Entre los días 3 y 4 de enero, la Tierra atravesará los restos dejados atrás por el cometa extinto 2003 EH1, y las partículas entrarán en la atmósfera produciendo una lluvia de estrellas con 40 meteoros por hora: la lluvia de las Cuadrántidas. El fenómeno durará del 1 al 5 y alcanzará su máximo el día 3. Por desgracia, la Luna llena dificultará poder disfrutar de las estelas de los meteoros, y solo se podrán ver con facilidad después de medianoche. El radiante de los meteoros (el lugar del cielo del que parecen provenir) de la constelación de Boyero, pero serán visibles en cualquier parte del cielo.
El 31 de enero aparecerá la segunda Luna llena del mes, por lo que se dice que será una «Luna azul», y debido a su proximidad a la Tierra será la segunda y última superluna del año. Además, la Luna quedará totalmente oculta por la sombra proyectada por la Tierra (la umbra) y se producirá un eclipse lunar total, visible al oeste de América del Norte, Asia oriental, Australia y Pacífico, que teñirá de rojo o anaranjado el disco del satélite.
Las Lunas llenas tendrán lugar el 2 y el 31 de enero.
En febrero no habrá Luna llena.
Marzo: la «Luna azul» de primavera
El 31 de este mes ocurrirá otra «Luna azul». Esto ocurre cuando dos Lunas llenas caen en un mismo mes, cosa que también ocurrirá en enero de 2018.
Las Lunas llenas tendrán lugar el 2 y el 31 de marzo.
La Luna llena ocurrirá el 30 de abril.
Mayo: Júpiter y las lágrimas del Halley
Si las Líridas serán visibles hasta el día 25 de abril, a partir del 19 de mayo y hasta el 28 del mismo mes podrá verse una lluvia de estrellas bastante más intensa: las Eta Acuáridas. Este fenómeno, que alcanzará su pico entre el 6 y el 7 de mayo, llegará a los 60 meteoros por hora en el hemisferio sur y a los 30 en el norte. Al igual que las otras, esta lluvia de estrellas se producirá cuando las partículas procedentes de la cola de un cometa entren en la atmósfera a alta velocidad, ardiendo y formando efímeras estelas. En esta ocasión, el causante será el campo de restos del famoso cometa Halley. Después de medianoche, las estelas podrán verse en cualquier parte del cielo, con su radiante en la constelación de Acuario.
El 9 de mayo Júpiter estará en oposición. El gigantesco planeta gaseoso estará en su máxima aproximación a la Tierra y quedará totalmente iluminado por el Sol, por lo que resultará más brillante que nunca en el cielo y además será visible toda la noche. Cualquier telescopio mediano podrá captar las bandas de gas de su atmósfera. Unos prismáticos permitirán ver los puntos luminosos correspondientes a algunas de sus mayores lunas.
La Luna llena aparecerá el 29 de mayo.
A las 10.07 UTC del 21 de junio llegará el solsticio de verano y con él el día más largo del año en el hemisferio Norte. La parte septentrional del planeta estará inclinada hacia el Sol y la estrella estará en el plano del trópico de Cáncer, a 23.44 grados norte de latitud. La consecuencia es que comenzará el verano en el hemisferio norte y el invierno en el sur. De hecho, desde ese momento, los días comenzarán a acortarse al norte del ecuador y a alargarse al sur.
Un mes después de la oposición de Júpiter, llegará la oposición de Saturno, y con ella, la máxima aproximación de este gigante al planeta Tierra. El planeta gaseoso será muy brillante en el cielo y visible toda la noche. Los telescopios medianos podrán captar su atmósfera y la luz de algunos de sus satélites.
La Luna llena tendrá lugar el 28 de junio.
