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7 de febrero de 2015

Curiosity analiza nuevas muestras de su montaña marciana

Foto: NASA/JPL

La segunda perforación de una montaña marciana por Curiosity alude a antiguos efectos de agua más ácida que la primera muestra del Monte Sharp,un disco de roca en capas de ambientes marcianos antiguos.

El rover utilizó una nueva técnica de perforación de bajo nivel de percusión para recoger polvo de la muestra extraída el 31 de enero de un objetivo de roca llamada 'Mojave 2'.

Curiosity llegó a la base del Monte Sharp hace cinco meses después de dos años de examinar otros sitios dentro del cráter Gale y dirigirse hacia la montaña en el centro del cráter. La primera muestra de la capa base de la montaña venía de un objetivo llamado 'Confidence Hills', perforado en septiembre.

Una revisión preliminar de los minerales en la muestra de 'Mojave 2' ha sido realizada por el instrumento de Química y Mineralogía (CheMin)a bordo de Curiosity. El análisis aún parcial muestra una cantidad significativa de jarosita, un mineral oxidado que contiene hierro y azufre que se forma en ambientes ácidos.
CONDICIONES MÁS ÁCIDAS

"Nuestra evaluación inicial de la muestra más reciente indica que tiene mucho más jarosita que la de Confidence Hills", dijo el investigador principal adjunto de CheMin David Vaniman, del Instituto de Ciencia Planetaria en Tucson, Arizona. Los minerales en Confidence Hills indican condiciones menos ácidas de formación.

Las preguntas abiertas incluyen si el agua más ácida evidente en 'Mojave 2' formaba parte de las condiciones ambientales cuando los sedimentos que construyen la montaña se depositaron primero o el líquido empapó el sitio más tarde, informa el Jet Propulsion Laboratory (JPL).

Ambos sitios diana se encuentran en un afloramiento llamado "Pahrump Hills," una exposición de la formación Murray que es la unidad geológica basal del Monte Sharp. El equipo de la misión Curiosity ya ha propuesto la hipótesis de que esta montaña se formó a partir de sedimentos depositados en una serie de llenados y secados de lagos.


Fuentes: EUROPA PRESS

21 de junio de 2014

Nuevas moleculas alrededor de viejas estrellas


Molécula formadora de agua en la Nebulosa de la Hélice

Gracias al observatorio espacial Herschel de la ESA, los astrónomos han descubierto la presencia de una molécula fundamental para la formación del agua entre las brasas que dejan las estrellas como nuestro Sol en las últimas fases de su vida.

Cuando las estrellas de baja a media masa como nuestro Sol se acercan al final de sus vidas se convierten en enanas blancas, de mayor densidad. En este proceso se desprenden de sus capas de polvo y gas más externas, creando complejos patrones caleidoscópicos conocidos como nebulosas planetarias.

Estas estructuras no tienen nada que ver con los planetas, pero fueron bautizadas así a finales del siglo XVIII por el astrónomo William Herschel, ya que a través de su telescopio se veían como difusos objetos circulares, parecidos a los planetas de nuestro Sistema Solar.

Algo más de dos siglos más tarde, el observatorio espacial Herschel, tocayo de William Herschel, ha realizado un sorprendente descubrimiento al estudiar las nebulosas planetarias.


El canto del cisne de las estrellas que dan lugar a las nebulosas planetarias, al igual que las dramáticas explosiones de supernova de las estrellas más pesadas, también enriquecen el medio interestelar local con elementos a partir de los que se formarán las siguientes generaciones de estrellas.

Si bien las supernovas son capaces de forjar los elementos más pesados, las nebulosas planetarias contienen una gran proporción de ‘elementos de la vida’, como el carbono, el nitrógeno o el oxígeno, formados por fusión nuclear en la estrella moribunda.

Molécula formadora de agua en la Nebulosa del Anillo





Las estrellas como nuestro Sol queman hidrógeno de forma ininterrumpida durante miles de millones de años. Cuando se les empieza a terminar el combustible se hinchan hasta convertirse en gigantes rojas, un cuerpo inestable que empezará a expulsar sus capas más externas para formar una nebulosa planetaria.

Los restos del núcleo de la estrella se transforman en una enana blanca a gran temperatura, que baña su entorno con radiación ultravioleta.

