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28 de febrero de 2020

Los planetas se originaron por la unión de motas de polvo porosas

Disco protoplanetario en torno a una estrella joven CSIC
  • El estudio de estas partículas es "esencial" para evaluar la variación de temperatura de la atmósfera terrestre
  • Se ha llegado a esta conclusión tras analizar los cometas, ya que sus componentes apenas han cambiado
Un equipo de científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía de CSIC ha conseguido mostrar por primera vez los rasgos de las primeras 'semillas' que forman los cuerpos sólidos del Sistema Solar a las que han definido como "bolitas de algodón sucias" tras estudiar el núcleo de los cometas. Este descubrimiento podría ser una puerta para conocer la estructura y evolución de los cuerpos donde se encuentran, e incluso, en ciertos entornos, podría revelar la formación de los cuerpos rocosos, como nuestro planeta.

La coordinadora del estudio del Instituto de Astrofísica de Andalucía, Olga Muñoz, ha apuntado que las partículas de polvo se hallan presentes en escenarios tan diversos como el medio interestelar, las atmósferas planetarias, las colas de los cometas o los discos en torno a las estrellas jóvenes". Por tanto, el conocimiento de estas partículas es "esencial" para evaluar sus efectos, como el aumento o descenso de la temperatura en el caso de la atmósfera terrestre. 

Las partículas de polvo se hallan presentes en escenarios muy diversos
La clave está en los cometas

Todos los cuerpos sólidos del universo, como planetas, cometas o asteroides, se han formado de pequeño a grande debido a que minúsculas partículas se van uniendo unas a otras, dando lugar a cuerpos cada vez mayores.

Los cometas son los cuerpos que han sufrido menos cambios del Sistema Solar. Sus núcleos se describen como bolas de polvo heladas y,
desde su formación en los orígenes del Sistema Solar, han permanecido alejados de la radiación del Sol y a muy bajas temperaturas, de modo que el material que los compone apenas ha cambiado. Este hecho los ha convertido en la pieza clave para poder comprender la evolución del universo. El estudio, que ha sido publicado en la revista 'The Astrophysical Journal Supplement Series', ha mostrado que sus semillas eran partículas muy porosas y del tamaño de milímetros, un escenario distinto al contemplado hasta ahora.


Problemas en el estudio
El carácter primitivo de los cometas se había confirmado gracias a la misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA), que acompañó al cometa 67P en su órbita alrededor del Sol y pudo estudiarlo in situ. Fernando Moreno, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía y autor del trabajo ha señalado que los datos de 67P incidieron en un problema ya conocido sobre los rasgos de las partículas de polvo en el universo. Teníamos, por un lado, los datos de las observaciones de 67P desde tierra que apuntaban a que se trata de partículas del tamaño de la micra (una milésima de milímetro), y que coinciden con los de la misión Giotto sobre el cometa Halley"

Moreno ha explicado que contaban con los datos de los instrumentos que habían analizado el polvo de 67P in situ durante la misión Roseta para su estudio. Los resultados que obtuvieron indicaban que las partículas dominantes medían, aproximadamente, "desde una décima de milímetro hasta varios milímetros, una conclusión que coincide a su vez con los datos del polvo observado en los discos de formación de planetas en torno a estrellas jóvenes".

Pequeñas “bolas de algodón”
Para resolver el equipo de Muñoz y sus colaboradores utilizaron el Laboratorio de Polvo Cósmico (CODULAB) del Instituto de Astrofísica de Andalucía, que trabaja con análogos de polvo cósmico y cuyos resultados anteriores ya habían demostrado que la práctica, muy habitual, de asumir que los granos de polvo son esféricos puede dar lugar a grandes errores en la interpretación de las observaciones.

Hasta la fecha, los estudios experimentales sobre polvo cósmico habían trabajado con partículas diminutas - de menos de una micra hasta unas cien micras - y, para contrastar medidas, el CODULAB se modificó en 2017 para estudiar partículas de hasta varios milímetros. El equipo probó con motas de polvo de distintos tamaños y características y encontró las idóneas, aquellas que conseguían reproducir tanto la señal de las observaciones desde tierra del cometa 67P como las de los instrumentos a bordo de Rosetta: partículas grandes, porosas, con forma achatada y con inclusiones de pocas micras.

“Los resultados han sido espectaculares, porque solucionan el problema y aportan una panorámica nueva. Si ya en su momento abandonamos la idea de que los granos de polvo eran esféricos, ahora tenemos un nuevo modelo que apunta a que las semillas de los cuerpos rocosos pueden medir varios milímetros y presentan estructuras porosas unidas por pequeñas partículas orgánicas: algo parecido a pequeñas bolitas de algodón sucias”, concluye Muñoz.

Fuentes: RTVE.es

4 de enero de 2020

Plutón se reclasifica como planeta

En el 2006, Plutón perdió la calidad de planeta, pero 14 años después parece que la Unión Astronómica Internacional, repara su error.
El dos de enero del 2020 podría ser considerado un día histórico para la astronomía, pues Plutón ha sido reclasificado como un planeta por la IAU, la Unión Astronómica Internacional, el cuerpo responsable de nombrar y de clasificar a los objetos en el cosmos.
Plutón, dice la Wikipedia:
«Es un planeta enano del sistema solar situado a continuación de la órbita de Neptuno. Su nombre se debe al dios mitológico romano Plutón (Hades según la mitología griega).
En la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional celebrada en Praga el 24 de agosto de 2006 se creó una nueva categoría llamada plutoide, en la que se incluye a Plutón.
Es también el prototipo de una categoría de objetos transneptunianos denominada plutinos. Plutón posee una órbita excéntrica y altamente inclinada con respecto a la eclíptica, que recorre acercándose en su perihelio hasta el interior de la órbita de Neptuno. Asimismo posee también cinco satélites: Caronte, Nix, Hidra, Cerbero y Estigia,​ los cuales son cuerpos celestes que comparten esa misma categoría».
Pero ahora, 14 años después, el pequeño planeta se une a Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Hay que decir que hubo cierto descontento por la desclasificación de Plutón como planeta e incluso se hicieron algunas campañas para regresarlo a su categoría, pero todas sin éxito. Pero después de años de deliberaciones, la IAU anunció que el congelado planeta se reclasificaba y que debía entenderse como un planeta por derecho propio.
«Simplemente subestimamos el apego del público a Plutón. Nos dimos cuenta de nuestro error poco tiempo después de que la decisión se tomó», comentó el Dr. Amy Joggy, profesor del Instituto de Estudios Planetarios y que encabeza la IAU en el tema de la clasificación y nomenclatura usada en los objetos celestes.
«No pensamos que nadie realmente se preocuparía por este pedazo de roca y hielo que está al borde del sistema solar. Claramente nos equivocamos y esto me hace sentirme muy triste. Hemos decidido corregir el grave error cometido en el pasado».
La verdad de las cosas es que estas clasificaciones son finalmente humanas y sólo nos importan a los seres humanos. Los planetas no le encuentran ninguna importancia a esta categorías que nosotros le ponemos a los objetos. De hecho, da lo mismo si es o no es un planeta.

