencia generada en la Tierra, un problema clave para todos los proyectos Seti de radio.

"Hay miles de millones de planetas ahí fuera. Sería una negligencia nuestra por no tener por los menos media oreja abierta a cualquier señal que pueda ser enviada hacia nosotros", puntualiza un entusiasta O'Brien, quien considera que esta proyecto constituye el impulso necesario para esclarecer la existencia de búsqueda de vida inteligente en otras partes del universo. 




Fuentes : ABC.es

9 de mayo de 2013

El mapa de la química necesaria para la existencia de vida en Europa (luna de Júpiter)

Europa Global Views in Natural and Enhanced Colors
Esta vista compuesta en color combina imágenes violadas, verdes, e infrarrojas de la luna intrigante del Júpiter, el Europapá, para una vista de la luna en el color natural (dejado) y en el color realzado diseñó sacar diferencias en color sutiles en la superficie (derecho). La parte blanca y azulada brillante de la superficie del Europapá es formada sobre todo del sorbete, con muy pocos materiales de no hielo. 
En contraste, las regiones moteadas parduscas en el lado derecho de la imagen pueden ser cubiertas por sales hidratadas y un componente rojo desconocido. El terreno moteado amarillento en el lado izquierdo de la imagen es causado por algún otro componente desconocido. Las líneas largas, oscuras son fracturas en la corteza, algunos de las cuales son más de 3,000 kilómetros (1,850 millas) mucho tiempo. Crédito de imagen:  NASA/JPL/University de Arizona

 Una investigación revela que el peróxido de hidrógeno abunda por gran parte de la superficie de Europa, satélite de Júpiter. Los autores del estudio argumentan que si ese peróxido de la superficie se mezcla del modo adecuado en el océano del subsuelo, podría ser una importante fuente de energía para formas simples de vida, si es que hay vida en dicho océano subterráneo.

La vida, como es sabido, necesita agua líquida; elementos como carbono, nitrógeno, fósforo y azufre, y algún tipo de energía, ya sea química o lumínica, para mantener funcionando su maquinaria bioquímica.

Europa tiene el agua líquida y los elementos básicos. Y además, el equipo de Kevin Hand, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, California, cree que compuestos como el peróxido podrían aportar buena parte de la energía requerida. La disponibilidad de oxidantes como el peróxido en la Tierra fue fundamental para el surgimiento de la vida compleja, multicelular.

El equipo de Hand y Mike Brown, del Instituto Tecnológico de California en Pasadena, analizó datos de mediciones espectrales en la banda del infrarrojo cercano de la luz de Europa, utilizando el Telescopio Keck II en Mauna Kea, Hawái. La mayor concentración de peróxido fue hallada en el lado de "proa" del astro, es decir, la cara que da a la misma dirección hacia la que el satélite avanza en su travesía orbital alrededor de Júpiter.

El peróxido de hidrógeno se detectó por primera vez en Europa por la misión de la sonda Galileo de la NASA, que exploró el sistema de Júpiter desde 1995 hasta 2003. Pero las observaciones de Europa hechas por la Galileo fueron menos extensas de lo que habría resultado ideal.


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Los científicos están casi seguros de que Europa tiene un océano bajo su superficie helada. Esta recreación artística ilustra una posible vista seccional a través de la corteza de hielo de Europa. El calor asciende desde el manto rocoso de Europa, posiblemente por medio de una sustancial actividad volcánica, y de ese modo mantiene el océano lo bastante caliente como para que conserve su estado líquido, hasta que muy arriba prevalecen el frío y el hielo. 
(Imagen: NASA JPL)

Los nuevos resultados muestran que el peróxido está distribuido en gran parte de la superficie de Europa, encontrándose las mayores concentraciones en las regiones donde el hielo es de agua casi pura, con muy poca contaminación de azufre.

Los científicos creen que el peróxido de hidrógeno es un factor importante para la habitabilidad en el océano global de agua líquida bajo la corteza helada de Europa, ya que el peróxido de hidrógeno podría proporcionar la energía química necesaria para la vida en ese mar subterráneo, si se llegara a mezclar con su agua marina.

Información adicional






Fuentes : Jet Propulsion Laboratory

1 de mayo de 2013

El escenario potencial para la química prebiótica en Titán

El globo vistoso de luna más grande del Saturno, Titán, pasa delante del planeta y sus anillos en esta foto en color verdadera de la nave espacial Cassini de la NASA. Crédito de imagen:
Instituto de Ciencia de NASA/JPL-Caltech/Space›


Los resultados de un fascinante experimento de laboratorio simulando la atmósfera de Titán, la luna más grande del planeta Saturno, sugieren que la química orgánica compleja capaz de conducir al surgimiento de los componentes esenciales de la vida, se extiende hasta más abajo en la atmósfera de lo que se pensaba. Eso implica que esa franja también podría servir de caldo de cultivo de tales materiales prebióticos.

