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19 de enero de 2020

Confirmado: el impacto de un asteroide acabó con los dinosaurios

Solo el impacto de un asteroide hace 66 millones de años pudo provocar la extinción masiva de los dinosaurios. / Pixabay

La comunidad científica ha debatido una y otra vez desde hace décadas la causa de la extinción de los dinosaurios no solo por la colisión de un asteroide, sino también por la actividad volcánica. Un nuevo estudio pone fin a este debate y rechaza el vulcanismo como detonante de la extinción del 70 % de las especies a finales del Cretácico.

Hace 66 millones de años, un asteroide de 10 km de diámetro impactó en la península de Yucatán en México y acabó con la mayoría de las especies de nuestro planeta al emitir una gran cantidad de material fundido y gases a la atmósfera y provocando lluvia ácida, acidificación de las aguas superficiales de los océanos y un calentamiento repentino que duró años. A esto le siguió un invierno nuclear durante décadas.

La actividad volcánica y el calentamiento asociado se produjeron antes y después del impacto y no durante las extinciones
Sin embargo, los científicos no siempre han estado de acuerdo sobre el origen de esta extinción masiva. Una parte de la comunidad investigadora ha apoyado que la intensa actividad volcánica producida por el impacto en el área llamada traps de Decán en India también contribuyó a desaparición de la fauna. Los expertos discuten así si el vulcanismo se produjo a finales del Cretácico, coincidiendo con el evento de extinción conocido como K-Pg, o durante el Paleógeno inicial.   
“El hecho de que hubiera dos eventos de importancia planetaria que coinciden más o menos en el tiempo ha creado este debate sobre cuál de los dos mecanismos provocó las extinciones: si el vulcanismo pudo debilitar a los ecosistemas y el impacto de un meteorito dio la última puntilla o si fue únicamente el meteorito”, aclara Laia Alegret, coautora del estudio que publica ahora Science y paleontóloga en la Universidad de Zaragoza.

Tras décadas de controversia, el nuevo trabajo cierra el debate al demostrar que la actividad volcánica no desempeñó un papel directo en la desaparición masiva de los dinosaurios. Según el equipo liderado por la Universidad de Yale (EE UU), el único causante fue el asteroide.

“Los volcanes pueden provocar extinciones masivas porque liberan muchos gases, como el SO2 y el CO2, que pueden alterar el clima y acidificar el planeta”, explica Pincelli Hull, autor principal del trabajo y profesor de geología y geofísica en la universidad estadounidense. Sin embargo, la actividad volcánica y el calentamiento asociado se produjeron antes y después del impacto y no durante las extinciones.

La nueva investigación muestra que únicamente el impacto del asteroide coincidió con las desapariciones. Posteriormente, nuevas fases volcánicas ralentizaron la recuperación de los ecosistemas.

La investigadora de la Universidad de Zaragoza, Laia Alegret. / UNIZAR

Por qué no afectó el vulcanismo

“La actividad volcánica en el Cretácico causó un evento de calentamiento global gradual de unos 2 ºC, pero no una extinción masiva”, apunta Michael Henehan, antes en la Universidad de Yale. “Varias especies se movieron hacia los polos norte y sur, pero lo hicieron mucho antes del impacto del asteroide”, detalla el experto.

“Mucha gente ha especulado que los volcanes fueron importantes para el K-Pg, y estamos diciendo que no lo fueron”, recalca Hull
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron sondeos y afloramientos de todos los océanos y latitudes, combinaron registros climáticos, bióticos y del ciclo del carbono, obtenidos a partir de sedimentos y fósiles marinos como dientes de pez y conchas, y los compararon con diversos escenarios de erupciones volcánicas e impacto.

El resultado fue la creación de la reconstrucción más detallada de la temperatura global de aquel periodo. “Los modelos que mejor se ajustaron a nuestra curva de la temperatura son aquellos en los que la principal fase del vulcanismo se produjo a finales del Cretácico y que terminó 200.000 años antes de las extinciones y del impacto del asteroide”, añade Alegret.

Los investigadores demuestran de este modo que la mayor parte de la liberación de gas ocurrió mucho antes del impacto del asteroide, y que este fue el único impulsor de la extinción.

“Mucha gente ha especulado que los volcanes fueron importantes para el K-Pg, y estamos diciendo que no lo fueron”, recalca Hull. Además, los científicos rechazan la hipótesis de que se produjeran erupciones masivas en la región de Decán en India después de la extinción porque “no hay un evento de calentamiento que coincida”.

“La extinción de K-Pg alteró profundamente el ciclo global del carbono. Estos cambios pudieron permitir que el océano absorba una enorme cantidad de CO2 en escalas de tiempo prolongadas, tal vez ocultando los efectos del calentamiento del vulcanismo tras el evento”, concluye Donald Penman, coautor del trabajo e investigador postdoctoral en Yale.

