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16 de abril de 2017

56 Aniversario del Primer Vuelo Espacial Humano


La primera nave espacial del mundo con un hombre a bordo, la Vostok, se puso en órbita desde la Unión Soviética el 12 de abril de 1961. El navegante espacial que pilota la nave Vostok es un ciudadano de la URSS, el Mayor Yuri Gagarin. Para el mundo de 1961 este fue un anuncio electrizante, realizado mientras Gagarin estaba todavía en el espacio. Los estadounidenses se quedaron atónitos, aunque las felicitaciones que enviaron a Moscú fueron auténticas. Este histórico vuelo de 108 minutos, una única órbita alrededor de la Tierra, convirtió a Gagarin en el primer ser humano en el espacio y en un héroe internacional. Tenía sólo 27 años.

Imagen de Yuri Gagarin, piloto de la nave Vostok 1, en el autobús de camino al histórico despegue. El cosmonauta detrás de Gagarin es el alemán Titov, piloto de reserva que se convirtió en piloto del Vostok 2.












Su hazaña fue sorprendente en aquel momento. La NASA se apresuró a poner un astronauta en el espacio y, en mayo de 1961, Alan Shepard se convirtió en el primer astronauta de EE.UU., aunque haciendo un vuelo balístico suborbital. Hasta el año siguiente no estuvo en órbita un astronauta estadounidense: John Glenn dio la vuelta a la Tierra a bordo del Mercury Friendship 7 en febrero de 1962. Dos días después del retorno de la Vostok 1 Gagarin regresó a Moscú, donde apareció en el balcón del Kremlin con el primer ministro Nikita Jruschov. Cuarenta y ocho horas antes era un desconocido; poco después se convirtió, probablemente, en el hombre más famoso de la Tierra.

El histórico vuelo espacial de Gagarin fue portada de los periódicos de todo el planeta

Se embarcó en una gira mundial en la que los vítores de las multitudes le acompañaron dondequiera que iba. Las visitas internacionales de Gagarin fueron extraordinarias porque se produjeron en plena Guerra Fría. He aquí que había alguien que podía viajar, no sólo entre la Tierra y el espacio, sino también entre los mundos cerrado y abierto del Este y el Oeste. Las diferencias ideológicas se olvidaron temporalmente pues aquel hombre fue aclamado como un héroe en todo el mundo.

Una placa en memoria de Yuri Gagarin entregada al general Kuznetsov, Comandante del Centro de Entrenamiento de la Ciudad de las Estrellas, por el Dr. George M. Low, en calidad de Administrador de la NASA en una ceremonia en Moscú en 1971.

Gagarin nunca volvió al espacio. Después de la gira, regresó a su casa en la Ciudad de las Estrellas para continuar su trabajo en el programa espacial ruso. Se estaba preparando para el primer vuelo de la nueva nave Soyuz en 1967, pero los altos directivos del espacio lo dejaron en tierra: no querían arriesgar la vida de un héroe de la Unión Soviética en otra misión peligrosa. Lo más trágico fue que Gagarin perdió la vida durante un vuelo rutinario de entrenamiento el 27 de marzo de 1968, cuando su avión se estrelló y tanto él como su instructor fallecieron. Sus cenizas se depositaron en la muralla del Kremlin y, en su honor, un cráter lunar y el asteroide 1772 Gagarin recibieron su nombre.

Lanzamiento del Transbordador Espacial Columbia el 12 de Abril de 1981.

Veinte años después de aquel momento histórico, en la mañana del 12 de Abril de 1981, dos astronautas se sentaban por primera vez en la cabina de vuelo del Columbia, una nueva nave espacial radicalmente distinta, bautizada como Transbordador Espacial. Ese día, la NASA hizo historia con el lanzamiento del primer Transbordador Espacial, el ahora desaparecido Columbia y sus dos tripulantes a bordo. El Comandante del primer vuelo fue el astronauta John Young, veterano de dos misiones Gemini y de dos vuelos espaciales del programa Apolo. El Piloto de pruebas de la Marina Bob Crippen, ejerció como piloto de la misión en el que sería su primer viaje al espacio. La histórica Misión STS-1 y sus dos tripulantes aterrizaron el 14 de Abril de 1981, dos días después de su lanzamiento en la base de las Fuerzas Aéreas de Edwards, en California. Con el lanzamiento del Columbia, la NASA comenzaba una nueva era del vuelo espacial humano.