Previamente, los científicos pensaban que a mayor cercanía a la superficie de Titán, más simple se volvía la química de la atmósfera. Sin embargo, el nuevo experimento, realizado en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL por sus siglas en inglés) de la NASA, en Pasadena, California, demuestra que eso no es cierto. "El mismo tipo de luz que dirige la química biológica en la superficie de la Tierra, podría también dirigir la química en Titán, a pesar de que este satélite recibe menos luz solar y es mucho más frío. Titán no es un gigante dormido en su atmósfera inferior: sino como mínimo medio despierto en su actividad química". Así de contundentes y sugestivas son las declaraciones de Murthy Gudipati, coautor del estudio que incluyó dicho experimento, y científico del JPL.



 
 En un experimento de laboratorio en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, Pasadena, California., los científicos que simulan la atmósfera del Titán lunar del Saturno han elaborado moléculas orgánicas complejas que ellos piensan podría conducir finalmente a los componentes básicos de vida. Crédito de imagen: NASA/JPL-Caltech


Desde que las Voyager 1 y 2 de la NASA visitaron el sistema de Saturno en 1980 y 1981, los científicos ya han sabido a ciencia cierta que Titán tiene una atmósfera espesa, neblinosa, y con presencia de hidrocarburos, incluyendo metano y etano. Estas moléculas orgánicas simples pueden convertirse en moléculas con gran movilidad aérea y que forman una especie de niebla, con enlaces hidrógeno-nitrógeno-carbono, a las que el astrónomo Carl Sagan bautizó como "tolinas".

Las tolinas son sustancias orgánicas complejas que pudieron ejercer un papel clave en el origen de la vida terrestre.

Ya se sabía que la atmósfera superior de Titán permite la formación de moléculas orgánicas complejas, pero ahora el equipo de Gudipati y Mark Allen, también del JPL, ha determinado que la luz solar en la atmósfera inferior de Titán puede activar reacciones químicas orgánicas complejas, no sólo en gases, sino también en líquidos y sólidos.

El equipo examinó una forma de hielo de dicianoacetileno, una sustancia detectada en Titán, relacionada con un compuesto que se volvió marrón después de ser expuesto a la luz ambiental en el laboratorio de Allen hace 40 años.


Ésta imagen fue obtenida por la sonda Huygens de la Agencia Espacial Europea cuando atravesó la gruesa atmósfera de Titán, de color marrón-anaranjado, el 14 de enero de 2005. (Foto: ESA/NASA/JPL-Caltech/Universidad de Arizona)

En el nuevo experimento, el dicianoacetileno fue expuesto a luz láser de 355 nanómetros de longitud de onda. Este tipo de luz puede llegar hasta las capas inferiores de la atmósfera de Titán con una intensidad moderada, tal como sucede por ejemplo cuando un poco de luz atraviesa las gafas protectoras que utilizamos al observar un eclipse solar desde la Tierra. El resultado fue la formación de una neblina de color marrón entre los paneles de vidrio que conformaban la cámara de experimentación, confirmando que, con las condiciones reinantes en la capa inferior de la atmósfera de Titán, es factible, mediante procesos fotoquímicos, la producción de tolinas.

Estas complejas sustancias orgánicas podrían revestir las "rocas" de hielo de agua en la superficie de Titán, y también probablemente filtrarse a través de la corteza, hacia una capa de agua líquida en el subsuelo. En anteriores experimentos de laboratorio, tolinas como éstas fueron expuestas al agua líquida, y, con el paso del tiempo, se formaron sustancias decisivas desde el punto de vista biológico, como por ejemplo aminoácidos y las bases de los nucleótidos que constituyen el ARN.

Estos resultados sugieren que el volumen de la atmósfera de Titán involucrado en la producción de sustancias orgánicas complejas, es mucho mayor de lo que se pensaba, tal como subraya Edward Goolish, director en funciones del Instituto de Astrobiología de la NASA. "Esta nueva información hace a Titán un sitio aún más interesante para el estudio astrobiológico".

El equipo incluyó a Isabelle Couturier de la Universidad de Provenza, en Marsella, Francia, Ronen Jacovi de la NASA, y Antti Lignell de la Academia Finlandesa de Ciencia.

