Conforme aumenta la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, la Tierra absorbe más energía solar, lo que provoca un aumento gradual de la temperatura. Una solución para contrarrestar este efecto es interceptar una parte de la radiación solar antes de que llegue a la superficie terrestre.
Durante décadas, los científicos han debatido la posibilidad de utilizar estructuras artificiales en órbita alrededor de la Tierra como "parasoles gigantes" para bloquear parte de la radiación solar. También se han explorado otras estrategias, como la dispersión de polvo en la atmósfera terrestre para lograr el mismo efecto. Sin embargo, estos proyectos son costosos o enfrentan oposición debido a su potencial de alterar otros aspectos climáticos y químicos de la atmósfera.
Ahora, un nuevo estudio ha investigado la posibilidad de utilizar polvo en el espacio para interceptar radiación solar. El equipo de la Universidad de Utah, el Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsoniano de Estados Unidos determinó que una cantidad relativamente pequeña de polvo en una órbita adecuada podría bloquear una gran cantidad de radiación solar.
El equipo concluyó que la mejor estrategia sería lanzar polvo desde la Tierra hacia una estación espacial en un punto de Lagrange entre la Tierra y el Sol, pero esta opción es costosa. En su lugar, los científicos sugieren que el polvo lunar sería una alternativa más factible, ya que tiene las propiedades adecuadas para funcionar eficazmente como un parasol. Lanzar polvo lunar hacia la Tierra podría ser una forma barata y efectiva de reducir la cantidad de radiación solar que llega a la superficie terrestre.
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