29 de septiembre de 2017

Las ideas EGO(“geo”)centrista y “helio”centrista

Son dos teorías lógicamente creadas por nosotros mismos a través de nuestro yo (EGO en latín, EGHÓ en griego) que es un centro (dinámico o estático) aunque el GEOcentrismo es básicamente el EGOcentrismo de nuestro EGOcentrista estático camuflando su idea, a la cual llama GEOcentrismo. Para pasar de “EGO” a “GEO” basta cambiar de posición la letra “G”.



A través de nuestro EGOcentrista estático percibimos al planeta sin movimiento de giro, sin movimiento de traslación y por ello sin órbita. Además, tampoco debería incluir la inclinación del eje ni sus efectos. Y a través del EGOcentrista dinámico, es decir, el que considera el HELIOcentrismo, se percibe a Helio (Sol) en el centro del sistema planetario, no del Universo (ni de la galaxia Vía Láctea).


A través de la idea del estatismo del planeta Tierra en el centro del Espacio del Universo visualizamos el mundo sin traslación y por ello sin órbita. Si tuviera movimiento de rotación no sería necesario que el Sol diera vueltas a la Tierra, pero como la idea se basa en que el Sol da vueltas al mundo significa que éste tampoco tendría rotación. Y es de suponer que tampoco tendría inclinación. Para suplir ambos movimientos, uno de 24 horas y otro de 365,25 días, tenemos que visualizar al Sol circundándonos una vez cada 24 horas, y estrella debería dar 365,25 órbitas para completar un año mientras las demás estrellas sólo darían una órbita cada año. Un satélite observacional del Sol como es el SOHO, que tiene una órbita sincrónica con la de la Tierra, debería desarrollar una velocidad de traslación 365 veces mayor que la actual y tendría que ser proporcional a la del Sol.



Pero tendríamos que encontrar una razón (natural, o convencional si no encontramos la natural) para determinar que el año estuviera definido por 365,25 órbitas del Sol y no un número entero y más práctico como 360, y tendría que haber una autoridad científica y religiosa/política que lo estableciera. Como tal Ego estaríamos siendo estáticamente centristas pues el Ego, siendo un Centro del universo físico y del mental, también puede ser dinámico, es decir moverse en torno a otro centro más poderoso como otra persona.

Sin embargo no sería necesario que alguna autoridad estableciera convencionalmente las 365,25 órbitas solares como medida del año, pues bastaría tener en cuenta la dinámica natural del ciclo de los solsticios, equinoccios y estaciones en la que la declinación del Sol varía 23,5 grados como máximo respecto al ecuador cada medio año. Por eso lo que tendría que tener inclinación sería la órbita del Sol: 23,5 grados respecto al ecuador de la Tierra o plano ecuatorial terráqueo. Ciertamente así es como lo vemos desde la Tierra al no poder percibir la inclinación del planeta: una percepción “Geo”erguida subjetiva, pero si salimos del planeta y nos situamos ante su lado nocturno tenemos también la perceptiva objetiva y así ambas.




Pero no sólo el plano orbital solar tendría que tener inclinación sino también oscilar una vez en un intervalo de tiempo en el que al Sol le daría para dar 365,25 órbitas a la Tierra. Ambos factores serían la razón natural que estableciera el ciclo del año como de 365,25 días u órbitas del Sol a la Tierra. Y además el plano ecuatorial de la propia galaxia Vía Láctea tendría que tener un ángulo de inclinación de unos 60º respecto al plano del ecuador terrestre, y así la propia galaxia en cuyo centro estaría la Tierra, y la Vía Láctea sería la galaxia central del Universo.

Pero también entre Tierra y Sol hay otro astro que es fundamental: la Luna.



Una vuelta del Sol cada 24 horas en torno a la Tierra daría lugar a un ciclo completo de fases de la Luna cada 24 horas. Sin embargo durante las 12 horas de promedio de una noche vemos la Luna con una misma fase y sólo cambia significativamente cada 24 horas, y así 28 fases cada 29 días y medio, y 12 ciclos completos de fases cada 354 días.

Fuentes: Asteromia

Conjeturas sobre el tiempo galáctico

Los astrónomos profesionales estiman que el Sol (y por tanto el Sistema solar completo) se desplaza por el Espacio galáctico inter-estelar (el de la galaxia) a una velocidad de 800.000 kilómetros por hora. Esto equivale a 222 km cada segundo. La Tierra se traslada a 30 km/s en torno al Sol, pero si ni siquiera percibimos la traslación de la Tierra, mucho menos la del Sol y la del Sistema solar, el barrio planetario.

El Sol es sólo una de las miles de millones de estrellas (farolas) que componen la galaxia (la ciudad cósmica salpicada de farolas), la cual tiene su centro, su único punto fijo y punto común a todas las estrellas, y la galaxia gira en torno a su propio centro. Sin embargo eso no significa que todas las estrellas orbiten d i r e c t a m e n t e en torno al centro galáctico; así mismo todos los astros del Sistema solar no orbitan directamente en torno al Sol, como las lunas (de la Tierra, de Júpiter y de Saturno). Por eso muchas estrellas, como la propia Sol, pueden orbitar en torno a otra estrella más masiva, de modo que la velocidad de esta y su sistema es mayor que la de Sol y su sistema. Así cada estrella es un centro que gira en torno a otro centro hasta que una de ellas es la que gira directamente en torno al centro de la galaxia.