Información adicional
 



Fuentes : Jet Propulsion Laboratory

27 de marzo de 2013

Compuestos prebióticos en el espacio interestelar

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El radiotelescopio GBT y algunos de los compuestos que ha descubierto en el cosmos. (Imagen: Bill Saxton, NRAO/AUI/NSF)

Utilizando las nuevas tecnologías en los telescopios y en los laboratorios, un equipo de investigadores ha descubierto dos importantes sustancias prebióticas en el espacio interestelar. El hallazgo demuestra que algunos compuestos químicos básicos, que constituyen pasos cruciales en el camino químico hacia la vida, pueden haberse formado en los polvorientos granos de hielo que flotan entre las estrellas.

Los científicos utilizaron el radiotelescopio GBT en West Virginia Occidental, Estados Unidos, para estudiar una nube gigante de gas a unos 25.000 años-luz de la Tierra, cerca del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Entre los compuestos químicos detectados en esa nube, hay una sustancia que se piensa que es un precursor de un componente clave del ADN, y otra que puede tener un rol en la formación de un aminoácido fundamental para la vida.

Uno de los compuestos recién descubiertos constituye una fase intermedia en un proceso que los químicos creen que produce adenina, una de las cuatro nucleobases que forman los "peldaños" de la estructura parecida a una escalera helicoidal que tiene el ADN.

El otro compuesto se cree que desempeña un papel en la formación de alanina, uno de los veinte aminoácidos en el código genético.

El haber encontrado estas sustancias en una nube de gas interestelar significa que bloques de construcción importantes para el ADN y para los aminoácidos pueden "sembrar" los precursores químicos de la vida en planetas recién formados, tal como razona Anthony Remijan, del Observatorio Nacional de Radioastronomía de Estados Unidos (NRAO).



GBT's HCN Dimer Discovery from NRAO Outreach on Vimeo.
En el vídeo de arriba, los estudiantes y sus astrónomo-asesor 
compartir la emoción del descubrimiento.

Estructura de cyanomethanimine. Enlace a los gráficos de cynanomethanimine y adenina

En cada caso, las sustancias interestelares recién descubiertas son etapas intermedias en los procesos químicos, con múltiples pasos, que conducen a la molécula biológica final. Los detalles de los procesos no están claros, pero lo descubierto aporta pistas sólidas acerca de dónde ocurren estos procesos.

Anteriormente, los científicos pensaban que estos procesos tenían lugar en el muy tenue gas que existe entre las estrellas. El nuevo hallazgo, sin embargo, sugiere que las secuencias de formación química de estas moléculas no se desarrollaron en un ambiente gaseoso, sino en las superficies de los granos de hielo existentes en el espacio interestelar.

Cada molécula tiene un conjunto específico de estados rotacionales que puede asumir. Cuando se cambia de un estado a otro, se emite o se absorbe una cantidad específica de energía, a menudo en forma de ondas de radio en frecuencias específicas, que pueden ser captadas con el GBT.

Mediante la estrategia de identificar las "huellas dactilares" de los compuestos químicos cósmicos a través de técnicas especiales, los astroquímicos pueden medir los patrones de estas radiofrecuencias que son característicos de moléculas específicas. Armados con esta información, pueden entonces buscar coincidencias entre un patrón de referencia y los datos recibidos por los telescopios y radiotelescopios.

Información adicional


Fuentes : NRAO: National Radio Astronomy Observatory

13 de marzo de 2013

En diez años luz pueden encontrarse al menos 3 planetas como la Tierra


Exoplanetas
Foto: CHESTER HARMAN    
El número de planetas potencialmente habitables es mayor de lo que se pensaba, según un nuevo análisis realizado por un investigador de la Universidad Penn State, y algunos de esos planetas están probablemente al acecho alrededor de estrellas cercanas.

"Nosotros estimamos que si fuéramos a buscar a las 10 estrellas pequeñas más cercanas encontraríamos unos cuatro planetas potencialmente habitables, más o menos", dijo Ravi Kopparapu, un investigador

post-doctoral en Ciencias de la Tierra. "Esa es una estimación conservadora", agregó. "Podría haber más". Kopparapu detalla sus hallazgos en un artículo aceptado para su publicación en Astrophysical Journal Letters. En el mismo, volvió a calcular el carácter común de planetas del tamaño de planetas en las zonas habitables de estrellas de baja masa, conocidas también como las estrellas enanas frías o M.
Los científicos se centran en enanas M por varias razones, explicó. La órbita de los planetas alrededor de las enanas M es muy corta, lo que permite a los científicos recopilar datos sobre un mayor número de órbitas en un período más corto de tiempo del que se puede obtener en estrellas similares al Sol, que tienen grandes zonas habitables. Las enanas M son más comunes que las estrellas similares al Sol de la Tierra, lo que significa que pueden ser mejor observadas.

