Envuelto en bandas de nubes de color verde azulado y cobalto, el planeta que la Voyager 2 reveló parecía un hermano de color azul para Júpiter y Saturno, donde el azul indicaba la presencia de metano. Una tormenta masiva de color pizarra se bautizó como la "Gran Mancha Oscura", similar a la Gran Mancha Roja de Júpiter. Se descubrieron seis lunas nuevas y cuatro anillos.
Durante el encuentro, el equipo de ingeniería cambió cuidadosamente la dirección y la velocidad de la sonda para poder hacer un sobrevuelo cercano a la luna más grande del planeta, Tritón. El sobrevuelo mostró evidencias de superficies geológicamente jóvenes y géiseres activos que arrojan material hacia el cielo. Esto indicaba que Tritón no era simplemente una bola sólida de hielo, a pesar de que tenía la temperatura superficial más baja de cualquier cuerpo natural observado por la Voyager: - 235 grados ºC.
La conclusión del sobrevuelo de Neptuno marcó el comienzo de la Misión Interestelar Voyager, que continúa hoy, 42 años después de su lanzamiento. La Voyager 2 y su gemela, la Voyager 1 (que también había volado por Júpiter y Saturno), continúan enviando información desde los confines de nuestro Sistema Solar. En el momento del encuentro con Neptuno, la Voyager 2 se encontraba a unos 4.700 millones de kilómetros de la Tierra; hoy está a 18.000 millones de kilómetros de nosotros. La Voyager 1, que se mueve más rápido, está a 21.000 millones de kilómetros de la Tierra.
Fuentes: Nasa en Español
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