“Primero recogemos las aguas residuales de un edificio y las diluimos con el fin de que una serie de micro-organismos puedan asimilar la contaminación. Eso permite que las micro-algas se reproduzcan. Y acto seguido separamos esas algas, por un lado nos quedamos con el aceite y por otro con la biomasa vegetal. El aceite puede transformarse en carburante, por ejemplo, para esta lámpara. Y su energía puede transformarse en calor o en electricidad”.
Para materializar esa idea, han instalado sobre el tejado foto-bio-reactores, unos tubos transparentes por los que circula el carburante y que permiten a las microalgas reproducirse a una velocidad excepcional.
“Antiguamente las algas se extraían mediante un proceso de centrifugado que requería una gran cantidad de energía”, añade Lauren Reobelin, director de proyectos de Ennesys. “En cambio, hoy en día, se emplea un sistema electromagnético que permite separar el agua de las algas”.
El carburante recuperado tiene el mismo valor energético que el carbón. Y el agua reciclada, la misma calidad que el agua de lluvia.
“Es un sistema de tratamiento de las aguas residuales que además produce energía”, explica Pierre Tauzinat, presidente de Ennesys. “O al contrario, es un sistema de producción de energía que además sirve para tratar las aguas residuales”
Este sistema puede producir hasta el 80% de la energía que necesita un edificio. Y la mejor noticia es que no contamina, ya que no produce ni un gramo de CO2.
Fuentes : Euronews
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