Lluvia de estrellas fugaces Orionidas



Como todos los aƱos, entre la noche del 20 al 21 de Octubre se produce una lluvia de estrellas fugaces (meteoros) denominada Orionidas. Estas partĆ­culas de polvo provienen de un cuerpo celeste que ha sido observado desde la antigĆ¼edad: el famoso cometa Halley. Desde un sitio oscuro, lejos de la contaminaciĆ³n lumĆ­nica y la poluciĆ³n de las ciudades, podrĆ” observarse entre 15 y 25 meteoros por hora, siempre despuĆ©s de la medianoche como momento mĆ”s favorable.

Si se proyectan hacia atrĆ”s las trayectorias de los diversos meteoros correspondientes a esta lluvia de estrellas fugaces, todas parecen reunirse en una regiĆ³n del cielo denominada "radiante", el punto de donde parecen provenir estos meteoros. En este caso, el nombre de OriĆ³nidas se debe a que las estrellas fugaces surgen aparentemente de un punto del cielo que se encuentra en la constelaciĆ³n de Orion (el cazador), un poco mĆ”s al norte (abajo en el hemisferio sur) de la estrella supergigante roja Betelgeuse, la segunda mĆ”s brillante de esta constelaciĆ³n.

Para observar este fenĆ³meno no se requiere ningĆŗn instrumento mas que nuestros ojos y no hay que mirar hacia ninguna regiĆ³n particular del cielo, pueden surgir en cualquier parte de la esfera celeste. Se recomienda observar este fenĆ³meno en posiciĆ³n horizontal, en una reposera o sobre una manta o lona en el suelo, de manera tal que el campo visual se encuentre completamente hacia el cielo.

Si se desea fotografiar estrellas fugaces sĆ³lo es necesario una cĆ”mara que permita exposiciones prolongadas (mĆ”s de un segundo) y dirigirla hacia la regiĆ³n del cielo que se desee, hacer el disparo que mantenga el obturador de la cĆ”mara el tiempo deseado y tener la suerte de que en ese lapso alguna estrella fugaz cruce el campo del cielo fotografiado.

¿QuĆ© es una Estrella Fugaz?

Todos hemos visto alguna vez una estrella fugaz cruzando raudamente el cielo. A pesar de su nombre no tiene nada que ver con las estrellas: no son estrellas que se mueven, ni pedazos de estrellas, ni estrellas que "mueren". En realidad, el nombre es un recuerdo de las Ć©pocas en que el hombre creĆ­a que las estrellas eran puntos luminosos en una enorme esfera, y esos puntos estaban fijos a ella, de ahĆ­ que a las estrellas se las denominaran "estrellas fijas", en comparaciĆ³n con 7 astros que se desplazaban entre las estrellas fijas de una zona particular del cielo. Esos astros que se movĆ­an recibieron el nombre de "planetas" (en griego, errantes o vagabundos). Ocasionalmente vieron otros astros que parecĆ­an huir, fugarse de su lugar del firmamento, de ahĆ­ que se los denominara "estrellas fugaces". Hoy sabemos que las "estrellas fugaces" o meteoros (tal es su denominaciĆ³n tĆ©cnica) son en su inmensa mayorĆ­a partĆ­culas de polvo, del tamaƱo de un grano de arena o menor aĆŗn, que ingresan en la alta atmĆ³sfera terrestre (a unos 100 km de altura aproximadamente) a velocidades de entre 70.000 a 250.000 km/h. Al ingresar, comprimen el aire que esta por delante de tal manera que alcanza temperaturas extremadamente altas, por lo que brilla por unos breves instantes antes de vaporizarse.

Una pequeƱa cantidad de meteoros son de dimensiones mayores generando una estrella fugaz extremadamente brillante, que recibe el nombre de "bĆ³lido". Si es lo bastante grande para resistir el paso por la atmĆ³sfera y llegar hasta la superficie, a ese objeto se lo denomina "meteorito".

Algunas noches particulares a lo largo del aƱo tienen la particularidad que se pueden observar muchas mĆ”s estrellas fugaces que en otras. En esas noches se dice que hay una "lluvia de estrellas fugaces". Esto ocurre porque nuestro planeta, en su movimiento de traslaciĆ³n en torno al Sol, se encuentra con ingentes cantidades de polvo en determinados puntos de su Ć³rbita, barriendo literalmente a aquellas partĆ­culas que se encuentran en su recorrido, y que son las que vemos ingresar en la alta atmĆ³sfera.

¿Por quĆ© hay zonas de la Ć³rbita terrestre con mucho polvo? La causa son otros cuerpos del Sistema Solar: los cometas. Estos cuerpos tienen en general un diĆ”metro de unos pocos km, de forma irregular, como gigantescas montaƱas de hielos (hielo de agua en un 90% o mĆ”s junto con hielos de otras sustancias como nitrĆ³geno, monĆ³xido y diĆ³xido de carbono, amonĆ­aco, y de otras sustancias), y mezclados con esos hielos existen enormes cantidades de polvo. Cuando los cometas, en su movimiento orbital en torno al Sol se aproximan a Ć©ste (es decir se acercan la "perihelio") la radiaciĆ³n solar provoca que el hielo de la superficie se volatilice (es decir el cambio de estado de sĆ³lido a gaseoso) y ionices, y junto con ello se desprenden las partĆ­culas de polvo que estaban adheridas, conformando las conocidas colas cometarias. El polvo desprendido se mueve en torno al Sol en una Ć³rbita semejante al del cometa del que se originĆ³. Y si el cometa tiene una Ć³rbita que cruza la de la Tierra, cuando nuestro planeta pasa por la zona del cruce "barre" a todas las partĆ­culas que se encuentren en su camino, originando las ya mencionadas "lluvia de estrellas fugaces".


Fuentes: Sur Astronomico

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