Pero al final (sea directamente o dando vueltas a otra estrella), cualquier estrella da una órbita al centro galáctico.


El hecho de que las estrellas giren en torno al centro galáctico se debe a que la galaxia es un cuerpo compacto que gira en torno a su propio centro, como la Tierra en torno a su núcleo mientras “nos arrastra” a todos.

La cifra más manejada por los expertos como periodo de rotación de la galaxia (un giro en torno a su centro) es de 225 millones de años. Sin embargo el año es una unidad demasiado pequeña para expresar el periodo de rotación de algo como la galaxia, pues es como si usáramos el milímetro para medir las distancias entre ciudades o milésimas para expresar nuestra edad. Hay que medirlo usando la unidad acorde a la dimensión de la galaxia. Así, no es que la galaxia tarde 225 millones de años en completar su rotación sino que:

durante una rotación de la galaxia la Tierra da 225 millones de órbitas al Sol (y Neptuno da 1.363.636), y el Sol (y las demás estrellas) dan una órbita al centro galáctico

 

¿Y cómo podemos expresarlo en términos de tiempo galáctico?

Tratándose de una rotación (de la galaxia) en torno a su centro, y viendo que la Tierra también gira en torno a su centro y a eso lo llamamos “día terrestre”, al periodo de una rotación de la galaxia podemos llamarlo Día Galáctico.



Por tanto, cada órbita de la Tierra en torno a Sol representa la 225 millonésima parte de un Día Galáctico. Podemos verlo proporcionalmente en el periodo de un día terrestre, que dura 86.400 segundos:

86.400 segundos-día / 225.000.000 partes = 0,000384 de segundo, la 225.000.000ª parte del día terrestre

Es un periodo demasiado pequeño para que lo comprendamos, aunque por otro lado de esta forma podemos crear la estructura del día galáctico de una forma que nos es familiar, con la misma estructura del día terrestre, de 86.400 segundos (24 partes u horas galácticas de 60 partes o minutos galácticos de 60 partes o segundos galácticos):

225 millones de años / 86.400 parte = 2.604 años -> Segundo Galáctico

Pero también podemos considerar a la rotación de la galaxia como un Año Galáctico, y así con un estructura de 365 días galácticos, pues al fin y al cabo el Sol da órbitas al centro del sistema galáctico como la Tierra las da en torno al Sol, centro del sistema solar.

225.000.000 años / 365,2422 partes o días = 616.040 años -> Día Galáctico, 365ª parte del Año galáctico

Día Galáctico / 24 partes u horas = 25.668 años -> Hora Galáctica (periodo aproximado al del Ciclo Maya de 25.627 años)

Hora Galáctica / 60 partes o minutos = 428 años (6 Días precesionales) -> Minuto Galáctico

Por tanto, un segundo galáctico:

Minuto Galáctico / 60 partes o segundos = 7 años -> Segundo Galáctico


Así, lo llamemos Día Galáctico o Año Galáctico podemos usarlo para expresar la edad del Universo. Los expertos la estiman en años como 13.700 millones, lo que realmente significa que si en el inicio del Universo hubiera existido la galaxia Vía Láctea, el Sol y la Tierra, el planeta habría dado 13.700 millones de órbitas al Sol, y la galaxia habría dado unas 61 rotaciones sobre sí misma:

13.700.000.000 años / 225.000.000 años = 60,8 rotaciones Vía Láctea


Es decir que el Universo tiene unos 61 Años galácticos, edad del Universo expresada en rotaciones de la Vía Láctea.


Fuentes: Asteromia

Año luz como centímetro luz galáctico

El año luz es la distancia recorrida por un rayo de luz durante una vuelta de la Tierra al Sol. Es una distancia equivalente a unos 800 sistemas solares. Es decir que sólo el diámetro del sistema solar representa la 800ª parte de la distancia llamada “año luz”. Proporcionalmente es como 1,25 milímetros respecto a 1 metro.

SUS FRACCIONES
Se emplean sus fracciones como día luz, hora luz, minuto luz y segundo luz. La Distancia segundo luz equivale a 300.000.000 metros ó 300.000 kilómetros en la que la Tierra cabe 23,5 veces.



No sería aplicable a los objetos y distancias que miden menos de 300.000 kilómetros, pero podríamos considerar 3000 km como un centímetro de segundo luz, con lo que sería más apropiado denominar metro luz al segundo luz: distancia que un rayo de luz recorre en 1 segundo.

La distancia entre la Tierra y la Luna es de 1,3 metros luz.

Entre la Tierra y el Sol es de 500 metros luz que la luz recorre en 500 segundos ó 8,3 minutos.



Es la longitud del radio de la órbita terráquea, y así su diámetro es de 1000 metros luz. Bajo el prisma del sistema métrico decimal, 1000 metros son 1 kilómetro, de modo que podemos expresar la longitud del diámetro de la órbita de la Tierra como 1 kilómetro luz.

