Los astrónomos han detectado un quásar que ilumina una enorme nebulosa de gas difuso, revelando por primera vez parte de la red de filamentos que, según se piensa, conecta a las galaxias en una red cósmica.
Utilizando el telescopio de 10 metros Keck I, en el Observatorio W. M. Keck de Hawái, el equipo de Sebastiano Cantalupo y J. Xavier Prochaska, de la Universidad de California en Santa Cruz, Estados Unidos, detectó una luminosa nebulosa de gas extendiéndose unos 2 millones de años-luz a través del espacio intergaláctico.
Éste es un objeto muy excepcional: es enorme, al menos el doble de grande que cualquier nebulosa detectada previamente, y se extiende más allá del entorno galáctico del quásar.
El modelo cosmológico estándar de la formación de estructuras en el universo predice que las galaxias están incrustadas en una red cósmica de materia, la mayor parte de la cual (aproximadamente un 84 por ciento) es materia oscura, la cual resulta invisible para los métodos estándar de detección. Esta red se ve en los resultados de simulaciones informáticas de la evolución de la estructura del universo, que muestran la distribución de la materia oscura a gran escala, incluyendo los halos de materia oscura en torno a los sitios donde se forman las galaxias, y la red cósmica de filamentos que las conectan. La gravedad hace que la materia ordinaria siga la distribución de la materia oscura, de manera que los filamentos de gas ionizado y difuso deberían trazar un patrón similar al que puede verse en las simulaciones de la materia oscura.
En el nuevo estudio, los investigadores detectaron el resplandor fluorescente del gas hidrógeno que resulta de su iluminación por la radiación intensa del quásar.
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