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29 de octubre de 2021

Descubren que la Tierra y todo el Sistema Solar están 'atrapados' en el interior de un enorme túnel magnético

El cielo tal y como aparecería si pudiéramos ver en el rango de las ondas de radio. Las líneas muestran la orientación del campo magnético - Pixabay/wal_172619, editada por J. West.

Se trata de una gigantesca estructura de 1.000 años luz de largo que hasta ahora no había sido vista por los astrónomos

Nuestro planeta, junto al resto del Sistema Solar y algunas estrellas cercanas, parece estar 'atrapado' en el interior de un gigantesco 'túnel magnético'. Y los científicos no saben muy bien por qué.

El túnel, descubierto por un equipo de astrónomos de la Universidad de Toronto bajo la dirección de Jennifer West, del Instituto Dunlap de Astronomía y Astrofísica de esa universidad, no puede distinguirse a simple vista, pero resulta visible en el rango de las ondas de radio. Tiene una longitud de mil años luz y, según proponen los investigadores en un nuevo estudio publicado en 'The Astrophysical Journal', es la mejor explicación para dos brillantes estructuras emisoras de ondas de radio, la North Polar Spur (Espolón Polar Norte) y la Fan Region (Región de los Abanicos), que hasta ahora se consideraban separadas.

West y sus colegas, en efecto, creen que las dos estructuras podrían formar parte de un todo mayor, aunque están ubicadas en distintos lugares del espacio. «Si tuviéramos ojos capaces de ver la luz de radio y levantáramos la vista al cielo -explica la astrónoma-, veríamos esta gran estructura en forma de túnel en casi todas las direcciones en que miráramos».

Los astrónomos conocen la North Polar Spur y la Fan Region desde hace décadas, pero la mayoría de los estudios sobre ellas las han considerado hasta ahora de forma individual. Webb y sus colegas, sin embargo, creen que forman parte de una misma unidad mucho mayor. Hechas de partículas cargadas y un campo magnético, ambas estructuras tienen la forma de cuerdas alargadas, se encuentran, respectivamente, a unos 350 años luz de nosotros y tienen una longitud de cerca de 1.000 años luz, lo que más o menos equivale a dos billones de veces la distancia que hay entre Madrid y Moscú.

West se fijó por primera vez en estos dos largos filamentos magnéticos hace 15 años, y más recientemente elaboró un modelo por computadora para calcular cómo se verían desde la Tierra. Después, fue variando la forma y la ubicación de las dos partes conocidas hasta que coincidieron con lo que realmente ven los telescopios. Gracias a eso pudo reconstruir finalmente la estructura completa, y mostrar también cómo se vería desde nuestro planeta.

«Hace unos años -recuerda West-, uno de nuestros coautores, Tom Landecker, me habló de un artículo de 1965 de los primeros días de la radioastronomía. Basándose en los datos brutos disponibles en aquél momento, los autores (Mathewson & Milne) especularon que estas señales de radio polarizadas podrían surgir del Brazo Local de la Galaxia desde su interior. Ese estudio me inspiró a desarrollar esta idea y vincular mi modelo a los datos, mucho mejores, que nos brindan
nuestros telescopios en la actualidad».

Mapa de la galaxia que muestra la situación y el tamaño del túnel magnético recién detectado - Imagen original de NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (SSC/Caltech) con anotaciones de J. West

Estamos dentro del túnel

El hallazgo situaría a nuestro Sistema Solar, junto a un pequeño fragmento de la galaxia, en el interior de este túnel magnético gigante. Esta clase de filamentos, sin embargo, no son exclusivos de nuestra región de espacio sino que se han detectado en varias otras regiones de la galaxia. Y se ha comprobado que no solo pueden irradiar ondas de radio, sino también otros tipos diferentes de luz. Por ejemplo, se han detectado ya estructuras filamentosas que emiten luz óptica cerca de los restos de enormes explosiones estelares, en nubes moleculares y también en las paredes de las llamadas 'chimeneas galácticas', enormes cavidades creadas por explosiones sucesivas de supernovas y a través de las cuales fluye gas caliente desde el disco hasta el halo galáctico.