Fuentes: NASA / ESA / ROSCOSMOS

12 de abril de 2014

EL PRIMER VUELO DEL HOMBRE AL ESPACIO



El 12 de abril de 1961 el primer teniente de la Fuerza Aérea de la URSS, Yuri Alexéyevich Gagarin, realizó en la nave Vostok el primer vuelo tripulado al espacio en la historia. El hombre entró en un nuevo medio totalmente desconocido, enfrentándose a problemas y tareas que nunca se habían resuelto en la ciencia y la tecnología. Y lo más importante, no se sabía con seguridad si el hombre podría aguantar un vuelo al espacio.

“¡Ojalá vuele y regrese vivo!”, dijo el ingeniero general Serguéi Koroliov después del despegue del cohete portador. Así pensaban todos, los dirigentes del programa espacial, los diseñadores de los artefactos, el personal de apoyo… todos anhelaban que regresara con vida. Y Gagarin regresó tras pasar 108 minutos históricos en el espacio y se convirtió en el primer hombre en conquistar el cosmos, asegurando a la URSS un lugar pionero en el ámbito de la exploración espacial.

























Los ingenios

En el cosmódromo de Baikonur el cohete portador Vostok 8К72К, de casi 39 metros de largo, estaba preparado para ser lanzado al espacio con la nave Vostok-1, en la que debía volar Gagarin. La nave de forma esférica (informalmente los especialistas se referían a ella como “sharik”, “bolita” en ruso) era una continuación de la serie de aparatos cósmicos Spútnik.

Bajo este módulo de 2,4 metros de diámetro con un asiento para el cosmonauta, se encontraba un módulo con equipos y el motor retrocohete que propiciaría el regreso, ajustado al módulo principal con cintas especiales. Las esferas más pequeñas eran tanques de oxígeno y de nitrógeno (que usaban pequeños motores de corrección de la nave en el espacio). El vehículo al completo medía casi 5 metros de altura.

Dado que no se sabía bien cómo el cosmonauta se iba a sentir y a comportar en el espacio, se decidió que los vuelos de las Vostok fueran automáticos. Sin embargo, el piloto podría tomar el control manual si fuera necesario. Para esto disponía de un sobre con las instrucciones para desbloquear el sistema, pero el lugar donde se encontraba el sobre lo podían indicar solo desde la Tierra en caso de necesidad.

El despegue

El 12 de abril de 1961 empezó para Yuri Gagarin a las 5:30 de la mañana en la casita de descanso de los cosmonautas. Al salir de la habitación, dejó su firma en el marco de la puerta, y desde aquel entonces esto se convirtió en una tradición de todos los cosmonautas.

Yuri Gagarin y su suplente, Guerman Titov, llegaron en un autobús a la pista de despegue vestidos con traje anti G de color naranja y con un casco con la inscripción “CCCP” (URSS), con varios sensores y cables enganchados, acompañados por sus colegas del grupo de pilotos con quienes habían realizado el entrenamiento espacial.

Gagarin por confusión no dio parte oficial al presidente de la Comisión estatal, sino al ingeniero general Serguéi Koroliov, tras lo cual lo acompañaron ya que con el traje de espacial no podía subir por la torre de servicio, y lo instalaron en la cápsula. Con todo preparado, el lanzamiento se tuvo que retrasar tres horas por un fallo en el sensor de hermeticidad.

Durante estas largas horas de espera Yuri cantó canciones populares, escuchó música que le transmitieron por radio, probó los canales de comunicación y transmitió indicaciones sobre los equipos. La ventanilla estaba cerrada por el carenado que se desprendería cuando la nave alcanzara una altura casi fuera de los límites de la atmósfera terrestre.

Koroliov estuvo conversando con Yuri, quien no se mostraba nervioso, aunque esto no quedaba claro a través de la imagen televisiva que se transmitía desde la nave, de muy baja calidad. El rostro del cosmonauta estaba casi totalmente oculto bajo el casco hermético. “¡Yura! ¡Buen viaje!” “¡Hasta tu vuelta a la Tierra!”.