Fuentes: unocero

5 de diciembre de 2019

Mini desfile de planetas brillantes



El acercamiento de planetas brillantes en el cielo nocturno continúa. Esta semana los observadores podrán ver la alineación de Saturno, Venus y Júpiter. Vamos a ver cómo y cuándo observar este mini desfile de planetas.

Venus, Júpiter y Saturno brillan en el cielo del oeste después de la puesta del Sol esta semana. Para ver estos planetas, es necesario encontrar un espacio mirar hacia la parte suroeste del cielo. Cuando el cielo comienza a oscurecerse después de la puesta del sol, busca el planeta más grande del sistema solar Júpiter bajo sobre el horizonte suroeste.

Al mismo tiempo, el planeta más brillante Venus estará en la esquina superior izquierda de Júpiter. La semana pasada observamos el acercamiento de Venus y Júpiter. Esta semana la distancia entre estos planetas aumentará de 7 a 14 grados. Saturno continuará la línea. Lo encontrarás por encima y a la izquierda de Júpiter y Venus. El planeta anillado es menos brillante que Júpiter debido a su menor diámetro y mayor distancia de nosotros, sin embargo, sigue siendo un objeto accesible para la observación.

Puedes observar mini desfile de planetas Saturno, Venus y Júpiter en el cielo después del atardecer a principios de diciembre. En la aplicación astronómica Star Walk 2 encontrarás toda la información para observar planetas, estrellas y otros cuerpos celestes en el cielo sobre tu área.

¡Feliz observación!

Fuentes: starwalk.space
Crédito del texto:Chris Vaughan  Crédito de la imagen:Vito Technology

27 de octubre de 2019

Astronomía - ALMA presencia la formación de planetas

Representación artística del gas que fluye en cascada hacia el surco de un disco protoplanetario, probablemente causado por un planeta recién formado. Créditos: NRAO/AUI/NSF, S. Dagnello.

Gracias al Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), un equipo de astrónomos observó desplazamientos de gas en 3D en un disco donde se forman planetas. En tres lugares del disco que rodea una joven estrella conocida como HD 163296, hay gas que fluye en cascada hacia surcos probablemente generados por planetas en formación. Hacía tiempo que se había predicho la existencia de estos flujos de gas, que podrían estar influyendo directamente en la composición química de las atmósferas de estos planetas. Los resultados de este estudio se publicaron en la última edición de la revista Nature.

Los planetas se forman en discos de polvo y gas. Los astrónomos estudian estos discos, conocidos como discos protoplanetarios, para entender los procesos de formación planetaria. Las hermosas imágenes de los discos obtenidas con ALMA muestran claros surcos y anillos en el polvo que podrían ser producidos por planetas en formación.

Para estar seguros de que son planetas los que generan estos surcos, y para entender a cabalidad los procesos de formación planetaria, los científicos estudian el gas del que están hechos estos discos, además del polvo. El 99 % de la masa de los discos protoplanetarios está hecha de gas, en parte de monóxido de carbono (CO), que resulta ser el más brillante y que puede ser observado con ALMA.

El año pasado, dos equipos de astrónomos revelaron una nueva técnica de búsqueda de planetas basada en este gas. Se midió la velocidad de rotación del CO en el disco que rodea a la joven estrella HD 163296. Las alteraciones locales en el movimiento del gas revelaron tres estructuras con forma planetaria en el disco.

En este nuevo estudio, el autor principal, Richard Teague, de la Universidad de Michigan, y su equipo usaron nuevos datos en alta resolución obtenidos por ALMA en el marco del proyecto Disk Substructures at High Angular Resolution Project (DSHARP) para estudiar en detalle la velocidad de desplazamiento del gas. “Con los datos de alta resolución de este programa pudimos medir la velocidad del gas en tres direcciones, en vez de solo una”, explica Teague. “Por primera vez, calculamos el movimiento del gas en todas las direcciones posibles: alrededor de la estrella, acercándose o alejándose de ella, y hacia arriba o abajo del disco”.

Una simulación informática reveló que los flujos de gas tienen características únicas y probablemente son causados por la presencia de planetas en tres lugares diferentes del disco. (Foto: ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), J. Bae; NRAO/AUI/NSF, S. Dagnello)

Teague y sus colegas observaron el gas desplazándose desde las capas superiores hacia la mitad del disco en tres lugares distintos. “Lo más probable es que un planeta en órbita alrededor de la estrella desplace el polvo y el gas hacia el costado y genere un surco”, explica Teague. “Así, el gas encima del surco cae hacia él como una cascada y genera un flujo de gas giratorio en el disco”.

Esta es la mejor prueba de que hay planetas formándose alrededor de HD 163296. Sin embargo, los astrónomos no están cien por ciento seguros de que estos flujos de gas son provocados por planetas. Por ejemplo, el campo magnético de la estrella también podría afectar el gas. “Por ahora, solo una observación directa de los planetas permitiría descartar las demás posibilidades, pero las características de estos flujos de gas son únicas, y es muy probable que sean causadas únicamente por planetas”, señala Jaehan Bae, de la Carnegie Institution for Science, quien es coautor del artículo y puso a prueba esta teoría mediante una simulación informática del disco.

Las ubicaciones de los tres planetas cuya existencia se predice en este estudio corresponden a los hallazgos del año pasado. Sus posiciones probables son a 87, 140 y 237 UA de la estrella (una unidad astronómica [UA] corresponde a la distancia promedio entre la Tierra y el Sol). Se calcula que el planeta más cercano a HD 163296 tiene la mitad de la masa de Júpiter, el segundo más cercano tiene una masa equivalente a la de Júpiter y el más alejado tiene dos veces su masa.


Estos desplazamientos de gas desde la superficie hasta el plano medio de los discos protoplanetarios se habían predicho desde fines de los noventa. Sin embargo, esta es la primera vez que los astrónomos los observan. Además de ser útiles para detectar planetas jóvenes, estos flujos también pueden ayudarnos a entender mejor cómo los planetas gaseosos gigantes fabrican sus atmósferas.

“Los planetas se forman en la capa intermedia del disco, o plano medio. Es un lugar frío y protegido de la radiación emanada de la estrella”, explica Teague. “Creemos que los surcos causados por los planetas atraen gas menos frío de las capas externas del disco, más activas en términos químicos, y que ese gas termina formando la atmósfera de los planetas”.


Teague y su equipo no esperaban poder ver este fenómeno. “El disco que rodea HD 163296 es el más grande y brillante que se puede observar con ALMA”, afirma Teague. “Pero fue una gran sorpresa haber visto estos flujos de gas con tanta claridad. El disco parece ser mucho más dinámico de lo que creíamos”.