De hecho, algunos estudios han llegado incluso a sugerir que los filamentos en espiral de gas molecular podrían ser los 'huesos' que forman el 'esqueleto' de la Vía Láctea.

Ahora, el próximo paso será confirmar los hallazgos con nuevas observaciones detalladas de las regiones simuladas, que se usarán a su vez para refinar el modelo. West espera que, de esta forma, podrá mejorar la capacidad de los astrónomos para comprender otros filamentos magnéticos detectados alrededor de nuestra galaxia. Otra posibilidad intrigante es que todas esas cuerdas magnéticas invisibles podrían ser solo una pequeña parte de una estructura galáctica mucho mayor.

Los campos magnéticos, explica West, no existen de forma aislada. Todos deben conectarse entre sí. «Entonces, el siguiente paso es comprender mejor cómo este campo magnético local se conecta, tanto al campo magnético galáctico a mayor escala como a los campos magnéticos a menor escala de nuestro Sol y de la Tierra. Creo que es increíble imaginar que estas estructuras están en todas partes cada vez que miramos hacia el cielo nocturno».

Fuentes: ABC

28 de febrero de 2020

La Agencia Espacial Europea capta la mayor explosión de un agujero negro

explosion galaxia EFE/ ESA Y NASA
  • La explosión ha libreado una cantidad de energía cinco veces mayor que la anterior registrada
  • El cráter que ha provocado la explosión podría almacenar quince galaxias como la Vía Láctea
Los telescopios de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la Nasa han captado la explosión más potente hasta ahora de un agujero negro vista en el Universo que se produjo en el cúmulo de las galaxias Oficuo, que se encuentra a unos 390 millones de años luz de distancia, formadas por un conglomerado de miles de galaxias, gas caliente y materia oscura unidos por la gravedad.

La erupción se ha producido por "potentes chorros liberados por el agujero negro supermasivo" que se encuentra en el centro y que se alimenta del gas que le rodea, lo que hace estallar ocasionalmente grandes cantidades de materia y energía, según ha señalado la ESA en un comunicado.

Una cantidad de energía cinco veces mayor

El estallido del agujero negro ha liberado una cantidad de energía unas cinco veces mayor que la del último acontecimiento de este tipo que se haya conocido hasta la fecha, observado en el cúmulo de galaxias MS0735.6+7421.

La autora principal de este estudio, Simona Giarcintucci, del Laboratorio de Investigación Naval (EEUU), ha explicado que "esta explosión es similar a la forma en que la erupción del Monte Santa Helena (EEUU) en 1980 arrancó la cima de la montaña" y destruyó 500 kilómetros cuadrados de bosques.

Según Giarcintucci, la diferencia entre ambas es que "podrías meter quince galaxias como la Vía Láctea" en el cráter que el estallido del agujero negro provocó en el gas caliente del cúmulo de Ofiuco, a lo que ha añadido que la erupción debe haber terminado ya que los investigadores han dejado de percibir evidencias de los chorros de energía en los datos de radio.

Los telescopios se encuentran cerca de Madrid

Las imágenes del estallido fueron captadas por el telescopio XMM-Newton de la ESA y el Chandra de la Nasa junto a dos radiotelescopios en la Tierra. Los científicos que usan XMM-Newton cuentan con un amplio y bien establecido equipo de ayuda a usuarios, situado en el Centro de Operaciones Científicas (SOC) de XMM-Newton, en ESAC, localizado en Villanueva de la Cañada, cerca de Madrid.


Fuentes: RTVE.es

19 de enero de 2020

Datada una antigua colisión de la Vía Láctea con otra galaxia

Recreación de la fusión de la Vía Láctea e imagen facilitada por la misión TESS de la zona del sur del cielo mostrando la ubicación de ν Indi (círculo azul), el plano de la Vía Láctea (abajo) y el polo eclíptico sur (arriba). / IAC - T. Mackereth
La fusión de nuestra galaxia con otra más pequeña llamada Gaia-Enceladus comenzó hace entre 11.600 y 13.200 millones de años, según reflejan las oscilaciones de una brillante estrella. Así lo señala un estudio internacional en el que han participado científicos del CSIC y se han usado datos de las misiones TESS de la NASA y Gaia de la Agencia Espacial Europea.
Una estrella brillante llamada ν Indi, localizada en la constelación de Indus y visible desde el hemisferio sur, ha revelado nuevos detalles de una antigua colisión que la Vía Láctea sufrió con otra galaxia más pequeña, Gaia-Enceladus.