Esta radiación tan intensa podría destruir las moléculas que habían sido expulsadas por la estrella en la fase anterior, y que ahora se encontrarían ligadas a los grumos o anillos de material que se pueden distinguir en la periferia de las nebulosas planetarias.

También se pensaba que esta radiación impediría la formación de nuevas moléculas en esta región.

Sin embargo, dos estudios independientes basados en las observaciones realizadas con Herschel han descubierto que una molécula fundamental para la formación del agua parece disfrutar de las condiciones de este entorno tan hostil, e incluso podría depender de ellas para formarse. Esta molécula, conocida como OH+, está formada por un átomo de oxígeno y uno de hidrógeno y tiene carga positiva.

En el estudio dirigido por la Dra. Isabel Alemán de la Universidad de Leiden, Países Bajos, se analizaron 11 nebulosas planetarias y esta molécula se detectó en tres de ellas.

Estas tres nebulosas tienen en común que albergan a las estrellas más calientes, cuyas temperaturas superan los 100.000 °C.

“Pensamos que la clave se encuentra en la presencia de densos grumos de polvo y gas, iluminados por la radiación ultravioleta y por los rayos X emitidos por la estrella central”, explica Isabel.

“Esta radiación de alta energía desencadena reacciones químicas en el seno de los grumos, dando lugar a la formación de la molécula OH+”


Observaciones de Herschel de la Nebulosa de la Hélice






En paralelo, otro estudio dirigido por la Dra. Mireya Etxaluze del Instituto de Ciencia de los Materiales de Madrid, España, se centró en la Nebulosa de la Hélice, una de las nebulosas planetarias más cercanas a nuestro Sistema Solar, a una distancia de 700 años luz.

La estrella central de esta nebulosa planetaria tiene la mitad de masa que nuestro Sol pero una temperatura muy superior, rozando los 120.000 °C. Las capas expulsadas por la estrella recuerdan a un ojo humano en las imágenes ópticas, y contienen una rica variedad de moléculas.

Herschel estudió la distribución de esta molécula tan especial a través de la Nebulosa de la Hélice, y descubrió que es más abundante en aquellas regiones en las que las moléculas de monóxido de carbono, también producidas por la estrella, son más propensas a ser destruidas por la intensa radiación ultravioleta.

En cuanto los átomos de oxígeno han sido liberados de la molécula de monóxido de carbono vuelven a estar disponibles para formar las nuevas moléculas de oxígeno-hidrógeno, lo que refuerza la hipótesis de que la radiación ultravioleta fomenta su formación.

Estos dos estudios son los primeros en identificar esta molécula fundamental para la formación del agua en las nebulosas planetarias, aunque todavía faltaría por determinar si estas condiciones tan hostiles permitirían la formación de una molécula de agua completa.

“La proximidad de la Nebulosa de la Hélice significa que tenemos un laboratorio natural en nuestro vecindario cósmico en el que podemos estudiar en detalle la química de estos objetos y el papel que juegan en el proceso de reciclaje de moléculas a través del medio interestelar”, explica Etxaluze.

“Herschel ha seguido las huellas del agua a través del Universo, desde las nubes de formación de estrellas hasta el cinturón de asteroides en nuestro propio Sistema Solar”, explica Göran Pilbratt, científico del proyecto Herschel para la ESA.

“Ahora hemos descubierto que las estrellas como nuestro Sol podrían estar ayudando a formar agua en el Universo, incluso durante sus últimos estertores”.


Nota a los Editores

Herschel planetary nebula survey (HerPlaNS). First detection of OH+ in planetary nebulae,” de I. Aleman et al., y “Herschel spectral-mapping of the Helix Nebula (NGC 7293): extended CO photodissociation and OH+ emission,” de M. Etxaluze et al., han sido publicados en la revistaAstronomy & Astrophysics.

HerPlaNS (The Herschel Planetary Nebulae Survey) es una campaña de observación de 11 nebulosas planetarias diseñada para estudiar la formación y la evolución del material circumestelar a través del análisis de los distintos componentes del polvo y del gas. El equipo de HerPlaNS está dirigido por Toshiya Ueta de la Universidad de Denver.

