Cuando la corta vida de una estrella masiva llega a su fin, se produce una poderosa explosión de luz y material conocida como supernova. Este tipo de eventos son tan brillantes que una supernova puede competir temporalmente en brillo con toda una galaxia, para eventualmente desaparecer sin dejar rastro.
Estas estrellas explosivas producen un brillo tan intenso que cuando estallan pueden ser detectadas desde la Tierra fácilmente. En esta imagen, obtenida por el Telescopio Hubble de la NASA, se muestra a la galaxia espiral conocida como NGC 4051, la cual se ubica a 45 millones de años de distancia en la constelación de la Osa Mayor.
Desde 1983, se han detectado tres estallidos de supernova en NGC 4051: la primera en 1983 (SN 1983I), la segunda en el 2003 (SN 2003ie) y la más reciente en el 2010 (SN 2010br). Las supernovas SN 1983I y 2010br fueron catalogadas como supernova tipo Ic, las cuales se producen cuando colapsa el núcleo de una estrella masiva que ha perdido sus capas externas de hidrógeno y helio, ya sea a través de vientos estelares o por transferencia de masa a una estrella acompañante.
NGC 4051 forma parte del cúmulo galáctico conocido como Cúmulo Osa Mayor I; el cual es una subdivisión del Supercúmulo de Virgo, de cual también forma parte la Vía Láctea.
Crédito: NASA / ESA / Hubble
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