Un equipo internacional de investigadores, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha logrado datar esta colisión, que se produjo en la historia más temprana de nuestra galaxia. Los resultados se publican esta semana en la revista Nature Astronomy.

Las oscilaciones de la brillante estrella ν Indi han permitido deducir su edad y que nuestra galaxia se fusionó con otra hace entre 1.600 y 13.200 millones de años


A lo largo de su historia la Vía Láctea ha absorbido múltiples galaxias más pequeñas, Aunque las poblaciones estelares se pueden identificar como ‘estructuras diferenciadas cinemáticamente (relacionado con su movimiento)’, en general es complicado datar con precisión cuándo ocurrieron las fusiones.

Ahora los investigadores se han basado en oscilaciones naturales detectadas en esa estrella para determinar que nació hace unos 11.500 millones de años. Posteriormente, la colisión con Gaia-Enceladus alteró su movimiento a través de la Vía Láctea.

Conociendo la edad de esta estrella y cómo se calentó cinemáticamente por la fusión galáctica, los autores han podido deducir que aquella colisión entre nuestra galaxia y la otra pudo haber comenzado hace entre 11.600 y 13.200 millones de años, con un 68% y un 95% de confianza respectivamente.

Para extraer la información de ν Indi, los autores han combinado datos de las misiones Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la NASA y Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), así como información facilitada por observatorios terrestres.

“Las estrellas contienen registros fosilizados de sus historias y, por lo tanto, del medio en que se formaron; y este trabajo se basa en la caracterización de una de ellas para estudiar la historia de la Vía Láctea”, apunta el coautor Aldo Serenelli, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Espacio.

La ayuda de la astrosismología

“Utilizando la astrosismología –añade–, una técnica que estudia la estructura interna de las estrellas pulsantes, ha sido posible establecer nuevos límites al momento en que ocurrió el evento con Gaia-Enceladus”.

La existencia en la Vía Láctea de muchas estrellas procedentes de Gaia-Enceladus indica que la colisión tuvo un gran impacto en la evolución de nuestra galaxia. “Comprender esto es hoy día de gran importancia en astronomía, y este estudio representa un paso importante en determinar con exactitud cuándo tuvo lugar esta colisión”, resalta Serenelli.

Según los autores, el trabajo también demuestra el potencial de la astrosismología basada en datos obtenidos por TESS y las posibilidades que existen cuando pueden combinarse observaciones en una única estrella brillante con instrumentos de última generación.


Fuentes: Agencia Sinc

20 de noviembre de 2019

TESS Nos Brinda un Espectacular Panorama del Cielo del Sur

Crédito de la imagen: NASA/GSFC

El resplandor de la Vía Láctea, nuestra galaxia vista de lado a lado, se arquea en un mar de estrellas en un nuevo mosaico del cielo del hemisferio sur a partir de un año de observaciones de la misión TESS de la NASA. Construido a partir de 208 imágenes de TESS tomadas durante el primer año de operaciones científicas de la misión, completado el 18 de Julio, el panorama del cielo del sur revela tanto la belleza del paisaje cósmico como el alcance de las cámaras de TESS.

"El análisis de los datos de TESS se enfoca en estrellas y planetas individuales, a la vez, pero quería dar un paso atrás y resaltar todo de una vez, realmente enfatizando la vista espectacular que TESS nos brinda de todo el cielo", dijo Ethan Kruse, quien ensambló el mosaico en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.

Dentro de esta escenaTESS ha descubierto 29 exoplanetas, o mundos más allá de nuestro sistema solar, y más de 1.000 planetas candidatos que los astrónomos ahora están investigando.