Según sus hallazgos, "la distancia media a la estrella más cercana con planetas potencialmente habitables es de unos siete años-luz. Eso es aproximadamente la mitad de la distancia de las estimaciones anteriores", dijo Kopparapu. "Hay alrededor de ocho estrellas frías dentro de un rango 10 años luz, por lo que de manera conservadora, deberíamos esperar encontrar unos tres planetas del tamaño de la Tierra en las zonas habitables".

El artículo se enmarca en un estudio reciente realizado por investigadores del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica que analizaron 3.987 enanas M para calcular el número de candidatos a planetas del tamaño de la Tierra en zonas habitables, una región alrededor de una estrella donde los planetas rocosos son capaces de sostener el agua líquida y por tanto la vida. Ese estudio utilizó los límites de la zona habitable calculada en 1993 por Jim Kasting.

Kopparapu cuenta que esos hallazgos, basados en datos del satélite Kepler de la NASA, no reflejan las estimaciones más recientes para determinar si los planetas caen dentro de una zona habitable.

Estas estimaciones más recientes se basan en un modelo actualizado desarrollado por Kopparapu y colaboradores, utilizando información sobre la absorción de agua y dióxido de carbono que no estaba disponible en 1993. Kopparapu aplicó esos hallazgos con el estudio del equipo de la Universidad de Harvard, utilizando el mismo método de cálculo, y encontró que hay planetas adicionales en las zonas recién determinadas como habitables.

Utilicé los nuevos cálculos de zona habitable y encontré que hay cerca de tres veces más planetas del tamaño de la Tierra en las zonas habitables alrededor de estas estrellas de baja masa respecto a las estimaciones anteriores", dijo Kopparapu. "Esto significa que los planetas del tamaño de la Tierra son más comunes de lo que pensamos, y eso es una buena señal para la detección de vida extraterrestre".  

     







Fuentes : EUROPA PRESS

11 de febrero de 2013

Crece la atención científica al subsuelo marciano como depósito biológico potencial

Hasta la mitad de toda la vida en la Tierra consiste en microorganismos simples que viven ocultos en rocas del subsuelo, y desde hace algún tiempo los astrobiólogos barajan la idea de que el subsuelo marciano pudo tener en el pasado e incluso hoy en día un papel igual de importante. Ahora, esta teoría ha sido respaldada por las conclusiones de una nueva investigación, que sugieren que los ingredientes de la vida han estado presentes en el subsuelo marciano durante gran parte de la historia del Planeta Rojo.

Cuando los meteoritos golpean la superficie de Marte, actúan como excavadoras naturales, sacando a la superficie piedras que estaban sepultadas a gran profundidad en el subsuelo. Investigaciones recientes han demostrado que muchas de las rocas procedentes del subsuelo marciano contienen arcillas y otros minerales cuya composición química ha sido alterada por el agua, elemento esencial para sostener la vida. Ahora parece estar claro que algunos cráteres profundos de Marte también actuaron como cuencas en las cuales las aguas subterráneas probablemente emergieron para producir lagos. La presencia en dichos cráteres de minerales de arcilla y carbonato, que ahora comienzan a ser reconocidos como tales, implicaría la acción del agua en algún periodo de su historia. Los fluidos que formaron estos minerales podrían por tanto aclarar si bajo la superficie marciana existió vida.

Una investigación realizada por el equipo de Deanne Rogers, profesora en el Departamento de Geociencias de la Universidad de Stony Brook en Nueva York, y Joseph Michalski, geólogo planetario en el Museo de Historia Natural de Londres, indica que los minerales procedentes del subsuelo marciano presentan indicios mucho más claros de un pasado marciano apto para la vida que los minerales que llevan mucho más tiempo en la superficie.


Deanne Rogers, Profesor Adjunto, Departamento de Geociencias de la Universidad de Stony Brook, se representa en los basaltos del río Columbia en el estado de Washington.









No sabemos cómo se formó la vida en la Tierra pero es posible que se originara en el subsuelo, protegida de las duras condiciones que existían en la superficie terrestre de aquellos tiempos remotos. Debido a la tectónica de placas, sin embargo, el registro geológico temprano de la Tierra es muy escaso, por lo que nunca sabremos qué procesos llevaron a la aparición de la vida y a su evolución inicial. No obstante, tal como argumenta Michalski, analizar las rocas del subsuelo marciano que denotan la antigua presencia de agua resulta más fácil, por estar el registro geológico marciano del pasado remoto mejor conservado que el de la Tierra en la época equivalente. Un análisis a fondo de esos minerales marcianos podría aportar datos extrapolables a la Tierra; en ese sentido sería como encontrar un fajo de páginas que han sido arrancadas del libro de la historia geológica de la Tierra.

