El objetivo principal de Gaia es crear un mapa tridimensional de la Vía Láctea, observando repetidamente más de mil millones de estrellas para determinar con precisión su posición y desplazamiento.
Esta misión también estudiará una serie de propiedades físicas de cada estrella, como su temperatura, luminosidad o composición química.
El censo resultante permitirá a los astrónomos comprender mejor el origen y la evolución de nuestra Galaxia.
Gaia también desvelará cientos de miles de objetos desconocidos, tales como asteroides en nuestro propio Sistema Solar, planetas en órbita a estrellas cercanas y explosiones estelares – supernovas – en otras galaxias.
“Gaia será la máquina de los descubrimientos de la ESA”, explica Álvaro Giménez, Director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.
“Nos revelará de qué está hecha y cómo se formó nuestra Galaxia con un nivel de detalle sin precedentes, situando a Europa en la vanguardia de la astronomía de precisión”.
“Gaia se basa en el legado científico y tecnológico de la misión Hipparcos de la ESA, y es un reflejo de la amplia experiencia de la industria espacial y de la comunidad científica europea”.
“Es muy gratificante ver cómo la nueva generación de observatorios de alta precisión ya está terminada y lista para empezar a responder a cuestiones fundamentales sobre el Universo”.
Gaia viajará al espacio a finales de 2013 a bordo de un lanzador Soyuz de Arianespace desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, Guayana Francesa, y estudiará las estrellas desde una posición a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra en dirección opuesta al Sol, conocida como el Punto L2 de Lagrange.
Una vez en órbita, el satélite rotará lentamente sobre sí mismo, realizando un barrido de todo el firmamento con sus dos telescopios, que están equipados con la mayor cámara digital jamás lanzada al espacio – con más de mil millones de píxeles.
Gaia estudiará mil millones de estrellas, apenas un 1% de la población de la Vía Láctea.
En su órbita alrededor del Sol, Gaia medirá varias veces la posición de cada estrella, lo que le permitirá determinar su distancia a través de una técnica conocida como paralaje.
Esta información, combinada con el resto de datos que tomará la misión, permitirá a los astrónomos reconstruir la historia de la Vía Láctea.
Se espera que esta misión también descubra nuevos asteroides en nuestro propio Sistema Solar y planetas en órbita a otras estrellas.
En teoría, Gaia también será capaz de estudiar la distribución de la materia oscura, una sustancia invisible que sólo se puede detectar a través de su influencia gravitatoria sobre otros cuerpos celestes.
Este sofisticado observatorio observará cómo los cuerpos masivos del Universo desvían la trayectoria de la luz, probando la Teoría General de la Relatividad enunciada por Einstein.
“Gaia observará cada una de estas mil millones de estrellas una media de 70 veces a lo largo de los cinco años que durará su misión, lo que significa que realizará unos 40 millones de observaciones al día”, explica Giuseppe Sarri, Responsable del Proyecto Gaia para la ESA.
“La comunidad científica europea que trabaja con la ESA llevará a cabo el épico trabajo de procesar toda esta información”, añade Timo Prusti, Científico del Proyecto Gaia para la ESA.
“El gigantesco censo estelar que realizará esta misión proporcionará la información necesaria para abordar un gran número de cuestiones relacionadas con el origen, la estructura y la evolución de nuestra Galaxia”.
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