Finalmente los especialistas en telemetría informaron de que las señales de los sensores estaban dentro de la norma. Empezó la cuenta atrás. Koroliov le dio al cosmonauta todas las órdenes para poner en marcha el cohete y Yuri las fue siguiendo. Cuando el director del proyecto le dio la última indicación, en el momento de despegue Gagarin le respondió con calma: “¡Vámonos!” (“Poyéjali” en ruso). Esta frase se convirtió en uno de los símbolos de la era espacial y en parte de la cultura popular rusa, y hasta ahora se sigue usando antes de iniciar algún trabajo o proyecto, o como brindis.

El vuelo

Y precisamente en ese momento la comunicación se cortó. Durante unos largos 20 segundos no llegó ningún sonido del cosmonauta, lo que puso a todos extremadamente nerviosos.

Cuando la comunicación se restableció, Yuri siguió informando a la Tierra sobre lo que experimentaba a pesar de las sobrecargas; decía que se sentía muy bien. Su señal de llamada era “Kedr” (Cedro), la señal de llamada de Koroliov era “Zariá-3” (Aurora-3).

Transcurridos 153 segundos se quitó el carenado, en la ventanilla apareció una luz brillante y por primera vez en toda la historia el hombre vio la Tierra desde la altura de unos 300 kilómetros. Allí la superficie del planeta se percibe como un mapa: una cinta de un río, unas manchas de la taiga… así se veía el paisaje de Siberia sobre el que voló el cosmonauta. Tanto le impresionó la vista, que gritó violando todas las instrucciones: “¡Qué hermoso!”. Y luego con voz neutra continuó leyendo las indicaciones de los equipos.

Cuando la nave empezó a adquirir la velocidad de escape, Gagarin experimentó graves sobrecargas, tantos que no podía ni moverse, su pulso aumentó hasta 150 pulsaciones por minuto. Pero a medida que el cohete superaba la fuerza gravitatoria, las sobrecargas disminuyeron. En la tercera etapa el cohete se desprendió, y la cápsula con el módulo de equipos y el motor retrocohete entró en órbita. Gagarin entró en estado de ingravidez. Desde el lanzamiento habían pasado poco más de cinco minutos.

Ahora el cosmonauta estaba volando a una velocidad de cerca de 8 kilómetros por segundo (28 260 kilómetros por hora). La velocidad de escape resultó un poco más alta de lo previsto y cuando los especialistas calcularon las consecuencias de esta nueva situación, se reveló que el motor retrocohete no había funcionado y el regreso de la nave se realizaría dentro de su plazo máximo de tiempo en órbita, es decir, al cabo de 8-10 días. Por suerte, la nave contaba con buenas reservas de oxígeno y alimentos.

Según le dijeron a Gagarin, la nave regresaría a la Tierra en cualquier caso, aunque no funcionase ese motor, transcurridos tres o cuatro días, y lo haría descendiendo paulatinamente de su órbita. Según las memorias de aquellos que participaron en la preparación del vuelo, Gagarin tenía un sobre con un mensaje de parte del Gobierno de la URSS con una petición de ayuda para que el ciudadano soviético regresara a casa en caso de aterrizar en otro país, así como una pistola, una maletín con alimentos (en caso de que aterrizara en bosque) y todo lo necesario para un amerizaje en el océano.

Por si acaso

Antes del vuelo Gagarin grabó un mensaje oficial dirigido al pueblo soviético, al Partido Comunista y al Gobierno, revisado y aprobado por el Presídium del Comité central del Partido. Sin que Gagarin estuviera al corriente, también se había preparado un mensaje oficial en caso de que falleciera. Los mensajes oficiales sobre el éxito del vuelo y sobre la muerte del cosmonauta, y la petición al Gobierno de otro país en caso de que Gagarin aterrizase fuera de las fronteras soviéticas, fueron enviados a la televisión y a la radio.

Pocas personas sabían que el 12 de abril de 1961 se estaba realizando el histórico experimento del primer vuelo del hombre al espacio. Incluso la esposa del cosmonauta recibió la noticia tras el regreso de Gagarin, por radio, como con todo el país. Llamaron al famoso presentador de radio Yuri Levitán al estudio. Posteriormente la conocida voz, encargada de la lectura de los informes más importantes, recordaría que solo una vez se había puesto tan nervioso: cuando debió locutar el mensaje gubernamental sobre la victoria en la Gran Guerra Patria.