El consorcio MESS (Mass loss of Evolved StarS) estudia una gran variedad de estrellas evolucionadas (entre las que se incluyen las nebulosas planetarias) para comprender mejor la pérdida de masa de estos objetos, la química del polvo y del gas en los materiales expulsados, y los procesos que dan forma a las nebulosas. El consorcio MESS está dirigido por Martin Groenewegen (Real Observatorio de Bélgica) y el estudio de las nebulosas planetarias dentro de este grupo está dirigido por Peter van Hoof (Real Observatorio de Bélgica).


Para más información:

Markus Bauer



ESA Science and Robotic Exploration Communication Officer



Tel: +31 71 565 6799




Mob: +31 61 594 3954




Email: markus.bauer@esa.int

Isabel Aleman
Leiden Observatory, University of Leiden, the Netherlands
Email: aleman@strw.leidenuniv.nl

Mireya Etxaluze
Group of Molecular Astrophysics, Instituto de Ciencias de los Materiales de Madrid, CSIC, Spain
Email: m.etxaluze@icmm.csic.es

Göran Pilbratt

ESA Herschel Project Scientist

Tel: +31 71 565 3621


Email: gpilbratt@rssd.esa.int



Fuentes: ESA

26 de enero de 2014

Herschel descubre vapor de agua en el planeta enano Ceres

Herschel descubre vapor de agua en el planeta enano Ceres

El observatorio espacial Herschel de la ESA ha descubierto vapor de agua en el entorno de Ceres. Se trata de la primera detección inequívoca de vapor de agua en un objeto del cinturón de asteroides.


Ceres, con un diámetro de 950 kilómetros, es el mayor objeto del cinturón de asteroides, que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. A diferencia de la mayoría de los asteroides, Ceres es prácticamente esférico y pertenece a la categoría de los ‘planetas enanos’, en la que también se encuentra Plutón.

Se piensa que Ceres está formado por varias capas, con un núcleo rocoso rodeado por un manto de hielo. La confirmación de la presencia de agua congelada en el cinturón de asteroides tiene importantes repercusiones para comprender la evolución de nuestro Sistema Solar.



Detección de agua en Ceres


Hace 4.600 millones de años, cuando se formó el Sistema Solar, la región central estaba demasiado caliente como para que el agua se pudiese condensar en los planetas interiores: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Se piensa que el agua llegó a estos planetas hace unos 3.900 millones de años, durante una larga época de frecuentes impactos de asteroides y cometas.

Los cometas son conocidos por contener agua helada pero ¿y los asteroides?. Los científicos sospechaban que había agua en el cinturón de asteroides, ya que algunos cuerpos presentan una actividad similar a la de los cometas – los conocidos como Cometas del Cinturón Principal – pero hasta ahora no se había podido confirmar de forma concluyente la presencia de esta molécula en la región.

Durante el estudio de Ceres realizado con el instrumento HIFI de Herschel se han recogido datos que confirman que la superficie de este objeto está emitiendo chorros de vapor de agua.

“Es la primera vez que se detecta agua en el cinturón de asteroides, y confirma que Ceres presenta una superficie de hielo y una atmósfera”, explica Michael Küppers, del Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA en Madrid, autor principal del artículo publicado ayer en Nature.

Aunque Herschel no haya sido capaz de tomar una imagen nítida de Ceres, los astrónomos han podido determinar la distribución de las fuentes de vapor de agua en su superficie al estudiar cómo variaba la señal del agua durante las 9 horas que tarda este planeta enano en dar una vuelta sobre sí mismo. Prácticamente todo el vapor procede de sólo dos puntos de su superficie. 



Representación artística de Ceres con los datos sobre la presencia de agua correspondientes al 11 de octubre de 2012


“Calculamos que se están produciendo unos 6 kg de vapor de agua por segundo, lo que significaría que sólo una pequeña fracción de Ceres está cubierta de hielo. Esta hipótesis encaja perfectamente con las dos regiones puntuales que hemos observado”, explica Laurence O’Rourke, Investigador Principal del programa de observación de asteroides y cometas de Herschel (MACH-11) y coautor del artículo publicado en Nature.

Este vapor se podría generar a través de un mecanismo de sublimación: el hielo se calienta y se transforma directamente en gas, arrastrando consigo el polvo de la superficie y dejando al descubierto hielo fresco con el que continúa el proceso. Así es como funcionan los cometas.

