Beagle-2 se separó de su nave el 19 de diciembre de 2003 y tenía que haber aterrizado seis días después. Sin embargo, no se supo nada más de ella después de tomar contacto con la superficie del planeta. Las búsquedas de las misiones Mars Express y de Mars Odyssey de la NASA fueron infructuosas, ha informado la ESA.
Ahora, más de una década después, han podido identificar el módulo de aterrizaje en las imágenes obtenidas por la cámara de alta resolución del orbitador de la NASA.
"Estamos muy contentos de saber que Beagle-2 aterrizó en Marte. La dedicación de los diferentes equipos en el estudio de imágenes de alta resolución con el fin de encontrar el módulo de aterrizaje es inspiradora", ha comentado el director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA, Álvaro Giménez.
"No saber qué pasó con Beagle-2 fue una preocupación acuciante. Saber ahora que Beagle-2 descendió hasta la superficie es una excelente noticia", ha añadido el director del proyecto Mars Express de la ESA de entonces, Rudolf Schmidt.
Búsqueda entre las imágenes
El exmiembro del equipo de operaciones de la misión Mars Express en el Centro Espacial de Operaciones de la ESA en Darmstadt (Alemania), Michael Croon, buscó la sonda en un primer momento en las imágenes de alta resolución, al mismo tiempo que los equipos industriales y científicos de la Beagle-2.
El pequeño tamaño de la sonda -menos de 2 metros de ancho cuando está plenamente operativa- hizo que la tarea fuera laboriosa, en el límite de la resolución de las cámaras que orbitan alrededor de Marte.
Después de identificar posibles partes de la sonda diseminadas en la región de Marte llamada Isidis Planitia, el equipo de la Beagle-2 y del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA obtuvieron y analizaron nuevas imágenes.
Sin señal de la Beagle-2
Las imágenes muestran el módulo de aterrizaje en lo que parece ser una configuración parcialmente desplegada, con solo uno, dos, o como máximo tres, de sus cuatro paneles solares abiertos, lo que explica que nunca se recibieran señales de la sonda.
Asimismo, también se ve el paracaídas principal y lo que creen que es la cubierta posterior con su piloto/paracaídas de frenado todavía unido. Según afirma la ESA, el tamaño, forma, color y separación de estas piezas concuerdan con las características de Beagle-2 y sus componentes, y se encuentran en la zona de aterrizaje prevista a una distancia de unos cinco kilómetros del centro.
Por último, la ESA reconoce que el despliegue parcial de los paneles solares y la antena cubierta impiden que se pueda revivir y recuperar los datos que hubiera recabado Beagle-2.
Asimismo, también se ve el paracaídas principal y lo que creen que es la cubierta posterior con su piloto/paracaídas de frenado todavía unido. Según afirma la ESA, el tamaño, forma, color y separación de estas piezas concuerdan con las características de Beagle-2 y sus componentes, y se encuentran en la zona de aterrizaje prevista a una distancia de unos cinco kilómetros del centro.
Por último, la ESA reconoce que el despliegue parcial de los paneles solares y la antena cubierta impiden que se pueda revivir y recuperar los datos que hubiera recabado Beagle-2.
Fuentes: RTVE.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario