OCEANOGRAFÍA - Investigando el punto más salado del Atlántico Norte

Una expedición enviada al punto más salado del Atlántico Norte tiene por misión investigar a fondo cómo fluctúa el contenido de sal en las capas superiores del océano y cómo se relacionan estas variaciones con cambios en los patrones de precipitaciones en todo el planeta.

El viaje de investigación, realizado a bordo del buque científico Knorr, es parte de una misión de varios años que desplegará múltiples instrumentos en diferentes regiones del océano.

Los investigadores pasarán cerca de tres semanas en el punto de máxima salinidad conocida de la superficie del Atlántico. Ese punto está ubicado a medio camino entre las Islas Bahamas y la costa occidental del norte de África. En esa zona del mar, los científicos desplegarán instrumentos de observación y medirán la salinidad, la temperatura y otras variables, antes de poner rumbo a las Islas Azores para completar el viaje.

Los datos reunidos por esta expedición, a cargo del equipo de Raymond Schmitt, oceanógrafo del Instituto Oceanográfico de Woods Hole, en Massachusetts, Estados Unidos, ayudarán a conocer mejor uno de los efectos más preocupantes y menos divulgados del cambio climático: la aceleración del ciclo del agua de la Tierra. A medida que suben las temperaturas globales, aumenta la evaporación, alterando la frecuencia, intensidad y distribución de las lluvias en todo el planeta, lo cual tiene amplias repercusiones para la vida en la Tierra.



El buque científico Knorr. (Foto: NASA/Bill Ingalls)

Los oceanógrafos consideran que el océano registra mejor que la tierra los cambios en las precipitaciones. En el mar, estos cambios se traducen en variaciones en la concentración de sal de sus aguas superficiales.

Muchos científicos que han estudiado los registros de salinidad de los últimos 50 años ya han visto la huella de un aumento en la velocidad del ciclo del agua. Los lugares del océano en los que la evaporación ha aumentado y la lluvia se ha vuelto más escasa, se han vuelto más salados con el paso del tiempo, mientras que los sitios que ahora reciben más precipitaciones se han vuelto menos salados. Esta aceleración a la postre podría exacerbar sequías e inundaciones en todo el planeta. Sin embargo, algunos modelos climáticos predicen cambios menos drásticos en el ciclo global del agua. Se necesita por tanto investigar más y hacer observaciones más detalladas de los cambios de salinidad en el mar, para aclarar de manera lo bastante fiable por dónde puede ir en el futuro el ciclo hidrológico.

Información adicional

Fuentes : NASA

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