Agujeros negros se aprestan a chocarse y emiten ondas gravitacionales, visibles en colores falsos en esta simulación en computadora
S. Ossokine, A. Buonanno (Max Planck Institute for Gravitational Physics), W. Benger (Airborne Hydro Mapping GmbH)
La detección de ondas gravitacionales generarÔ estudios sobre fenómenos altamente energéticos que emiten poca o ninguna luz
āLo que viene ahora realmente entusiasmaā, dijo el fĆsico David Reitze, director ejecutivo del Ligo, en el anuncio ante la prensa de este descubrimiento histórico. āComo cuando Galileo observó el cielo con un telescopio por primera vez, en 1509, hemos abierto ahora una nueva ventana al Universo.ā
Al cabo de meses de anĆ”lisis y verificaciones, el equipo internacional de investigadores del Ligo arribó a la conclusión de que el origen de las ondas habrĆa sido un violento evento cósmico nunca antes registrado desde un observatorio astronómico: la colisión y la fusión de dos agujeros negros acaecidas a 1.300 millones de aƱos luz de la Tierra. De acuerdo con esos cĆ”lculos, publicados el 11 de febrero en Physical Review Letters, la fusión de los agujeros negros habrĆa liberado una cantidad de energĆa equivalente a la de la aniquilación completa de tres estrellas con la masa del Sol en menos de 0,2 segundo. Lo mĆ”s sorprendente es que, por lo que parece, nada de esa energĆa fue liberada en forma de luz o de partĆculas de materia. El choque de los agujeros negros generó una explosión invisible y su energĆa se propagó por el Universo en forma de ondas gravitacionales.
Al mismo tiempo, el registro realizado en el Ligo constituye la primera evidencia directa de la existencia de ondas gravitacionales y de agujeros negros. Antes, sólo habĆa seƱales indirectas. āEs una confirmación espectacular de nuestros cĆ”lculos de la TeorĆa de la Relatividad General realizados desde la Tierraā, afirmó el fĆsico italiano Riccardo Sturani, del Instituto Sudamericano de Investigación Fundamental del Centro Internacional de FĆsica Teórica (ICTP-SAIFR), que funciona en SĆ£o Paulo en colaboración con el Instituto de FĆsica Teórica de la Unesp.
Sturani forma parte del equipo de mĆ”s de mil investigadores de 15 paĆses que colaboraron en el desarrollo tecnológico del Ligo y en el anĆ”lisis de sus datos. Es experto en el cĆ”lculo de las formas de las ondas gravitacionales que son resultado de colisiones violentas entre cuerpos celestes densos y compactos, con masas similares a las de estrellas gigantes concentradas en volĆŗmenes de unos pocos kilómetros de diĆ”metro. Los astrofĆsicos sólo conocen dos tipos de objetos de asĆ: los agujeros negros y las estrellas de neutrones.
Creadas a partir de la implosión del nĆŗcleo de una estrella gigante, las estrellas de neutrones concentran la masa de 1 a 3 soles en una esfera de 20 kilómetros de diĆ”metro. Los astrónomos observan rutinariamente la luz, las ondas de radio y los rayos X emitidos por estrellas de neutrones, pero aĆŗn no saben mucho sobre su interior. āEn el centro de una estrella de neutrones existen presiones y densidades altĆsimas, mĆ”s elevadas que aquĆ©llas situadas en el interior del nĆŗcleo de un Ć”tomoā, explica Cecilia Chirenti, fĆsica teórica de la Universidad Federal del ABC. Chirenti investiga de quĆ© manera la forma de las ondas gravitacionales emitidas por estrellas de neutrones puede variar de acuerdo con la composición interna de dichos astros. āNo sabemos de quĆ© forma se comporta la materia en esas condiciones. Existen muchos modelos y las ondas gravitacionales pueden ayudar a verificar cual representa mejor la realidad.ā
Desde 1974, los astrónomos han venido observando indirectamente ondas gravitacionales provenientes de estrellas de neutrones. Pero esas ondas tienen amplitud y frecuencia demasiado bajas como para que se las pueda detectar desde el Ligo.