El diámetro del Sol mide 4,64 metros luz.

Un rayo de luz que sale del Sol tarda 5,5 horas en llegar a la órbita de Plutón.



Es decir que recorre el radio de la órbita del sistema solar en 5,5 horas. Son 19.600 tramos de 300.000 segundos que el rayo tarda 19.600 segundos en recorrer, es decir 5,5 horas, y a la distancia recorrida se le llama 5,5 horas luz. Y si tratamos los 19.600 tramos luz bajo el sistema métrico decimal podemos verlos como 19,6 kilotramos luz ó kilómetros luz. Así el radio del sistema solar mide 19,6 kilómetros luz que un rayo recorre en 5,5 horas. Y 11 horas en recorrer el diámetro de 38,2 km luz.

Eso es la 800ª parte del año luz. Proporcionalmente es como 1,25 milímetros respecto a 1 metro. Igual que el metro es una unidad demasiado grande para medir distancias dentro de 1,25 milímetros en los que habríamos de emplear fracciones, el año luz demasiado grande para medir distancias dentro del sistema solar, pero sí es una unidad adecuada para medirlas en su espacio exterior, entre estrellas (espacio interestelar), en el espacio interior de la galaxia (espacio galáctico). Y así hasta medir el diámetro de la galaxia.

Los expertos estiman que la estrella Sol está a unos 30.000 años luz del centro de la galaxia.

Y que el diámetro de la Vía Láctea (VL) mide 100.000 años luz, una distancia que un rayo de luz recorre en 100.000 años, es decir mientras la Tierra da 100.000 órbitas al Sol y los puntos equinocciales y solsticiales cumplen 3,8 ciclos de precesión (órbitas al Sol) y la humanidad cumple 100 milenios (edad de homo sapiens).

100.000 es un resultado muy práctico por ser un múltiplo de 10 y por eso podemos usarlo para tratar el diámetro de la VL como 1 kilómetro -en este caso de dimensión galáctica-, pues 1 kilómetro contiene 100.000 centímetros. De esa manera podríamos ver la distancia de 1 año luz como 1 centímetro galáctico y por tanto podríamos decir que la VL mide 100.000 centímetros galácticos (1000 metros galácticos) y por tanto… 1 kilómetro galáctico, y en concreto vía láctea.



Y ya en el espacio galáctico exterior o intergaláctico la unidad del centímetro galáctico (año luz) se queda pequeña. Es como el centímetro entre ciudades, y ni siquiera el otro metro (el metro-politano) sale de la ciudad.

Se estima que la galaxia espiral y regular más cercana, la M-31, está a 2.500.000 años luz de la VL, y como la VL tiene un diámetro de 100.000 años luz, cabe 25 veces entre ella misma y la M-31. El planeta Tierra, según su tamaño y en su espacio particular con la Luna, cabe más de 25 veces entre él mismo y la Luna, es decir que proporcionalmente la distancia entre la VL y M31 es menor que la distancia entre la Tierra y la Luna.



Y como hemos expresado el diámetro de la VL como 1 kilómetro vialácteopodemos decir que la distancia hasta la galaxia M-31 es de 25 kilómetros vialácteos.

Podríamos expresarla como 2,5 millones de centímetros galácticos, pero sería como expresar la distancia de 25 kilómetros entre dos ciudades como de 2,5 millones de centímetros.

Fuentes: Asteromia

21 de septiembre de 2017

¿De dónde viene el agua del Universo?

La nube molecular Taurus, a 430 años luz de la Tierra, donde Herschel captó agua en núcleos pre-estelares por primera vez - ESA/Herschel/NASA/JPL-Caltech
Aún no hay respuesta para este interrogante, pero el telescopio espacial Herschel, de la ESA, siguió su rastro hasta criaderos de estrellas. El agua de la Tierra tiene al menos 4.600 millones de años
El agua es una de las moléculas más abundantes del Universo. Se encuentra en planetas, lunas, estrellas y en criaderos estelares, en la Vía Láctea o más allá. Está formada por un átomo de oxígeno unido a dos de hidrógeno, y tiene unas propiedades increíbles que le hacen ser la base de la vida que conocemos. Parece ser que el agua llegó a la Tierra a través del impacto de cometas y asteroides, o quizás cuando los volcanes la liberaron desde el interior, y que tendría una edad de cerca de 4.600 millones de años. Pero, ¿de dónde venían esas moléculas? ¿Cómo se formaron? Se sabe que el hidrógeno nació tras el Big Bang, y que el oxígeno proviene de estrellas muertas, pero eso no explica cómo ni cuándo apareció el agua. ¿Cuándo se unieron estos átomos? ¿Qué antigüedad tienen las moléculas que forman parte de nuestro cuerpo o que caen con la lluvia?

