1 de noviembre de 2013

Un cañón de fuego de 320.000 kilómetros

NASA / SDOCon las imágenes capturadas por la SDO el 29 y el 30 de septiembre, la NASA ha elaborado un vídeo en el que se observa cómo una especie de enorme lengua parece cortar la corona solar mientras emerge disparada hacia el espacio

El pasado 29 de septiembre, el Sol emitió una llamarada que abrió en su atmósfera un cañón de fuego de 320.000 kilómetros, algo menos que ladistancia de la Tierra a la Luna. Este momento sobrecogedor fue captado por la sonda de la NASA Solar Dynamics Observatory (SDO), un satélite que gira en torno a la Tierra a 36.000 kilómetros de distancia sobre su base terrestre en Nuevo México (EE.UU.) y que se dedica en exclusiva a observar nuestra estrella.

Según ha informado la NASA en un comunicado, el fenómeno ocurrió cuando el Sol expulsó un gigantesco “filamento magnético de material solar”, que abrió lo que parece un gran canal de fuego en el lugar “donde los campos magnéticos elevaron el filamento antes de la explosión”. Con las imágenes capturadas por la SDO el 29 y el 30 de septiembre, la NASA ha elaborado un vídeo en el que se observa cómo una especie de enorme lengua parece cortar la corona solarmientras emerge disparada hacia el espacio, dejando tras de sí un enorme surco de fuego.

El vídeo muestra el disparo del filamento en diferentes colores, correspondientes a imágenes grabadas en distintas longitudes de onda para apreciar las zonas de temperatura. “Las imágenes rojas ayudan a destacar el plasma a 50.000 grados centígrados y son buenas para observar los filamentos a medida que se forman y expulsan.

Las imágenes amarillas, que muestran temperaturas de 555.000° C, son útiles para observar el material que se mueve a lo largo de las lineas del campo magnético del Sol, que en el vídeo se ven como un conjunto de arcos a través del área de la erupción. Las imágenes de tono más marrón al comienzo del vídeo muestran material a temperaturas de un millón de grados, y es aquí donde la analogía del cañón de fuego se hace más obvia”, explica la descripción de la NASA. “Las dos franjas turbulentas que se apartan la una de la otra son, de hecho, las huellas de las líneas del gigantesco campo magnético, que crecen y se expanden a medida que el filamento las empuja hacia arriba”.



NASA / SDOVídeo montado con imágenes de la sonda de la NASA SDO tomadas el 29 y el 30 de septiembre de 2013, donde se aprecia un enorma filamento magnético eyectado a través de la corona creando un cañón de fuego

Meteorología espacial

Estas inmensas diferencias de temperatura no son algo inusual en el Sol; uno de los mayores misterios de la heliofísica es precisamente por qué su superficie está solo a poco más de 5.000° C, mientras que su atmósfera, la corona, es un mundo de fuego a más de un millón de grados. Pero aunque hablemos de fuego, en realidad el ingrediente principal del Sol es el plasma, un material tan caliente que hace que los electrones se separen de los núcleos de los átomos y queden inmersos en una especie de sopa ardiente.

El movimiento de las partículas crea un potente campo magnético que es responsable de las violentas erupciones solares. Cuando estas llamaradas se disparan en dirección a la Tierra, son responsables de lo que se conoce como meteorología espacial. Nuestro planeta está protegido de los efectos más dañinos gracias a su propio campo magnético, pero estas erupciones provocan tormentas geomagnéticas que, en sus versiones más agresivas, pueden dañar los sistemas electrónicos y de comunicaciones, tanto en los satélites como en superficie.

Otro conocido resultado de estas tormentas son las auroras polares. La erupción de septiembre, que viajó a través del espacio a 850 kilómetros por segundo y alcanzó la Tierra el 2 de octubre, provocó hermosas auroras boreales y australes que pudieron verse en latitudes menores de lo acostumbrado. En América, el fenómeno pudo verse en Canadá y en una docena de estados septentrionales de EE. UU., llegando hasta Oregón y Nueva York. En el hemisferio sur, la aurora pudo contemplarse desde Nueva Zelanda.


Fuentes : ABC.es

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