La nebulosa del Cangrejo, como otras, es el fruto de una supernova. (Foto: NASA/CXC/SAO/F. Seward et al.)
Este hallazgo fue bastante inesperado, pero los científicos supieron sacarle partido. La cronología de eventos y la masa del material eyectado les ayudaron a validar un modelo particular que predice este tipo de eventos previos a la explosión de supernova. El análisis estadístico demostró que no había más que un 0,1 por ciento de probabilidades de que la explosión previa y la supernova fueran acontecimientos sin relación entre ellos.
Los resultados de la investigación ayudan a clarificar la secuencia de acontecimientos que conducen a una supernova, y también proporcionan información reveladora sobre los procesos que tienen lugar en los núcleos de estrellas tan masivas a medida que avanzan hacia la etapa final de sus vidas.
La supernova estudiada, conocida como SN 2010mc, fue de Tipo II.
La estrella comenzó siendo una estrella masiva, con al menos 8 veces la masa de nuestro Sol. A medida que una estrella de esta clase envejece, la fusión nuclear interna que la mantiene en funcionamiento produce elementos cada vez más pesados, hasta que su núcleo llega ser mayormente de hierro. En este punto, el pesado núcleo se derrumba, aplasta y comprime sobre sí mismo con rapidez, y la estrella explota.
En la investigación han trabajado una veintena de científicos de Israel, Estados Unidos y el Reino Unido.
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