Tanto si el registro geológico de Marte contiene huellas de vida como si no las alberga, lo cierto es que el análisis de estos tipos de rocas ofrecerá a la comunidad científica la mejor oportunidad de desvelar muchos de los entresijos de los primeros procesos geoquímicos que operaron en el sistema solar y que ayudaron a crear el escenario que permitió a por lo menos un planeta, la Tierra, forjar formas de vida.

Los nuevos análisis de datos reunidos por la Mars Odyssey y la Mars Global Surveyor han permitido detectar e identificar minerales que encajarían en ese escenario de un Marte con agua líquida en algunas zonas.

"Nuestro conocimiento de Marte está cambiando muy rápidamente con todos los nuevos datos", explica el profesor Rogers. "Varios modelos y observaciones recientes han señalado la posibilidad de una gran provisión de agua subterránea en el pasado marciano y tal vez en el presente".

Todo apunta, por tanto, a que la mejor vía para buscar indicios de vida en Marte es centrarse en áreas donde se formaron rocas sedimentarias a partir de fluidos del subsuelo. No parece imprescindible perforar la superficie para buscar huellas de vida antigua. Los autores del nuevo estudio creen que bastará analizar las rocas que han sido extraídas de manera natural hacia la superficie por el impacto de meteoritos, e investigar en cuencas profundas donde se sepa que fluidos del subsuelo alcanzaron la superficie. Los depósitos geológicos formados como resultado del afloramiento de agua subterránea en Marte podrían albergar las pruebas definitivas de una biosfera subterránea en Marte

En la investigación también han trabajado científicos de la NASA, la Universidad de Auburn en Alabama, Estados Unidos, y la Universidad de Aberdeen en el Reino Unido.

Información adicional




Fuentes : http://commcgi.cc.stonybrook.edu/am2/publish/General_University_News_2/Martian_Underground_Could_Contain_Clues_to_Life_s_Origins.shtml

29 de enero de 2013

Encuentran vida abundante en la troposfera, a 10 km sobre la Tierra

GARY MEEK
Bacterias de una muestra tomada en la troposfera
Científicos recogieron las muestras desde un avión a reacción y analizaron el ADN con nuevas técnicas. La mayoría son bacterias y pueden tener influencia sobre el clima


 
NASA El avión DC-8

Investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia (EE.UU.) han registrado la presencia deun número importante de microorganismos, principalmente bacterias, en la troposfera media y alta, la parte de la atmósfera situada a entre 6 y 10 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra y donde se producen los fenómenos meteorológicos. El hallazgo, realizado desde un avión a reacción y para el que se han empleado análisis genéticos, no solo demuestra que puede existir vida en lugares en los que prácticamente parece imposible -la temperatura mínima ahí arriba es del orden de los -50ºC-, sino que también tiene un gran interés para el estudio de la atmósfera: los microorganismos podrían participar en la formación de hielo en las nubes e impactar en el clima. El estudio, el primero de su tipo, según sus autores, aparece publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. (PNAS).

Los microorganismos fueron documentados en muestras de aire tomadas como parte de un programa de la NASA denominado GRIP (Genesis and Rapid Intensification Processes) para estudiar las masas de aire en bajas y altas altitudes asociadas con las tormentas tropicales. El muestreo se realizó desde un avión DC-8 sobre la tierra y el océano, incluidos el Mar Caribe y partes del Océano Atlántico, antes, durante y después de dos grandes huracanes tropicales -Earl y Karl- en 2010.

«No esperábamos encontrar tantos microorganismos en la troposfera, que se considera un entorno difícil para la vida», reconoce Kostas Konstantinidis, profesor asistente en la Escuela de Ingeniería Civil y Ambiental en el Instituto de Tecnología de Georgia. «Parece que hay una gran diversidad de especies». Los microorganismos fueron recogidos del aire exterior desde la aeronave con un filtro de partículas y sus genes fueron secuenciados.

Cuando las masas de aire estudiadas se originaban en el océano, el muestreo encontraba bacterias en su mayoría marinas. Las masas de aire originadas en tierra tenían sobre todo bacterias terrestres. Los investigadores también vieron fuertes evidencias de que los huracanes tuvieron un impacto significativo en la distribución de las poblaciones de microorganismos. En total, detectaron 17 taxones distintos de bacterias, incluyendo algunos que son capaces de metabolizar los compuestos de carbono en la atmósfera, como el ácido oxálico.