Hace 60 años los astrónomos detectaron el agua en los criaderos de estrellas, regiones donde el gas interestelar se concentra y permite el nacimiento de estos impresionantes cuerpos. Pero tal como está recordando la Agencia Espacial Europea (ESA) esta semana para recuperar el legado de la misión, los datos recogidos por el Observatorio Espacial Herschel (cuya «vida» acabó en 2013), permitieron rastrear el origen del agua. Lograron seguir el viaje de las moléculas desde cometas y asteroides hasta los planetas del Sistema Solar y, por primera vez, detectar la presenciade agua en un núcleo pre-estelar, una fría acumulación de materia que más tarde se puede convertir en una estrella y en un sistema planetario. A lo largo de su misión, este observatorio logró encontrar agua en todas las etapas de la vida de las estrellas.

Disco protoplanetario donde Herschel captó vapor frío de agua- ESA/NASA/JPL-Caltech

Herschel pudo detectar, por primera vez, vapor de agua frío (a unos -173 grados de temperatura) en la región intermedia de uno de estos discos protoplanetarios. En ese mismo anillo, el vapor más caliente se agolpa en las cercanías de las estrellas y también se acumula más lejos, en la periferia, en una gran reserva de hielo en forma de pequeñas partículas.

El bombardeo de los orígenes

¿Cómo llega de los discos hasta los planetas? La respuesta no está clara, pero aquí, en la Tierra, se pueden encontrar algunas pistas. A pesar de que el agua cubre el 70 por ciento de la superficie, esta molécula solo forma una pequeña parte de la masa total del planeta. Por eso, entre otras cosas, se cree que en el nacimiento del Sistema Solar, hace alrededor de 4.600 millones de años, las zonas más cercanas al Sol estaban pobladas por planetas secos, sólidos y muy calientes, y que más tarde el bombardeo de objetos helados desde la periferia trajo el agua hasta el centro.

Herschel y otros observatorios han analizado el agua presente en cometas para tratar de clarificar esta cuestión. No pudo responder, porque el agua captada en estos cuerpos no siempre es del mismo tipo que la presente en la Tierra. ¿Por qué ocurre esto? El agua de nuestro planeta se caracteriza por tener una proporción determinada de hidrógeno y deuterio, un átomo de hidrógeno con un neutrón extra. Si el agua del planeta viniera de cometas, el agua de estos debería tener la misma proporción de deuterio e hidrógeno. Pero la realidad es que no siempre ocurre así.

Detección de agua en un cometa- ESA/AOES Medialab; Herschel/HssO Consortium

El misterio del agua sigue sin haber sido desvelado. Una de las dificultades para estudiarlo es que si se quiere observar el agua en cometas o estrellas lejanas esto no se puede hacer desde la Tierra. La atmósfera terrestre está cargada de humedad y hace imposible ver el agua más allá.

El Observatorio Espacial Herschel, lanzado en 2009, fue uno de los instrumentos que pudieron mirar por encima del paraguas de la atmósfera. Sus instrumentos le permitieron barrer el cielo en el rango de las longitudes de onda del infrarrojo en busca de la huella típica del agua. Aunque sería más exacto decir «las huellas»: cuando la luz atraviesa el agua genera múltiples señales en función de la temperatura que tenga esta. Herschel podía captar 40 huellas distintas.

La composición química del agua explica que sea una molécula muy abundante y ubicua en el Universo. Hoy puede seguirse su rastro en planetas, estrellas y las inmensidades del espacio interstelar. Pero aún queda mucho por explorar para entender cómo se forma el agua y qué mecanismos la dispersan por el cosmos. Saberlo no solo es fundamental para comprender la evolución de los planetas y las estrellas, sino también para saber más sobre los orígenes de la vida. ¿La vida es un fenómeno frecuente? ¿En qué condiciones puede surgir? Las respuestas aún están lejos de ser encontradas.

Fuentes: ABC

El Hubble descubre un objeto único en el Sistema Solar

Impresión artística del asteroide binario - ESA
Se trata de dos asteroides que orbitan entre sí y tienen características de un cometa, como una cabellera brillante y una larga cola
El Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) ha observado un objeto único en el Sistema Solar, dos asteroides que orbitan entre sí y exhiben características semejantes a un cometa, como una larga cola y una cabellera (coma) brillante. Resulta el primer asteroide binario conocido que también ha sido clasificado como un cometa. La investigación se presenta en un artículo publicado en la revista Nature esta semana.

Imagen del asteroide binario 288P- ESA


En septiembre de 2016, justo antes de que el asteroide 288P hiciera su aproximación más cercana al Sol, se situó lo suficientemente cerca de la Tierra como para permitir a los astrónomos una visión detallada gracias al Hubble.

Las imágenes de 288P, que se encuentra en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, revelaron que en realidad no era un solo objeto, sino dos asteroides de casi la misma masa y tamaño, orbitando entre sí a una distancia de unos 100 kilómetros. Ese descubrimiento fue en sí mismo un hallazgo importante. Debido a que se orbitan entre sí, se pueden medir las masas de los objetos en esos sistemas.

Pero las observaciones también revelaron actividad en curso en el sistema binario. «Detectamos indicaciones fuertes de la sublimación del hielo de agua debido al aumento del calor del Sol, similar a cuando se crea la cola de un cometa», explica Jessica Agarwal, del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar , Alemania y autora principal de la investigación. Esto convierte a 288P en el primer asteroide binario conocido que también se clasifica como un cometa del cinturón principal.