“Esto nos proporciona un panorama mucho más completo de los procesos de formación planetaria de lo que jamás habríamos soñado”, comenta otro autor del artículo, Ted Bergin, de la Universidad de Michigan. “Al caracterizar estos flujos, podemos determinar cómo nacen los planetas como Júpiter y caracterizar su composición química al nacimiento. Y podríamos usar esta información para determinar el lugar de nacimiento de estos planetas, puesto que pueden desplazarse durante su formación”

29 de octubre de 2018

Dos estrellas que casi se tocan dentro de una nebulosa planetaria



Un equipo internacional de astrónomos, liderado por el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la Universidad de La Laguna (ULL) David Jones, ha descubierto un sistema binario con un periodo orbital de poco más de tres horas. El descubrimiento, que ha requerido varios años de observaciones, no sólo resulta sorprendente por tratarse de estrellas binarias con uno de los periodos orbitales más cortos dentro de una nebulosa planetaria jamás observado, sino que, además, revela la posibilidad de que, debido a su proximidad, el sistema pueda experimentar una explosión de nova antes de que se disipe la nebulosa. Los resultados de la investigación acaban de ser publicados en la prestigiosa revista científica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (MNRAS).

Las nebulosas planetarias son envolturas de gas y polvo que estrellas parecidas a nuestro Sol expulsan al final de sus vidas. “En muchos casos vemos que esa expulsión se origina de una interacción entre la estrella progenitora y una compañera cercana, y por eso forman nebulosas con estructuras tan elaboradas”, explica Jones. En la investigación se ha estudiado la nebulosa planetaria M3-1, una firme candidata de haber sido creada por un sistema binario debido a sus chorros de material, muy habituales en interacciones entre dos estrellas cercanas. Según Brent Miszalski, investigador del Telescopio SALT en Sudáfrica y coautor del estudio, “tenía que ser una estrella binaria, por eso decidimos observarla para intentar entender la relación entre las estrellas y la nebulosa que han formado”.

Las observaciones enseguida confirmaron las sospechas. “Al empezar a observarla, vimos inmediatamente que era un sistema binario y que su brillo cambiaba rápidamente, por lo que podía significar que tenía un periodo orbital muy corto”, cuenta Henri Boffin, investigador del Observatorio Europeo Austral (ESO por sus siglas en Ingles) en Alemania. De hecho, la separación calculada entre las dos estrellas es de, aproximadamente, 160.000 kilómetros, es decir, menos de la mitad de la distancia entre la Tierra y la Luna.

Después de varias campañas de observaciones en Chile con los telescopios Very Large Telescope (VLT) y New Technology Telescope (NTT), los investigadores consiguieron recopilar los datos suficientes para empezar a entender las propiedades de las estrellas, como su masa, temperatura y tamaño. “Para nuestra sorpresa descubrimos que las estrellas eran grandes y que, al estar tan cerca, es muy probable que, dentro de unos miles de años, podamos ver otro tipo de interacción binaria en forma de explosión de nova”, añade Paulina Sowicka, estudiante del Centro Nicolas Copernicus en Polonia.

El resultado de las observaciones contradice las actuales teorías de evolución de binarias que sostienen que, una vez formada la nebulosa planetaria, las estrellas permanecen separadas durante mucho tiempo antes de llegar a interaccionar de nuevo. Cuando esto ocurre, la nebulosa ya debería haberse dispersado de manera que no se observaría. Sin embargo, una explosión de nova observada en 2007, conocida como Nova Vul 2007, dentro de otra nebulosa planetaria, puso en entredicho el modelo. “En el caso de M3-1, vemos otro candidato que puede experimentar una evolución similar; como las estrellas se están casi tocando, no deberían tardar mucho en volver a interaccionar y, quizás, a producir una nova dentro de una nebulosa planetaria”, concluye Jones.

Fuente: Instituto de Astrofísica de Canarias – IAC

21 de julio de 2018

El Chandra Observa Por Primera Vez a una Joven Estrella Devorando un Planeta



Los científicos podrían haber observado, por primera vez, la destrucción de un planeta joven o planetas alrededor de una estrella cercana. Las observaciones del Observatorio de Rayos X Chandra de la NASA indican que la estrella madre está ahora en el proceso de devorar los restos planetarios. Este descubrimiento da una idea de los procesos que afectan a la supervivencia de los planetas infantiles.

Desde 1937, a los astrónomos les ha desconcertado la curiosa variabilidad de una joven estrella llamada RW Aur A, ubicada a unos 450 años luz de la Tierra. Cada pocas décadas, la luz óptica de la estrella se ha desvanecido brevemente antes de volver a brillar. En los últimos años, los astrónomos han observado que la estrella se oscurece con mayor frecuencia y durante períodos más largos.

Usando el Chandra, un equipo de científicos puede haber descubierto qué causó el evento de oscurecimiento más reciente de la estrella: una colisión de dos cuerpos planetarios infantiles, que incluye al menos un objeto lo suficientemente grande como para ser un planeta. A medida que los desechos planetarios resultantes caen en la estrella, genera un velo espeso de polvo y gas, oscureciendo temporalmente la luz de la estrella.

"Las simulaciones por ordenador han predicho durante mucho tiempo que los planetas pueden caer en una estrella joven, pero nunca antes lo hemos observado", dijo Hans Moritz Guenther, investigador del Instituto Kavli para Astrofísica e Investigación Espacial del MIT, quien dirigió el estudio. "Si nuestra interpretación de los datos es correcta, esta sería la primera vez que observamos directamente a una joven estrella devorando un planeta o planetas".


Los anteriores eventos de oscurecimiento de la estrella pueden haber sido causados por aplastamientos similares, de dos cuerpos planetarios o grandes restos de colisiones pasadas.

RW Aur A se encuentra en la formación estelar Taurus-Auriga, que alberga guarderías estelares que contienen miles de estrellas infantiles. Las estrellas muy jóvenes, a diferencia de nuestro sol relativamente maduro, todavía están rodeadas por un disco giratorio de gas y grupos de material que varían en tamaño desde pequeños granos de polvo hasta guijarros, y posiblemente planetas. Estos discos tienen una existencia de entre 5 y 10 millones de años.

Se estima que RW Aur A tiene varios millones de años y todavía está rodeada por un disco de polvo y gas. Esta estrella y su estrella compañera binaria, RW Aur B, tienen la misma masa que el sol.

Las notables caídas en el brillo óptico de RW Aur A que ocurrieron cada pocas décadas duraron aproximadamente un mes. Luego, en 2011, el comportamiento cambió. La estrella se oscureció nuevamente, esta vez durante unos seis meses. La estrella finalmente se iluminó, solo para desvanecerse nuevamente a mediados de 2014. En noviembre de 2016, la estrella volvió a su brillo total, y luego en enero de 2017 volvió a oscurecerse.

El Chandra se usó para observar la estrella durante un período ópticamente brillante en 2013, y luego en periodos poco intensos en 2015 y 2017, cuando también se observó una disminución en los rayos X.

Debido a que los rayos X provienen de la atmósfera exterior caliente de la estrella, los cambios en el espectro de rayos X -la intensidad de los rayos X medidos a diferentes longitudes de onda- sobre estas tres observaciones se usaron para sondear la densidad y composición del material absorbente alrededor de la estrella.

El equipo descubrió que las caídas tanto en la luz óptica como en la de rayos X son causadas por gas denso que oscurece la luz de la estrella. La observación en 2017 mostró una fuerte emisión de átomos de hierro, lo que indica que el disco contenía al menos 10 veces más hierro que en la observación de 2013 durante un período brillante.

