EnVision será el próximo orbitador a Venus de la ESA (Agencia Espacial Europea), destinado a proporcionar una visión holística del planeta, desde su núcleo interno hasta la atmósfera superior, para determinar cómo y por qué Venus y la Tierra evolucionaron de forma tan diferente.
La misión fue seleccionada por el Comité del Programa Científico de la ESA el 10 de junio como la quinta misión de clase media dentro del plan Visión Cósmica de la agencia, cuyo lanzamiento está previsto para principios de la década de 2030.
“Nos espera una nueva era en la exploración de nuestro vecino del sistema solar más cercano, y aun así tan diferente”, afirma Günther Hasinger, director de Ciencia de la ESA. “Junto con las recién anunciadas misiones a Venus dirigidas por la NASA, dispondremos de un programa científico extremadamente completo en este enigmático planeta hasta bien entrada la próxima década”.
Una cuestión clave en la ciencia planetaria es por qué, a pesar de tener aproximadamente el mismo tamaño y composición, nuestro vecino del sistema solar interior experimentó un cambio climático tan drástico y, en vez de ser un mundo habitable como la Tierra, tiene una atmósfera tóxica y está envuelto en densas nubes ricas en ácido sulfúrico. ¿Qué historia ha vivido Venus para llegar a este estado y qué destino tendría la Tierra si sufriera un efecto invernadero catastrófico? ¿Sigue siendo Venus un planeta geológicamente activo? ¿Podría haber albergado alguna vez un océano e incluso sustentado vida? ¿Qué lecciones podemos aprender sobre la evolución de los planetas terrestres en general, a medida que descubrimos más exoplanetas similares a la Tierra?
El innovador paquete de instrumentos de EnVision abordará estas grandes cuestiones. Con esta finalidad, estará equipado con un conjunto de instrumentos europeos que incluyen una sonda para revelar las capas subterráneas y con espectrómetros para estudiar la atmósfera y la superficie. Los espectrómetros se encargarán de controlar las trazas de gases en la atmósfera y analizarán la composición de la superficie, buscando cualquier cambio que pueda relacionarse con señales de vulcanismo activo. Un radar proporcionado por la NASA tomará imágenes de la superficie y la cartografiará. Además, se llevará a cabo un experimento radiocientífico para sondear la estructura interna del planeta y su campo gravitatorio, además de investigar la estructura y composición de la atmósfera. Los instrumentos trabajarán conjuntamente para caracterizar de la mejor manera posible la interacción entre los diferentes límites del planeta, desde el interior hasta la superficie y la atmósfera, proporcionando una visión global del mismo y de sus procesos.
“EnVision se beneficia de la colaboración con la NASA, combinando la excelencia de los conocimientos europeos y estadounidenses en ciencia y tecnología sobre Venus, para crear esta ambiciosa misión”, afirma Günther.
“EnVision refuerza aún más el papel de Europa en la exploración científica del sistema solar. Nuestra creciente flota de misiones nos proporcionará a nosotros, y a las generaciones futuras, los mejores conocimientos sobre el funcionamiento de nuestro vecindario planetario, lo que resulta especialmente importante en una época en la que estamos descubriendo cada vez más sistemas de exoplanetas únicos”.
“Estamos encantados de contribuir a la nueva y emocionante misión de la ESA para investigar Venus”, afirma Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la NASA para la ciencia.
Y añade: “EnVision aprovecha los puntos fuertes del desarrollo de instrumentos de nuestras dos agencias; así, combinado con las misiones Discovery de la NASA a Venus, la comunidad científica dispondrá de un conjunto potente y sinérgico de nuevos datos para comprender cómo se formó Venus y cómo cambiaron la superficie y la atmósfera a lo largo del tiempo”.
Tras la convocatoria inicial para el quinto concepto de misión de clase media en 2016, la competición final se redujo a EnVision y Theseus, (acrónimo de Transient High-Energy Sky and Early Universe Surveyor). Theseus se encargará de monitorizar los eventos transitorios en todo el cielo y, en particular, se centrará en los estallidos de rayos gamma de los primeros mil millones de años del universo para arrojar luz sobre el ciclo de vida de las primeras estrellas. Aunque EnVision estaba recomendado por el Comité Científico Superior, también se reconoció que Theseus tiene un argumento científico muy convincente que podría hacer contribuciones extremadamente importantes en este campo.
El siguiente paso para EnVision es pasar a la “fase de definición” detallada, en la que se finaliza el diseño del satélite y de los instrumentos. Tras esta fase de diseño, se seleccionará un contratista industrial europeo para construir y probar EnVision antes de lanzarlo en un cohete Ariane 6. EnVision tendrá su primera oportunidad en 2031, con otras opciones posibles en 2032 y 2033. Se calcula que tardará unos 15 meses en llegar al planeta y otros 16 en lograr la circularización de la órbita mediante aerofrenado. Su órbita de 92 minutos será cuasipolar con una altitud de entre 220 y 540 km.
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