La Gran Mancha Roja de Júpiter es uno de los mayores misterios del sistema solar. Por lo que los científicos saben en materia de dinámica de los fluidos, esta masiva tormenta, lo bastante grande para que en su interior quepan dos o tres planetas del tamaño de la Tierra, debería de haber desaparecido hace siglos.
Atendiendo a las teorías comúnmente aceptadas, la Gran Mancha Roja debió desaparecer después de varias décadas tras su inicio. En cambio, ha estado allí durante centenares de años.
Hay muchos procesos capaces de disipar vórtices como el de la Mancha Roja. La turbulencia y otros fenómenos que ocurren en la misma y a su alrededor tienden a debilitar la fuerza de sus vientos. El vórtice también pierde energía al radiar calor. Por último, esta supertormenta se mantiene entre dos fuertes corrientes en chorro que fluyen en direcciones opuestas y que podrían desacelerar su giro.
En un intento de desentrañar el misterio de la supervivencia de la Mancha Roja, Hassanzadeh y Marcus elaboraron un modelo propio. Este modelo difiere de los existentes porque es totalmente tridimensional y de muy alta definición.
Muchos modelos de vórtices se concentran en los torbellinos de vientos horizontales, donde reside la mayor parte de la energía. Pero los vórtices también tienen flujos verticales, aunque éstos poseen una cantidad muy inferior de energía.
Pero resulta que el movimiento vertical de las masas de aire es el que contiene la clave para explicar el motivo de la longeva persistencia de la Gran Mancha Roja. A medida que el vórtice pierde energía, el flujo vertical transporta hacia su centro gases calientes de los niveles más altos y gases fríos de debajo del vórtice, restaurando parte de su energía perdida.
El modelo también predice la existencia de un flujo radial que succiona vientos ultraveloces de las fuertes corrientes en chorro hacia el centro del vórtice. Esto le bombea más energía, permitiéndole durar mucho más tiempo.
Hassanzadeh y Marcus saben que su modelo no explica por completo la larga duración de la Mancha Roja. Pero consideran que la absorción ocasional de vórtices menores, que concuerda con las observaciones, puede proporcionar la energía extra necesaria para permitir a la Gran Mancha Roja alcanzar los siglos de edad que ya tiene. Ya tienen planeado investigar más a fin de corroborar debidamente su teoría.
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