Fuentes: Agencia Sinc

30 de abril de 2019

El planeta, en peligro: la posibilidad de una sexta extinción masiva

El planeta está en riesgo por muchos factores que acechan a un millón de especies 
(Foto: Colin Boyle)

El pingüino emperador es apenas una del millón de especies que están en peligro en todo el planeta
El Planeta está en peligro y no debido a una amenaza externa: la presión de las actividades humanas nos pone frente a la posibilidad de una sexta extinción masiva. Hace unas horas se filtraron los borradores de un documento que trabajan expertos de la ONU en biodiversidad y se conocerán el mes próximo: hay un millón de especies naturales en riesgo.

Las principales causas obedecen a la sobreexplotación de los recursos por parte del hombre: sobrepesca, mal uso del suelo y generación de gases de efecto invernadero. Como si se tratara de una tormenta perfecta, a estos problemas se suma el cambio climático.

Ayer se conoció un estudio científico en la Antártida acerca de los problemas del pingüino Emperador para reproducirse y se pudo ver cómo una cantidad de crías murieron a causa del derretimiento de los hielos. Aunque no pueda relacionarse esta situación directamente con el cambio climático, los expertos encienden las alarmas porque esta especie, tan dependiente de los hielos, puede empeorar aún más su situación.

El estudio científico del British Antartic Survey explica que este continente sufre una fuerte crisis relacionada con la reproducción del pingüino. "El hecho de no criar pichones durante tres años consecutivos está asociado con cambios en las condiciones locales de los hielos marinos. Los pingüinos emperadores necesitan hielo marino estable para reproducirse, y esta plataforma helada debe durar desde abril, cuando llegan las aves, hasta diciembre, cuando sus polluelos huyen", sostiene el reporte.

"Durante los últimos 60 años las condiciones de hielo marino en el sitio de Halley Bay han sido estables y confiables. Pero en 2016, después de un período de tiempo anormalmente tormentoso, el hielo marino se rompió en octubre, mucho antes de que cualquier polluelo del emperador hubiera huido. Este patrón se repitió en 2017 y de nuevo en 2018 y llevó a la muerte de casi todos los polluelos en el sitio cada temporada", advierten los expertos.

"Hemos estado rastreando la población de esta y otras colonias en la región durante la última década usando imágenes satelitales de muy alta resolución. Estas imágenes han mostrado claramente el catastrófico fracaso reproductor en este sitio en los últimos tres años. Incluso teniendo en cuenta los niveles de incertidumbre ecológica, los modelos publicados sugieren que el número de pingüinos emperadores va a disminuir drásticamente, perdiendo entre el 50 y el 70% de su número antes de finales de este siglo a medida que las condiciones del hielo marino cambien como resultado del cambio climático", indicó Peter Fretwell, autor del reporte.


El pingüino emperador




Pero no solo esta especie corre peligro. Desde el lunes, representantes de 130 países miembros de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) se reunirán en París para examinar las conclusiones de un reporte de tres años de trabajo científico.

Según el último proyecto de resumen obtenido por una filtración de AFP, "varias pruebas independientes señalan una aceleración rápida, inminente de los niveles de extinción de especies, entre decenas y centenares de veces más elevada que el promedio de los últimos 10 millones de años".

De los 8 millones de especies estimadas en el planeta, entre estas 5,5 millones de especies de insectos, "entre medio millón y un millón de especies estarán amenazadas de extinción, muchas de ellas en las próximas décadas", según el texto, cuya formulación puede cambiar según los debates en el seno de la IPBES.

Estas proyecciones corresponden a las advertencias de muchos científicos que estiman que la Tierra entró en la sexta "extinción masiva", la primera atribuida al hombre, y que ya hizo desaparecer al menos a 680 especies de vertebrados en los últimos 500 años.

Agricultura y pesca
El informe está parcialmente basado en el análisis de especies muy estudiadas, sobre todo los vertebrados, y advierte de que pesan "incertidumbres" sobre otras menos conocidas, como los insectos.

La desaparición de esta biodiversidad no solo afectará la naturaleza. Alimentos, energía, medicamentos están incluidos: los beneficios que los hombres "obtienen de la naturaleza son fundamentales para la existencia y la riqueza de la vida humana en la Tierra y la mayoría de estos no son totalmente reemplazables", según el borrador. Por ejemplo, más de 2.000 millones de personas dependen de la madera como fuente de energía, 4.000 millones utilizan la medicina natural y el 75% de los cultivos en el mundo requieren ser polinizados por insectos.

El uso de la tierra y los océanos (agricultura, explotación forestal, minas) y la explotación directa de recursos (pesca, caza) son los primeros responsables de esta brutal situación. Y se combinan con el cambio climático, la contaminación y las especies invasoras, cuyo impacto es "hoy en día relativamente menos importante", pero "se acelera".