Guenther y sus colegas sugieren que el exceso de hierro se creó cuando dos cuerpos planetarios infantiles, colisionaron. Si uno o ambos cuerpos planetarios están hechos en parte de hierro, su aplastamiento podría liberar una gran cantidad de hierro en el disco de la estrella y oscurecer temporalmente su luz a medida que el material cae en la estrella.

Una explicación menos favorecida es que los granos pequeños o partículas como el hierro pueden quedar atrapados en partes de un disco. Si la estructura del disco cambia repentinamente, como cuando la estrella compañera de la estrella pasa cerca, las fuerzas de marea resultantes podrían liberar las partículas atrapadas, creando un exceso de hierro que puede caer en la estrella.

Los científicos esperan hacer más observaciones de la estrella en el futuro, para ver si la cantidad de hierro que la rodea ha cambiado, una medida que podría ayudar a los investigadores a determinar el tamaño de la fuente del hierro. Por ejemplo, si aparece la misma cantidad de hierro en uno o dos años, puede indicar que proviene de una fuente relativamente masiva.

"Actualmente se necesita mucho esfuerzo para aprender sobre exoplanetas y cómo se forman, por lo que obviamente es muy importante ver cómo los planetas jóvenes podrían destruirse en interacciones con sus estrellas anfitrionas y otros planetas jóvenes, y qué factores determinan si sobreviven", dijo Guenther.

Concepto artístico de la destrucción de un joven planeta o planetas observada por el Chandra. Image Credit: NASA/ CXC/M. Weiss; X-ray spectrum: NASA/CXC/MIT/H. M.Günther


5 de julio de 2018

Astrónomos captan la primera imagen confirmada de un planeta recién nacido

El planeta se distingue claramente como un punto brillante a la derecha del centro de la imagen, que está oscurecida por la máscara del coronógrafo utilizada para bloquear la luz cegadora de la estrella central. Crédito: ESO/A. Müller et al.

SPHERE, un instrumento buscador de planetas instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO, ha captado la primera imagen confirmada de un planeta formándose en el polvoriento disco que rodea a una estrella joven. El joven planeta está haciéndose camino a través del disco primordial de gas y polvo que rodea a la joven estrella PDS 70. Los datos sugieren que la atmósfera del planeta es nubosa.

Un equipo de astrónomos, liderado por un grupo del Instituto Max Planck de Astronomía, en Heidelberg (Alemania), ha captado una espectacular instantánea de formación planetaria alrededor de la joven estrella enana PDS 70. Utilizando el instrumento SPHERE, instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO —uno de los instrumentos de búsqueda de planetas más potente del momento—, el equipo internacional ha realizado la primera detección firme de un planeta joven, llamado PDS 70b, hendiendo un camino a través del material que rodea a la joven estrella (y a partir del cual se forman planetas).

El instrumento SPHERE también permitió al equipo medir el brillo del planeta en diferentes longitudes de onda, lo que, a su vez, permite deducir las propiedades de su atmósfera.

El planeta destaca claramente en las nuevas observaciones, visible como un punto brillante a la derecha del centro ennegrecido de la imagen. Se encuentra aproximadamente a 3.000 millones de kilómetros de la estrella central, lo cual equivale a la distancia entre Urano y el Sol. El análisis muestra que PDS 70b es un planeta gaseoso gigante con una masa unas cuantas veces la de Júpiter. La superficie del planeta tiene una temperatura de aproximadamente 1000° C, mucho más caliente que cualquier planeta de nuestro Sistema Solar.

La región oscura en el centro de la imagen se debe al uso de un coronógrafo, una máscara que bloquea la luz cegadora de la estrella central y permite a los astrónomos detectar a sus compañeros planetarios del disco, mucho más tenues. Sin esta máscara, la débil luz del planeta sería totalmente superada por el intenso brillo de PDS 70.

“Estos discos alrededor de estrellas jóvenes son los lugares en los que nacen los planetas, pero hasta ahora sólo un puñado de observaciones han detectado indicios de planetas bebé en ellos”, explica Miriam Keppler, que lidera el equipo detrás del descubrimiento del planeta PDS 70, aún en formación. “El problema es que, hasta ahora, la mayoría de estos candidatos a planeta podrían ser solo fenómenos en el disco”.

El descubrimiento del joven compañero de PDS 70 es un emocionante resultado científico que ya ha merecido una investigación más profunda. En los últimos meses, un segundo equipo, que implica a muchos de los astrónomos del equipo del descubrimiento, incluyendo a Keppler, ha seguido estudiando las observaciones iniciales para investigar al nuevo compañero planetario de PDS 70 con más detalle. No solo han obtenido la espectacular imagen del planeta que se muestra aquí, sino que fueron incluso capaces de obtener un espectro del planeta. El análisis de este espectro indicó que su atmósfera está turbia.

El compañero planetario de PDS 70 ha escavado un disco de transición (un disco protoplanetario con un gigantesco “hueco” en el centro). Estas brechas internas se conocen desde hace décadas y se ha especulado con que fueran fruto de la interacción entre el disco y el planeta. Ahora, por primera vez, podemos ver el planeta.

“Los resultados de Keppler ofrecen una nueva perspectiva sobre las primeras etapas de evolución planetaria, que son complejas y que no comprendemos del todo” comenta André Müller, líder del segundo equipo que investiga al joven planeta. “Necesitábamos observar un planeta en el disco de una estrella joven para comprender realmente los procesos de formación planetaria”. Determinando las propiedades atmosféricas y físicas del planeta, los astrónomos son capaces de probar modelos teóricos de formación planetaria.

Esta visión del nacimiento de un planeta bañado en polvo ha sido posible gracias a las impresionantes capacidades tecnológicas del instrumento SPHERE de ESO, que estudia exoplanetas y discos alrededor de estrellas cercanas utilizando una técnica conocida como imagen de alto contraste, todo un reto. Incluso bloqueando la luz de una estrella con un coronógrafo, SPHERE debe aplicar estrategias de observación concebidas de un modo inteligente y técnicas de procesamiento de datos para filtrar la señal de los débiles compañeros planetarios alrededor de estrellas jóvenes brillantes en múltiples longitudes de onda y en diferentes épocas.

Thomas Henning, director del Instituto Max Planck de Astronomía y líder de los equipos, resume la aventura científica: “Después de más de una década de enormes esfuerzos para construir esta máquina de alta tecnología, ¡ahora SPHERE nos permite recoger lo sembrado con el descubrimiento de planetas bebé!”.

Fuente: http://www.eso.org/public/

12 de mayo de 2018

Astrónomos fotografían por casualidad lo que parece ser un planeta bebé

Imagen infrarroja de la estrella binaria CS Cha con el planeta recién descubierto en el círculo - C. Ginski y ESFERA
  • El extraño acompañante gira alrededor de una estrella binaria a 600 años luz de la Tierra
Mientras examinaban el disco de polvo de la joven estrella binaria Cs Cha, a 600 años luz de la Tierra, un equipo internacional de astrónomos ha descubierto por casualidad que esta tiene un pequeño compañero. Los investigadores sospechan que se trata de un planeta en su infancia que aún está creciendo. Los hallazgos aparecerán publicados en la revista Astronomy & Astrophysics.

