Rumbo al polo Sur, donde un equipo británico busca bajo el hielo rastros de vida posible, para comprender mejor la evolución de los organismos vivos tanto en la Tierra como en medios de vida extremos.
Desde hace un año, este equipo de científicos se ha instalado en uno de los lugares más aislados y hostiles de nuestro planeta, el oeste de la Antártida.
Este equipo de glaciólogos investigan el Lago Ellsworth. Una extraña extensión de agua que se encuentra bajo el hielo desde hace 125 000 años.
Los exploradores van a tratar de sondar el lago. Pero es un trabajo difícil porque se encuentra bajo una gruesa capa de 3 kilómetros y medio de hielo.
Por un agujero de 36 centímetros de diámetro, van a bombear 90.000 litros de agua y harán pasar una sonda para recoger muestras y sedimentos del fondo del lago.
El análisis de las muestras permitirá también a los científicos evaluar la estabilidad del casquete glaciar, además de proseguir su estudio del deshielo y el aumento del nivel del mar.
Los científicos deberán hacer este trabajo muy rápidamente pues una vez perforado el hueco para la sonda, solo dispondrán de 24 horas para coger muestras antes de que el hielo vuelva a cerrar el acceso.
Esta experiencia extrema servirá para saber si la vida puede soportar temperaturas muy bajas, pocos elementos nutritivos y una oscuridad completa bajo una intensa presión.
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