TESS dividió el cielo del sur en 13 sectores e hizo una imagen de cada uno de ellos durante casi un mes usando cuatro cámaras, con 16 CCD (dispositivos de carga acoplada) que capturan un sector completo del cielo cada 30 minutos como parte de su búsqueda de tránsitos de exoplanetas. Los tránsitos ocurren cuando un planeta pasa frente a su estrella anfitriona desde nuestra perspectiva, atenuando su luz breve y regularmente. Durante el primer año de operaciones del satélite, cada uno de sus CCD capturó 15.347 imágenes científicas de 30 minutos. Estas imágenes son solo una parte de más de 20 terabytes de datos del cielo del sur que TESS ha devuelto, comparable a la transmisión de casi 6.000 películas de alta definición.


  
Dive Into TESS's Southern Sky Panorama

Además de los descubrimientos de planetas, TESS ha captado imágenes de un cometa en nuestro sistema solar, siguió el progreso de numerosas explosiones estelares llamadas supernovas e incluso capturó la llamarada de una estrella destrozada por un agujero negro supermasivo. Después de completar su estudio del sur, TESS giró hacia el norte para comenzar un estudio de un año del cielo del hemisferio norte.

Fuentes: NASA en EspañolNASA Goddard

16 de octubre de 2017

Primer vistazo a la cara oculta de nuestra galaxia

En la imagen, el denso centro de la Vía Láctea, que nos impide ver lo que hay al otro lado de nuestra galaxia - Ivan Eder

Un equipo internacional de astrónomos acaba de rastrear uno de los brazos espirales ocultos detrás del centro de la Vía Láctea
Un equipo internacional de astrónomos acaba de conseguir rastrear uno de los brazos espirales de la Vía Láctea en la «cara oculta» de nuestra galaxia, es decir, en la zona que el centro galáctico oculta y que, por tanto, no podemos ver directamente.

El hallazgo, que se publica en Science, proporciona una nueva y valiosísima información sobre la estructura de la galaxia en que vivimos. De hecho, y aunque los astrónomos pueden estudiar millones de galaxias «ahí fuera», resulta especialmente difícil determinar exactamente qué tipo de galaxia es la nuestra. Y esto es así porque, desde dentro de ella, nos es imposible contemplarla en su conjunto. Sería como intentar adivinar la forma de un edificio asomándose desde una de sus ventanas.

Por si eso fuera poco, los esfuerzos realizados hasta ahora para observar la cara oculta de la Vía Láctea se han visto obstaculizados por la gran distancia a la que estamos de ella como por el propio centro de la galaxia, cuya densidad bloquea la luz que procede de esa región y no nos permite ver lo que hay al otro lado.

Ahora, sin embargo, Alberto Sanna, del Instituto Max Planck de Radioastronomía, ha conseguido, al frente de un equipo de astrónomos de varias instituciones, rastrear los movimientos de moléculas de metano y agua, asociadas a regiones de formación estelar, justo al otro lado de nuestra galaxia.

Sondeando «Scutus Centaurus»

Utilizando estos datos, los investigadores han sido capaces de localizar en la cara oculta a «Scutus Centaurus» (Escudo Centauro), uno de los brazos espirales de la Vía Láctea, y estudiarlo así por primera vez en toda su extensión.

Los datos de la investigación publicados en Science sugieren que el ángulo de inclinación de los brazos espirales (una medida que puede dar una idea sobre el tamaño de la espiral) pueden variar a lo largo de su longitud.

Para conseguir sus resultados, los investigadores utilizaron técnicas de interferometría por radio y ensayaron un nuevo método para determinar las distancias de objetos que están al otro lado de la galaxia.

El siguiente paso será utilizar las nuevas técnicas para conseguir, por primera vez, un mapa completo de la Vía Láctea y averiguar, por fin, cómo es exactamente el lugar del Universo en que vivimos.

Fuentes: ABC

29 de septiembre de 2017

Conjeturas sobre el tiempo galáctico

Los astrónomos profesionales estiman que el Sol (y por tanto el Sistema solar completo) se desplaza por el Espacio galáctico inter-estelar (el de la galaxia) a una velocidad de 800.000 kilómetros por hora. Esto equivale a 222 km cada segundo. La Tierra se traslada a 30 km/s en torno al Sol, pero si ni siquiera percibimos la traslación de la Tierra, mucho menos la del Sol y la del Sistema solar, el barrio planetario.

