- Es parte de la misión ExoMars, que se desarrolla en colaboración con Rusia
- Comprende lanzamientos en 2016 y 2018
- El aterrizador de 2016 servirá de prueba para el de 2018
La próxima misión con destino Marte de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Roscosmos se llamaExomars, de Exobiología en Marte, y tiene la peculiaridad de que va a ser lanzada en dos etapas.
En 2016 está previsto que partan hacia allá el Satélite para el estudio de Gases Traza, o Trace Gas Orbiter, y el módulo demostrador de entrada, descenso y aterrizaje, o EDM lander.
El TGO, además de estudiar la atmósfera marciana, servirá de relé de comunicaciones al rover de la misión, que será lanzado en 2018, mientras que el EDM servirá para demostrar las tecnologías necesarias para dejar el rover suavemente en la superficie de Marte en enero de 2019.
Aterrizaje autónomo
Como sucede con cualquier misión más allá de nuestro planeta, el EDM tendrá que tomar tierra de forma totalmente autónoma, pues el tiempo que tardan las señales de radio hace inviable que el descenso se pueda controlar en remoto.
Para ello usará dos paracaídas de frenado y un sistema de guiado que utiliza un radar y unos sensores de movimiento para calcular su posición, altura, y velocidad de descenso.
Unos motores se irán encendiendo y apagando según sea necesario hasta que, a una altura de un metro, estos se apaguen definitivamente y el EDL aterrice sobre una estructura deformanble diseñada para absorber el impacto.
Una vez allí, medirá parámetros ambientales, entre ellos los campos eléctricos en la superficie de Marte por primera vez, durante tres o cuatro días hasta que se agoten sus baterías y termine su misión.
Un astrónomo italiano
Y es precisamente el EDL al que la Agencia Espacial Europea acaba de bautizar como Schiaparelli en honor a Giovanni Schiaparelli, que aparte de ser un activo astrónomo,fue el primero en observar los canales de Marte en 1887, aunque luego resultaron ser una ilusión óptica.
El nombre fue propuesto por un grupo de científicos italianos al presidente de la ASI, la Agencia Espacial Italiana, quien a su vez se lo propuso a la ESA.
Además de los méritos propios de Schiaparelli, el que Italia realice la mayor aportación en la parte europea de la misión sin duda ayudó con la decisión.
Solo queda desear que el EDM y luego el propio rover ExoMars corran mejor suerte que el aterrizador Beagle 2, perdido sin rastro en diciembre de 2003.
Fuentes : Rtve
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