Entender el origen y la evolución de los cometas del cinturón principal -asteroides orbitando entre Marte y Júpiter que muestran actividad similar a un cometa - es un elemento crucial en nuestra comprensión de la formación y evolución de todo el Sistema Solar. Estos objetos pueden ayudar a contestar cómo llegó el agua a la Tierra. Dado que sólo se conocen unos pocos objetos de este tipo, para los científicos 288P se presenta como un sistema extremadamente importante para futuros estudios

.Desde hace 5.000 años

Las características de 288P, como la separación de los dos componentes, el tamaño prácticamente igual de ambos, la elevada excentricidad y la actividad similar a un cometa, lo hacen único entre los pocos asteroides binarios conocidos en el Sistema Solar. La actividad observada de 288P también revela información sobre su pasado, señala Agarwal: «El hielo superficial no puede sobrevivir en el cinturón de asteroides para la edad del Sistema Solar, pero puede ser protegido durante miles de millones de años por un manto de polvo refractario».

A partir de esto, el equipo llegó a la conclusión de que 288P ha existido como un sistema binario desde hace solo unos 5.000 años. «El escenario de formación más probable de 288P es una ruptura debido a la rotación rápida. Después de eso, los dos fragmentos pueden haber sido separados aún más por la rotación de sublimación».

El hecho de que 288P sea tan diferente de todos los otros asteroides binarios conocidos plantea algunas preguntas acerca de si no es sólo una coincidencia que presenta tales propiedades únicas. Como encontrar 288P incluyó mucha suerte, es probable que siga siendo el único ejemplo de su tipo durante mucho tiempo. «Necesitamos más trabajo teórico y observacional, así como más objetos similares al 288P, para encontrar una respuesta a esta pregunta», concluye la investigadora.

Fuentes: ABC

Hallan la fuente del supervolcán más destructivo de Europa

Los investigadores han encontrado la zona caliente que alimentó la caldera en el último período de actividad del volcán en los años 80 - U.A.

Científicos advierten de que Campi Flegrei, cerca de Nápoles, se está volviendo cada vez más peligroso. Han encontrado una zona caliente bajo la ciudad de Pozzuoli. Es «como una olla de sopa hirviendo» bajo la superficie, describen

Hace unos meses, científicos del Instituto Nacional de Geofísica de Italia advertían de que Campi Flegrei, una extensa área volcánica a 9 km. al noroeste de Nápoles, parece estar llegando a su punto crítico de presión, lo que podría llevarle a entrar en erupción. Los «despertares» de este supervolcán han sido los más destructivos que ha conocido el continente europeo desde hace miles de años. Ahora, otro equipo internacional de investigadores insiste en su peligrosidad. Los científicos han localizado bajo la ciudad de Pozzuoli la potencial fuente de magma que alimentó la caldera durante su último período de actividad, en los años 80, cuando la zona sufrió una serie de pequeños terremotos. Aunque el comportamiento del volcán ha cambiado, el hallazgo podría ayudar a predecir cómo y dónde podrían estallar futuras erupciones.

Campi Flegrei, que tiene un característico olor a huevos podridos y que incluso alberga un cámping para turistas, ha estado relativamente tranquila en los últimos treinta años, pero en los 80 sufrió varios sismos de baja intensidad. Los científicos localizaron con técnicas sismológicas la ubicación de la zona donde los materiales calientes se elevaron para alimentar la caldera durante ese último período de actividad.

«Una cuestión que ha desconcertado a los científicos es dónde se encuentra el magma debajo de la caldera, y nuestro estudio proporciona la primera evidencia de una zona caliente bajo la ciudad de Pozzuoli, que se extiende hacia el mar a una profundidad de 4 km», explica uno de los reponsables del trabajo, Luca de Siena, de la Universidad de Aberdeen.

El estudio sugiere que el magma no pudo salir a la superficie en la década de 1980 por la presencia de una formación rocosa de uno o dos kilómetros de profundidad que bloqueó su trayectoria, forzándola a liberar estrés a lo largo de una ruta lateral.

Campi Flegrei, una extensa área volcánica cerca de Nápoles - Archivo

Más peligroso

Según los investigadores, la cantidad relativamente baja de actividad sísmica en el área desde los años 80 sugiere que la presión se está formando dentro de la caldera, haciéndola más peligrosa. «Durante los últimos 30 años el comportamiento del volcán ha cambiado, y todo se ha vuelto más caliente debido a los fluidos que impregnan toda la caldera», explica De Siena. «Lo que produjo la actividad bajo Pozzuoli en los años ochenta ha emigrado en otro lugar, por lo que el peligro no sólo se encuentra en el mismo lugar, ahora podría estar mucho más cerca de Nápoles, que está más densamente poblada», añade.

Esto significa que el riesgo de la caldera ya no está sólo en el centro, sino que ha emigrado. De hecho, el investigador describe Campi Flegrei como «una olla de sopa hirviendo debajo de la superficie».

«No podemos decir qué significa esto en términos de la escala de una erupción futura, pero no hay duda de que el volcán se está volviendo más peligroso», continua De Siena. «La gran pregunta que tenemos que responder ahora es si es una gran capa de magma que está subiendo a la superficie, o algo menos preocupante que podría encontrar su camino a la superficie en el mar».