Las dos regiones emisoras de vapor son un 5% más oscuras que el resto de la superficie de Ceres, lo que significa que son capaces de absorber más luz solar y por lo tanto deberían ser más cálidas, lo que implicaría una sublimación más eficiente de los pequeños depósitos de agua congelada.

Una hipótesis alternativa sería la actividad de géiseres o de volcanes de hielo (criovulcanismo), que podría estar jugando un importante papel en la superficie del planeta enano.

A principios de 2015 la misión Dawn de la NASA llegará a Ceres para estudiar de cerca su superficie y monitorizar cómo evolucionan las emisiones de vapor de agua.

“El descubrimiento de Herschel nos aporta nuevos datos sobre la distribución de agua en el Sistema Solar. Como Ceres constituye aproximadamente la quinta parte de la masa total del cinturón de asteroides, este descubrimiento no sólo es importante para el estudio de los cuerpos más pequeños del Sistema Solar, sino que también nos ayuda a comprender mejor el origen del agua en nuestro planeta”, explica Göran Pilbratt, Científico del Proyecto Herschel para la ESA.


Fuentes: ESA

25 de noviembre de 2013

25 cosas asombrosas en espacio realmente existentes


Un depósito de agua
Con 140 billones de veces la cantidad de agua contenida en los océanos de la Tierra, esta nube de gas H2O es más de 12 mil millones de años luz de distancia, cerca de un agujero negro.

El Diamond Planet 
55 Cancri e es un planeta hecho de diamante. Tome que Bill Gates.


El planeta de hielo abrasador
Aunque es 439 grados celcius en Gliese 436 b, es superficie acuosa no se evapora. En cambio, las moléculas de unirse para formar algo que se conoce como "hielo caliente".



Sagitario B2
Consta de formato de etilo, este es el mismo gas que da las frambuesas su sabor y su aroma de ron. Sólo en caso de que se preguntan lo que el centro de nuestra galaxia huele a ...



Sistema Castor
Con seis estrellas en órbita alrededor de una masa central, este sistema es más de 54 veces más brillante que nuestro sol.



Gliese 581 c
Recuerde que el planeta de la quema de hielo? Pues ésta es su vecino y los científicos dicen que es el candidato más probable para la futura colonización. No girar de modo que el lado positivo es super caliente y el lado oscuro es muy fría, pero en medio hay una pequeña franja de territorio templado.



Hipervelocidad Estrellas
Sí, en realidad hay estrellas pummeling través del espacio a miles de millones de kilómetros por hora.



Masivo de la corriente eléctrica
Que emana de un agujero negro cerca, esta corriente es más de 1,5 veces el tamaño de la Vía Láctea.



Himiko Nube
Supuestamente uno de los objetos más grandes del universo conocido, es más de la mitad del tamaño de la Vía Láctea.



Large Group Quasar
Aunque Himiki es enorme, el LGQ es cada vez más grande. Es cuarenta mil veces más grande que nuestra galaxia e incluso rompe algunas leyes normales de la física.



Gravitational Lensing
Lo que usted está buscando en realidad es una estrella azul justo detrás de una estrella amarilla. Light sólo se inclinó por lo que la estrella azul se distorsiona.



Un unicornio
Ok, no realmente, pero la Nebulosa Trífida ciertamente guarda un parecido.



Ratoncito Mickey
Y eso sería el ratón tallada en el lado de Mercurio.



Una estrella fría
Aunque estamos acostumbrados a estrellas está ardiendo caliente, los científicos descubrieron recientemente una estrella que está a sólo 89 grados fahrenheit.



A Star 1500 veces el tamaño del Sol
Si pensabas que el sol era grande, nos permitirá introducir VY Canis Majoris.



Nueva Blob Encontrado
A 200 millones de años luz de diámetro esta mancha desde el otro lado del universo da el Grupo grande Quasar un plazo para su dinero.



Pilares de la Creación
Se trata básicamente de un gran vivero de estrellas que hay cientos de millones de años luz de diámetro.



Los magnetares
Fuera de control de estas estrellas podrían destruir su tarjeta de crédito con su campo magnético desde cientos de millones de millas escapadas.



Los neutrinos
Si se va a sostener una moneda de diez centavos por un segundo, eso sería suficiente para que unos 150 mil millones diminutos neutrinos sin masa para ir cayendo en picado a través de él.



