A 400 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Ofiuco, dos galaxias en plena colisión están formando una nueva galaxia, conocida como NGC 6240. Este astro, que presenta una peculiar estructura, ya se ha observado numerosas veces, puesto que se encuentra relativamente cerca de nosotros. NGC 6240 es una galaxia compleja y caótica. La colisión entre las dos galaxias originales, aún en curso, está acercando dos agujeros negros supermasivos en crecimiento, que probablemente se fusionarán para formar un agujero negro aún más grande.
Para entender qué sucede al interior de NGC 6240, los astrónomos buscan observar en detalle el polvo y el gas que rodean los agujeros negros, pero hasta ahora no habían obtenido imágenes lo suficientemente nítidas para poder hacerlo. Las nuevas observaciones de ALMA permitieron aumentar en diez veces la resolución de las imágenes y, por primera vez, revelaron la estructura del gas frío presente en la galaxia, incluso dentro del radio de influencia de los agujeros negros.
“La clave para entender este sistema de galaxias es el gas molecular”, explica Ezequiel Treister, de la Pontificia Universidad Católica, en Santiago (Chile). “Este gas es el combustible que se requiere para formar estrellas, pero también alimenta los agujeros negros supermasivos y les permite crecer”.
La mayor parte del gas se encuentra entre los dos agujeros negros. A partir de observaciones menos detalladas realizadas anteriormente se había deducido que dicho gas podía ser un disco giratorio. “No hay indicios que lo confirmen”, señala Treister. “En cambio, lo que vemos es un caótico flujo de gas con filamentos y burbujas entre los agujeros negros. Parte de ese gas es expulsado hacia fuera a velocidades de hasta 500 kilómetros por segundo. Todavía no sabemos qué genera esos chorros”.
Por otro lado, el gas resultó estar más cerca de los agujeros negros de lo que habían previsto los astrónomos. “Se encuentra en un entorno muy extremo”, afirma Medling. “Creemos que terminará cayendo dentro del agujero negro o que será expulsado a gran velocidad”.
Los astrónomos no encontraron indicios de un tercer agujero negro, que otro equipo afirmó haber descubierto recientemente. “No vemos el gas molecular asociado a este supuesto tercer núcleo”, señala Treister. “Podría ser un cúmulo de estrellas en vez de un agujero negro, pero tenemos que estudiarlo mucho mejor para emitir una declaración fehaciente”.
La gran sensibilidad y la alta capacidad de resolución de ALMA son fundamentales para estudiar los agujeros negros supermasivos y el papel que desempeña el gas en las galaxias en interacción. “Esta galaxia es tan compleja que jamás podríamos saber qué sucede en su interior sin estas detalladas imágenes de radio”, comenta Loreto Barcos-Muñoz, del Observatorio Radioastronómico Nacional de Estados Unidos, en Charlottesville, Virginia. “Ahora tenemos una idea más clara de la estructura tridimensional de la galaxia, y eso nos ayuda a entender mejor cómo las galaxias evolucionan durante las últimas etapas de una fusión. Dentro de algunos millones de años, esta galaxia tendrá un aspecto totalmente diferente”.
Fuente: https://www.almaobservatory.org/
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