La estrella binaria CS Cha y su pequeño mundo se encuentran en un área de formación estelar en la constelación del sur del Camaleón. La estrella doble tiene solo dos o tres millones de años, lo que significa que todavía es joven. En el borde de las imágenes tomadas por el European Very Large Telescope en Chile, los investigadores observaron un pequeño punto. Comparando con las fotos con otras de hace una o dos décadas del mismo instrumento y del Telescopio Espacial Hubble, los astrónomos pudieron demostrar que el compañero se mueve con la binaria y que pertenecen juntos.

No está claro cuál es el aspecto de ese acompañante y cómo se formó. Los investigadores trataron de obtener algunos modelos de las observaciones, pero tienen una certeza del cien por cien. El misterioso objeto puede ser una pequeña estrella enana marrón, pero también puede ser un gran súper Júpiter.

«La parte más emocionante es que la luz del acompañante está muy polarizada, y sospechamos que está rodeado por su propio disco de polvo. La parte difícil es que apenas podemos fijar su masa. Entonces podría ser una enana marrón pero también un súper Júpiter en sus primeros años. Los modelos clásicos de formación de planetas no pueden ayudarnos», explica Christian Ginski, del Observatorio de la Universidad de Leiden (Holanda) y autor principal del estudio.

En el futuro, los investigadores quieren examinar la estrella y el acompañante con más detalle. Para ello, pretenden utilizar el telescopio internacional ALMA en la meseta de Chajnantor en los Andes del norte de Chile.

Fuentes: ABC

30 de diciembre de 2017

Doce eventos astronómicos que veremos en 2018

Las lluvias de estrellas serán visibles a simple vista - ADOBE PHOTOSTOCK

El próximo año estará marcado por siete grandes lluvias de estrellas y por un eclipse total de Luna

El año 2018 estará marcado por el «encuentro» entre planetas, eclipses, lluvias de estrellas e impresionantes lunas. Aunque muchos de estos fenómenos cíclicos se repiten anualmente, a causa del comportamiento de la órbita terrestre y de los otros cuerpos del Sistema Solar, 2018 tendrá algunas peculiaridades. Bajo estas líneas, os contamos qué se podrá esperar cada mes.

Enero: superlunas y Cuadrántidas
La Luna, captada por el Apollo 11 - NASA

El mismo 2 de enero 2018 ya resultará interesante para los astrónomos. Llegará una superluna, un fenómeno que hace que la Luna llena parezca más grande y brillante de lo habitual, debido a que el satélite está muy cerca de la superficie terrestre.

Entre los días 3 y 4 de enero, la Tierra atravesará los restos dejados atrás por el cometa extinto 2003 EH1, y las partículas entrarán en la atmósfera produciendo una lluvia de estrellas con 40 meteoros por hora: la lluvia de las Cuadrántidas. El fenómeno durará del 1 al 5 y alcanzará su máximo el día 3. Por desgracia, la Luna llena dificultará poder disfrutar de las estelas de los meteoros, y solo se podrán ver con facilidad después de medianoche. El radiante de los meteoros (el lugar del cielo del que parecen provenir) de la constelación de Boyero, pero serán visibles en cualquier parte del cielo.

El 31 de enero aparecerá la segunda Luna llena del mes, por lo que se dice que será una «Luna azul», y debido a su proximidad a la Tierra será la segunda y última superluna del año. Además, la Luna quedará totalmente oculta por la sombra proyectada por la Tierra (la umbra) y se producirá un eclipse lunar total, visible al oeste de América del Norte, Asia oriental, Australia y Pacífico, que teñirá de rojo o anaranjado el disco del satélite.

Las Lunas llenas tendrán lugar el 2 y el 31 de enero.

Febrero: un eclipse solar parcial al Sur
Un eclipse solar parcial. Jamás deben observarse sin protección para los ojos - NASA

Febrero será un mes relativamente aburrido. Lo único reseñable es que la Luna nueva llegará el 15 de febrero y gracias a eso la oscuridad permitirá que sea un buen momento para observar objetos poco brillantes en el cielo, como galaxias y cúmulos. Ese día ocurrirá también un eclipse solar parcial solo visible en el hemisferio Sur, (en partes de Chile, Argentina y la Antártida).

En febrero no habrá Luna llena.

Marzo: la «Luna azul» de primavera
La primavera llegará el 20 de marzo - EFE

A las 16.15 UTC del 20 de marzo el Sol pasará por el equinoccio de marzo. La estrella estará en el plano del ecuador y la duración de los días y las noches se igualará. Este será el primer día de la primavera astronómica en el hemisferio norte y del otoño en la mitad austral del globo.

El 31 de este mes ocurrirá otra «Luna azul». Esto ocurre cuando dos Lunas llenas caen en un mismo mes, cosa que también ocurrirá en enero de 2018.

Las Lunas llenas tendrán lugar el 2 y el 31 de marzo.

Abril: la lluvia de estrellas de las Líridas
Radiante de las Líridas, la lluvia de estrellas de abril - STELLARIUM

Entre los días 22 y 23 de abril se producirá el pico de otra interesante lluvia de estrellas: las Líridas. Lo cierto es que no es una lluvia de meteoros muy intensa, ronda, como mucho, las 20 estelas luminosas por hora, pero puede resultar bonita en una noche oscura. Esta lluvia ocurre cuando la Tierra atraviesa los restos dejados atrás por el cometa C/1861 G1 Thatcher. Las Líridas aparecerán desde el 16 al 25 de abril, y resultarán visibles después de medianoche, cuando la Luna se ponga. Las estelas luminosas, que podrán llegar a durar un par de segundos, parecerán provenir de la constelación de Lira, y de ahí el nombre de Líridas, pero podrán aparecer en cualquier punto del cielo.

La Luna llena ocurrirá el 30 de abril.

Mayo: Júpiter y las lágrimas del Halley
Aparte de la lluvia de estrellas de las Eta Acuáridas, durante este mes ocurrirá la oposición de Júpiter (en la imagen) - NASA/JPL
Si las Líridas serán visibles hasta el día 25 de abril, a partir del 19 de mayo y hasta el 28 del mismo mes podrá verse una lluvia de estrellas bastante más intensa: las Eta Acuáridas. Este fenómeno, que alcanzará su pico entre el 6 y el 7 de mayo, llegará a los 60 meteoros por hora en el hemisferio sur y a los 30 en el norte. Al igual que las otras, esta lluvia de estrellas se producirá cuando las partículas procedentes de la cola de un cometa entren en la atmósfera a alta velocidad, ardiendo y formando efímeras estelas. En esta ocasión, el causante será el campo de restos del famoso cometa Halley. Después de medianoche, las estelas podrán verse en cualquier parte del cielo, con su radiante en la constelación de Acuario.

El 9 de mayo Júpiter estará en oposición. El gigantesco planeta gaseoso estará en su máxima aproximación a la Tierra y quedará totalmente iluminado por el Sol, por lo que resultará más brillante que nunca en el cielo y además será visible toda la noche. Cualquier telescopio mediano podrá captar las bandas de gas de su atmósfera. Unos prismáticos permitirán ver los puntos luminosos correspondientes a algunas de sus mayores lunas.