Dark Matter
Si llenado para arriba todo el universo visible que pasará a representar sólo el 5% de la masa total. Al menos un 27% más consiste invisible "materia oscura"



Energía Oscura
Para hacer las cosas realmente interesante, el 68% restante es algo que se conoce como energía oscura, y sea lo que sea que está empujando el universo aparte a toda velocidad.



Planetas
Aunque pueda sonar extraño, porque vivimos en una, en la actualidad existe ninguna teoría que pueda explicar completamente cómo se junta un montón de gas y polvo que rodea a una estrella para formar un planeta, sobre todo si es rocoso.



Gravedad
La fuerza débil y más omnipresente en el universo tiene todavía los científicos adivinando en cuanto a su origen.



Agujero Negro
Más allá de horizonte de sucesos de un agujero negro, o de la frontera gravitacional, nada puede escapar. No la luz, no importa, nada.



Agujeros Blancos
Supuestamente lo contrario de los agujeros negros, que sólo existen en teoría. El asunto va en un extremo y sale por el otro.Algunos dicen que podría ser la clave para cosas locas como viajar en el tiempo.



















Fuentes: noneedtoapply

19 de noviembre de 2013

El enigma del raro patrón del oxígeno en las rocas más antiguas del sistema solar

Recreación artística de la formación de polvo y rocas en la nebulosa solar. (Imagen: NASA)

Durante mucho tiempo, un misterio ha desconcertado a la comunidad científica: El oxígeno, el elemento más abundante en la corteza de la Tierra, sigue un patrón anómalo en las rocas más antiguas del sistema solar, un patrón que por fuerza debe ser el resultado de un proceso químico diferente a las reacciones químicas bien conocidas que en la Tierra formaron minerales oxigenados.

Los científicos notaron por primera vez la discrepancia hace cuarenta años, en el meteorito Allende, que cayó en México en 1969, y ha sido confirmada en otros meteoritos también. Estos meteoritos figuran entre los objetos más antiguos del sistema solar, que según se cree, se formaron hace casi 4.600 millones años a partir de una nebulosa. La mezcla entre el oxígeno-16 (la forma más abundante, con un neutrón por cada protón) y variantes con un neutrón adicional o dos, es notablemente distinta a la que se observa en rocas de la Tierra, la Luna y Marte.

Cualquiera que sea el origen de la anomalía, es obvio que tuvo que ser un proceso importante en la formación del sistema solar, pero en estas décadas no ha estado claro de qué proceso podría tratarse. Y no se trata de un enigma nimio; siendo el oxígeno el tercer elemento más abundante en el universo y uno de los principales elementos formadores de rocas, esta variación entre diferentes cuerpos del sistema solar tiene numerosas implicaciones para la geoquímica y para los mecanismos de formación de planetas rocosos como la Tierra.

El oxígeno-17, con sólo un neutrón extra, se incorpora en las moléculas aproximadamente la mitad de veces que el oxígeno-18, con dos neutrones adicionales. Sin embargo, en estos meteoritos pétreos, los dos isótopos de oxígeno más pesados aparecen en proporciones iguales. Las tasas en las que se incorporaron en los minerales que forman estas rocas primigenias son independientes de sus masas. Mark Thiemens y John Heidenreich encontraron esa proporción independiente de la masa de los isótopos de oxígeno hace treinta años en la formación de ozono, pero el mecanismo para un proceso similar en la formación de los bloques de construcción sólidos de las rocas no se había demostrado experimentalmente antes.

Al recrear las condiciones de la nebulosa solar, cuya masa de gas y polvo se condensó formando nuestra estrella, los planetas y el "material sobrante" de la formación del sistema solar (asteroides, miniplanetas, cometas y demás), el equipo de Mark Thiemens, Subrata Chakraborty y Petia Yanchulova, de la Universidad de California en San Diego, ha identificado la reacción química, gobernada por principios físicos ya conocidos, capaz de generar polvo de silicato a partir de isótopos de oxígeno, y cuyas anomalías isotópicas del oxígeno encajan con lo encontrado en las rocas más antiguas del sistema solar.

En el experimento en el que se reprodujeron tales condiciones, el monóxido de silicio gaseoso reaccionó con el oxígeno y el hidrógeno para formar dióxido de silicio, que es la base de minerales de silicato como el cuarzo que son bastante abundantes en la corteza terrestre. Estas reacciones formaron los primeros materiales sólidos del sistema solar.