Fuentes: ABC

El lugar más caliente que haya existido jamás sobre la Tierra

El cráter de Mistastin, en Labrador (Canadá) - Wikipedia
El impacto de un meteorito hace casi 40 millones de años subió la temperatura de las rocas a 2.370ºC en lo que ahora es Canadá
Hace 40 millones de años, un meteorito impactó en lo que ahora es Canadá, provocando la temperatura más alta jamás registrada en la superficie de la Tierra: unos infernales 2.370ºC. Esa es la conclusión de un equipo internacional de científicos tras analizar las rocas de un gigantesco cráter de 28 km localizado en Labrador. La pista se la han dado unas piedras utilizadas en joyería que compiten con los diamantes y que solo pueden formarse con un calor extremo.

Los investigadores saben desde hace tiempo que la Tierra fue bombardeada regularmente por meteoritos y otros objetos espaciales durante sus años de formación. Y algunas de esas colisiones dejaron cráteres que han sobrevivido hasta nuestros días. Uno de ellos es el del lago Mistastin, en Labrador, Canadá, cuyas grandes dimensiones sugieren que la roca que lo creó hace unos 40 millones de años era de un tamaño más que considerable.

La mayoría de los cráteres no revelan demasiado sobre el objeto que los causó, porque este se evapora durante el impacto. De igual forma, la mayor parte del material golpeado también desaparece. Por este motivo, a los científicos les ha resultado difícil aprender más sobre la naturaleza de las rocas espaciales y las condiciones que ocurrieron cuando golpearon la Tierra, explican en Phys.org. Una cosa que los científicos saben, sin embargo, es que cuando se producen estas colisiones colosales, una gran cantidad de energía se libera en forma de calor. Ahora, el equipo de Nicholas Timms, de la Universidad de Curtin, en Perth, Australia, ha sido capaz de medir el calor producido cuando el objeto golpeó el suelo en Canadá.

Según explican en la revista Earth and Planetary Science Letters, el equipo encontró evidencias de circonio, un mineral común, transformado en circonia cúbica, también llamada circonita o zirconita, una gema muy parecida al diamante. Resulta que hacen falta temperaturas de 2.370ºC para que esto ocurra, por lo que el calor generado por el impacto tuvo que ser ese por lo menos. Es la más alta jamás encontrada de forma natural en la superficie de la Tierra. Los científicos ya sospechaban que estos impactos podían alcanzar los 2.000ºC, pero había que probarlo. «Nadie había considerado utilizar circonio como registrador de las temperaturas de impacto», dice Timms a New Scientist. «Esta es la primera vez que tenemos una indicación de que rocas reales pueden ponerse tan calientes».

Fuentes: ABC

20 de septiembre de 2017

La esfera celeste de la Tierra


La esfera celeste es una estructura virtual que tiene la función de facilitar nuestro posicionamiento y el del planeta Tierra respecto a sus polos y el plano de su órbita así como conocer las coordenadas celestes del centro de la Galaxia y de los astros desde la Luna y el Sol.

Es la proyección del ecuador y los polos del planeta Tierra, de modo que es la esfera celeste particular de la Tierra y de hecho cada planeta del sistema solar tiene la suya propia aunque desde cada uno se ve el mismo paisaje estelar, es decir la misma disposición de las estrellas ante el oscuro telón de fondo.




La diferencia está en el grado de inclinación del eje de cada planeta y por ello en la línea que sigue el ecuador celeste respecto al plano de la órbita del planeta y entre las estrellas, y en los puntos hacia los que señalan los polos celestes.

Como esfera que es tiene su ecuador y sus polos, reflejo del ecuador y polos de la esfera terráquea, y por tanto también tiene su centro, el cual es el propio planeta.




Así que la Tierra está en un centro, pero no del sistema solar ni del universo sino de su esfera celeste particular, y nosotros estamos en la superficie del planeta como observadores.

Es real en tanto que es una reproducción de los polos y ecuador del planeta y que el propio movimiento aparente de las estrellas -Sol y demás- como efecto del movimiento de rotación de la Tierra y como reflejo de su esfericidad, y de hecho podemos percibir los polos celestes y el ecuador celeste. Haciendo una analogía visualizar la esfera celeste es como ponernos un casco mental de realidad virtual con el que añadimos una cuadrícula esférica al telón oscuro en el que vemos un pequeño porcentaje de las estrellas de la Galaxia Vía Láctea.


La esfera celeste tiene un círculo fundamental que es el ecuador, reflejo del ecuador terrestre, el más amplio. Realmente desde la Tierra lo visualizamos como una línea pero hemos de tener cuenta que la esfera terrestre está en el centro de su propia esfera celeste y nosotros en la superficie de la esfera terrestre, y por tanto tal línea sólo es medio tramo de un círculo completo que nos rodea. Es la única latitud desde la que podemos ver ambos polos celestes.

A partir del ecuador hay otros 18 círculos horizontales, los paralelos (al ecuador) en número de 9 y 9 hacia los polos, y en los polos confluyen los círculos verticales, los meridianos. Cada paralelo tiene una longitud única mientras los meridianos miden lo mismo. En total hacen 432 cuadrículas.