El 13 de julio ocurrirá un eclipse solar parcial visible solo al sur de Australia y en la Antártida. El 27 de este mes será quizás más interesante porque ocurrirá un eclipse lunar total visible desde Europa, África, Asia central y occidental, el Índico y el Pacífico. Durante este fenómeno, la Luna pasará por la zona de sombra proyectada por la Tierra, la umbra, y todo el disco lunar adquirirá un color anaranjado o rojizo, por lo que a veces se conoce a este fenómeno como «Luna de sangre».
El 27 de julio el planeta Marte se pondrá en oposición y alcanzará su máxima aproximación a la Tierra (se puede recordar que en mayo de 2018 se lanzará la misión «Insight» a Marte y que se aprovechará una de las ventanas de aproximación del Planeta Rojo). Marte será visible toda la noche y con un telescopio mediano se podrán ver algunas manchas negras de su superficie anaranjada.
La noche del 28 al 29 de julio se alcanzará el máximo de la lluvia de estrellas de las Delta Acuáridas, un fenómeno no muy intenso que dejará unos 20 meteoros por hora. La lluvia está provocada por la entrada en la atmósfera de los restos dejados por los cometas Marsden y Kracht, y se extenderá del 12 de julio al 23 de agosto. Las estelas luminosas aparecerán en cualquier punto del cielo pero tendrán su radiante en la constelación de Acuario. La proximidad con la Luna llena dificultará la observación.
La Luna llena, de hecho, ocurrirá el 27 de julio.
El 11 de agosto volverá a ocurrir un eclipse solar parcial, fenómeno que ocurre cuando la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra y tapa parte de su disco, y que será visible desde el noreste de Canadá, Groenlandia, Europa septentrional y norte y este de Asia.
Durante la noche del 12 al 13 de agosto se producirá el máximo de uno de los eventos astronómicos más esperados de cada año: la lluvia de estrellas de las Perseidas, también conocido como las Lágrimas de San Lorenzo. De hecho, esta lluvia de estrellas es una de las más intensas, y no es extraño que llegue al menos a los 60 meteoros por hora. Este evento se produce cuando la Tierra atraviesa el campo de restos dejado atrás por el cometa Swift-Tuttle, y las partículas de polvo entran en la atmósfera a altas velocidades y arden a causa de la fricción. Las Perseidas se extenderán desde el 17 de julio al 24 de agosto. Este año, la Luna permitirá disfrutar de un buen espectáculo, puesto que la Luna llena no llegará hasta el 26 de agosto. Las estelas aparecerán en cualquier parte del cielo pero radiarán desde la constelación de Perseo.
Septiembre será el mes en que Neptuno, el planeta más alejado de la Tierra, se coloque en oposición y a la mínima distancia de la superficie terrestre. Será muy brillante en el cielo y visible durante toda la noche. A pesar de todo, estará tan lejos que solo será visible como un punto azul en la mayoría de los telescopios.
A la 01.54 UTC del 23 de septiembre llegará el equinoccio de septiembre. El Sol estará en el plano del ecuador y los días y las noches tendrán la misma duración. Este día marcará el comienzo del otoño en el hemisferio norte y la primavera en el sur.
La Luna llena tendrá lugar el 25 de septiembre.
Después del esplendor de las Perseidas, los comienzos de octubre solo traerá una lluvia de estrellas poco intensa: las Dracónidas. Este fenómeno se extenderá del 6 al 10 de octubre y alcanzará su máximo el 8, con unos 10 meteoros por hora y que será más fácilmente observable a comienzos del anochecer. Las Dracónidas ocurren cuando la Tierra atraviesa el campo de restos dejados por el cometa 21P Giacobini-Zinner. A pesar de su debilidad, este será un gran año para observar las Dracónidas porque la Luna no «molestará» con su luz a los observadores. Los meteoros radiarán desde la constelación del Dragón, pero podrán aparecer en cualquier punto del cielo.
