Plutón, el ocaso de un planeta

Las fotografías a partir de las cuales Clyde Tombaugh anunció el descubrimiento del planeta Plutón en 1930

Desde su descubrimiento en febrero de 1930 por parte del astrónomo americano Clyde William Tombaugh hasta su descenso de categoría en agosto de 2006, el pequeño Plutón ha vivido envuelto en controversias. Ya desde el principio la gran excentricidad e inclinación de su órbita respecto a la eclíptica causaron un gran revuelo entre la comunidad científica, con no pocos astrónomos que no compartían que se le considerase un planeta, aunque finalmente fue aceptado como tal.


 El descubridor de Plutón, 
Clyde Tombaugh












  
La notable inclinación de la órbita de Plutón respecto a la eclíptica, unos 17º.




A comienzos de este siglo, con el descubrimiento de otros objetos transneptunianos (que orbitan al Sol más allá de la órbita de Neptuno), Quaoar en 2002, Sedna en 2003 o Eris en 2005, se reabrió la polémica sobre lo que se debería considerar un planeta. Incluso a Eris originalmente se le atribuyó un diámetro mayor que el de Plutón. Finalmente, en un simposio de la Unión Astronómica Internacional llevado a cabo en Praga el 24 de agosto de 2006, se definieron las condiciones que debe tener un planeta para ser considerado como tal. Son las siguientes:


1 Orbitar al Sol.
2 Tener la suficiente masa para estar en equilibrio hidrostático (o sea, tener forma esférica).
3 Tener la suficiente gravedad para haber limpiado su órbita de otros cuerpos.



Como podemos ver en el gráfico superior que representa los objetos del cinturón de Kuiper en color verde, hay bastantes de ellos en lo que debería ser la órbita de Plutón, incumpliendo así la tercera condición requerida para seguir siendo un planeta.
Así que finalmente Plutón fue considerado un planeta enano, teniendo al menos el premio de consolación de ser el primero de nueva tipología de objetos celestes que orbitan al Sol.
Veamos algunos datos de este singular cuerpo celeste. Tiene un diámetro de 2390 km y la gran excentricidad de su órbita hace que esté a una distancia del Sol entre los 4400 y 7300 millones de kilómetros, empleando para completarla más de 248 años. Al estar tan lejos de nuestra estrella, la temperatura en su superficie es realmente baja, de apenas 44 K (-229ºC). Su atmósfera es extraordinariamente tenue y está formada principalmente por Nitrógeno, Metano y Monóxido de Carbono. A medida que Plutón se va alejando del Sol, estos gases se congelan y se van depositando en la superficie, volviendo a sublimarse y transformarse en gas cuando se acerca al Sol.



Comparación de tamaños, de mayor a menor: La Tierra, La Luna, Plutón y Caronte.
   Rotación de Plutón, a partir de imágenes tomadas por el Telescopio Espacial Hubble.
La mayor de las lunas que tiene Plutón (Caronte, descubierta en 1978) es tan grande con respecto a su planeta que ambos orbitan en torno a un centro de gravedad común exterior al planeta, tal y como vemos en el gráfico inferior.
 


Desde 2005 hasta 2012, el Telescopio Espacial Hubble ha descubierto otras 4 lunas más orbitando al pequeño Plutón, así que en total tiene 5 satélites naturales:

- Caronte: 1200 Km de diámetro, orbita a 19 600 Km de Plutón.
- Nix: 44-130 Km de diámetro, orbita a unos 48 700 Km.
- Hydra: 44-130 Km de diámetro, orbita a unos 67 800 Km.
- P4: 13-34 Km de diámetro, orbita a unos 59 000 Km.
- P5: 10-25 Km de diámetro, orbita a unos 42 000 Km.


Plutón con sus 5 lunas, fotografiados por el Hubble en 2012
En 2006 la NASA lanzó una sonda (la New Horizons) hacia Plutón. Se estima que llegue en 2015 y que estudie en mayor profundidad este enigmático miembro de nuestro sistema solar. Como curiosidad, añadir que algunas de las cenizas de su descubridor (quien falleció en 1997) viajan en esta nave para encontrarse con el descubrimiento más importante de su vida.



Fuentes : Pirulo Cósmico

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