Actualmente uno de los equinoccios, el de primavera en el hemisferio Sur y de otoño en el hemisferio Norte, se da el 22 de Septiembre mientras el Sol está hacia la constelación de Virgo.
Son efectos de que el 22 de Septiembre la Tierra está en uno de los dos puntos de su órbita en el que sus polos están a la misma distancia física del Sol y por tanto los polos celestes también están a la misma distancia (angular) del Sol, una distancia que es un cuarto de círculo, 90º, en este caso de un meridiano celeste.
Así, desde la Tierra vemos al Sol en el punto de la Eclíptica por el que cruza el ecuador de la esfera celeste de la Tierra. Dicho punto es el Punto equinoccial, que es vernal respecto al hemisferio sur porque la estación que está instalada en dicho hemisferio es la Primavera, y es otoñal respecto al hemisferio norte.
La Tierra viene de recorrer 1/4 de su órbita durante 13 semanas desde el solsticio.
Astronómicamente, en la Eclíptica y ante las constelaciones, el punto equinoccial está hacia la de Virgo, a distinguir del signo astrológico, pues la fecha 22 de Septiembre del calendario civil corresponde al día 1 del mes/signo astrológico de Libra. Por eso podemos darle al equinoccio un nombre astronómico: equinoccio de Virgo, una denominación que incluye información astronómica.
En la escena, las flechas de color blanco indican la dirección de desplazamiento del punto equinoccial (y del otro y los de los solsticios) como efecto de la precesión (a su vez efecto del balanceo del inclinado eje de rotación) a un ritmo de 1 grado cada 72 años. Como se ve el Punto equinoccial está hacia el final de la constelación de Virgo y así es a escala del ciclo/año precesional, pero en el sentido del transcurso del año común el día del equinoccio el Sol en ese mismo punto está hacia el comienzo de la constelación.
Así, cuando el eje terrestre alcanza esa postura respecto al Sol se produce el equinoccio y desde la Tierra podemos percibir las señales. El punto por el que asoma del Sol es el Este, punto intermedio de la franja oriental por la que asoma durante todos los días del año. Esto significa que el eje Este-Oeste de la Tierra está alineado con el Sol en el amanecer y en el anochecer. Aquí podemos verlo en una comparativa entre el momento del solsticio de Junio, 13 semanas antes ó 1/4 de órbita. El equinoccio es la gran alineación geográfica del año.
Parece que el eje ha balanceado, pero lo que realmente se ha movido es el planeta (con el eje fijo) pues se ha desplazado 1/4 de círculo orbital.
El único momento y único punto del planeta desde el que se puede tener al Sol justo encima es el mediodía del ecuador, único punto que recibe de lleno los rayos solares.
La duración del periodo diurno y nocturno es la misma en todas las latitudes, incluso en las regiones polares dentro de los círculos polares donde se da el momento intermedio del largo día polar que dura un año con su día de medio año y noche de medio año. Es la señal cronológica de equinoccio y de ella procede el nombre de “equinoccio” como “día igual que noche” en sentido de duración. Otra señal es térmica, pues la temperatura se templa en las llamadas “zonas templadas” que son las latitudes medias. Viene del calor del verano en el hemisferio norte y del frío en el hemisferio sur. Podríamos expresar la temperatura templada como 0º, lo cual sería un reflejo de la posición del Sol en la esfera celeste, ahí en el ecuador, con su coordenada de declinación de 0º.
Podemos visualizar la órbita como si fuera un reloj. El Sol es el centro del reloj y la Tierra el extremo de la aguja. El punto de “las doce” está orientado hacia el único punto fijo de la galaxia, el universo “particular” del Sol. Pero hemos de observar la órbita desde debajo para que el sentido de avance de la aguja Tierra sea en el mismo sentido que las agujas del reloj. Según ese diseño, la aguja señala a las y cuarto donde está el punto del equinoccio vernal en el hemisferio sur.
El Punto Equinoccial es móvil y se desplaza en precesión por el círculo de la Eclíptica a un ritmo de 1 grado cada 72 años, lo que introduce nuestra conciencia temporal en la siguiente dimensión del tiempo de la Tierra: el ciclo o año precesional. El PE ha precedido por la constelación de Piscis durante los últimos 27 siglos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario