Recreación artística del sistema planetario de HR 8799 en una etapa temprana de su evolución, que muestra al planeta HR 8799c, a un disco de gas y polvo, y a planetas interiores. (Imagen: Cortesía del Instituto Dunlap de Astronomía y Astrofísica / Mediafarm)
Los astrónomos, usando el espectrómetro OSIRIS en el telescopio Keck II, ubicado en la cima del Mauna Kea, Hawái, han descubierto las huellas químicas de sustancias específicas, lo cual delata la existencia de una atmósfera con nubes, conteniendo vapor de agua y monóxido de carbono.
El planeta es uno de los cuatro gigantes gaseosos conocidos en órbita a una estrella llamada HR 8799, situada a 130 años-luz de la Tierra. A diferencia de lo que sucede con la mayoría de los demás sistemas planetarios, en los que la presencia de planetas es inferida por los efectos sutiles que ejercen sobre su estrella madre, los planetas de HR 8799 pueden ser vistos de manera individual.
Es posible obtener imágenes directas de los planetas en órbita a HR 8799 porque todos son grandes, jóvenes, y están bien lejos de su estrella. Esto hace que dicho sistema solar sea un excelente laboratorio para el estudio de atmósferas de exoplanetas.
Aunque el planeta tiene vapor de agua, un rasgo típico de la Tierra, es muy hostil para la vida. Al igual que Júpiter, carece de superficie sólida, pero el principal problema es que tiene una temperatura de más de 500 grados centígrados (más de 1000 grados Fahrenheit), ya que todavía conserva mucho calor de su proceso de formación planetaria original.
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La investigación la ha realizado el equipo de los astrónomos Bruce Macintosh del Laboratorio Nacional estadounidense Lawrence Livermore, en California, Quinn Konopacky del Instituto Dunlap de Astronomía y Astrofísica en la Universidad de Toronto, Canadá, Travis Barman del Observatorio Lowell, en Flagstaff, Arizona, Christian Marois del Consejo de Investigación Nacional de Canadá, y otros expertos.
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