Las impresionantes alas de la Nebulosa de la Gaviota



Tenue y colorida, esta fascinante colección de objetos se conoce como la nebulosa de la Gaviota, llamada así por su parecido con una gaviota en pleno vuelo. Compuesta de polvo, hidrógeno, helio y trazas de elementos más pesados, esta región es la cuna caliente y energética de nuevas estrellas. El nivel de detalle captado en esta imagen por el VLT Survey Telescope (VST) de ESO, revela los objetos astronómicos individuales que componen el ave celeste, así como las características más finas de su interior. Actualmente, el VST es uno de los telescopios de rastreo más grandes del mundo para observar el cielo en luz visible.

Los componentes principales de la Gaviota son tres grandes nubes de gas, siendo la más destacada Sharpless 2-296, que forma las “alas”. Con una extensión de unos 100 años luz de un extremo del ala a otra, Sh2-296 está formada por brillante material y carriles de polvo oscuro en medio de brillantes estrellas. Es un bello ejemplo de una nebulosa de emisión, en este caso una región HII, lo cual indica la formación activa de estrellas, que se puede ver adornando esta imagen.

La radiación que emana de estas estrellas jóvenes es la que otorga a las nubes sus fantásticos colores y las hace tan llamativas, ya que ioniza el gas que las rodea, haciendo que brille. Esta radiación también es el principal factor que determina la forma de las nubes, ejerciendo presión sobre la materia del entorno y esculpiendo la caprichosa morfología que vemos. Puesto que cada nebulosa tiene una distribución única de estrellas y puede, como ésta, ser una composición de varias nubes, el resultado es que tienen una gran variedad de formas, disparando la imaginación de los astrónomos y evocando comparaciones con animales u objetos familiares.

Esta diversidad de formas se ejemplifica con el contraste entre Sh2-296 y Sh2-292. Esta última, que se encuentra justo debajo de las “alas”, es una nube más compacta que forma la “cabeza” de la gaviota. Su característica más prominente es una estrella enorme, muy luminosa, llamada HD 53367 que es 20 veces más masiva que el Sol, y que vemos como el “ojo” de la gaviota. Sh2-292 es una nebulosa tanto de emisión como de reflexión; gran parte de su luz es emitida por el gas ionizado que rodea a sus estrellas nacientes, pero también se refleja una cantidad significativa de luz por parte de estrellas que están fuera de ella.

Imagen de campo amplio de la Nebulosa de la Gaviota. Crédito: ESO/Digitized Sky Survey.

Las franjas oscuras que interrumpen la homogeneidad de las nubes y que les dan textura son carriles de polvo, caminos de material mucho más denso que esconden algunos de los gases luminosos tras ellos. Las nebulosas como esta tienen densidades de unos cientos de átomos por centímetro cúbico, mucho menos que los mejores vacíos artificiales que se obtienen en la Tierra. Sin embargo, las nebulosas son todavía mucho más densas que el gas que hay fuera de ellas, que tiene una densidad media de alrededor de 1 átomo por centímetro cúbico.

La Gaviota se encuentra en la frontera entre las constelaciones de Canis Major (el gran perro) y Monoceros (el unicornio), a una distancia de unos 3700 años luz, en un brazo de la Vía Láctea. Las galaxias espirales pueden contener miles de estas nubes y casi todas se concentran a lo largo de sus brazos curvados.

Varias nubes más pequeñas también se cuentan como parte de la nebulosa de la Gaviota, como Sh2-297, que es un pequeño añadido nudoso en la punta de “ala” superior de la gaviota, Sh2-292 y Sh2-295. Estos objetos se incluyen en el Catálogo Sharpless, una lista de más de 300 nubes de gas resplandeciente compilada por el astrónomo estadounidense Stewart Sharpless.

Fuente: https://www.eso.org/

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