La Luna llena aparecerá el 29 de mayo.

Junio: solsticio y oposición de Saturno
El verano comenzará el 21 de junio - VALERIO MERINO
A las 10.07 UTC del 21 de junio llegará el solsticio de verano y con él el día más largo del año en el hemisferio Norte. La parte septentrional del planeta estará inclinada hacia el Sol y la estrella estará en el plano del trópico de Cáncer, a 23.44 grados norte de latitud. La consecuencia es que comenzará el verano en el hemisferio norte y el invierno en el sur. De hecho, desde ese momento, los días comenzarán a acortarse al norte del ecuador y a alargarse al sur.

Un mes después de la oposición de Júpiter, llegará la oposición de Saturno, y con ella, la máxima aproximación de este gigante al planeta Tierra. El planeta gaseoso será muy brillante en el cielo y visible toda la noche. Los telescopios medianos podrán captar su atmósfera y la luz de algunos de sus satélites.

La Luna llena tendrá lugar el 28 de junio.

Julio: llega la «Luna de Sangre»
Ocurrirá un eclipse lunar total, como el de la imagen, visible en casi toda Europa - EFE/Peter Komka

El 13 de julio ocurrirá un eclipse solar parcial visible solo al sur de Australia y en la Antártida. El 27 de este mes será quizás más interesante porque ocurrirá un eclipse lunar total visible desde Europa, África, Asia central y occidental, el Índico y el Pacífico. Durante este fenómeno, la Luna pasará por la zona de sombra proyectada por la Tierra, la umbra, y todo el disco lunar adquirirá un color anaranjado o rojizo, por lo que a veces se conoce a este fenómeno como «Luna de sangre».

El 27 de julio el planeta Marte se pondrá en oposición y alcanzará su máxima aproximación a la Tierra (se puede recordar que en mayo de 2018 se lanzará la misión «Insight» a Marte y que se aprovechará una de las ventanas de aproximación del Planeta Rojo). Marte será visible toda la noche y con un telescopio mediano se podrán ver algunas manchas negras de su superficie anaranjada.

La noche del 28 al 29 de julio se alcanzará el máximo de la lluvia de estrellas de las Delta Acuáridas, un fenómeno no muy intenso que dejará unos 20 meteoros por hora. La lluvia está provocada por la entrada en la atmósfera de los restos dejados por los cometas Marsden y Kracht, y se extenderá del 12 de julio al 23 de agosto. Las estelas luminosas aparecerán en cualquier punto del cielo pero tendrán su radiante en la constelación de Acuario. La proximidad con la Luna llena dificultará la observación.

La Luna llena, de hecho, ocurrirá el 27 de julio.

Agosto: la lluvia de las Perseidas
Este año, la Luna permitirá disfrutar de la lluvia de estrellas de las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo - ARCHIVO
El 11 de agosto volverá a ocurrir un eclipse solar parcial, fenómeno que ocurre cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra y tapa parte de su disco, y que será visible desde el noreste de Canadá, Groenlandia, Europa septentrional y norte y este de Asia.

Durante la noche del 12 al 13 de agosto se producirá el máximo de uno de los eventos astronómicos más esperados de cada año: la lluvia de estrellas de las Perseidas, también conocido como las Lágrimas de San Lorenzo. De hecho, esta lluvia de estrellas es una de las más intensas, y no es extraño que llegue al menos a los 60 meteoros por hora. Este evento se produce cuando la Tierra atraviesa el campo de restos dejado atrás por el cometa Swift-Tuttle, y las partículas de polvo entran en la atmósfera a altas velocidades y arden a causa de la fricción. Las Perseidas se extenderán desde el 17 de julio al 24 de agosto. Este año, la Luna permitirá disfrutar de un buen espectáculo, puesto que la Luna llena no llegará hasta el 26 de agosto. Las estelas aparecerán en cualquier parte del cielo pero radiarán desde la constelación de Perseo.

Septiembre: el mes de Neptuno
El planeta más alejado se colocará a la distancia mínima de la Tierra - NASA
Septiembre será el mes en que Neptuno, el planeta más alejado de la Tierra, se coloque en oposición y a la mínima distancia de la superficie terrestre. Será muy brillante en el cielo y visible durante toda la noche. A pesar de todo, estará tan lejos que solo será visible como un punto azul en la mayoría de los telescopios.

A la 01.54 UTC del 23 de septiembre llegará el equinoccio de septiembre. El Sol estará en el plano del ecuador y los días y las noches tendrán la misma duración. Este día marcará el comienzo del otoño en el hemisferio norte y la primavera en el sur.

La Luna llena tendrá lugar el 25 de septiembre.

Octubre: Dracónidas y Oriónidas
Lluvia de estrellas de las Dracónidas, cuyo radiante está en la constelación del Dragón - MIGUEL GILARTE

Después del esplendor de las Perseidas, los comienzos de octubre solo traerá una lluvia de estrellas poco intensa: las Dracónidas. Este fenómeno se extenderá del 6 al 10 de octubre y alcanzará su máximo el 8, con unos 10 meteoros por hora y que será más fácilmente observable a comienzos del anochecer. Las Dracónidas ocurren cuando la Tierra atraviesa el campo de restos dejados por el cometa 21P Giacobini-Zinner. A pesar de su debilidad, este será un gran año para observar las Dracónidas porque la Luna no «molestará» con su luz a los observadores. Los meteoros radiarán desde la constelación del Dragón, pero podrán aparecer en cualquier punto del cielo.

Si las débiles Dracónidas saben a poco, del 2 de octubre al 7 de noviembre se producirá otra lluvia de estrellas: las Oriónidas. Esta vez, los restos dejados atrás por el cometa Halley (también la fuente de las Eta Acuáridas) producirán hasta 20 meteoros por hora durante la noche del 21 al 22 de octubre. La proximidad con la Luna llena (que aparecerá el 24 de Octubre), dificultará verlas, pero afortunadamente las Oriónidas son tan brillantes que aún así podrá verse un espectáculo interesante.

El 23 de Octubre se producirá la oposición de Urano y este se colocará a la distancia mínima de la Tierra. El planeta será más brillante que en cualquier otro momento del año y estará visible durante toda la noche. Salvo para los telescopios más potentes, Urano solo será un punto verde-azulado en la distancia.

Noviembre: Táuridas y Leónidas
Un bólido detectado durante una pasada lluvia de estrellas de las Táuridas - P. Spurny et. al, (2017)
A lo largo de noviembre se producirá el máximo de una lluvia de estrellas que se extiende durante varios meses: las Táuridas. Se trata de un fenómeno poco intenso, con apenas cinco o 10 meteoros por hora durante el máximo, que ocurre entre 5 y el 6 de noviembre, y que se extiende entre el 7 de septiembre y el 10 de diciembre. A diferencia de las otras lluvias de estrellas, las Táuridas atraviesan dos oleadas bien diferenciadas: una primera, que ocurre cuando la Tierra atraviesa los restos dejados atrás por el asteroide 2004 TG10, y una segunda, que tiene lugar cuando el planeta atraviesa el polvo dejado por el cometa 2P Encke. La débil Luna facilitará disfrutar de las Táuridas durante los momentos de mayor actividad, sobre todo a partir de medianoche. Los meteoros aparecerán en cualquier lugar del cielo pero radiarán desde la constelación de Tauro.