Si los microorganismos habitan habitualmente en esta parte de la atmósfera -tal vez viviendo en compuestos de carbono que también se han encontrado allí- o si fueron simplemente enviados hasta ese lugar desde la superficie de la Tierra, igual que llegan hasta el cielo el polvo o la sal marina, todavía no está claro.

Impacto en el clima

Los microorganismos podrían tener un impacto previamente no identificado en la formación de nubes, ya que podrían ser un complemento de las partículas que normalmente sirven como núcleos para la formación de cristales de hielo. «Ante la ausencia de polvo u otros materiales que puedan ofrecer un buen núcleo para la formación de hielo, tener un pequeño número de estos microorganismos alrededor podría facilitar la formación de hielo en estas altitudes y atraer la humedad circundante», afirma Athanasios Nenes, investigador de Ciencias Atmosféricas. Además, el transporte a larga distancia de las bacterias puede ser importante para conocer cómo se transmiten algunas enfermedades.

Ahora, los investigadores están interesados en conocer si ciertos tipos de bacterias son más adecuados que otros para sobrevivir a esas alturas. Los investigadores también quieren entender el papel que juegan los microorganismos, y determinar si están llevando a cabo funciones metabólicas en la troposfera. «Para estos organismos, tal vez las condiciones puedan no ser tan duras», apunta Konstantinidis. «No me sorprendería si hay vida activa y crecimiento en las nubes, pero esto es algo que todavía no podemos decir con seguridad».



Fuentes:http://www.abc.es/ciencia/20130129/abci-hallan-vida-abundante-troposfera-201301281950.html

Científicos españoles hallan las moléculas más complejas del Universo

Los fullerenos podrían ser los responsables de haber llevado a la Tierra sustancias capaces de impulsar el inicio de la vida

Alrededor de las nebulosas planetarias Tc-1 y M1-20, entre 600 y 2.500 años luz de la Tierra, un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha hallado por primera vez evidencias defullerenos complejos, denominados «cebollas de carbono», las moléculas más complejas observadas hasta el momento en el espacio exterior. Un hallazgo que tiene importantes implicaciones a la hora de entender la física y química del Universo y del origen y composición de las bandas difusas interestelares (DIBs), uno de los fenómenos más enigmáticos de la astrofísica.

«Los fullerenos son moléculas tridimensionales estables y muy resistentes formadas en exclusiva por átomos de carbono. Los más comunes son C60 y C70. Los fullerenos C60 presentan unos patrones de hexágonos y pentágonos que se asemejan al diseño de un balón de fútbol, y los C70, al de una pelota de rugby. Los que hemos localizado son fullerenos enormes, multicapas complejas con C60 dentro de C240 y de C540», explica Aníbal García-Hernández, uno de los investigadores de este equipo y autor principal del estudio que se acaba de publicar enAstronomy and Astrophysics Letters.

La investigación, que combina observaciones astronómicas y física teórica, ha encontrado estas moléculas complejas en los alrededores de dos nebulosas planetarias ricas en el fullereno más común, C60. Lo cual sugiere que estos galácticos «balones de fútbol y rugby» pueden ser más comunes y abundantes de lo que se pensaba.

Considerados la tercera forma de carbono (tras el grafito y el diamante), los fullerenos recibieron este nombre en honor al arquitecto Richard Buckmister Fuller, creador de la cúpula geodésica, y fueron descubiertas hace 25 años en laboratorio, lo que valió el premio Nobel de Química a los profesores Richard Smalley y Harry Kroto. Pero no ha sido hasta hace hace apenas un par de años cuando el telescopio Spitzer de la NASA detectó las primeras pruebas de su existencia cerca de nebulosas planetarias de nuestra Vía Láctea.

Las nebulosas planetarias están compuestas por restos de estrellas de masa baja o intermedia (hasta ocho veces la masa del Sol) que se van despojando de sus capas exteriores de gas y polvo conforme envejecen. El mismo proceso por el que pasará nuestro astro rey dentro de unos 5.000 millones de años, una pérdida de masa que enriquece el espacio interestelar con nuevas moléculas y compuestos. «Las nebulosas planetarias producen moléculas orgánicas que acaban expulsando al espacio, y que resultan fundamentales para comprender los procesos moleculares del medio interestelar en el que se forman las estrellas y planetas, y además para entender los procesos de formación de moléculas precursoras de la vida», señala García Hernández.