Recientemente hubo una movilización mundial para alertar sobre los riesgos que corre el planeta (Nicolás Stulberg)

El texto relaciona además la pérdida de biodiversidad con el cambio climático, en la medida en que ambos fenómenos están acentuados en parte por los mismos factores, como el modelo agrícola en un mundo cada vez más poblado. "Debemos reconocer que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son igualmente importantes, no solo para el medioambiente sino también por cuestiones económicas y de desarrollo", indicó recientemente a la agencia de noticias AFP el presidente de la IPBES, Robert Watson, instando a una "transformación" de la producción alimentaria y energética.

"Si queremos un planeta sostenible beneficioso para las comunidades en el mundo, debemos cambiar de trayectoria en la próxima década, como sucede igualmente con el clima", subrayó Rebecca Shaw, científica en jefe de WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza).

El informe estima por otro lado que tres cuartas partes de la superficie terrestre, 40% del entorno marino y la mitad de las fuentes de agua están "gravemente alteradas". Y las regiones más afectadas son aquellas en las que viven pueblos autóctonos especialmente dependientes de la naturaleza y las poblaciones pobres, que ya son las más vulnerables a los impactos del cambio climático.


Científicos del MIT predicen la sexta extinción masiva

Si se supera un umbral crítico de emisiones de gases de efecto invernadero, el ciclo del carbono de la Tierra se desestabilizará a partir de 2100 y provocará la desaparición de la mayoría de las especies del planeta
Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT) han pronosticado que el incremento de las emisiones de dióxido de carbono desde el siglo XIX puede provocar la temida sexta extinción masiva, un exterminio generalizado de las especies de los seres vivos en todo el mundo. El evento fatal dependerá de que una cantidad crítica de carbono, unas 310 gigatoneladas (es decir, 310.000 millones de toneladas), se introduzca en los océanos, lo que estiman que ocurrirá alrededor del año 2100 debido a la actividad humana. Esto no significa que la extinción vaya producirse un día después del cambio de siglo, sino que por entonces la Tierra entrará en lo que llaman «territorio desconocido». A partir de ahí, la catástrofe ecológica global se producirá en 10.000 años.

Daniel Rothman, profesor de geofísica del Departamento de Ciencias Atmosféricas y Planetarias y codirector del Centro Lorenz del MIT, ha identificado los «umbrales de catástrofe» en el ciclo del carbono. Si se superan, conducirían a un entorno inestable y, en última instancia, a la extinción en masa. La cifra límite calculada por él está en añadir 310 gigatoneladas de CO2 disuelto en los océanos, cantidad que se alcanzará, según los pronósticos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, en 2100.

«Esto no quiere decir que el desastre vaya a ocurrir el día siguiente», ha dicho Rothman en un comunicado. «Quiere decir que el ciclo del carbono entraría en un reino en el que ya no será estable, y que se comportaría de una forma que sería difícil de predecir». Lo peor es, tal como ha añadido el investigador, que este es precisamente el comportamiento que se asocia con una destrucción increíble en la Tierra: «En el pasado geológico, este tipo de comportamiento se asocia con las extinciones masivas».

Avisos desde el pasado
Rothman ha trabajado anteriormente en la extinción del Pérmico, la extinción más severa en la historia de la Tierra, en la que desaparecieron más del 95% de las especies marinas en todo el mundo a causa de un aumento masivo en los niveles de dióxido de carbono.

En esta ocasion quiso responder a la pregunta de si las emisiones actuales de este gas de efecto invernadero podrían tener consecuencias similares hoy en día. Pronto surgió el problema de comparar un evento geológico, que duró miles o incluso millones de años, con un fenómeno cuya duración no llega a los dos siglos en los que el planeta se ha industrializado.




Para tratar de comparar ambas cosas, ideó una fórmula matemática basada en principios físicos relacionados con el funcionamiento del ciclo del carbono. Este ciclo natural depende fundamentalmente del balance entre la fotosíntesis (la producción de azúcares y otras moléculas a partir de dióxido de carbono por parte de plantas y microbios) y la respiración (el conjunto de fenómenos desarrollados por los seres vivos que están encaminados a obtener energía y que producen dióxido de carbono).

Rothamn quiso comprobar si su fórmula funcionaba o no, así que la puso a funcionar con datos históricos ya recogidos. Analizó cientos de artículos de geoquímica ya publicados, e identificó 31 eventos en los últimos 542 millones de años en los que hubo un cambio significativo en el ciclo de carbono de la Tierra por causas naturales. Rothman midió la naturaleza y la duración de los cambios, y los asoció a la cantidad de CO2 que se disolvió en los océanos en aquellos momentos.