Entre el 6 y el 30 de noviembre, podrá disfrutarse también de la lluvia de estrellas de las Leónidas. Se trata de un fenómeno más intenso que las Táuridas, que alcanzará un máximo de hasta 15 meteoros por hora del 17 al 18 de noviembre. A diferencia de las otras, esta lluvia de estrellas se caracteriza porque cada 33 años alcanza un pico extremo de actividad donde pueden verse centenares de meteoros por hora. Como el último de estos ocurrió en 2001, aún habrá que esperar. Las Leónidas son producidas por los restos de polvo del cometa Swift Tuttle y pueden encontrarse en cualquier punto del cielo, si bien su radiante está en la constelación de Leo.

La Luna llena ocurrirá el 23 de noviembre.

Diciembre: solsticio y Gemínidas
Composición de la lluvia de estrellas fugaces Gemínidas sobre el Teide, en Tenerife, en una imagen de archivo - J.C. Casado /IAC
Entre los días 7 y 17 de diciembre se producirá la lluvia de estrellas de las Gemínidas, un fenómeno que alcanzará su máximo entre los días 13 y 14. Para muchos es la mejor lluvia de estrellas del año, puesto que puede alcanzar hasta 120 meteoros por hora y porque las estelas se caracterizan por tener colores muy variados. El fenómeno se produce cuando la Tierra atraviesa el campo de restos dejados atrás por el cometa 3200 Phaethon. Este año, la Luna facilitará observarlas. Los meteoros parecerán provenir de la constelación de Géminis, pero podrán aparecer en cualquier punto del cielo.

A las 22.23 UTC del 21 de este mes llegará el solsticio de invierno. El Polo Sur de la Tierra estará inclinado hacia el Sol y la estrella estará en el plano del Trópico de Capricornio, a 23.44 grados Sur de latitud. Esto marcará el comienzo del invierno en el hemisferio Norte y del verano en el hemisferio Sur.

Entre el 17 y el 25 de diciembre ocurrirá la última de las lluvias de estrellas del año: las Úrsidas. Este fenómeno alcanzará un máximo de cinco a diez meteoros entre el 21 y el 22 de diciembre, pero no será muy visible, porque la luz de la Luna dificultará la observación. Esta lluvia de estrellas es producida por el campo de restos del cometa Tuttle, y se caracteriza por tener su radiante en la Osa Menor, aunque será visible en cualquier parte del cielo.

La Luna llena aparecerá el 22 de diciembre.

Fuentes: ABC

1 de octubre de 2017

Qué ver en el Cielo de Octubre 2017



Durante este mes nos encontramos ya con un cielo plenamente otoñal, pese a que durante las primeras semanas de octubre todavía será posible disfrutar de las constelaciones del triángulo de verano relativamente altas en el cielo éstas cada vez van a perder predominancia a favor de Pegasus, Andromeda, Cassiopeia y Perseus.

Es en este grupo donde destaca con carácter propio la galaxia de Andrómeda, nuestra galaxia vecina a tan sólo unos 2,5 millones de años luz. Es tan grande que pese a su enorme distancia puede llegar a apreciarse a simple vista como una pequeña nubecilla en cielos excepcionalmente oscuros y con unos prismáticos podemos percibir sin problema el brillo de su núcleo. La foto de portada fue capturada por Christoph Kaltseis.

Junto a Andrómeda el otro protagonista de octubre no es en realidad un objeto celeste, sino el cambio de horario estival a horario invernal que se producirá el domingo 29 a las 3:00 A.M, pasando a ser las 2:00 A.M. Además de la hora de sueño extra que nos regalan para el siguiente lunes lo más importante para los aficionados a la astronomía es que el anochecer se adelanta una hora, por lo que tendremos que esperar menos para comenzar a observar nuestros objetos favoritos.

VISIBILIDAD PLANETARIA

A continuación os dejamos una imagen con la posición relativa de los planetas a primeros de octubre. Recordad que tiene sólo una finalidad ilustrativa, por lo que no se respeta ningún tipo de escala.

Los horarios reflejados a lo largo del post están calculados para un observador situado en Madrid (latitud 40ºN y longitud 3ºO) y están expresados en hora local, se incluyen por tanto tan sólo a modo de referencia.

Por último os adjuntamos las gráficas de visibilidad planetaria de este mes para aquellos que necesitéis información más detallada.

Posición de los planetas del sistema solar a 1 de octubre de 2017. No a escala

Mercurio. Prácticamente imposible de observar dada su cercanía al Sol

Venus. Visible desde aproximadamente dos horas antes del amanecer en el horizonte Este.

Marte. Visible antes del amanecer. A primeros de mes a algo menos de dos horas antes que el Sol, esta distancia se irá alargando conforme avanza el mes hasta comenzar a ser visible tres horas menos cuarto antes de la salida del Sol.

Júpiter. Visible al atardecer pero ya muy cerca del Sol y por tanto muy bajo en el horizonte. A primeros de mes tendremos tan sólo media hora para observarlo una vez se ponga el Sol y a mediados de mes ya quedará completamente oculto por el brillo del mismo.

Saturno. Será visible desde el atardecer, cada vez va a aparecer más bajo en el horizonte conforme avance el mes. Su ocaso se producirá entre cuatro horas menos cuarto y dos horas y media después de la puesta del Sol, desde el primer al último día de mes respectivamente.

Urano. Comenzará a asomar por encima del horizonte en torno a la puesta de Sol y alcanzará su altura máxima pasada la media noche.

Neptuno. Visible desde el atardecer, a primeros de mes alcanzará su máxima altura en el paso por el meridiano a la media noche e irá acortando horario hasta culminar en torno a las nueve y media.

COMETAS

Recientemente ha sido descubierto un nuevo cometa que pasa a denominarse C/2017 S3 (PANSTARRS), con magnitud actual 22 se ha estimado su perihelio el próximo agosto a tan sólo 0,2 UA, por lo que podría alcanzar una magnitud bastante grande, con un máximo cercano a 4. Es importante recalcar que aún no se ha determinado bien su órbita, por lo que toda esta información es bastante provisional.

Por otro lado el cometa C/2017 O1 (ASASSN) presenta una estructura completa, con coma y cola desarrolladas. Alcanzará el perihelio el día 14 de octubre y su máxima aproximación a la tierra se producirá el 18 del mismo mes, momento en el que puede alcanzar un brillo máximo cercano a la magnitud 8.

Toda esta información se ha obtenido en la web de Cometografía.es

A continuación os adjuntamos la carta de localización del cometa para este mes.

Carta de localización de C/2017 O1 ASASSN en octubre de 2017

LLUVIAS DE METEOROS
Octubre es un mes poco favorable respecto a las lluvias de meteoros, la única lluvia de interés es la de las Oriónidas, Con actividad entre el 2 de octubre y el 7 de noviembre y el máximo previsto el 21 de octubre con THZ de 23 y radiante en la constelación de Orión.