Y es que este nuevo descubrimiento ahonda en una de las teorías más atrevidas de estos últimos años: la posibilidad de que los fullerenos se comporten como «jaulas transportadoras» de otras moléculas y átomos y que sean, por lo tanto, los responsables de haber llevado a la Tierra sustancias capaces de impulsar el inicio de la vida. Una hipótesis que se sustenta en el hecho de que se han encontrado fullerenos en el interior de meteoritos, y que esos fullerenos transportaban gases extraterrestres. Además, en otros experimentos ya se haya conseguido atrapar una molécula de agua dentro de un fullereno C60.

Cuanto más grandes y complejos sean los fullerenos, como los hallados ahora por el equipo del IAC, más estables y difíciles de destruir resultan, y más posibilidades tienen de llevar otras moléculas en su interior y de sobrevivir indefinidamente en el espacio. Auténticas semillas de vida repartidas por el Universo y dispuestas a llover sobre los planetas.

«El hallazgo de fullerenos y cebollas de carbono cerca de viejas estrellas da paso a la excitante posibilidad de que otras formas de carbono sean habituales en el espacio. Algo que implicaría que los procesos físicos básicos que dan origen a la vida, tal cual la conocemos y basada en el carbono, podrían ser más comunes de lo que creíamos. Lo que nos sugiere que podría crearse vida en cualquier rincón del Universo. No obstante, hay que aclarar que, por el momento, no son más que especulaciones», precisa el investigador del IAC.
Bandas difusas interestelares

La investigación también aporta nuevas claves para entender uno de los fenómenos más enigmáticos de la astrofísica: el origen y composición de las bandas difusas interestelares (DIBs). Descubiertas hace 90 años, están presentes en cualquier lugar del espacio hacia el que enfoquemos un telescopio (se conocen hasta 500 diferentes) y atrapan parte de la luz visible emitida por las estrellas. Nubes de gas y polvo se interponen entre ellas y nosotros, conformando una espectografía única, algo así como su huella dactilar. Los científicos sospechan desde hace tiempo que las DIBs podrían estar generadas por moléculas basadas en carbono. Las observaciones del IAC confirman esta teoría y apuntan además a fullerenos complejos.

«Desentreñar el secreto de las bandas difusas interestelares nos permitirá entender de qué está compuesto el medio interestelar en todos los rincones del Universo», augura Jairo Díaz-Luis. coautor del estudio.



Fuentes : http://www.abc.es/ciencia/20130129/abci-cientificos-espanoles-hallan-moleculas-201301290815.html

9 de enero de 2013

¿UNA OPORTUNIDAD PARA LA VIDA?. Hallan hielo flotante en el mar de Titán

Foto: NASA
Un nuevo informe de científicos de la misión Cassini de la NASA ha descubierto que los mares de la luna de Saturno, Titán, podría tener en un superficie bloques de hielo de hidrocarburos. La presencia de estos témpanos de hielo podría explicar algunos de los datos captados por la sonda, como la reflectividad de las superficies de los lagos.

El autor principal del trabajo, Jonathan Lunine, ha indicado que "una de las preguntas más interesantes acerca de estos lagos es si podrían albergar una exótica forma de vida", por lo que la presencia de hielo flotante de hidrocarburos es, a su juicio, "una oportunidad interesante para la química". En este sentido, ha apuntado que podrá servir para determinar si"la frontera entre líquido y sólido es importante en el origen de la vida terrestre".

Titán es el único cuerpo del Sistema Solar, además de la Tierra, con cuerpos líquidos estables en su superficie. Pero mientras que el ciclo de laTierra --desde la precipitación a la evaporación-- se produce con agua, enTitán se produce con hidrocarburos como etano y metano.

Luna de Saturno tiene una amplia red de estos mares de hidrocarburos en su hemisferio norte, mientras que el hemisferio sur presenta un conjunto más esporádico de los lagos. Hasta ahora, los científicos de Cassini asumían que los lagos de Titán no tendría hielo flotante, porque el metano sólido es más denso que el metano líquido y se hundiría.

Pero el nuevo modelo considera la interacción entre los lagos y la atmósfera, lo que resulta en diferentes mezclas de composiciones, bolsas de gas nitrógeno y cambios en la temperatura. Como resultado, según los científicos, el hielo invernal flota en los lagos ricos en metano y etano si la temperatura está por debajo del punto de congelación del metano - -297 grados Fahrenheit (147ºC).

De este modo, los científicos se dieron cuenta de todas las variedades de hielo que podrían flotar, siempre que esté compuesto de, al menos, un 5 por ciento de "aire" de la luna, que contiene mucho más nitrógeno que el de laTierra y apenas oxígeno.