Así, encontró un umbral común a la mayoría de los 31 eventos. Casi todos fueron muy benignos y no pudieron desestabilizar el planeta. Lo escalofriante es que cuatro de las cinco extinciones masivas, que hicieron que el ciclo del carbono quedara fuera de control, sí que superaron este umbral.


El tiempo para evitar la catástrofe
A la vista de estos datos, el investigador calculó cuánto tiempo hará falta para llegar a este umbral en la actualidad. Según los datos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), esto ocurrirá a partir del año 2100.

Según las predicciones de Rothman, en esa fecha el ciclo del carbono del planeta estará cerca o ya más allá del umbral de la catástrofe. Entonces, el planeta se enfrentará a un territorio desconocido que ya ha atravesado en otras cinco ocasiones, pero será la primera vez en que la civilización humana pase por esta prueba. ¿Podría soportar la pérdida relacionada con una extinción masiva de los seres vivos del planeta?

«Debería haber formas de reduir las emisiones», ha propuesto un pragmático Rothman. «Este trabajo recuerda que debemos ser cuidadosos y apoya la idea de que debemos estudiar más el pasado para comprender el presente», ha propuesto.

La investigación de Daniel Rothman ha sido financiada por la NASA y la Fundación Nacional de Ciencia (NSF) de Estados Unidos.


Fuentes: Infobae, ABC

4 de diciembre de 2016

El cráter CHICXULUB


Núcleos del cráter Chicxulub relacionado con la desaparición de los Dinosaurios, validan la teoría de impacto.

Perforación en el famoso cráter de Chicxulub, profundamente enterrado en la costa de México, los investigadores encontraron granito deformado y poroso lo que abre nuevas vías de investigación.

Hace unos 65 millones de años, un asteroide golpeó la Tierra y desató el caos global. Tres cuartas partes de las especies vivas murieron, y un enorme cráter que ahora se llama Chicxulub-quedó atrás. Hoy en día, los investigadores revelaron detalles de cómo se formó ese cráter. Crédito: Don Davis / NASA.

Ubicación del cráter Chicxulub en la península de Yucatán, en el Sur del Golfo de México. (El mapa de base es un modelo digital del terreno de la región del Golfo de México y el Mar Caribe, adaptado de French y Schenk, 2004.

En todo el Sistema Solar, nuestros telescopios, naves espaciales y vehículos de exploración nos muestran cráteres de impacto de todos los tamaños. Estos cráteres tienen una gran cantidad de información acerca de cualquier planeta dado, u otro objeto rocoso, acerca de la composición, la edad y la evolución. En particular, el anillo central de picos empinados típicos de un cráter de impacto despierta el interés de los científicos, ya que guarda secretos de la formación del cráter. Pero los científicos tienen que convivir con el hecho de que ellos no llegan a investigar estas estructuras clave con sus propias manos.

Afortunadamente, sin embargo, la Tierra conserva un cráter de esas características, aunque enterrado debajo de 10-30 kilómetros de océano y sedimentos. 
Este año, los científicos del Programa Internacional Descubrimiento del Océano (IODP) finalmente consiguieron dar un vistazo a la únicaestructura anillo de pico conservada en la Tierra, que se encuentra en el centro de este cráter en el mar próximo a la costa de la península de Yucatán en México. 
El cráter de 180 kilómetros de diámetro, llamado Chicxulub, es un remanente del impacto infame de un asteroide o un cometa hace 65 millones de años que probablemente mató a la mayoría de los Dinosaurios, allanando el camino para la evolución de los Mamíferos.

Arriba: Imagen interferométrica de radar de alta resolución de la parte Norte de la Península de Yucatán, obtenida desde un satélite. La proyección superficial del borde del cráter, está marcada por una depresión topográfica semicircular que coincide con el anillo de cenotes en el terreno plano kárstico. La depresión topográfica está asociada a una compactación diferencial de las brecias de impacto dentro del crater en relación a la secuencia de carbonatos. Nótese la presencia de líneas de costa fósiles, reflejando cambios del nivel del mar en el pasado.Crédito: NASA, JPL – CalTech.

Mediante una perforación en el cráter y el estudio de muestras testigos, los investigadores han precisado ahora por fin, cómo se forman los cráteres de impacto y validado la teoría de que los anillos de pico están hechos de material profundo, de la corteza media revuelto por el impacto.”Debido a que la teoría se valida, podemos decir algunas cosas fundamentales sobre el proceso de formación de cráteres de impacto en la Tierra y otros planetas”, dijo Sean Gulick, geofísico de la Universidad de Texas en Austin y coautor de un nuevo artículo publicado en la revista Science .

Los cráteres con anillo de pico se desarrollan dentro del contorno de grandes cráteres complejos. La estructura de anillo se forma al colapsar el pico central y crear el el pico de anillo antes que termine todo el movimiento (Melosh, 1989). Crédito: Ottawa-RASC-ODALE.




