11 de marzo de 2017
El polvo estelar de una galaxia del universo temprano
Un equipo internacional de astrĂ³nomos, liderado por Nicolas Laporte, del University College de Londres, ha utilizado ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) para observar la galaxia A2744_YD4, la mĂ¡s joven y mĂ¡s alejada vista por ALMA. Se sorprendieron al descubrir que esta joven galaxia contiene una gran cantidad de polvo interestelar, polvo formado por la muerte de una generaciĂ³n anterior de estrellas.
Posteriores observaciones de seguimiento realizadas con el instrumento X-shooter, instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO, confirmaron la enorme distancia que nos separa de A2744_YD4. Vemos la galaxia como era cuando el universo tenĂa sĂ³lo 600 millones de años, durante el perĂodo en el que se estaban formando las primeras estrellas y galaxias.
“A2744_YD4 no es solo la galaxia mĂ¡s lejana observada hasta ahora por ALMA”, comenta Nicolas Laporte, “sino que la detecciĂ³n de tanto polvo indica que esta galaxia ya habĂa sido contaminada por supernovas tempranas”.
El polvo cĂ³smico se compone, principalmente, de silicio, carbono y aluminio en granos diminutos de tamaños de una millonĂ©sima de centĂmetro. Los elementos quĂmicos de estos granos se forjan dentro de las estrellas y son esparcidos por el cosmos cuando las estrellas mueren (en el caso de explosiones de supernova de forma espectacular, el destino final de las estrellas masivas de breve duraciĂ³n). Hoy en dĂa, este polvo es abundante y es un elemento clave en la formaciĂ³n de estrellas, planetas y molĂ©culas complejas; pero en el universo temprano, antes de que murieran las primeras generaciones de estrellas, era escaso.
Las observaciones de la polvorienta galaxia A2744_YD4 fueron posibles porque esta galaxia se encuentra detrĂ¡s de un cĂºmulo de galaxias masivas llamado Abell 2744. Debido a un fenĂ³meno llamado de lentes gravitacionales, el cĂºmulo actuĂ³ como un gigante “telescopio” cĂ³smico, ampliando la galaxia A2744_YD4 aproximadamente unas 1,8 veces, permitiendo al equipo penetrar en nuestro universo temprano.
Las observaciones de ALMA tambiĂ©n detectaron la brillante emisiĂ³n del oxĂgeno ionizado de A2744_YD4. Esta es la mĂ¡s distante y, por lo tanto, la detecciĂ³n mĂ¡s temprana de oxĂgeno en el universo, superando otro resultado de ALMA de 2016.
La detecciĂ³n de polvo en el universo temprano proporciona nueva informaciĂ³n sobre cuĂ¡ndo explotaron las primeras supernovas y, por consiguiente, sobre la Ă©poca en la que las primeras estrellas calientes iluminaron el universo con su luz. Medir los tiempos de este “amanecer cĂ³smico” es uno de los santos griales de la astronomĂa moderna, y puede investigarse indirectamente a travĂ©s del estudio del polvo interestelar temprano.
El equipo estima que A2744_YD4 contiene una cantidad de polvo equivalente a 6 millones de veces la masa de nuestro Sol, mientras que la masa estelar total de la galaxia —la masa de todas sus estrellas—, fue de 2.000 millones de veces la masa de nuestro Sol. El equipo tambiĂ©n midiĂ³ la tasa de formaciĂ³n estelar en A2744_YD4 y descubriĂ³ que las estrellas se forman a un ritmo de 20 masas solares por año, en comparaciĂ³n con una sola masa solar por año en la VĂa LĂ¡ctea.
“Esta tasa no es inusual para una galaxia tan lejana, pero arroja luz sobre a quĂ© velocidad se formĂ³ el polvo en A2744_YD4”, explica el coautor del estudio Richard Ellis (ESO y University College de Londres). “Sorprendentemente, el tiempo necesario es de tan solo unos 200 millones de años, por lo que estamos observando esta galaxia poco despuĂ©s de su formaciĂ³n”.
Esto significa que la etapa importante de formaciĂ³n estelar comenzĂ³ aproximadamente 200 millones de años antes de la Ă©poca en que la galaxia estĂ¡ siendo observada. Se trata de una gran oportunidad para que ALMA ayude a estudiar la Ă©poca en la que “se encendieron” las primeras estrellas y galaxias, la Ă©poca mĂ¡s temprana estudiada. Nuestro Sol, nuestro planeta y nuestra existencia son el resultado —13.000 millones de años mĂ¡s tarde— de esta primera generaciĂ³n de estrellas. Mediante el estudio de su formaciĂ³n, vidas y muertes, exploramos nuestros orĂgenes.
“Con ALMA, las perspectivas de realizar observaciones mĂ¡s profundas y extensas de galaxias similares en estas primeras Ă©pocas son muy prometedoras”, afirma Ellis.
Y Laporte concluye: “Poder hacer medidas de este tipo en el futuro ofrece la emocionante posibilidad de trazar la formaciĂ³n temprana de las estrellas y estudiar la creaciĂ³n de los elementos quĂmicos mĂ¡s pesados yendo aĂºn mĂ¡s atrĂ¡s, retrocediendo al universo temprano”.
Fuente: http://www.eso.org/public/
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