28 de Enero del 1986 - Setenta y tres segundos después del despegue, la lanzadera espacial estadounidense Challenger estalló en pleno vuelo, provocando la muerte de sus siete tripulantes.
El accidente se produjo por un mal funcionamiento de las juntas tóricas, unas juntas que deben asegurar la perfecta estanqueidad de los cohetes aceleradores.
La noche anterior al accidente fue especialmente fría,6 lo que hizo que las juntas no cerraran bien y se produjo un escape de gas. La fuga de gas perforó el depósito principal de combustible, que terminó envuelto en llamas. El Challenger quedó expuesto a un vuelo supersónico incontrolado,lo que conllevó su desintegración.
El compartimento de la tripulación y otros fragmentos de la nave fueron finalmente recuperados del fondo del océano después de una larga operación de búsqueda y recuperación. Aunque no se sabe el momento exacto en que murieron los miembros de la tripulación, se sabe que algunos miembros sobrevivieron a la ruptura inicial de la nave. Sin embargo, el transbordador carecía de dispositivo de salida de emergencia y los astronautas no sobrevivieron al impacto del transbordador contra la superficie del océano.
El compartimento de la tripulación y otros fragmentos de la nave fueron finalmente recuperados del fondo del océano después de una larga operación de búsqueda y recuperación. Aunque no se sabe el momento exacto en que murieron los miembros de la tripulación, se sabe que algunos miembros sobrevivieron a la ruptura inicial de la nave. Sin embargo, el transbordador carecía de dispositivo de salida de emergencia y los astronautas no sobrevivieron al impacto del transbordador contra la superficie del océano.
Esa fue la peor catástrofe de la astronáutica estadounidense hasta el momento.
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