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4 de enero de 2021

Detectan una extraña señal de Próxima Centauri, el mejor candidato hasta ahora para ser una comunicación extraterrestre


El radiotelescopio Parkes, en Australia, desde donde se detectó la misteriosa señal de radio - Observatorio CSIRO Parkes

Se trata de una emisión de ondas de radio de tres horas en la frecuencia de 980 MHz y procede de Alfa Centauri, el sistema solar más cercano a nosotros

Es pronto aún para lanzar las campanas al vuelo, pero un equipo de astrónomos del proyecto Breakthrough Listen, del que formaba parte el ya fallecido Stephen Hawking, acaba de descubrir el que podría ser el mejor candidato hasta ahora para una señal alienígena. En concreto, los investigadores han encontrado una "intrigante señal" de radio procedente de Alfa Centauri, el sistema solar más cercano, a solo 4,2 años luz del Sol.

Según informa el diario británico The Guardian, los científicos están aún preparando el estudio sobre su hallazgo, por lo que sus datos todavía no son públicos, pero la señal consiste en un estrecho haz de ondas de radio de 980 MHz, y fue detectada en abril de 2019 por el telescopio Parkes, en Australia, que forma parte del proyecto Breakthrough Listen para buscar signos de tecnología alienígena más allá de las fronteras de nuestro Sistema Solar.

Según explican los investigadores, la misteriosa señal de 980 MHz solo apareció una vez y no volvió a repetirse. Esa frecuencia, sin embargo, es importante porque generalmente ningún satélite o nave terrestre emite en esa longitud de onda. Y aún más intrigante, la señal cambió ligeramente justo mientras se la estaba observando, y la forma en que lo hizo sugiere que podría tratarse de un cambio causado por el movimiento de un planeta. Como se sabe, nuestro sistema estelar vecino alberga por lo menos dos planetas y uno de ellos, Próxima b, es un mundo rocoso, apenas un 17% mayor que la Tierra y sobre el que se especula si es capaz de tener agua en su superficie.





Duró tres horas

La duración de la señal fue aproximadamente de tres horas y, como se ha dicho, se concentró en un rango muy estrecho de longitudes de onda, uno que normalmente no utilizan nuestros satélites y naves espaciales. De hecho, se trata de la primera señal que consigue pasar los estrictos controles de Breakthrough Listen, específicamente diseñados para eliminar posibles interferencias de señales terrestres. Por eso, los investigadores la han llamado Breakthrough Listen Candidate 1, o BLC1.

A pesar de ello, cualquier supuesto hallazgo de extraterrestres debe tomarse siempre con cautela y escepticismo, especialmente si se trata de una señal que se asemeja a una pòsible "firma tecnológica", es decir, a una emitida por tecnología alienígena. Por eso, el equipo de investigadores ha querido ser extremadamente cauteloso. Y en ese sentido, Pete Worden, presidente de la Breakthrough Prize Foundation escribió en Twitter que, por ahora, "nadie dice que sea una firma tecnológica. El equipo ha detectado varias señales inusuales y las está investigando cuidadosamente. Y las más fuertes y persistentes son todas de Próxima Centauri".

Por el momento, lo único que se sabe es lo que uno de los científicos contó a The Guardian: el análisis de datos todavía no es completo, por lo que a día de hoy nadie puede estar seguro de qué es exactamente ese extraño haz de radio. Lo único que está claro es que es "extraño y peculiar".

La más emocionante desde «Wow!»

En su artículo, el rotativo británico cita una fuente anónima que asegura tener acceso a los datos y que afirma que "es el primer candidato serio a ser una comunicación alienígena desde la famosa señal «Wow!», captada en 1977 y que también se parecía a una tecnofirma".

Por otra parte, según ha asegurado a la revista Scientific American Sofía Shelkh, de la Penn State University, que dirigió el análisis de la señal BLC1, "se trata de la señal más emocionante que hemos encontrado en el proyecto Breakthrough Listen, porque nunca habíamos tenido otra antes que consiguiera superar nuestros muchos filtros".

Sea como fuere, dentro de unos meses, cuando los investigadores terminen su trabajo y publiquen sus resultados definitivos, sabremos de BLC1 es, o no, solo una interferencia terrestre. Pero incluso si se demostrara fehacientemente que no se trata de una señal emitida por una de nuestras naves, los científicos tendrán que analizar muchas otras posibles explicaciones antes de concluir que, efectivamente, se trata de la primera señal extraterrestre captada por la humanidad.

No hay que olvidar que, si hay alguien "ahí arriba", no tenemos forma de saber cómo podría ser su tecnología de comunicaciones, que no tiene por fuerza que parecerse a la nuestra. Ni tampoco conocemos aún cuáles y cuántas son las posibles fuentes naturales de ondas de radio que hay en el Universo.

Fuentes: ABC

17 de julio de 2017

¿Quién está enviando señales de radio desde la estrella Ross 128?

La imagen muestra las estrellas estudiadas por el equipo de astrónomos de Arecibo. Sobre Ross 128 aparece la palabra "¿QUÉ?". - PHL /UPR Arecibo/Aladin Sky Atlas

Emitida a 11 años luz de distancia, los astrónomos tratan de encontrar una explicación a su origen

La historia parece repetirse una y otra vez. Un equipo de investigadores (del Observatorio de Arecibo, en Puerto Rico) ha vuelto a detectar, en efecto, una "extraña señal de radio" procedente del espacio. La fuente, en esta ocasión, es la estrella Ross 128, una enana roja que se encuentra apenas a 11 años luz de distancia. Los científicos tratan de buscar una explicación, incluso han conseguido más tiempo de observación con el gran telescopio para llevar a cabo la tarea. Es pronto, aseguran, para decir que la emisión sea intencionada y proceda de una inteligencia extraterrestre. Aunque nadie se atreve a descartar la posibilidad.