Si la temperatura cae por sólo unos pocos grados, el hielo se hunde debido a las proporciones relativas de nitrógeno en el líquido contra el sólido. A la vez, temperaturas cercanas al punto de congelación de metano podría conducir a la flotación y al hundimiento de hielo. Es decir, una corteza de hielo de hidrocarburos por encima del líquido y bloques de hielo de hidrocarburos en la parte inferior del lecho del lago.

La investigación, publicada en 'American Astronomical Society', continúa para determinar algunos puntos más de este hallazgo, como puede ser el color de este hielo. Los científicos sospechan que podría estar teñido de color marrón rojizo, como la atmósfera de Titán.



Fuentes : EUROPA PRESS

7 de noviembre de 2012

Ciénagas de México esconden un suelo como el que pisa el ‘Curiosity’ en Marte

Hace millones de años el fuego y el agua forjaron las rocas de yeso que conserva Cuatro Ciénegas, un valle mexicano similar al cráter marciano donde se mueve el rover Curiosity de la NASA. Ahora un equipo de investigadores ha analizado las comunidades bacterianas que han sobrevivido en estas inhóspitas pozas desde los comienzos de la vida en la Tierra.

“Cuatro Ciénegas es un extraordinario análogo de Marte, ya que tanto en este terreno como en el cráter Gale donde el Curiosity explora actualmente el planeta rojo, se formó el yeso por la acción del fuego bajo el agua”, explica a SINC Valeria Souza, ecóloga evolutiva de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La investigadora aclara que para formar yeso se requieren compuestos del azufre del magma y minerales del mar (carbonatos y moléculas con magnesio). En el caso de la cuenca de Cuatro Ciénegas, el magma fue muy activo bajo el mar. De hecho permitió desplazar los continentes durante el Jurasico: “Aquí se abrió el supercontinente Pangea hace 200 millones de años, moviendo el hemisferio norte desde el ecuador a donde está ahora”.

En el caso de Marte, los científicos no han confirmado si en algún momento hubo movimientos tectónicos en su corteza, pero piensan que un gran meteorito cayó en su mar primitivo. El hecho de que las sondas hayan detectado yeso en el cráter Gale indica que hubo agua rica en minerales, y que el azufre se pudo producir por el impacto del meteorito que originó este cráter.

No es fácil encontrar un lugar en la Tierra similar a ese ambiente marciano, salvo Cuatro Ciénegas, de ahí que los astrobiólogos se afanen en comprender como funcionan sus comunidades bacterianas. “Este oasis en mitad del desierto de Chihuahua es una máquina del tiempo con organismos que, juntos como comunidad, no solo han trasformado nuestro planeta azul, sino que han sobrevivido a todo tipo de extinciones, y sus genes nos pueden contar como lo lograron”, dice Souza.

A la izquierda, Cuatro Ciénegas, y a la derecha, el cráter Gale por el que se mueve Curiosity en Marte. (Imagen: L. Eguiarte Fruns//NASA/JPL-Caltech/MSSS)

Su equipo ha analizado los ‘metagenomas’, el genoma de las distintas comunidades bacterianas que proliferan en estas ciénagas, adaptando estrategias paralelas para resolver el reto de sobrevivir en un lugar con tan pocos nutrientes.

Los resultados, que se publican en la revista Astrobiology, reflejan, por ejemplo, la existencia de dos comunidades en pozas distintas. Una es ‘verde’, formada por cianobacterias y proteobacterias adaptadas a la falta de nitrógeno, y otra ‘roja’, compuesta por Pseudomonas y otros microorganismos que viven sin apenas fósforo. También hay pozas azules, en general más profundas y sin nutrientes.

“Entender las estrategias del uso y aprovechamiento de elementos como el fósforo es necesario para comprender lo que podría pasar en escenarios extremos como los de otros planetas, donde posiblemente se tenga una fuerte limitación en este y otros nutrientes”, comenta Luis David Alcaraz, investigador mexicano que participó en el estudio desde el Centro Superior de Investigación en Salud Pública de Valencia.

Este proyecto cuenta con la ayuda de la Fundación Carlos Slim de México y el Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la UNAM, además de la National Science Foundation (NSF) de EEUU y la NASA, que investiga en Cuatro Ciénegas desde hace más de una década.

El Área de Protección de la Flora y Fauna Cuatrociénegas es un espacio protegido, pero los científicos y grupos conservacionistas están preocupados por la sobreexplotación del agua en la zona. “Las comunidades bacterianas han sobrevivido aquí a todo tipo de cataclismos, como los que acabaron con los dinosaurios o la mayoría de las criaturas marinas, pero a lo único a lo que no están adaptadas es a la falta de agua”, alerta Souza. 


Fuente: SINC