El Sol es sólo una de las miles de millones de estrellas (farolas) que componen la galaxia (la ciudad cósmica salpicada de farolas), la cual tiene su centro, su único punto fijo y punto común a todas las estrellas, y la galaxia gira en torno a su propio centro. Sin embargo eso no significa que todas las estrellas orbiten d i r e c t a m e n t e en torno al centro galáctico; así mismo todos los astros del Sistema solar no orbitan directamente en torno al Sol, como las lunas (de la Tierra, de Júpiter y de Saturno). Por eso muchas estrellas, como la propia Sol, pueden orbitar en torno a otra estrella más masiva, de modo que la velocidad de esta y su sistema es mayor que la de Sol y su sistema. Así cada estrella es un centro que gira en torno a otro centro hasta que una de ellas es la que gira directamente en torno al centro de la galaxia.

Pero al final (sea directamente o dando vueltas a otra estrella), cualquier estrella da una órbita al centro galáctico.


El hecho de que las estrellas giren en torno al centro galáctico se debe a que la galaxia es un cuerpo compacto que gira en torno a su propio centro, como la Tierra en torno a su núcleo mientras “nos arrastra” a todos.

La cifra más manejada por los expertos como periodo de rotación de la galaxia (un giro en torno a su centro) es de 225 millones de años. Sin embargo el año es una unidad demasiado pequeña para expresar el periodo de rotación de algo como la galaxia, pues es como si usáramos el milímetro para medir las distancias entre ciudades o milésimas para expresar nuestra edad. Hay que medirlo usando la unidad acorde a la dimensión de la galaxia. Así, no es que la galaxia tarde 225 millones de años en completar su rotación sino que:

durante una rotación de la galaxia la Tierra da 225 millones de órbitas al Sol (y Neptuno da 1.363.636), y el Sol (y las demás estrellas) dan una órbita al centro galáctico

 

¿Y cómo podemos expresarlo en términos de tiempo galáctico?

Tratándose de una rotación (de la galaxia) en torno a su centro, y viendo que la Tierra también gira en torno a su centro y a eso lo llamamos “día terrestre”, al periodo de una rotación de la galaxia podemos llamarlo Día Galáctico.



Por tanto, cada órbita de la Tierra en torno a Sol representa la 225 millonésima parte de un Día Galáctico. Podemos verlo proporcionalmente en el periodo de un día terrestre, que dura 86.400 segundos:

86.400 segundos-día / 225.000.000 partes = 0,000384 de segundo, la 225.000.000ª parte del día terrestre

Es un periodo demasiado pequeño para que lo comprendamos, aunque por otro lado de esta forma podemos crear la estructura del día galáctico de una forma que nos es familiar, con la misma estructura del día terrestre, de 86.400 segundos (24 partes u horas galácticas de 60 partes o minutos galácticos de 60 partes o segundos galácticos):

225 millones de años / 86.400 parte = 2.604 años -> Segundo Galáctico

Pero también podemos considerar a la rotación de la galaxia como un Año Galáctico, y así con un estructura de 365 días galácticos, pues al fin y al cabo el Sol da órbitas al centro del sistema galáctico como la Tierra las da en torno al Sol, centro del sistema solar.

225.000.000 años / 365,2422 partes o días = 616.040 años -> Día Galáctico, 365ª parte del Año galáctico

Día Galáctico / 24 partes u horas = 25.668 años -> Hora Galáctica (periodo aproximado al del Ciclo Maya de 25.627 años)

Hora Galáctica / 60 partes o minutos = 428 años (6 Días precesionales) -> Minuto Galáctico

Por tanto, un segundo galáctico:

Minuto Galáctico / 60 partes o segundos = 7 años -> Segundo Galáctico


Así, lo llamemos Día Galáctico o Año Galáctico podemos usarlo para expresar la edad del Universo. Los expertos la estiman en años como 13.700 millones, lo que realmente significa que si en el inicio del Universo hubiera existido la galaxia Vía Láctea, el Sol y la Tierra, el planeta habría dado 13.700 millones de órbitas al Sol, y la galaxia habría dado unas 61 rotaciones sobre sí misma:

13.700.000.000 años / 225.000.000 años = 60,8 rotaciones Vía Láctea


Es decir que el Universo tiene unos 61 Años galácticos, edad del Universo expresada en rotaciones de la Vía Láctea.