Al igual que las estrellas de neutrones, los agujeros negros tambiĆ©n pueden crearse debido a la implosión del nĆŗcleo de estrellas gigantes, de masa aĆŗn mĆ”s elevada. En ese caso, la implosión provoca el colapso total de la materia, que se transforma en energĆa gravitacional pura. En lugar del antiguo nĆŗcleo estelar, surge una superficie esfĆ©rica en el espacio vacĆo llamada horizonte de eventos. Nada, ni siquiera la luz, escapa a la fuerza gravitacional de esa superficie, de allĆ el origen del nombre de agujero negro.
AsĆ como los agujeros negros, las ondas gravitacionales son algunas de las previsiones mĆ”s famosas de la TeorĆa Relatividad General de Einstein. El cientĆfico la formuló en 1915 para explicar la gravitación con base en su TeorĆa de la Relatividad Especial, de 1905. De acuerdo con la Relatividad General, la gravedad no es una fuerza de atracción que actĆŗa instantĆ”neamente entre dos cuerpos, tal como lo habĆa postulado dos siglos antes el fĆsico y matemĆ”tico inglĆ©s Isaac Newton. La TeorĆa de la Relatividad Especial desestima la existencia de fuerzas instantĆ”neas, porque, segĆŗn esta teorĆa, nada puede viajar mĆ”s rĆ”pido que la velocidad de la luz. Para corregir ese detalle de la teorĆa de Newton, Einstein tuvo que reinterpretar la idea de gravitación, que dejó de verse entonces como una fuerza para pasar a ser entendida como una deformación de la geometrĆa del espacio provocada por la masa de los cuerpos.
Es mĆ”s fĆ”cil entender lo que sucede cuando se imagina una bala de cañón en el centro de una cama elĆ”stica. La bala estira la trama y se hunde. Si alguien arroja una bola de billar en forma tangencial a la bala de cañón, verĆ” que la bola menor no recorre una lĆnea reta. A partir de cierto punto, pasarĆ” describir cĆrculos alrededor de la bala, algo similar a lo que hace la Tierra en su órbita alrededor del Sol.
La fuente de las deformaciones en el espacio es la presencia de una gran masa como la del Sol o la de la Tierra. Einstein se dio cuenta de que, en determinadas circunstancias, un cuerpo en movimiento acelerado tambiĆ©n podrĆa causar deformaciones pasajeras en el espacio, que se propagarĆan en la forma de ondas viajando a la velocidad de la luz. En la prĆ”ctica, esas ondulaciones serĆan percibidas como una fuerza pasajera que deforma los objetos que encuentra en su camino (vea la infografĆa). Einstein notó tambiĆ©n que, en general, la deformación (o la amplitud) de esas ondas serĆa demasiado pequeƱa como para detectĆ”rselas.
A partir de la dĆ©cada de 1960, se notó que quizĆ” fuese posible medir las ondas. Y enseguida quedó claro que la mayorĆa de las fuentes de ondas gravitacionales estarĆan a centenas de millones de aƱos luz de distancia. Cuando llegasen a la Tierra, estarĆan tan diluidas que provocarĆan desplazamientos Ćnfimos.
De todos modos, grupos de cientĆficos de diversos paĆses se aventuraron a construir detectores de ondas gravitacionales. Por ahora, el Ligo es el mayor y el mĆ”s sensible de Ć©stos. Este proyecto fue concebido en 1982 y su construcción terminó casi 20 aƱos despuĆ©s. En 2010, una reforma aumentó tres veces su sensibilidad. Al reconectĆ”rselo en septiembre de 2015, sus instrumentos detectaron ondas gravitacionales desde los primeros dĆas de operación.
Los brazos en forma de āLā de uno de los observatorios gemelos del Ligo, en Hanford, Washington, Estados Unidos
LIGO Laboratory
āLa bĆŗsqueda se lleva a cabo comparando los datos de los detectores con seƱales simuladas por computadoraā, explica el fĆsico CĆ©sar Augusto Costa, del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe). Costa pertenece al grupo brasileƱo liderado por el fĆsico Odylio Aguiar, del Inpe, que integra la colaboración internacional del Ligo. El equipo de Aguiar colabora con la investigación con el objetivo de eliminar los ruidos y perfeccionar los detectores del Ligo, cuya sensibilidad aumentarĆ” 10 veces con relación a la inicial en los próximos aƱos.
