9 de marzo de 2013

Descubrimiento de un tercer cinturón de radiación alrededor de la Tierra

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Los cinturones de Van Allen. (Imagen: NASA/Van Allen Probes/Goddard Space Flight Center)

Dos extensos cinturones de radiación que rodean la Tierra, conocidos como los Cinturones de Van Allen, fueron descubiertos en 1958. Esos cinturones, que toman su nombre del de su descubridor, James Van Allen, ocupan franjas del espacio cercano. Para la sociedad moderna, tan dependiente de satélites en órbita a la Tierra y de tecnologías asociadas a ellos, es muy importante conocer bien esos cinturones, su extensión exacta, y sus niveles de energía, a fin de evitar problemas.

Los Cinturones de Van Allen, portadores de partículas cargadas atrapadas y de alta energía, son afectados por tormentas solares y por otros fenómenos cósmicos, y pueden dilatarse de manera notable. Cuando esto sucede, son capaces de poner en peligro a satélites de comunicación y de otros tipos, e incluso constituir un riesgo para los astronautas que se hallen en una zona orbital afectada.

Desde su hallazgo, se ha venido considerando que los cinturones de radiación de Van Allen son esencialmente dos, ocupando zonas orbitales distintas, una a menor altitud sobre la superficie terrestre que la otra.

El análisis detallado de observaciones hechas por las dos naves Van Allen, de la NASA, dedicadas a estudiar los dos cinturones conocidos de Van Allen, confirma la existencia, temporal, de un tercer cinturón, exterior y aislado. Las naves gemelas, en órbita a la Tierra, fueron lanzadas al espacio el 30 de agosto de 2012.







Un equipo de científicos pudo observar el tercer cinturón durante cuatro semanas, antes de que una potente onda de choque interplanetaria, procedente del Sol, lo aniquilara. Las observaciones fueron realizadas por científicos de diversas instituciones, incluyendo la NASA, el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en Nuevo México, y la Universidad de New Hampshire en la ciudad de Durham, todas estas instituciones en Estados Unidos.



"Incluso 55 años después de su descubrimiento, los cinturones de radiación de la Tierra todavía son capaces de sorprendernos, y todavía tienen misterios por descubrir y por explicar", comenta Nicky Fox, científico del equipo de las Van Allen, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel, Maryland. Este laboratorio se encargó de construir los satélites gemelos y ahora se ocupa de operaciones de la misión.

Cada nave Van Allen alberga un conjunto idéntico de instrumentos, que permiten a los científicos reunir datos sobre los cinturones con un nivel de detalle sin precedentes. Estos datos son importantes para estudiar los efectos que la "meteorología" espacial (tormentas solares y otros fenómenos cósmicos) tiene sobre la Tierra.

Información adicional


Fuentes : http://www.nasa.gov/home/hqnews/2013/feb/HQ_13-065_Van_Allen_Probes_Belts.html

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