Aunque se sabe que la mayorÃa de las estrellas masivas tienen compañeras que orbitan a su alrededor, hasta ahora se desconocÃan las causas de este fenómeno. No se sabÃa, por ejemplo, si estas estrellas nacÃan juntas a partir de un disco de gas giratorio en el centro de una nube en proceso de colapso o si se juntaban posteriormente en un cúmulo lleno de estrellas.
Entender el proceso de formación de las estrellas binarias ha sido una tarea complicada, pues las protoestrellas de estos sistemas aún están envueltas en una espesa nube de polvo y gas que impide el paso de casi toda la luz. Afortunadamente, se pueden observar estas protoestrellas a través de las ondas de radio, siempre y cuando se obtenga una resolución espacial suficiente.
En esta investigación, publicada en la revista Nature Astronomy, los investigadores dirigidos por Yichen Zhang, del RIKEN Cluster for Pioneering Research, y Jonathan C. Tan, de la Chalmers University y la Universidad de Virginia, usaron ALMA para observar en alta resolución espacial una zona incubadora de estrellas conocida como IRAS07299-1651, ubicada a 1,68 kiloparsecs de distancia, o unos 5.500 años luz.
Las observaciones revelaron que en esta temprana etapa la nube ya contenÃa dos objetos: una estrella central “primaria” y otra “secundaria”, también de gran masa, en proceso de formación. Es la primera vez que el equipo de investigación pudo usar estas observaciones para deducir el comportamiento del sistema. Las observaciones mostraron que las dos estrellas en formación están separadas por unas 180 unidades astronómicas (UA), es decir, cerca de 180 veces la distancia que separa la Tierra del Sol. En otras palabras, están bastante alejadas. Actualmente orbitan una alrededor de la otra en un perÃodo de casi 600 años y tienen una masa total al menos 18 veces superior a la de nuestro Sol.
“Es un hallazgo emocionante porque hacÃa tiempo que nos preguntábamos si las estrellas formaban sistemas binarios durante el colapso inicial de la nube incubadora o si lo hacÃan posteriormente”, explica Zhang. “Nuestras observaciones muestran claramente que la división en estrellas binarias sucede al comienzo, cuando aún están en su infancia”.
Otro hallazgo del estudio es que las estrellas binarias provienen del mismo disco, que se alimenta de una nube que está colapsando y propiciando un escenario donde la estrella secundaria se forma a partir de la fragmentación del disco que originalmente rodeaba a la estrella primaria. Esto permite a la protoestrella secundaria (que al principio era más pequeña) “robarle” materia a su hermana hasta que ambas alcanzan una masa similar.
“Este es un hallazgo importante para entender el nacimiento de las estrellas masivas”, agrega Tan. “Son estrellas importantes en todo el Universo, cuando menos porque producen, al final de sus vidas, los elementos pesados que componen nuestra Tierra y están en nuestros cuerpos”, prosigue. “Lo importante ahora es ver otros ejemplos y saber si es una situación única o si es recurrente en el nacimiento de las estrellas masivas”.
Fuentes: ALMA
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