Si las débiles Dracónidas saben a poco, del 2 de octubre al 7 de noviembre se producirá otra lluvia de estrellas: las Oriónidas. Esta vez, los restos dejados atrás por el cometa Halley (también la fuente de las Eta Acuáridas) producirán hasta 20 meteoros por hora durante la noche del 21 al 22 de octubre. La proximidad con la Luna llena (que aparecerá el 24 de Octubre), dificultará verlas, pero afortunadamente las Oriónidas son tan brillantes que aún así podrá verse un espectáculo interesante.
El 23 de Octubre se producirá la oposición de Urano y este se colocará a la distancia mínima de la Tierra. El planeta será más brillante que en cualquier otro momento del año y estará visible durante toda la noche. Salvo para los telescopios más potentes, Urano solo será un punto verde-azulado en la distancia.
A lo largo de noviembre se producirá el máximo de una lluvia de estrellas que se extiende durante varios meses: las Táuridas. Se trata de un fenómeno poco intenso, con apenas cinco o 10 meteoros por hora durante el máximo, que ocurre entre 5 y el 6 de noviembre, y que se extiende entre el 7 de septiembre y el 10 de diciembre. A diferencia de las otras lluvias de estrellas, las Táuridas atraviesan dos oleadas bien diferenciadas: una primera, que ocurre cuando la Tierra atraviesa los restos dejados atrás por el asteroide 2004 TG10, y una segunda, que tiene lugar cuando el planeta atraviesa el polvo dejado por el cometa 2P Encke. La débil Luna facilitará disfrutar de las Táuridas durante los momentos de mayor actividad, sobre todo a partir de medianoche. Los meteoros aparecerán en cualquier lugar del cielo pero radiarán desde la constelación de Tauro.
Entre el 6 y el 30 de noviembre, podrá disfrutarse también de la lluvia de estrellas de las Leónidas. Se trata de un fenómeno más intenso que las Táuridas, que alcanzará un máximo de hasta 15 meteoros por hora del 17 al 18 de noviembre. A diferencia de las otras, esta lluvia de estrellas se caracteriza porque cada 33 años alcanza un pico extremo de actividad donde pueden verse centenares de meteoros por hora. Como el último de estos ocurrió en 2001, aún habrá que esperar. Las Leónidas son producidas por los restos de polvo del cometa Swift Tuttle y pueden encontrarse en cualquier punto del cielo, si bien su radiante está en la constelación de Leo.
La Luna llena ocurrirá el 23 de noviembre.
Entre los días 7 y 17 de diciembre se producirá la lluvia de estrellas de las Gemínidas, un fenómeno que alcanzará su máximo entre los días 13 y 14. Para muchos es la mejor lluvia de estrellas del año, puesto que puede alcanzar hasta 120 meteoros por hora y porque las estelas se caracterizan por tener colores muy variados. El fenómeno se produce cuando la Tierra atraviesa el campo de restos dejados atrás por el cometa 3200 Phaethon. Este año, la Luna facilitará observarlas. Los meteoros parecerán provenir de la constelación de Géminis, pero podrán aparecer en cualquier punto del cielo.
A las 22.23 UTC del 21 de este mes llegará el solsticio de invierno. El Polo Sur de la Tierra estará inclinado hacia el Sol y la estrella estará en el plano del Trópico de Capricornio, a 23.44 grados Sur de latitud. Esto marcará el comienzo del invierno en el hemisferio Norte y del verano en el hemisferio Sur.
Entre el 17 y el 25 de diciembre ocurrirá la última de las lluvias de estrellas del año: las Úrsidas. Este fenómeno alcanzará un máximo de cinco a diez meteoros entre el 21 y el 22 de diciembre, pero no será muy visible, porque la luz de la Luna dificultará la observación. Esta lluvia de estrellas es producida por el campo de restos del cometa Tuttle, y se caracteriza por tener su radiante en la Osa Menor, aunque será visible en cualquier parte del cielo.
La Luna llena aparecerá el 22 de diciembre.
Fuentes: ABC
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