Esquema de los modelos del cráter Chicxulub con las configuraciones propuestas para el levantamiento central y la estructura de la profundidad del cráter. El modelo de arriba fue tomado del trabajo de Hildebrand et al.(1998), y el modelo de abajo fue tomado de Sharpton et al.(1993).












Ejemplo de cráter de impacto con pico de anillo: Cuenca de Korolev en la Luna. Principales características topográficas y de la corteza de una cuenca de pico de anillo, incluyendo la cresta de borde, la pared y su base, el piso anular elevado, el pico de anillo y un centro teniendo la menor elevación del piso. (a) Perfil topográfico muy exagerado promediado radialmente tomado por LOLA y perfil del relieve corteza-manto (Wieczorek et al., 2013) para la cuenca Korolev en la Luna (417 km de diámetro; 4.44°S, 202.53°E). Las líneas punteadas son de referencia cuando se comparan las posiciones de la cresta de borde, la base de la pared y el pico de anillo con la topografía de la interfaz corteza-manto y el mapa de abajo. (b) Imagen de la cuenca Korolev tomada con LOLA con líneas resaltando las principales características.

Figura de arriba: Diagrama esquemático del cráter Chicxulub mostrando la estructura de pico de anillo (Peak Ring).

Formación de un cráter de impacto.

Un investigador sostiene una muestra del núcleo de la estructura de pico de anillo de Chicxulub. El núcleo contiene rocas rotas mezcladas con fragmentos de fusión, que se hicieron añicos y se desplazaron dentro del cráter durante los primeros minutos tras el impacto. Crédito: Arae @ ECORD_IODP.






Dos teorías dominan el pensamiento de los científicos sobre la formación de cráteres de impacto, una de ellas apoyándose en la idea de que cuando se golpea la roca a gran velocidad por un objeto lo suficientemente grande, se comporta como un líquido, dijo Gulick.

Este modelo de “colapso dinámico” sugiere que en los minutos siguientes al impacto, las laderas del cráter podrían colapsar hacia el interior a la vez que se produciría un rebote en el centro, trayendo material profundo con él, dijo Gulick. En este escenario, el anillo de pico debe estar compuesto de material originalmente denso de la corteza media (midcrust).

Otra teoría sugiere que la roca cerca de la superficie de impacto sería predominantemente fundida, impidiendo el rebote de material profundo; por lo tanto, el anillo de pico podría ser de un material más superficial que se derrumbó hacia adentro contra la masa fundida, agregó.

A finales de 1990 y principios de 2000, los científicos investigaron el cráter de Chicxulub de lejos, usando el sonido. Utilizaron instrumentos en el mar y en tierra que envían ondas de sonido a través de la corteza, que viajan a diferentes velocidades dependiendo de la composición de la roca. Sus resultados indican que el material en los anillos de pico era mucho menos denso de lo que se esperaría de rocas procedentes de la corteza media, dijo Gulick.

“La implicación de este hallazgo es que, o bien las piedras en el anillo de pico procedían de mucho más cerca de la superficie del cráter de lo que se infiere de los modelos de colapso dinámico , lo que sugiere que los modelos eran fundamentalmente erróneos”, o que las rocas de la corteza profunda estaban tan deformadas que se volvieron irreconocibles, recordó Penny Barton, Geofísico de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, en un comentario que publicó junto a la publicación del trabajo en la revista Science.

La única manera de conocer con certeza la realidad era perforar.

Viaje al centro de un cráter

Un núcleo de pico de anillo de Chicxulub que muestra el impacto roca de fundido (negro) en la parte superior de granito levantada a partir de 10 kilómetros por debajo de la corteza. Crédito: dsmith @ ECORD

En Abril y Mayo de este año, el equipo IODP utiliza un barco de perforación en las costas de México para obtener material a partir de más de mil metros por debajo del lecho marino, donde residen los anillos de pico bajo las capas de piedra caliza y los desechos relacionados con el impacto.
Cuando los investigadores vieron las muestras, inmediatamente las reconocieron como granito de basamento , que proviene de la corteza media, o sea de la profundiad que los modelos dinámicos de colapso predicen , dijo Gulick.De hecho, señaló Gulick, estaban tan seguros de que la roca de granito proviene de la profundidad, que el equipo comenzó a escribir el nuevo papel en ese verano, incluso antes de que los núcleos fuesen investigados a fondo.

Otras investigaciones revelaron que aunque las muestras eran reconocibles como granito, el impacto del meteorito deforma la roca lo suficiente como para alterar las propiedades fundamentales como son su densidad y aumentar su porosidad, lo que explica la velocidad inusualmente lenta del sonido registrada a través de él.

