Herschel y Planck encuentran el eslabon perdido de la evolucion de los cumulos de galaxias

Posibles protocúmulos



La combinación de las observaciones del Universo primitivo realizadas con los observatorios espaciales Herschel y Planck de la ESA ha permitido descubrir los que podrían ser los precursores de los grandes cúmulos de galaxias que vemos en la actualidad. 


Las galaxias como la nuestra, con sus 100.000 millones de estrellas, no están aisladas. En el Universo actual, 13.800 millones de años después del Big Bang, la mayoría de las galaxias se encuentran agrupadas en densos cúmulos de decenas, cientos o incluso miles de ellas.Sin embargo, estas agrupaciones no han existido siempre. Una de las grandes preguntas de la cosmología moderna es determinar cómo se formaron unas estructuras tan grandes en el Universo primitivo.Comprender cuándo y cómo se formaron estos cúmulos nos ayudaría a comprender mejor su proceso de evolución, y el papel que jugó la materia negra en la ordenación de estas metrópolis cósmicas.Al combinar el potencial de Herschel con el de Planck, los astrónomos han descubierto objetos en el Universo remoto, que emitieron la luz que vemos ahora 3.000 años después del Big Bang, que podrían ser los precursores de los cúmulos de galaxias actuales.




La historia del Universo

La misión Planck tenía como objetivo generar un mapa de alta precisión del fondo cósmico de microondas, la radiación ‘fósil’ del Big Bang. Para ello este satélite escaneó todo el firmamento en nueve frecuencias diferentes, desde el infrarrojo lejano a las ondas de radio, y aisló las interferencias provocadas por las galaxias y los objetos que se encontraban en primer plano.Sin embargo, las emisiones de estas fuentes en primer plano pueden ser de gran importancia para otros campos de la astronomía, y fue precisamente en los datos recogidos por Planck en las longitudes de onda más cortas donde los astrónomos han descubierto 234 fuentes brillantes cuyas características sugieren que se encontraban en el remoto Universo primitivo.Herschel observó estos mismos objetos en las longitudes de onda que van desde el infrarrojo lejano a las ondas submilimétricas, con mucha más sensibilidad y resolución angular que Planck.Herschel desveló que la gran mayoría de las fuentes descubiertas por Planck concordaban con densas concentraciones de galaxias en el Universo primitivo, y que además presentaban una intensa actividad de formación de estrellas.

Cada una de estas jóvenes galaxias estaba convirtiendo sus depósitos de polvo y gas en nuevas estrellas, a un ritmo de entre unos cientos y 1.500 masas solares anuales. 

En comparación, la tasa media de producción de estrellas en la Vía Láctea actual es de una masa como la de nuestro Sol cada año.Aunque los astrónomos todavía no hayan determinado de forma concluyente las edades y las luminosidades de muchas de estas concentraciones remotas de galaxias, hasta la fecha constituyen las mejores candidatas a ‘protocúmulos’ – los precursores de los grandes cúmulos de galaxias maduras que pueblan el Universo actual.“Ya se habían encontrado indicios de la existencia de este tipo de objetos en los datos de Herschel y de otros telescopios, pero la capacidad de Planck para escanear todo el firmamento ha revelado muchos más candidatos para este estudio”, explica Hervé Dole, del Instituto de Astrofísica Espacial de Orsay y científico principal del análisis publicado ayer en Astronomy & Astrophysics.“Todavía tenemos mucho que aprender sobre esta nueva población, lo que requerirá seguir estudiándola con otros observatorios, pero pensamos que son un eslabón perdido en la formación de las estructuras cosmológicas”. 


Fuentes: ESA

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