Una extraƱa pareja
El Ligo funcionó desde septiembre de 2015 hasta enero de 2016, pero sólo los datos recabados durante las dos primeras semanas se han analizado. De acuerdo con Sturani, la evaluación completa de lo que se observó durante los cuatro meses de mediciones debe salir publicada pronto. Otro observatorio de ondas gravitacionales, el Virgo, situado en Italia, empezarĆ” a funcionar a finales de este aƱo. La primera seƱal registrada por el Ligo es lo suficientemente inusual como para ocupar durante meses a los astrofĆsicos. Esas ondas se generaron debido a la colisión de dos agujeros con masas 36 y 29 veces mayor que la masa solar. āTienen masa demasiado elevada para agujeros negros formados debido a un colapso estelarā, dice el astrofĆsico Rodrigo Nemmen, de la Universidad de SĆ£o Paulo. āCreemos que eventos de colisión entre dos agujeros negros de esa masa serĆan raros.ā
Cuando el Ligo detectó las primeras ondas gravitacionales, los cientĆficos calcularon que la fuente de las mismas estarĆa en una franja del hemisferio sur celeste y, secretamente, advirtieron a los observatorios del mundo que debĆan buscar algo extraƱo en el cielo. La cĆ”mara del proyecto Dark Energy Survey (DES), montada en un telescopio de Cerro Tololo, en Chile, barrió el cielo durante tres semanas sin hallar ninguna seƱal de luz emitida.
En aquel momento no estaba clara cuĆ”l era la fuente de las ondas detectadas, recuerda la fĆsica brasileƱa Marcelle Soares-Santos, del Fermilab, en Estados Unidos, quien coordinó el anĆ”lisis de las observaciones del DES. āPuede haber emisión de luz visible en la colisión de un dĆŗo formado por un agujero negro y una estrella de neutrones o dos estrellas de neutronesā, explica. āLos pares de agujeros negros son mĆ”s raros que los sistemas con estrellas de neutrones, por eso en el futuro esperamos registrar muchos eventos que el DES y otros proyectos podrĆ”n observarā. Sin embargo, otro observatorio, el telescopio espacial Fermi, de la Nasa, registró un brillo dĆ©bil de rayos gamma 0,4 segundo despuĆ©s de que el Ligo detectara la primera onda gravitacional. āEs posible que esa emisión haya sido producida en la fusión de los agujeros negros, lo cual serĆa sumamente inesperadoā, dice Nemmen. āPero, probablemente, fue sólo una coincidencia temporal y la radiación gamma llegó proveniente de otro lugar.ā
Proyectos
1. Investigación en ondas gravitacionales (nº 2013/04538-5); Modalidad Programa Jóvenes Investigadores; Investigador responsable Riccardo Sturani (IFT-Unesp); Inversión R$ 256.541,00.
2. Gravitational wave astronomy ā FAPESP-MIT (nĀŗ 2014/50727-7); Modalidad Ayuda a la Investigación ā Regular; Investigador responsable Riccardo Sturani (IFT-Unesp); Inversión R$ 29.715,00.
3. Una nueva fĆsica en el espacio: ondas gravitacionales (nĀŗ 2006/56041-3); Modalidad Proyecto TemĆ”tico; Investigador responsable Odylio Denys de Aguiar (Inpe); Inversión R$ 1.019.874,01.
4. AstrofĆsica relativista y ondas gravitacionales (nĀŗ 2015/20433-4); Modalidad Ayuda a la Investigación ā Regular; Investigador responsable Cecilia Chirenti (UFABC); Inversión R$ 56.109,48.
ABOTT, B. P. et al. Observation of gravitational waves from a binary black hole merger. Physical Review Letters. 11 feb. 2016.
Fuentes: Revista Pesquisa
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