Cuando los investigadores recogieron y analizaron el polvo, encontraron una mezcla de isótopos de oxígeno que coincidía con el patrón anómalo encontrado en los meteoritos pedregosos.


Fuentes : UC San Diego

12 de octubre de 2013

Producción de aminoácidos en las superficies de lunas heladas

Los científicos han descubierto una "fábrica cósmica" para la producción de los componentes básicos de la vida, los aminoácidos, según la investigación.

Un nuevo estudio respalda la teoría de que cuando un cometa impacta contra un planeta, crea una onda de choque capaz de generar moléculas precursoras de aminoácidos. La acción de la onda de choque también genera calor, que puede entonces transformar estas moléculas en aminoácidos. Estos bloques de construcción esenciales pueden también ser producidos si un meteorito rocoso impacta contra un planeta cuya superficie es de hielo.

La abundancia de hielo sobre las superficies de Encélado y Europa, lunas que orbitan a Saturno y a Júpiter respectivamente, podrían ofrecer un ambiente propicio para la producción de aminoácidos, cuando los meteoritos impactan contra su superficie, tal como argumentan los autores de este nuevo estudio. Este hallazgo subraya además la importancia de las futuras misiones espaciales a estas lunas para buscar en ellas signos de vida.

El equipo de investigación, integrado por científicos del Imperial College de Londres, la Universidad de Kent en el Reino Unido y el Laboratorio Nacional Estadounidense Lawrence Livermore en California, hizo su descubrimiento al recrear el impacto de un cometa recurriendo para ello a disparar proyectiles mediante un artefacto, instalado en la Universidad de Kent, que utiliza gas comprimido para propulsar proyectiles a velocidades de 7,15 kilómetros por segundo a fin de que impacten contra blancos hechos de mezclas de hielo, las cuales tienen una composición similar a la de los cometas.




Cada vez hay más indicios de que el impacto de cometas contra astros que reúnan ciertas condiciones puede provocar en ellos reacciones químicas complejas, algunas capaces de hacer aparecer aminoácidos. (Imagen: Recreación artística por Jorge Munnshe en NCYT de Amazings)






El impacto resultante creado aminoácidos tales como glicina y D-y L-alanina. 


Autor : Colin Smith 

Fuentes : Imperial College Londres

11 de octubre de 2013

La presencia de agua en un asteroide apunta a posibles exoplanetas habitables

Ilustración artística de la imagen obtenida por Warwick y Cambridge del asteroide rico en aguaAFP PHOTO / Mark A. Garlick / University of Warwick / University of Cambridge

- Agua y rocas son dos componentes claves para hacer habitable un planeta
- El cuerpo detectado tiene un 26% de masa de agua, la Tierra un 0,02 %
- Es la primera muestra de agua en material rocoso fuera del sistema solar


Los equipos de astrónomos de las universidades británicas de Cambridge y Warwick han encontrado losrestos destrozados de un asteroide cuya superficie presenta grandes cantidades de aguaque orbitan una estrella agotada o una enana blanca.

Los nuevos resultados de la investigación se consiguieron mediante los telescopios espaciales Hubble y Keck y de la NASA y suponen el primer hallazgo de agua y de una superficie rocosa, juntos, más allá del sistema solar.

El hecho de que sean dos "componentes clave" para hacer habitable un planeta indica que la estrella GD 61 y su sistema planetario, situado a unos 150 años luz de distancia, tenía al final de su vida potencial para contener exoplanetas similares a la Tierra, señalan los autores del descubrimiento, publicado en la revista 'Science'.

El asteroide analizado tiene un 26% de masa de agua, muy similar a Ceres, el asteroide más grande del cinturón principal de nuestro sistema solar. Ambos son mucho más ricos en agua en comparación con la Tierra.

Nuestro planeta, de hecho, es esencialmente un planeta "seco", con sólo el 0,02% de su masa con agua superficial, puesto que los océanos llegaron mucho después de que se formara, más probable cuando los asteroides ricos en agua en el sistema solar se estrellaron contra nuestro planeta.

Una "prueba de confianza"

El nuevo hallazgo muestra que un "sistema de suministro" de la misma agua podría haber ocurrido en este distante moribundo sistema solar de la estrella, ya que las últimas pruebas apuntan a que contiene un tipo similar de agua rica cuyo primer asteroide habría llevado agua a la Tierra.