Fuentes: Asteromia

7 de julio de 2017

Es la Vía Láctea un enorme túnel espaciotemporal navegable

Desempeñan un papel fundamental en la creación de la química orgánica necesaria para la vida

Un equipo internacional de investigadores, dirigido por el astrónomo Chin-Fei Lee, del instituto Academia Sinica de Astronomía y Astrofísica de Taiwan (ASIAA), ha conseguido, por primera vez, detectar moléculas orgánicas complejas en un disco de acreción alrededor de una jovencísima protoestrella. Dichas moléculas desempeñan un papel de suma importancia en la creación de la química orgánica necesaria para la vida.

El hallazgo, por lo tanto, sugiere que los "ladrillos" básicos de la vida surgen en el interior de estos discos, justo al principio del proceso de formación estelar, y quedan después disponibles para incorporarse a los planetas que se forman a partir de los materiales sobrantes del disco tras el nacimiento de la nueva estrella. En otras palabras, la investigación puede ayudarnos a comprender cómo surgió la vida en la Tierra.

"Resulta muy excitante descubrir moléculas orgánicas complejas en un disco de acreción alrededor de una estrella recién nacida -afirma Lee-. Cuando tales moléculas fueron halladas por primera vez en un disco protoplanetario alrededor de una estrella ya formada, todos nos preguntábamos si esos elementos podían haberse formado antes.


Ahora, utilizando la resolución espacial sin precedentes y la sensibilidad del telescopio ALMA, no solo hemos logrado detectarlos en un disco de acreción más joven, sino también determinar su ubicación. Estas moléculas son los componentes básicos de la vida, y resulta que ya están ahí, en la atmósfera del disco alrededor de una estrella bebé, en su fase más temprana de formación".

Herbig-Haro (HH) 212 es un sistema protoestelar cercano, y se encuentra en la constelación de Orión, a unos 1.300 años luz de distancia. La protoestrella central es muy joven, con una edad aproximada de 40.000 años (la cienmilésima parte de la edad del Sol) y una masa que equivale a 0,2 masas solares.

La protoestrella muestra dos potentes chorros en ambos polos, lo que indica que está acretando material de forma muy eficiente. De hecho, resulta perfectamente visible un disco de acreción alimentando a la jovencísima estrella. El disco se ve casi de canto desde nuestra posición, y tiene un radio de aproximadamente 60 Unidades Astronómicas (UA), o sesenta veces la distancia media entre la Tierra y el Sol (que es de 150 millones de km.). Curiosamente, se aprecia una prominente franja oscura en su zona ecuatorial, emparedada entre otras dos franjas muy brillantes, lo que hace que se parezca a una gigantesca "hamburguesa espacial".



Durante su estudio, los investigadores lograron detectar con toda claridad una atmósfera de moléculas orgánicas complejas justo por encima y por debajo del disco (las manchas de color que aparecen en la fotografía sobre estas líneas. Entre ellas hay metanol (CH3OH), metanol deuterado (CH2DOH), metanotiol (CH3SH) o formamida (NH2CHO). Todas ellas moléculas que se consideran precursoras de los azúcares y los aminoácidos necesarios para la vida.

"Probablemente -explica Zhi-Yun Li, de la Universidad de Virginia y coautor de la investigación- esas moléculas se formaron en el interior de los granos de hielo del disco, y fueron liberadas después como gases debido al calentamiento producido por la radiación de la estrella o po otros medios, como colisiones".

Estas observaciones abren la excitante posibilidad de detectar moléculas orgánicas complejas en discos alrededor de otras estrellas bebés, algo que hasta ahora no resultaba posible. Y, por supuesto, suscitan la esperanza de detectar en el futuro moléculas orgánicas aún más complejas y biomoléculas que podrían, por fin, arrojar algo de luz sobre el misterio del origen de la vida.

Fuentes: ABC

12 de abril de 2017

Un equipo de astrónomos cree haber fotografiado un agujero negro por primera vez

Impresión artística cedida por el Observatorio Nacional Radioastronómico (NRAO), que muestra el corazón de la galaxia NGC 1068. (EFE / NRAO
  • Las imágenes corresponderían a la parte llamada "horizonte de sucesos", una frontera donde espacio y tiempo terminan tal y como los conocemos. 
  • La información obtenida todavía debe ser procesada.
Un equipo internacional de astrónomos cree haber logrado, por primera vez en la historia, imágenes de un agujero negro, según informó este martes en su versión digital la revista National Geographic. 