Implicaciones para el Sistema Solar

Estas revelaciones tienen implicaciones no sólo para nuestro propio planeta, sino también para nuestros vecinos en el espacio. Estudios de la Luna, por ejemplo, mostraron que su corteza es mucho más porosa de lo previsto en un principio. La nueva investigación ahora permite a los investigadores sugieren que “la formación de cráteres más de 4,5 mil millones de años realmente ha mejorado la porosidad de la corteza lunar,” dijo Gulick.

Con la confirmación de que los anillos de pico se forman a partir de material de la corteza media, las estructuras se convierten en “una ventana a las composiciones de la corteza de otros planetas”, agregó Gulick, donde incluso nuestros vehículos de exploración más avanzados aún no pueden penetrar.

“Ahora que hemos verificado nuestras simulaciones de impacto en Chicxulub, podemos tener más confianza acerca de la simulación de grandes cráteres en otros cuerpos planetarios”, dijo Joanna Morgan, una Geofísico del Imperial College de Londres y autora principal del artículo.

Recuperación de la Vida

La alta porosidad del granito podría tener grandes implicaciones para la vida en la Tierra, dijo Gulick. Cómo la vida pudo recuperarse después de un evento catastrófico no está todavía bien explicado, pero los anillos de pico de Chicxulub podrían iluminar algunos detalles. A pesar de que los Mamíferos en tierra llenaron el nicho ecológico dejado por la desaparición de la mayoría de los Dinosaurios, simples formas de vida comenzaron a florecer en la corteza removida en las profundidades de los océanos,

Gulick sospecha que en los pocos minutos siguientes al impacto – la cantidad de tiempo que con dificultad se necesita para hervir un huevo – los fluidos hidrotermales de la masa fundida resultante habrían fluido a través del granito poroso del anillo de pico, lo cual podría haber creado un hábitat propicio para la colonización microbiana. Esta investigación, sin embargo, está sólo en las etapas iniciales.

“Ese es uno de los temas candentes que queremos investigar como un equipo de expedición,” dijo Gulick. “¿Qué tipo de ecosistema se desarrolló en el cráter? ¿Cómo se recuperó la vida en los océanos? “.

Fuente: EOS-American Geophysical Union (AGU). Artículo original: “Cores from crater tied to Dinosaurs demise validate impact theory“, escrito por JoAnna Wendel del Staff de EOS.

25 de septiembre de 2016

Ecuador sufrió dos grandes extinciones

La prehistoria del país se registra en más de 1 200 especies fosilizadas. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO

Más del 90% de los organismos que vivieron en la Tierra se ha extinguido. Mientras nuevas especies evolucionaron en pequeños nichos biológicos, las más viejas desaparecieron durante las cinco grandes extinciones mundiales registradas. 

En Ecuador, Edwin Cadena, paleontólogo de Yachay Tech, menciona que se reconocen al menos dos extinciones importantes: a finales de la época del Mioceno (hace unos cinco millones de años) y entre el Pleistoceno y Holoceno (hace más de 11 000 años). 

Hay la posibilidad de una tercera extinción cuando desaparecieron los dinosaurios. Pero no hay registro de estos grandes reptiles en el país. Entonces, el norte y centro del Ecuador eran parte del fondo oceánico. Estaba dominado por moluscos gigantes con brazos de pulpo (ammonites), caracoles, conchas de mar, entre otros. 

En la primera extinción, en el Mioceno, el Ecuador estaba cubierto por bosque tropical. Los paleontólogos han encontrado fósiles de unas 200 especies de plantas pertenecientes a esta era. De acuerdo con los registros fósiles del Museo de Historia Natural, el país era tierra de perezosos, rinocerontes del tamaño de un hipopótamo, camellos de dos metros con trompa de elefante, armadillos, cocodrilos de 1,4 m de longitud, tortugas gigantes, entre otros. 

La fauna que existía era única en Sudamérica. El continente había permanecido aislado durante más de 40 millones de años. A finales del Mioceno, los animales sufrieron los efectos de un calentamiento global parecido al que está atravesando el planeta hoy en día. El metabolismo de los reptiles colapsó y de sus huevos empezaron a nacer solo hembras. Efectos como estos se cree que fueron ocasionados por las altas temperaturas. 

Este impacto masivo coincidió con el cierre definitivo del Canal de Panamá (hace cinco millones de años). Animales de Norte y Centroamérica invadieron Sudamérica. Llegaron grandes depredadores como el tigre dientes de sable. Las nuevas especies fueron desplazando a las más viejas, y estas desaparecieron. El Ecuador se convirtió en el hogar de la megafauna: mamíferos que pesaban hasta seis toneladas. 

Osos perezosos gigantes de 6 m de altura, mastodontes, caballos como cebras y capibaras colonizaron el país. José Luis Román, paleontólogo de la Escuela Politécnica Nacional, cuenta que han encontrado fósiles de hasta 50 especies de mamíferos. Dos millones de años más tarde los Andes ya estaban completamente formados. Se convirtieron en una barrera que dividió la Costa de la Amazonía. Crearon un paisaje de ríos, lagunas, páramos y bosques. Surgieron nuevas especies por las modificaciones geográficas. 

