4 de enero de 2015

4 enero: la noche de la estrella Sirio

En la esfera celeste, la estrella Sirio está situada en el hemisferio sur a casi 17 grados del ecuador celeste de modo que es visible en el cénit desde latitud 17 grados sur.

Sirio es la estrella más brillante de nuestro firmamento y por eso es fácilmente distinguible junto con el hecho de que es localizable extendiendo la línea formada por las tres estrellas del llamado cinturón de Orión.




Sirio y Orión sobre Puerta Europa (Madrid)





























Su nombre procede de la mitología griega, del perro de presa del cazador Orión. De ahí que a la constelación a la que pertenece se le llame Canis Maior o Perro Mayor y esté cerca de la constelación de Orión. En el canto 22 de la Ilíada, el poeta Homero la describe así:
tan resplandeciente como el astro que en el otoño se distingue por sus vivos rayos entre muchas estrellas durante la noche obscura y recibe el nombre de perro de Orión, el cual con ser brillantísimo constituye una señal funesta porque trae excesivo calor a los míseros mortales;
La brillantísima Sirio o “perro de Orión” sólo brilla menos que la Luna, Júpiter y Venus. En la cita, Homero la define como distinguible en el otoño, pues el poeta vivía en un país que está en el hemisferio norte de Gea (nombre griego del planeta) desde donde se ve a Sirio cuando es otoño e invierno, pero al mismo tiempo se la ve desde el hemisferio sur donde es primavera y verano. También la refiere como una señal funesta por traer excesivo calor a los mortales pero no es que el calor de Sirio llegue a la Tierra como el calor de Sol -ni tampoco su brillantísima luz, pues no ilumina la oscuridad de la noche- sino que se da la coincidencia de que justamente cuando el planeta Tierra está (a pesar de las distancias interestelares) más cercano a Sirio (perihelio con Sirio) también está en el punto de su órbita más cercano al Sol (perihelio) mientras es Verano en el hemisferio sur -e Invierno en el norte- y por eso el calor aprieta más que en el Verano del hemisferio norte y es excesivo. La coincidencia y la circunstancia ocurre en el día 4 de enero. Eso no significa que Homero se refiriese a los “míseros mortales” que viven en el hemisferio sur de Gea recibiendo excesivo calor sino que quizá era un mero recurso literario.

La estrella Sirio, la constelación de Orión y la estrella Aldebarán antes de ocultarse por occidente

El brillo con el que percibimos a Sirio no se debe tanto a un gran tamaño sino más a su cercanía respecto a Sol. Es la sexta estrella más cercana a Sol. Entre Sol y Sirio hay una distancia de casi 9 años luz, es decir que la Tierra da 9 órbitas al Sol desde que un rayo de luz que sale de Sol hasta que llega a su vecina Sirio. Si por alguna razón viéramos a Sirio apagarse o explotar, eso habría ocurrido 9 años antes. O si ahora mismo se hubiera apagado o hubiera explotado no lo percibiríamos hasta dentro de 9 años.

Ante el fondo de la Galaxia tal como la vemos desde la Tierra, Sirio se encuentra hacia el borde de esa densa franja que llamamos Vía Láctea, que es el plano ecuatorial de la Galaxia. Y aparece en el zénith a medianoche el día 4 de enero observando desde más o menos 16 ó 17 grados de latitud sur.


 Sirio en el zénith a la medianoche del 4 de enero, desde La Paz (Bolivia)

A esa latitud hay ciudades como La Paz (capital de Bolivia), Brasilia (capital de Brasil) o Tananarivo (capital de Madagascar) y también el norte de Australia.

La Paz y Brasilia pasando por debajo de Sirio. Y a la medianoche el 4 de enero.

El sur de África pasa cada 24 horas por debajo de Sirio, y a la medianoche el 4 de enero.

El norte de Australia pasa cada 24 horas por debajo de Sirio, y a la medianoche el 4 de enero.

Aunque está en el hemisferio sur de la esfera celeste es visible en gran parte del hemisferio norte de la Tierra hasta cierta latitud. Dado que desde latitud 16 ó 17 grados sur es visible en el zénith podemos calcular fácilmente desde qué latitud del hemisferio norte de la Tierra se puede ver pegada al horizonte.

90º – 17º = 73º

A unos 70º grados norte, como desde el punto más septentrional de la península de Escandinavia, y concretamente desde el Cabo Norte de Noruega. Desde allí, el 4 de enero a la medianoche se le puede ver asomando tímidamente por el punto cardinal Sur durante apenas dos horas.

Sirio está situada en el hemisferio sur celeste pero es visible desde 70º norte pegada en el horizonte.

En esta ocasión (del año 2015) la Luna llena coincide en el mismo meridiano de Sirio, lo cual ocurre cada 19 años.

Con todo, la noche del 4 de enero es la noche de la estrella Sirio por estar situada a la medianoche (01:00) en el meridiano (sur, observando desde el hemisferio norte, y meridiano norte observando desde el hemisferio sur). Esto significa que esa es la noche del año durante la que podemos ver a Sirio el máximo tiempo posible y que su momento de inicio de su periodo de visibilidad (orto helíaco) ocurre unos 3 meses antes (la mitad de medio año) y que el final de su visibilidad (ab-orto helíaco) es unos 3 meses después. También, en el Espacio, la Tierra está en el punto de su órbita que está a la mínima distancia de Sirio, aunque la diferencia entre la longitud del diámetro de la órbita de la Tierra y la distancia entre Sol y Sirio es insignificante. Media órbita después (medio año después) la Tierra está al otro lado del Sol, de modo que desde Tierra el Sol aparece en el meridiano celeste en el que está Sirio.

También el 4 de enero podemos ver la situación desde el Sol: es cuando la Tierra cruza el meridiano de Sirio a una distancia angular de 39 grados, que es el resultado de la suma de los 16.5 grados entre la posición de Sirio y el ecuador celeste y los 22.5 grados entre la posición de Sol y el ecuador celeste.


Vista desde el Sol: La Tierra el 4 de enero en su perihelio y en el meridiano de la estrella Sirio

Realmente Sirio forma parte de un sistema triple. Las otras dos fueron detectadas en 1862 por un constructor de objetivos de telescopios, Graham Clark, que determinó que son enanas blancas. Una de ellas es llamada Sirio B, y es “tan enana” que su tamaño es el mismo que el de la Tierra pero tiene la misma masa que el Sol.



Fuentes:  asteromia

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