Las imágenes corresponderían, concretamente, al "horizonte de sucesos", una de las partes que componen un agujero negro, según explicó a National Geographic Vincent Fish, científico del Observatorio Haystack de Massachusetts (EE UU) y uno de los astrónomos involucrados en la investigación. 

El horizonte de sucesos es una frontera donde espacio y tiempo terminan tal y como los conocemos. 

No obstante, Fish advirtió de que la información obtenida todavía debe procesarse y que el equipo tendrá que esperar algunos meses para comprobar si las imágenes realmente corresponden al agujero negro. 

Los astrónomos tenían como objetivo fotografiar dos agujeros negros, el Sagittarius A, en el corazón de la Vía Láctea, y uno de mayor tamaño en la galaxia elíptica M87. 

Las imágenes se han obtenido a través de la colaboración de una red mundial de observatorios con radiotelescopios llamada "Telescopio Horizonte de Sucesos" entre los que se encuentran el español IRAM Pico Veleta, el mexicano LMT o varios ubicados en el desierto de Atacama (Chile).

Fuentes: 20 Minutos

29 de enero de 2017

INCREÍBLES FOTOS DE LA VÍA LÁCTEA SOBRE LA TIERRA


Cientos de estrellas parecen girar en el cielo, sobre el volcán activo Monte Bromo, en el este de Java, Indonesia.

Esta fotografía de un barco abandonado con la Vía Láctea de fondo la tomó durante un viaje a su pueblo natal Chow, a orillas del mar de la China Meridional.

Aquí, la Vía Láctea se puede ver dominante sobre una granja de vegetales en las montañas malayas de Cameron.

Nuestro planeta está en una de las colas de la espiral de la galaxia con forma de torbellino, compuesta con al menos 100.000 millones de estrellas.

La siguiente imagen fue tomada en el complejo de volcanes Kawah Ijen justo antes del amanecer y en ella los cráteres parecen emitir ríos de una luz azul del sulfuro que se quema.

La siguiente imagen fue tomada justo por encima de las nubes que están por debajo del pico de la montaña Kinabalu, en la isla de Borneo.

La última foto es una vista desde el Monte Kinabalu.
Chow cuenta que para ello caminó 8 kilómetros con su equipo hasta llegar a la cumbre que está a 4.095 metros sobre el nivel del mar.


Fuentes: Portal Astronómico

Localización del centro de la Galaxia



El centro de la Galaxia (CG) está hacia un punto localizado a -29º ó 29 grados de declinación sur en la Esfera Celeste de la Tierra.

La Tierra pasa entre el Sol y el CG cada 20 de junio. Una persona que vive en una región situada en el paralelo 29ºS de la Tierra pasa justo por debajo del centro de la Galaxia a medianoche del 20 de junio, o entre dos centros: el de la Tierra y el de la Galaxia.

El centro de la Galaxia en las coordenadas de la esfera celeste de la Tierra

Su declinación a -29º significa que es visible en el cénit desde la latitud 29º S de la Tierra donde hay ciudades como Brisbane en Australia, Belgrano en Argentina, Porto Alegre en Brasil, Bloemfontein en Sudáfrica, o la isla de Norfolk al Este de Australia y al Norte de la isla de Nueva Zelanda.

29ºS, paralelo terrestre situado bajo el paralelo celeste -29º en el que está el punto que señala hacia el centro de la Galaxia.

Aquí podemos ver con detalle un ejemplo de cómo un humano puede llegar a estar literalmente bajo el centro de la galaxia a medianoche, en el punto adecuado en el momento adecuado: a 29º S a medianoche del día 20 de junio. A esa hora de ese día del año un humano está entre el centro de la Tierra y el centro de la Galaxia y tiene a éste justo en el zénit. El centro galáctico está 5.5º por debajo del plano de la órbita terrestre.