En la Costa, por Santa Elena, Cadena y su colega Juan Abella han encontrado fósiles de tortugas de diversos tamaños. “De las cuatro familias de tortugas que hemos hallado, ahora solo existen dos”, dice el experto. ¿Qué pasó entonces? A finales del Pleistoceno y principios del Holoceno, la megafauna se extinguió por una alteración de su hábitat, explica Cadena. El humano había aparecido hace ya 180 000 años atrás. Los cultivos y la colonización afectaron a los animales de aquella época. 

Con los fósiles los paleontólogos han reconstruido la prehistoria del Ecuador y los procesos de extinción. Probablemente el país fue más biodiverso que ahora. Era el lugar de paso de muchos animales. Además, la Cordillera de los Andes en Ecuador creció más angosta que en otros países. Esto creó diferentes microhábitats. 

La prehistoria del país es un mundo aún desconocido. Cadena dice que solo hay cuatro expertos que están activos en la materia. Los registros más antiguos datan de hace 358 millones de años. Román afirma que la mayoría de fósiles encontrados son del Mioceno, Plioceno y Pleistoceno. Agrega que en total se han hallado cerca de 1000 especies de invertebrados fosilizados.

Fuentes: El Comercio

4 de abril de 2016

Qué es la sexta extinción masiva y por qué somos los responsables

Las extinciones masivas ocurren periódicamente en la Tierra. Con 45000 millones de años a sus espaldas, puede considerarse como una fase de purificación de la madre naturaleza o como una simple cuestión de probabilidad. El caso es que ocurren, y sabemos que ha habido cinco.Ahora estamos al borde la sexta. Y es culpa nuestra.



La tasa media a la que conocemos que diversas especies se están extinguiendo es al menos 100 veces más alta que la que los paleontólogos consideran como “normal”. La cifra sale del trabajo de Elizabeth Kolbert (que le valió un Pulitzer) y que fue recogido en el libro “La Sexta Extinción”. 

El trabajo de Kolbert marcó un antes y un después en cómo la comunidad científica y política percibe el problema por irse precisamente al lado opuesto de los estudios anteriores: es extremadamente conservador. Dicho de otro modo, la estimación de esa tasa de extinción probablemente sea mucho más baja. La tasa de especies que han desaparecido en los últimos 100 años habría tardado, en otras condiciones, entre 1 y 10 milenios en desaparecer. 

En cada una de las 5 extinciones anteriores, aproximadamente un 85% de las especies desaparecieron de la Tierra. Las que quedaron definieron a su vez como sería las formas de vida siguientes. 

Por qué somos los responsables


Cráneo de Dodo

Lo dramático es que la parte que atribuye que la culpa es de los humanos es incuestionable. Los principales cambios implicados son el cambio climático, la deforestación, la alteración del equilibrio en los océanos y la agricultura.

Algunos ejemplos famosos son el dodo o la paloma migratoria, ambos animales extintos debido a la caza indiscriminada. En 1871 había unos 136 millones de palomas, en 1885, sólo 14 años más tarde, apenas quedaban algunos reductos aquí y allá. La última murió, en cautividad, en 1914 en el zoo de Cincinnati. Junto a ella, curiosamente, por poco desaparecen otras dos especies más, dos clases de piojos parásitos que la utilizaban como huésped.

En la actualidad, 77430 especies se encuentran en peligro de extinción, 22784 de ellas seriamente amenazas, el principal motivo, según recoge la International Union of Conservation of Nature (IUCN) con un 85% de los casos, se debe a cambios en el hábitat de la especie en cuestión.




Animales ya extintos

¿Puede evitarse?


A este ritmo, los primeros problemas severos podrían comenzar en apenas un par de generaciones, si no antes. Un ejemplo: si mueren insectos implicados en la polinización (como las abejas), estas acaban por extinguirse o por reproducirse de manera más dificultosa, si eso ocurre, nuestra alimentación y la de otras tantas especies se complica.


El principal punto de complejidad en todo el asunto es que nunca hay una relación directa entre una acción y las consecuencias, sino que cada una repercute de varias maneras distintas y estas a su vez en otras tantas, muchas veces entrelazadas. Las extinciones masivas se producen, a menudo, por una simple reacción en cadena.

¿Seremos los humanos víctimas de una extinción provocada por nosotros mismos? Es una pregunta muy compleja, parece que sí, que podríamos, en parte por el nivel de inteligencia de la especie y por la capacidad de adaptación. La pregunta, quizá, no es si podemos sobrevivir, sino si merecerá la pena vivir en un mundo al que le faltan el 85% de sus especies.



