La ESA probará su tecnología de reentrada en la atmósfera con un vuelo supersónico

El cohete Vega con la nave IXV, lista para su lanzamiento desde Korou (Guayana Francesa).ESA-M. Pedoussaut
  • El Vehículo eXperimental Intermedio está preparado para reentrar en la Tierra
  • No tiene alas y puede soportar hasta 1.500 grados de temperatura
  • La primera prueba será este miércoles 11 de febrero
  • Empresas españolas han creado e implementado el software del IXV
La Agencia Espacial Europea (ESA), que consiguió que la sonda Philae aterrizara en un cometa en 2014, ahora se enfrenta a un nuevo reto: desarrollar un vehículo propio capaz de hacer una reentrada en la atmósfera para no depender de tecnología de otros países.

Ese es el objetivo de la misión del avión espacial IXV de la ESA, que ha tenido un coste de 150 millones de euros. Está previsto que el próximo miércoles 11 de febrero la agencia lance un cohete Vega con su primer Vehículo eXperimental Intermedio (IXV) a bordo.

El avión, que se diferencia de otros vehículos como Orion, que recientemente probó la NASA en que no tiene alas, usa su propio fuselaje como soporte durante el vuelo y tiene gran capacidad para maniobrar gracias a sus superficies aerodinámicas.
El avión espacial IXV no entrará en órbita y reentrará en la Tierra


Partirá desde Kourou (Guayana Francesa) hasta situarse a unos 420 kilómetros de la Tierra, aunque no está previsto que entre en órbita.

El objetivo es comprobar el comportamiento del vehículo, de desarrollo y fabricación europea, en su reentrada en la atmósfera, según ha explicado a RTVE.es el jefe de la Campaña de Lanzamiento de IXV en ESA, José María Gallego Sanz.
"Hasta ahora Europa ha sido muy adelantada en lanzar al espacio nuevos satélites, sondas y grandes infraestructuras. Estamos atrás en la capacidad de volver del espacio, que sí tienen Estados Unidos, Rusia o China", ha indicado Gallego, quien ha subrayado que el mayor reto para los vehículos es resistir el estrés térmico de la reentrada.

Ilustración del Vehículo eXperimental Intermedio en órbita. ESA/J.Huart

Lanzamiento y reentrada del IXV

Lo que va a hacer la ESA el próximo miércoles es una prueba de validación de la tecnología que llevan desarrollando diez años. "Es un paso absolutamente necesario si Europa quiere tener capacidad en el futuro de traer muestras de otros planetas o de la Estación Espacial Internacional", ha puesto Gallego como ejemplo.

Así, el avión espacial, realizará un vuelo supersónico e hipersónico durante unos 100 minutos, que incluye unos 20 minutos de reentrada.

Fases del lanzamiento del miércoles 11 de febrero, desde el ascenso hasta su amerizaje en el Pacífico. Foto: ALTEC

En él, tras llegar a una altura de hasta 420 kilómetros, volverá a la Tierra a 27.000 km/h, una velocidad equivalente a la que tendría un vehículo que volviese de una misión en órbita baja. El IXV irá frenándose para hacer un amerizaje suave en el océano Pacífico, donde estará esperando un buque para recuperarlo.

Prueba de componentes y software

La principal tecnología que se probará con el vehículo IXV será su avanzado escudo térmico, creado con tecnología de carbono de carburo de silicio (CSiC), más resistente mecánica y térmicamente. Tanto la parte frontal del vehículo como los flaps están hechos de este material.
El escudo térmico del vehículo soporta 1.500 grados de temperatura


El desarrollo de componentes con CSiC ha llevado años de investigación, como ha revelado Gallego, puesto que se pensó para el vehículo Hermes, una nave proyectada en 1987 que empezó a investigar la agencia espacial francesa CNES.

Ahora se han rescatado antiguos desarrollos, se han fabricado muestras y se han hecho ensayos en túneles de viento de plasma a altas temperaturas, ya que en la reentrada en la atmósfera IXV tiene que soportar hasta 1.500 grados.

Por otra parte, el vehículo IXV, que es completamente autónomo, llevará a cabo durante su vuelo una serie programada de maniobras utilizando sus flaps duales y cuatro motores de 400 N.
El software de IXV ha sido creado por empresas españolas


Mientras, registrará los datos de 300 sensores de presión, temperatura, estrés mecánico y una cámara de infrarrojos tomará imágenes de uno de los flaps para caracterizar el campo térmico en la superficie móvil, como ha explicado el miembro de la ESA.

El software empleado para guiar la navegación del vehículo y el que lleva a bordo, que ha sido creado, implementado y verificado por empresas españolas, proporcionará a los científicos los datos para poder evaluar el IXV con el fin de desarrollar nuevas herramientas, materiales y modelos de vehículos del futuro.


Fuentes: Rtve.es

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