"Muestras tomadas en Pescadero (Santander) y Villa de Leyva (Boyacá) podrían ser estudiadas y comparadas con las de otros planetas para establecer la existencia de vida extraterrestre a partir de microorganismos que sobreviven en condiciones extremas"El hallazgo permitirá que algunos de los minerales evaluados, como cuarzo, calcita y feldespato alcalino, se propongan como evidencia de actividad biológica, y que al encontrarse en otros planetas se puedan realizar experimentos similares para determinar si también están en capacidad de propiciar el crecimiento de colonias de microorganismos.
“Los microorganismos endolíticos son aquellos capaces de aprovechar la humedad de los espacios físicos que se encuentran dentro de rocas y minerales. Según el lugar donde se alojen pueden ser criptoendolíticos –en las porosidades de la roca– o chasmoendolíticos, si lo hacen en las fisuras”, explica Julián Andreas Corzo, candidato a magíster en Geología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
Para el proyecto desarrollado por el Grupo de investigación de Ciencias Planetarias y Astrobiología (GCPA) se optó por emplear minerales, debido a que tienen una fuente de elementos químicos más limitada para nutrir a los microorganismos.
“Mientras que los minerales son elementos sólidos e inorgánicos, de origen natural, con una estructura interna cristalina y definida, las rocas son un conjunto de dos o más minerales”, precisa el profesor David Tovar, codirecctor del GCPA.
Muestras de minerales tomadas. (Foto: Santiago Rodríguez)
Como los minerales más comunes en la corteza terrestre son aquellos capaces de formar roca, la investigación se centró en hacer los análisis a partir de microorganismos obtenidos en tres de ellos: cuarzo (formado por silicio y oxígeno), calcita (compuesta de carbonato de calcio), y feldespato alcalino (conformado por potasio, aluminio y silicio).
En tal sentido, se buscó establecer cuál de los tres minerales seleccionados resultaba más apropiado para formar colonias de microorganismos, a partir de un proceso que incluyó la ubicación de los lugares donde se pudieran tomar las muestras para su posterior análisis en los laboratorios de la U.N.
Como la recolección de estos minerales se debe hacer sin que ningún agente externo entre en contacto con los microorganismos, las muestras se deben tomar siguiendo un protocolo que incluye el uso tanto de tapabocas y guantes como de un martillo geológico esterilizado.
“El martillo geológico está diseñado para que al golpear la roca no salgan astillas que puedan contaminar la muestra con fragmentos del metal de la herramienta”, precisa el profesor Tovar.
Con el fin de garantizar que los organismos no se sigan reproduciendo, las muestras se disponen en bolsas estériles que luego se almacenan a 4 ºC para evitar cualquier contaminación externa.
Después se fractura la roca, se hace un raspado de su interior y comienza el análisis de las muestras a partir de un método en el que se agrega material sólido para completarlo en una solución líquida que se irá trasvasando a otros recipientes para obtener la mayor concentración de microorganismos posible (series de dilución).
Aunque los avances de la investigación permitirán establecer en cuáles sustratos podrían vivir estos microorganismos y cuáles minerales sería más favorables para formar colonias, se encontró que en efecto los tres minerales están en capacidad de contribuir con este proceso.
En tal sentido, llama la atención que de los tres minerales analizados, el feldespato alcalino tuviera más elementos químicos disponibles para la nutrición de las bacterias y que en este se desarrollaron más comunidades de este tipo.
De igual manera, se encontró que los microorganismos que crecieron en un tipo de mineral no lograron hacerlo en otros, lo que se traduce en requerimientos específicos para el desarrollo de algunos de ellos.
Fuente: UN/DICYT
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