Fuentes: Gizmodo
Imagen: Mike Beauregard/Flickr

20 de junio de 2015

Los expertos alertan del inicio de la sexta extinción masiva, que amenaza a la raza humana

La deforestación es una de las causas de la desaparición de especies
  • Las especies desaparecen cien veces más rápido de los normal, según un estudio
  • La extinción amenaza al 26% de mamíferos y el 41% de especies anfibias
La quinta extinción masiva se produjo hace 66 millones de años y acabó con la vida de los dinosaurios, ahora los expertos han dado la voz de alarma: "ya no hay duda, estamos entrando en una extinción masiva", la sexta, y esta amenaza la existencia humana.

El mundo perderá, en el arco de tres generaciones, muchos de los beneficios de la biodiversidad, señaló el profesor del Stanford Woods Institute for the Environment y uno de los autores del estudio, Paul Ehrlich, quien advirtió de que "estamos serrando la rama sobre la que estamos sentados".

Expertos de las universidades de Standford, Autónoma de México y Florida piden, en un estudio publicado en Science Advances, tomar "medidas rápidas" para conservar las especies amenazadas, sus poblaciones y hábitats, y advierten de que "la ventana de oportunidad" para hacerlo "se está cerrando con rapidez".

El estudio muestra, "sin ninguna duda significativa, que estamos entrando en la sexta gran extinción masiva", alertó Ehrlich, según un comunicado de la Universidad de Standford.

Los científicos coinciden en que las tasas de extinción han llegado a niveles sin precedentes desde la desaparición de los dinosaurios, pero algunos han cuestionado esa teoría al pensar que las estimaciones previas descansaban en supuestos que sobrestimaban el nivel de la crisis. 


Las especies desparecen cien veces más rápido

El nuevo estudio indica que, incluso con las estimaciones más conservadoras, las especies de nuestro planeta están desapareciendo unas cien veces más rápido de lo que sería normal en un periodo entre extinciones masivas -lo que se conoce como "tasa de fondo"-.

"Si dejamos que esta situación continúe, la vida podría tardar muchos millones de años en recuperarse y nuestra especie podría desaparecer pronto", señaló Gerardo Ceballos de la Universidad Autónoma de México.

En el caso de los vertebrados, que es el grupo con los datos y fósiles más fiables, los investigadores se preguntaron si incluso las estimaciones más bajas de la diferencia entre las tasas de fondo y la actual aún justifica la conclusión de que las personas están precipitando "un espasmo global de pérdida de biodiversidad" y la repuesta es "un sí definitivo".

"Insistimos en que nuestros cálculos es muy posible que subestimen la gravedad de la crisis de extinción, ya que nuestro objetivo era fijar un límite inferior realista al impacto de la Humanidad en la biodiversidad", señalan los expertos en su informe.

Una población humana en constante crecimiento, el consumo per cápita y la desigualdad económica han alterado o destruidos hábitats naturales.

El desbroce de tierras para la agricultura, la explotación forestal, la introducción de especies invasoras, las emisiones de CO2, que llevan al cambio climático y la acidificación de los océanos, las toxinas que alteran y envenenan los ecosistemas, la lista de agresiones es larga.

En la actualidad, el fantasma de la extinción se cierne sobre el 41 % de las especies anfibias y el 26 % de las de la mamíferos, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

"En todo el mundo hay ejemplos de especies que son básicamente, muertos vivientes", indicó Ehrlich.

A medida que desaparecen las especies, también lo hacen las funciones que cumplen como la polinización de la cosechas por las abejas.

A pesar del sombrío panorama que dibuja el informe, hay una vía hacia adelante, según los expertos.

"Evitar una sexta extinción masiva real requerirá de grandes, rápidos e intensos esfuerzos para conservar las especies amenazadas y aliviar la presión sobre sus poblaciones, especialmente previniendo la pérdida de su hábitat, la sobreexplotación con fines económicos y el cambio climático", señalaron.



Fuentes: Rtve.es

10 de marzo de 2015

¿Causó la materia oscura grandes extinciones sobre la Tierra?



Puede perturbar la órbita de los cometas y calentar el núcleo de nuestro planeta desencadenando erupciones volcánicas, elevación de cordilleras, reversiones del campo magnético y cambios en el nivel del mar

  

La materia oscura y las grandes extinciones Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva York cree que la materia oscura podría ser el enemigo número uno de la Tierra, al ser capaz de provocar grandes extinciones masivas. 

Le atribuyen la capacidad de perturbar la órbita de los cometas hasta chocar contra nosotros y calentar el núcleo de nuestro planeta desencadenando toda una serie de catástrofes: erupciones volcánicas, elevación de cordilleras, reversiones del campo magnético y cambios en el nivel del mar. Te lo explicamos en el videoblog «Materia Oscura», sobre estas líneas. 


Fuentes: ABC.es