Un estudio de la Universidad Johns Hopkins de Maryland (EEUU) concluye que la sonda espacial Voyager 1, lanzada el 5 de septiembre de 1977, no está tan cerca de la heliopausa (el límite donde desaparece el viento solar y comienza el medio interestelar) como consideraban los científicos.
La Voyager 1 está ahora en la heliofunda –la región anterior a la heliopausa– donde el viento solar disminuye y se empiezan a manifestar los efectos del medio interestelar. En esta zona de transición es en la que se supone que el plasma solar se desvía de su trayectoria radial a otra meridional.
Pero desde 2011, la sonda Voyager 1 se fue reorientando periódicamente para medir este flujo norte-sur, y los resultados muestran que no existe viento meridional significativo. Los nuevos datos indican que, al contrario de lo que se pensaba, la sonda no está a punto de cruzar la frontera del sistema solar.
Los nuevos datos indican que, al contrario de lo que se pensaba, la sonda no está a punto de cruzar la frontera del sistema solar. (Imagen: NASA)
La Voyager 1 se encuentra actualmente a casi 120 Unidades Astronómicas del Sol (una Unidad Astronómica equivale a la distancia entre la Tierra y el Sol, unos 150 millones de kilómetros). La nave fue lanzada como parte de la misión interestelar Voyager, junto con la sonda Voyager 2, hace justo ahora 35 años.
Inicialmente, la misión de estas dos sondas era la exploración de Júpiter y Saturno, y después de diversos descubrimientos en estos planetas, el proyecto se prorrogó. La sonda Voyager 2 exploró además Urano y Neptuno, y posteriormente las dos continuaron su viaje para conocer mejor las fronteras del sistema solar. (Fuente: SINC)
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