La concepción artística muestra dos estrellas de neutrones en el momento de la colisión. Las nuevas observaciones confirman que la colisión de estrellas de neutrones produce estallidos de rayos gamma. Tales colisiones producen elementos pesados raros, incluido el oro. Todo el oro de la Tierra probablemente proviene de la colisión de estrellas de neutrones. Crédito: Dana Berry, SkyWorks Digital, Inc.
El oro lo valoramos por muchas razones: su belleza, su utilidad para confeccionar joyas y su rareza. El oro es raro en la Tierra, en parte, porque también es poco común en el universo.
A diferencia de los elementos como el carbono o el hierro, el oro no se puede crear dentro de una estrella.
En su lugar, debe nacer en un evento más catastrófico – como el que se produjo el mes pasado, conocido como un estallido de rayos gamma cortos (GRB). Las observaciones de GRB proporcionan evidencia de que el oro ha resultado de la colisión de dos estrellas de neutrones – los núcleos muertos de estrellas que antes habían hecho explosión como supernovas. Es más, un resplandor peculiar, que persistió durante varios días en la ubicación del estallido significa potencialmente la creación de cantidades sustanciales de elementos pesados – incluyendo el oro.
El autor principal del estudio, Edo Berger, del Centro Harvard-Smithsoniano para Astrofísica (CfA) estima que la cantidad de oro producida y expulsada durante la fusión de las dos estrellas de neutrones puede ser tan grande como 10 masas de la Luna.
Una explosión de rayos gamma es un destello de luz de alta energía de una explosión extremadamente energética. La mayoría se encuentran en el universo distante. Berger y sus colegas estudiaron a GRB 130603B, que, a una distancia de 3.900 millones de años luz de la Tierra, es una de las explosiones más cercanas que se haya visto hasta la fecha.
El equipo calcula que alrededor de una centésima de masa solar de material fue lanzada por la explosión de rayos gamma, y parte de esa masa era oro.
El estudio se publicará en The Astrophysical Journal Letters. Mientras tanto, se puede ver aquí.
Fuente: Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics
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