Fue el pasado 12 de mayo. Un equipo de científicos del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria llevaba cerca de un mes usando en gran telescopio de Arecibo, en Puerto Rico, uno de los mayores radiotelescopios del mundo, en una campaña de observación de enanas rojas cercanas. Estas observaciones pueden aportar valiosa información sobre el tipo y la intensidad de la radiación alrededor de esas estrellas, e incluso dar pistas sobre la presencia de objetos a su alrededor, como asteroides o planetas. Las observaciones se estaban llevado a cabo en la banda C (entre 4 y 5 GHz). Y justo ese día, el astrobiólogo Abel Méndez y sus colegas detectaron algunas "peculiares señales" de radio procedentes de una de las estrellas que estaban estudiando.

No se ha descubierto (hasta ahora) ningún planeta alrededor de Ross 128, una pequeña estrella que es 2.800 veces menos brillante que el Sol y que se encuentra próxima a la Tierra. Las señales consistían en una serie de pulsos de banda ancha y casi periódicos, muy similares a las que emiten algunos de nuestros satélites, aunque Méndez asegura que no se trata de una interferencia local, ya que la señal procede únicamente de esa estrella. Para estar seguros, los investigadores buscaron la misma señal en una serie de estrellas contiguas a Ross 128, pero ninguna de sus observaciones mostraron nada similar.


"El campo de visión del observatorio de Arecibo -explica Méndez- es lo suficientemente amplio, por lo que existe la posibilidad de que las señales no fueran causadas por la estrella, sino por otro objeto que estuviera en la misma línea de visión". Además, "algunos satélites de comunicaciones transmiten en las mismas frecuencias que nosotros observamos".

Para los científicos, podría haber tres posibles explicaciones para estas señales de radio: podría tratarse de emisiones procedentes de llamaradas del Tipo II de la propia estrella, o bien de emisiones de otro objeto en el mismo campo de visión de Ross 128, o incluso de un fogonazo de los motores de un satélite científico terrestre en una órbita muy alta, ya que los de órbitas bajas parecerían moverse muy rápidamente y saldrían casi de inmediato del campo de visión del telescopio. Por desgracia, la intensidad de las señales es demasiado baja como para que puedan detectarse con otros telescopios y el único que podría hacerlo, el FAST chino, está ahora en periodo de revisión y calibración.

Mensaje extraterrestre

Sin embargo, ninguna de las tres posibles explicaciones está exenta de problemas. Por ejemplo, las llamaradas del Tipo II normalmente ocurren en frecuencias mucho más bajas, y la dispersión de las señales sugiere un origen mucho más difuso, como podría ser la atmósfera de la estrella. Por otra parte, no hay muchos objetos en el mismo campo de visión de Ross 128, y tampoco se ha visto nunca a un satélite emitir llamaradas como esa. Por supuesto, también está presente la opción de un posible mensaje extraterrestre, aunque para los investigadores esta posibilidad ocupa el último lugar de la lista de posibles explicaciones.

"Sin embargo -asegura Méndez- tenemos aquí un misterio abierto, y las tres explicaciones principales son, en estos momentos, tan válidas como cualquier otra". Afortunadamente, el equipo de Méndez ha conseguido más tiempo de uso del telescopio de Arecibo para tratar de aclarar el origen y la naturaleza de las extrañas emisiones de radio. "El éxito, explica el astrobiólogo- sería encontrar de nuevo la señal justo en la ubicación de la estrella, y no solo en sus alrededores. Si no lo conseguimos, el misterio se hará más grande".

Por su parte, astrónomos del SETI, organización que se dedica a buscar activamente pistas de posibles inteligencias extraterrestres, aseguran que su grupo "es muy consciente de las señales" de Ross 128, y no descartan utilizar su potente telescopio (el Allen Telescope Array, en California), para comprobarlas por su cuenta. De una forma o de otra, muy pronto habrá más resultados.

Que sabemos de Ross 128

 Ross 128 (GJ 447 / HIP 57548 / LHS 315) es una estrella de magnitud aparente +11,16 en la constelación de Virgo, situada cerca de la eclíptica al sur de Zavijava (β Virginis). A 10,91 años luz de distancia, es actualmente la décimo-segunda (o duodécima) estrella más próxima al Sistema Solar y la más cercana en la constelación de Virgo. Fue descubierta en 1925 por el astrónomo Frank Elmore Ross e incluida en su «Segunda lista de nuevas estrellas con movimiento propio».


Como tantas otras estrellas de nuestro entorno, Ross 128 es una tenue enana roja cuyo tipo espectral es M4.5V. Tiene una temperatura efectiva de 2966 K y una masa de 0,16 - 0,18 masas solares. Su radio equivale al 22% del que tiene el Sol y la medida de su velocidad de rotación proyectada da un valor igual o inferior a 2 km/s. Presenta un contenido metálico comparable al solar, siendo su índice de metalicidad [Fe/H] = -0,00. Con una luminosidad en torno al 0,029% de la luminosidad solar, es una estrella fulgurante, conocida también por su nombre de variable FI Virginis. 

Dentro de este tipo de estrellas, se la considera más evolucionada que Próxima Centauri, siendo las erupciones menos frecuentes que en esta última. Asimismo, se ha detectado polvo alrededor de Ross 128.

Ross 128 tiene una edad estimada de 500 millones de años. Forma parte de la corriente de estrellas de la Asociación estelar de la Osa Mayor, amplio grupo que también incluye otras enanas rojas cercanas como EV Lacertae o DS Leonis.

Los sistemas estelares más próximos a Ross 128 son Wolf 359 y Wolf 424, ambos a unos 4 años luz de distancia.



Fuentes: ABC, Da tu opinión