Los primeros segundos fueron angustiosos, tanto para los millones de personas que seguían el salto en todo el mundo como para el propio protagonista, que parecía que perdía el control. Pero Baumgartner logró controlar el descenso, para gran alivio de sus padres y su novia.
En total duró unos nueve minutos. Cuatro minutos y 26 seguntos de caída libre, por lo que no batió el récord anterior de 4 minutos y 36 segundos. Ese récord sigue en manos de quien supervisó el salto desde el control central, Joe Kittinger.
El proyecto, bautizado Red Bull Stratos, ha contado con el apoyo de la NASA. En él han trabajado durante cinco años 300 personas, entre ingenieros, científicos y médicos.
La experiencia servirá para conseguir información crucial sobre la reacción del cuerpo humano para futuras misiones espaciales. Abre la puerta al desarrollo de una nueva generación de trajes espaciales y a la creación de misiones de rescate que actualmente no existen.
Un salto histórico, en una fecha histórica: 65 años después de que el estadounidense Chuck Yeager rompiera por primera vez la barrera del sonido, pero él a bordo de un avión experimental.
Fuente : SCI-TECH euronews
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