Los astrónomos dicen que se trata de la primera "prueba de confianza" de agua en material rocoso planetario en cualquier sistema planetario extrasolar.

Todos los planetas rocosos se forman por la acumulación de asteroides, creciendo hasta su tamaño completo, por lo que los asteroides son esencialmente los " bloques de construcción" de los planetas.

"El hallazgo de agua en un asteroide de gran tamaño significa que los bloques de construcción de planetas habitables existían, y tal vez todavía existen, en el sistema de GD 61, y es probable que también en torno a un gran número de estrellas madre similares", ha explicado el autor principal Jay Farihi, del Instituto de Astronomía de Cambridge.

"Estos componentes ricos en agua y los planetas terrestres que construyen pueden, de hecho, ser comunes, pues un sistema no puede crear cosas tan grandes como los asteroides y evitar la construcción de planetas. GD 61 tenía los ingredientes para ofrecer un montón de agua a sus superficies", según subraya Farihi.


Fuentes : EUROPA PRESS, Rtve.es

27 de marzo de 2013

Detección de vapor de agua en un planeta de otro sistema solar

[Img #12674]
Recreación artística del sistema planetario de HR 8799 en una etapa temprana de su evolución, que muestra al planeta HR 8799c, a un disco de gas y polvo, y a planetas interiores. (Imagen: Cortesía del Instituto Dunlap de Astronomía y Astrofísica / Mediafarm)

Un equipo internacional de científicos ha hecho el examen más detallado hasta el momento de la atmósfera de un planeta de tamaño similar al de Júpiter y que pertenece a otro sistema solar.

Los astrónomos, usando el espectrómetro OSIRIS en el telescopio Keck II, ubicado en la cima del Mauna Kea, Hawái, han descubierto las huellas químicas de sustancias específicas, lo cual delata la existencia de una atmósfera con nubes, conteniendo vapor de agua y monóxido de carbono.

El planeta es uno de los cuatro gigantes gaseosos conocidos en órbita a una estrella llamada HR 8799, situada a 130 años-luz de la Tierra. A diferencia de lo que sucede con la mayoría de los demás sistemas planetarios, en los que la presencia de planetas es inferida por los efectos sutiles que ejercen sobre su estrella madre, los planetas de HR 8799 pueden ser vistos de manera individual.

Es posible obtener imágenes directas de los planetas en órbita a HR 8799 porque todos son grandes, jóvenes, y están bien lejos de su estrella. Esto hace que dicho sistema solar sea un excelente laboratorio para el estudio de atmósferas de exoplanetas.

Aunque el planeta tiene vapor de agua, un rasgo típico de la Tierra, es muy hostil para la vida. Al igual que Júpiter, carece de superficie sólida, pero el principal problema es que tiene una temperatura de más de 500 grados centígrados (más de 1000 grados Fahrenheit), ya que todavía conserva mucho calor de su proceso de formación planetaria original.

Una de las imágenes del descubrimiento del sistema obtenido en el telescopio Keck II utilizando el sistema de óptica adaptativa y NIRC2 Imager infrarrojo cercano. El rectángulo indica el campo de visión del instrumento OSIRIS para el planeta C, Imagen cortesía de NRC-EIS, C. Marois y el Observatorio Keck.

Imagen de alta resolución

En cualquier caso, este descubrimiento brinda indicios sobre la posibilidad que existan otros planetas similares a la Tierra en otros sistemas solares. El hecho de que los planetas gigantes de HR 8799 parecen haberse formado de la misma manera que lo hicieron los planetas gigantes de nuestro sistema, hace también más probable que el resto del proceso de formación planetaria, el que en nuestro sistema solar condujo a la creación de los planetas rocosos como la Tierra, también se diera en el sistema solar de HR 8799.

La investigación la ha realizado el equipo de los astrónomos Bruce Macintosh del Laboratorio Nacional estadounidense Lawrence Livermore, en California, Quinn Konopacky del Instituto Dunlap de Astronomía y Astrofísica en la Universidad de Toronto, Canadá, Travis Barman del Observatorio Lowell, en Flagstaff, Arizona, Christian Marois del Consejo de Investigación Nacional de Canadá, y otros expertos.

Información adicional


Fuentes : Lawrence Livermore National Laboratory