Radiante de la lluvia de meteoros de las Oriónidas

Fuentes: Astroaficion

25 de junio de 2017

TRAPPIST-1 resulta especialmente propicio para la propagación de vida entre planetas

Los planetas potencialmente habitables, TRAPPIST-1e, TRAPPIST-1f y TRAPPIST-1g, están muy cerca entre sí. NASA
  • Sus tres planetas potencialmente habitables están muy cerca entre sí
  • La vida podría haber pasado de uno a otro mediante transferencia rocosa
  • Los investigadores esperan saber en la próxima década si albergan vida
Los tres planetas potencialmente habitables en el sistema TRAPPIST-1 pueden ser moradas aún más prometedoras para la vida de lo que los científicos habían pensado.

Estos tres mundos alienígenas estrechamente dispuestos en torno a su estrella pueden intercambiar material mucho más fácilmente que los planetas del sistema solar de la Tierra, lo que significa que pueden haberse sembrado unos a otros con los bloques de construcción de la vida, o tal vez incluso la vida misma, sugiere un nuevo estudio.

TRAPPIST-1e, TRAPPIST-1f y TRAPPIST-1g están muy cerca entre sí. El planeta g orbita a sólo 1,2 millones de kilómetros más allá del planeta f, cuya órbita está sólo 1,33 millones de kilómetros más distante que la del planeta e.

"Nuestro trabajo aborda la posibilidad de que la vida en uno de estos planetas se puede propagar a los otros a través de la transferencia de material rocoso", escribieron Manasvi Lingam y Avi Loeb en el estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. "Concluimos que este proceso tiene una alta probabilidad de ser operativo, lo que implica que este sistema planetario puede poseer múltiples planetas que expanden vida".

En febrero de 2017 se anunció el descubrimiento de la estrella TRAPPIST-1, con siete planetas rocosos con masas y radios similares a los de la Tierra, de los cuales al menos tres de ellos pueden ser capaces de soportar la vida.

Probable panspermia interplanetaria

Estos científicos presentan un modelo simple para estimar la probabilidad de la panspermia interplanetaria en el sistema recién descubierto. Encuentran que la panspermia es varias órdenes de magnitud más probable que ocurra en el sistema TRAPPIST-1 comparado con el caso de la Tierra a Marte. Como consecuencia, argumentan que la probabilidad de abiogénesis se incrementa en los planetas TRAPPIST-1 en comparación con el sistema solar.

"Mediante la adopción de modelos de la ecología teórica, mostramos que el número de especies transferidas y el número de planetas que llevan vida también es probable que sean mayores debido al aumento de las tasas de inmigración", señalan. En este sentido, proponen métricas de observación para evaluar si la vida fue iniciada por la panspermia en múltiples planetas en el sistema TRAPPIST-1. Estos resultados también son aplicables a exoplanetas habitables en otros sistemas planetarios.

Fuentes: RTVE

29 de marzo de 2017

Descubiertos chorros supersónicos de plasma

Corrientes de Birkeland






Los datos sobre el campo magnético recopilados por la misión Swarm de la ESA han permitido descubrir en lo alto de nuestra atmósfera chorros supersónicos de plasma que pueden hacer ascender las temperaturas hasta casi 10.000 °C.

Durante el Swarm Science Meeting celebrado en Canadá la semana pasada, científicos de la Universidad de Calgary presentaron estos hallazgos y explicaron cómo estaban aprovechando las mediciones del trío de satélites Swarm para seguir desarrollando lo que ya se sabía sobre las vastas láminas de corriente eléctrica producidas en la alta atmósfera.

La teoría de que existen enormes corrientes eléctricas, impulsadas por el viento solar y guiadas a través de la ionosfera por el campo magnético terrestre, fue postulada hace más de un siglo por el científico noruego Kristian Birkeland.

Pero estas ‘corrientes de Birkeland’ no se pudieron confirmar mediante mediciones directas en el espacio hasta los años setenta, con la llegada de los satélites.



Láminas de corriente ascendentes y descendentes

Estas corrientes transportan hacia la alta atmósfera hasta 1 TW de energía eléctrica, unas 30 veces lo que consume la ciudad de Nueva York durante una ola de calor.

También son responsables de las auroras polares, las populares cortinas de luz verdosa que se mueven lentamente de horizonte a horizonte.

Aunque estos sistemas de corrientes ya eran bien conocidos, las recientes observaciones de Swarm han revelado su relación con grandes campos eléctricos.

Ascenso de los iones calentados

Estos campos, que son más fuertes en invierno, se producen allí donde las corrientes de Birkeland ascendentes y descendentes se conectan a través de la ionosfera.

Bill Archer, de la Universidad de Calgary, lo explica así: “Gracias a los datos procedentes los instrumentos de los satélites Swarm, descubrimos que estos potentes campos eléctricos impulsan chorros de plasma supersónicos”.

“Estos chorros, que llamamos ‘flujos fronterizos de corrientes de Birkeland’, marcan claramente el límite entre las láminas de corriente que se mueven en sentidos opuestos y provocan condiciones extremas en la alta atmósfera”.

“Pueden hacer que la ionosfera alcance temperaturas de hasta 10.000 °C, cambiando su composición química. También hacen que la ionosfera ascienda a mayores altitudes, donde la energización adicional puede conducir a la pérdida de material atmosférico al espacio”.

Fuentes de campo magnético






David Knudsen, también de la Universidad de Calgary, añade: “Estos últimos resultados de Swarm aportan nuevos datos sobre potencial eléctrico y tensión a nuestros conocimientos del circuito de corrientes de Birkeland, que probablemente sea el fenómeno de organización del sistema de acoplamiento magnetosfera-ionosfera más ampliamente reconocido”.

Este descubrimiento se suma a los nuevos hallazgos presentados en la semana de reuniones científicas dedicadas a la misión Swarm. En otro de los dedicados a las corrientes de Birkeland, por ejemplo, los datos de Swarm se utilizaron para confirmar que estas corrientes son más fuertes en el hemisferio norte y que presentan variaciones estacionales.

Desde su lanzamiento en 2013, los tres satélites idénticos de Swarm miden y desentrañan las distintas señales magnéticas procedentes del núcleo, el manto, la corteza, los océanos, la ionosfera y la magnetosfera de nuestro planeta.

Parte frontal de un satélite Swarm

Además del instrumental adecuado para ello, cada satélite presenta un instrumento de campo eléctrico en la parte frontal que mide la densidad, la deriva y la velocidad del plasma.

Como reconoce Rune Floberghagen, responsable de la misión Swarm de la ESA: “El instrumento de campo eléctrico es el primer generador de imágenes ionosférico en órbita, por lo que estamos encantados de obtener estos fantásticos resultados gracias a él”.

“La dedicación de los científicos que trabajan con los datos de la misión nunca deja de sorprenderme y estamos viendo algunos resultados excelentes, como estos, durante el encuentro de esta semana”.

“Swarm nos está permitiendo ver cómo funciona el planeta, desde lo más profundo de su núcleo hasta lo más alto de la atmósfera”.

Fuentes: ESA