Este fenómeno llamado el hexágono es un potente chorro de seis lados, de unos 30.000 kilómetros de diámetro, situado en el polo Norte de Saturno. Sus vientos, de 320 Km/h, rodean una tormenta gigante que ocupa el corazón de la región, y que gira en sentido contrario del reloj.
Es una zona increíblemente turbulenta: alrededor de la tormenta central, y girando en sentido contrario a ella, rotan numerosos vórtices más pequeños. En la Tierra un huracán puede durar una semana o más, pero el hexágono lleva décadas activo y no muestra indicios de amainar.
Esta imagen en falso color del hexágono fue tomada con filtros ultravioletas, visibles e infrarrojos, para resaltar las distintas regiones.
El centro oscuro de la imagen muestra la gran tormenta central y su ojo, que es hasta 50 veces mayor que el de un huracán terrestre. Los pequeños vórtices aparecen como manchas de tono rojizo-rosado. Hacia la derecha, abajo, hay una tormenta blanquecina de forma ovalada mayor que todas las demás; este es el mayor de los vórtices, con un diámetro de unos 3.500 kilómetros, el doble que el mayor de los huracanes registrado en la Tierra.
La región azul más oscura, dentro del hexágono, estás cubierta por una bruma de partículas pequeñas, mientras que en la región azul pálido dominan las partículas mayores. Lo que causa esta división es el chorro hexagonal, que funciona como barrera –las partículas mayores no pueden entrar en el hexágono desde fuera-.
Estas partículas de mayor tamaño se generan cuando la luz solar brilla sobre la atmósfera de Saturno, un fenómeno relativamente reciente que empezó en el hemisferio Norte con la primavera en el hemisferio Norte, en agosto de 2009.
Cassini seguirá observando los cambios en el hexágono, investigando su contenido, forma y comportamiento, a medida que el verano llega al hemisferio Norte de Saturno, en 2017.
La misión Cassini/Huygens es una colaboración de la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Italiana ASI.
Fuentes: ESA
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