El círculo se divide en 360 partes o grados. Así 1 grado ó 1º es la 360ª parte del círculo. Cada paralelo se compone de 24 tramos de 15º, y cada semimeridiano de 18 partes de 10º. Así, cada una de las 432 cuadrículas representa un área de 15º x 10º grados. Es la misma estructura que la de la red de coordenadas geográficas empleada para la esfera terráquea.

Así como el ecuador es natural y es el círculo horizontal fundamental, el círculo vertical básico es el Primer Meridiano, pero es convencional. Es el equivalente al Primer Meridiano de la Tierra, el meridiano de Greenwich (o el de Ujjain en el sistema de coordenadas indú). Está establecido como el meridiano que pasa por el punto de confluencia del Ecuador celeste y de la Eclíptica. Aquí otro concepto fundamental: Eclíptica, aunque no forma parte de la esfera celeste propiamente dicha, y también el concepto de la inclinación del eje terráqueo.

Primer meridiano celeste, el que pasa por la intersección del ecuador celeste con la Eclíptica. La imagen lo muestra en el Equinoccio vernal cuando vemos al Sol en dicho punto de intersección y en el primer meridiano celeste.

Y así lo vemos desde la Tierra en el día del Equinoccio, 20 de Marzo, cuando vemos al Sol en dicho punto de la Eclíptica que viene a ser el centro de una cruz entre el ecuador y el primer meridiano.

La Eclíptica es el círculo que representa al plano de la órbita de la Tierra y es la única línea fija, y como el eje de la Tierra está inclinado respecto al eje perpendicular al plano de su órbita (y así también el plano del ecuador y paralelos respecto al plano de la órbita), así también lo está la esfera celeste. Así, desde la Tierra nos parece que la Eclíptica es una línea inclinada respecto al ecuador celeste y que el Primer Meridiano celeste está inclinado respecto al eje de la Tierra, pero si observamos al planeta desde el Espacio tenemos la vista objetiva respecto a la cual la vista subjetiva desde la Tierra es complementaria.




Esa estructura virtual de cuadrículas la visualizamos ante los objetos celestes y respecto al ecuador de la Galaxia y el centro galáctico. Y con la división en partes o grados sexagesimales podemos asignar a cada objeto -desde el propio centro galáctico hasta la Luna- una “dirección domiciliar” celeste única. A nuestro domicilio lo localizamos con el nombre de una calle/avenida/plaza y un número, o a la propia ciudad la localizamos geográficamente con una coordenada definida por Latitud y Longitud. Así, el “domicilio” de un astro se define con dos coordenadas, Declinación y Ascensión Recta. La diferencia es que así como la situación de una vivienda o de una ciudad es fija y por ello tienen siempre la misma dirección domiciliar, no todos los astros están fijos en la esfera celeste pues unos tienen movimiento propio como los planetas y la Luna (y los cometas y los asteroides) y otros movimiento aparente como el Sol, el cual es efecto del movimiento propio de traslación de la Tierra, pues es preciso tener conciencia de que la Tierra se mueve para tener una percepción lo más objetiva posible mientras la percepción subjetiva -y no obligatoriamente única- es complementaria a la objetiva. También a veces nosotros nos mudamos de casa y de dirección. En la Eclíptica también hay cuatro puntos que se mueven, los equinocciales y soslticiales, y a ritmo regular de 1 grado cada 72 años como efecto del bamboleo del eje, y también tienen su coordenada celeste.

En el argot astronómico se suele expresar las coordenadas celestes abreviadamente como Decl y AR, y la declinación también con la letra griega delta: δ. La unidad de medida, igual que en las coordenadas geográficas, es el grado y sus fracciones y expresa distancia angular respecto a otro punto y/o astro diferente de la Tierra, a distinguir de la distancia espacial del astro, que se suele expresar respecto al Sol (en millones de kilómetros o en años luz). El grado es la 360ª parte del círculo, y a su vez se fracciona en 60 partes llamadas minutos de arco o arcmin, y cada arcmin a su vez se fracciona en 60 partes llamadas segundos de arco o arcsec.

La Declinación expresa la distancia angular del astro respecto al círculo horizontal básico, el Ecuador celeste 0º, y puede tener signo ‘ + ‘ o ‘ – ‘ (positivo o negativo); un valor de declinación positiva indica que el astro está en el hemisferio norte y una declinación negativa que está en el hemisferio sur. Sólo las estrellas excepto el Sol no pueden cambiar de declinación ni de signo, al menos a escala de decenas de miles de años, pues las estrellas tienen movimiento propio pero sólo podríamos apreciar suficiente movimiento en las más cercanas y en decenas de miles de años.

La AR expresa la distancia respecto al círculo vertical básico, el Primer meridiano celeste 0º. Un ejemplo lo vemos aquí con un astro aparentemente móvil como el Sol situado en el Ecuador y en el Primer meridiano de modo que su Decl y AR vale 0º, pero 13 semanas antes (1/4 de año) tenían el valor de -23.5º y de 270º.