También, en un mapamundi con la galaxia proyectada en la superficie de la Tierra podemos ver cuando Porto Alegre está bajo el centro galáctico, unas cinco horas después que Bloemfontein (Sudáfrica) que ahora está bajo la estrella Fomalhaut.

Esta es la vista desde el Sol, obtenida con Stellarium, con la Tierra entre el Sol y el plano ecuatorial de la galaxia (y actualmente coincidiendo con el solsticio).

La Tierra circula en una de las órbitas del Sistema solar cuyo plano general está 60 grados inclinado respecto al plano básico de referencia, el de la galaxia.

Plano del Sistema Solar respecto al Plano de la Galaxia

Cada 19 de diciembre el Sol alcanza el mismo meridiano celeste en el que se haya el punto que señala hacia el centro de la Galaxia.

En la Tierra hay una latitud y un momento del año en el que podemos estar bajo media esfera galáctica (distinta de la esfera celeste de la Tierra). Esa latitud es 63ºN y el momento es la medianoche del 1 de octubre. 63 es el reflejo de la inclinación del plano del sistema solar respecto al plano ecuatorial galáctico. Así veríamos observando al cénit con la franja ecuatorial galáctica (Vía Láctea) desplegada de Este a Oeste.

Sólo desde 63ºN podemos estar bajo media esfera galáctica a medianoche del 1 de octubre.

Así la veríamos mirando hacia el Norte desde 63ºN. Desde esta latitud se ve al polo galáctico -y al otro polo hacia la dirección contraria- en el horizonte a medianoche del 1 de octubre. Otra cosa son los polos celestes, que se ven en el horizonte desde el ecuador (0º).

Y desde otra latitud del planeta (en el mismo momento del año) estamos justo debajo del polo norte galáctico y con la Vía Láctea o ecuador galáctico desplegado en todo el horizonte a nuestro alrededor. Es 90º más al sur de 63ºN, en la latitud 27ºS.

Desde 27ºS a medianoche del 1 de octubre la Vía Láctea o ecuador celeste se despliega en el horizonte a nuestro alrededor.


Fuentes: Asteromia

22 de enero de 2017

El agujero negro de la Vía Láctea “escupe” esferas de gas del tamaño de un planeta



Cada pocos miles de años, una desafortunada estrella se acerca demasiado al agujero negro de nuestra galaxia. La poderosa fuerza de gravedad del agujero negro despedaza a la estrella, enviando corrientes de gas hacia el exterior. Esto parecería ser el final de la historia, pero una nueva investigación ha demostrado que el gas se agrupa en enormes esferas de gas del tamaño de un planeta, y dichas esferas son “escupidas” por el agujero negro por toda la galaxia.

Una sola estrella despedazada puede producir cientos de estas esferas gigantescas. Los científicos calcularon que el más cercano de estos objetos podría estar a algunos cientos de años luz de distancia de la Tierra, y que podrían tener una masa de varias veces la masa de Júpiter. Los objetos tendrían que emitir algún tipo de brillo debido a su temperatura, aunque serían demasiado tenues como para ser detectados por nuestros telescopios convencionales. Es probable que futuros telescopios, como el Telescopio Espacial James Webb, sean capaces de detectar estos extraños objetos.

La mayoría de estas esferas de gas (hasta el 95%) abandonan rápidamente nuestra galaxia debido a su velocidad, de alrededor de 10.000 kilómetros por segundo. Se piensa que estos mismos objetos son producidos en otras galaxias que poseen agujeros negros en su núcleo.

Aunque estos objetos son tan grandes como un planeta, su proceso de formación es mucho más rápido. Al agujero negro le toma solamente un día para despedazar una estrella, y alrededor de un año para que los fragmentos se agrupen y formen una esfera. Esto contrasta con los millones de años que le toma a un planeta como Júpiter para formarse.

Una vez que son escupidos por el agujero negro, estos objetos tardarían alrededor de un millón de años para llegar al vecindario de nuestro Sistema Solar. El reto para los científicos sería poder diferenciar a estos objetos de planetas errantes que flotan por el espacio interestelar. Se piensa que solamente 1 de cada mil planetas errantes es de hecho una de estas esferas de gas.

Fuente: https://www.cfa.harvard.edu/news/2017-01