Por su lado, la coordenadas de las estrellas, como Diphda -un poco por debajo del Sol en ese momento- no cambian a escala estelar, es decir de decenas de miles de años. Un caso claro de declinación fija podemos verla en dos astros fundamentales para nuestra orientación en la esfera celeste de la Tierra como son las estrellas Polaris y Mintaka cuyas declinaciones valen prácticamente +90º y 0º, lo que significa que Mintaka está hacia el ecuador celeste y que Polaris está a 90º por encima del ecuador.

LOCALIZACIÓN DEL CENTRO DE LA GALAXIAEl punto fundamental en nuestro entorno astronómico es el centro de la galaxia por ser el único punto fijo de la misma. En la esfera celeste dicho punto es uno de los del paralelo -29º, y la Tierra pasa por delante de él cada 20 de junio.


Fuentes: Asteromia

Equinoccio de Primavera en el hemisferio Sur y de Otoño en el hemisferio Norte, 22 Septiembre, Sol ante Virgo

Actualmente uno de los equinoccios, el de primavera en el hemisferio Sur y de otoño en el hemisferio Norte, se da el 22 de Septiembre mientras el Sol está hacia la constelación de Virgo.

Son efectos de que el 22 de Septiembre la Tierra está en uno de los dos puntos de su órbita en el que sus polos están a la misma distancia física del Sol y por tanto los polos celestes también están a la misma distancia (angular) del Sol, una distancia que es un cuarto de círculo, 90º, en este caso de un meridiano celeste.

Así, desde la Tierra vemos al Sol en el punto de la Eclíptica por el que cruza el ecuador de la esfera celeste de la Tierra. Dicho punto es el Punto equinoccial, que es vernal respecto al hemisferio sur porque la estación que está instalada en dicho hemisferio es la Primavera, y es otoñal respecto al hemisferio norte.

La Tierra viene de recorrer 1/4 de su órbita durante 13 semanas desde el solsticio.



Astronómicamente, en la Eclíptica y ante las constelaciones, el punto equinoccial está hacia la de Virgo, a distinguir del signo astrológico, pues la fecha 22 de Septiembre del calendario civil corresponde al día 1 del mes/signo astrológico de Libra. Por eso podemos darle al equinoccio un nombre astronómico: equinoccio de Virgo, una denominación que incluye información astronómica.



En la escena, las flechas de color blanco indican la dirección de desplazamiento del punto equinoccial (y del otro y los de los solsticios) como efecto de la precesión (a su vez efecto del balanceo del inclinado eje de rotación) a un ritmo de 1 grado cada 72 años. Como se ve el Punto equinoccial está hacia el final de la constelación de Virgo y así es a escala del ciclo/año precesional, pero en el sentido del transcurso del año común el día del equinoccio el Sol en ese mismo punto está hacia el comienzo de la constelación.

Así, cuando el eje terrestre alcanza esa postura respecto al Sol se produce el equinoccio y desde la Tierra podemos percibir las señales. El punto por el que asoma del Sol es el Este, punto intermedio de la franja oriental por la que asoma durante todos los días del año. Esto significa que el eje Este-Oeste de la Tierra está alineado con el Sol en el amanecer y en el anochecer. Aquí podemos verlo en una comparativa entre el momento del solsticio de Junio, 13 semanas antes ó 1/4 de órbita. El equinoccio es la gran alineación geográfica del año.


Parece que el eje ha balanceado, pero lo que realmente se ha movido es el planeta (con el eje fijo) pues se ha desplazado 1/4 de círculo orbital.

El único momento y único punto del planeta desde el que se puede tener al Sol justo encima es el mediodía del ecuador, único punto que recibe de lleno los rayos solares.

La duración del periodo diurno y nocturno es la misma en todas las latitudes, incluso en las regiones polares dentro de los círculos polares donde se da el momento intermedio del largo día polar que dura un año con su día de medio año y noche de medio año. Es la señal cronológica de equinoccio y de ella procede el nombre de “equinoccio” como “día igual que noche” en sentido de duración. Otra señal es térmica, pues la temperatura se templa en las llamadas “zonas templadas” que son las latitudes medias. Viene del calor del verano en el hemisferio norte y del frío en el hemisferio sur. Podríamos expresar la temperatura templada como 0º, lo cual sería un reflejo de la posición del Sol en la esfera celeste, ahí en el ecuador, con su coordenada de declinación de 0º.



Podemos visualizar la órbita como si fuera un reloj. El Sol es el centro del reloj y la Tierra el extremo de la aguja. El punto de “las doce” está orientado hacia el único punto fijo de la galaxia, el universo “particular” del Sol. Pero hemos de observar la órbita desde debajo para que el sentido de avance de la aguja Tierra sea en el mismo sentido que las agujas del reloj. Según ese diseño, la aguja señala a las y cuarto donde está el punto del equinoccio vernal en el hemisferio sur.

El Punto Equinoccial es móvil y se desplaza en precesión por el círculo de la Eclíptica a un ritmo de 1 grado cada 72 años, lo que introduce nuestra conciencia temporal en la siguiente dimensión del tiempo de la Tierra: el ciclo o año precesional. El PE ha precedido por la constelación de Piscis durante los últimos 27 siglos.

Fuentes: Asteromia