Pasados muchos años, se reveló que Gagarin antes del vuelo había escrito una carta a su esposa, Valentina, en la que le expresó la esperanza de que, si falleciera, ella y sus hijas estarían atendidas, y le pidió que cuidara a los parientes de Yuri. Un general la guardó “por si acaso” y luego esta carta permaneció en el Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas de Rusia.

La orientación

La nave en la que volaba Yuri empezó a girar sobre su propio eje, lo que habría podido impedir que la nave regresara a la Tierra. Para que el motor retrocohete cumpliera correctamente su función, la esfera necesitaba recular, con la tobera del motor adelante. En esa posición, cuando el motor de retrocohete se pusiera en marcha, la nave frenaría y regresaría a la Tierra. Pero si el motor retrocohete se encontrase de costado, la nave podría llegar a la Tierra fuera de su curso y perderse, y en caso de que el motor quedara detrás, en vez de la retardación se podría producir aceleración y la nave saldría de la órbita y el regreso no se podría realizar a tiempo o no se haría en las condiciones adecuadas.

La comunicación con la Tierra se perdió cuando la nave atravesó el océano Pacífico (en aquel entonces la Unión Soviética todavía no enviaba a alta mar naves con retransmisores, que facilitaban una comunicación ininterrumpida). Casi 50 minutos, o la mitad de su vuelo, Yuri estuvo volando sin el apoyo de la Tierra. Solamente podía enviar señales cortas cifrados, que se podían recibir en todo el mundo. El Estado Mayor soviético conocía por estas señales que todo estaba bien en la órbita.

Cuando Gagarin sobrevolaba América del Sur, en el 44.º minuto de su vuelo, el sistema de orientación automática de la nave arrancó y el aparato tomó una posición correcta (los sistemas de orientación de las primeras naves satélites tenían el Sol como punto de referencia). Durante este proceso, la nave recorrió el Océano Atlántico. El motor retrocohete se encendió a tiempo y funcionó los 40 segundos previstos. En cuanto se desconectó el motor, la nave volvió a girar sobre sí misma en diferentes planos.

Ahora la cápsula debía liberarse de la sección de equipos para que la entrada en la atmósfera fuera segura. Se desconectaron las tirantes que unían las partes de la construcción, pero los cables que conectaban la cápsula y el módulo de equipos siguieron unidos. Finalmente la cápsula se separó a las 10:35 y no a las 10:25 (hora local) como estaba previsto. Durante estos largos diez minutos Gagarin transmitió a la Tierra la señal que significaba que todo estaba bien (“No hacía falta armar ruido”, como más tarde escribiría el cosmonauta), pero informó por teléfono de que el retrocohete había funcionado bien y de que la separación no se había producido.

El descenso

El retrocohete estuvo encendido hasta que agotó el combustible (40 segundos), mientras que se esperaba que al alcanzar la velocidad deseada el motor se desconectara. Pero este cambio en el funcionamiento previsto del motor no alteró significativamente la trayectoria de la nave y no alteró tampoco el ángulo de descenso significativamente (lo que habría podido provocar que la nave se hubiera incendiado) probablemente gracias a que el módulo de equipos seguía conectado a la cápsula.

Al final, los cables se quemaron y la cápsula fue liberada. Yuri se preparó para salir de la nave. La nave se bamboleaba, se vio una extraña luz purpúrea en las ventanillas, que significaba que se estaba quemando la capa cerámica de protección del vehículo. La ingravidez desapareció, subieron las sobrecargas y, cuando estas pasaron, se oyó el silbido del viento.

Cuando por fin Gagarin salió catapultado y empezó a descender con el paracaídas principal, vio desde la altura un río grande y adivinó que era el Volga, con una ciudad al lado, probablemente Sarátov, la ciudad en la que Gagarin se había formado como piloto. Y luego el paracaídas suplementario no se abrió correctamente, amenazando con enrollarse alrededor del principal y cerrarlo. Pero luego un soplo de viento lo llenó y Gagarin siguió descendiendo con dos paracaídas, que es también muy peligroso.

Pero no fue ese el último peligro que pasó el cosmonauta al volver del espacio. Estaba descendiendo con el traje espacial con el casco cerrado y el conducto de aire que utilizaba dentro de la cápsula se cortó, pero la válvula para el aire en la escafandra no se abrió, y el cosmonauta respiraba con el aire que quedaba todavía dentro del traje. Por fin, tras seis minutos de intentos, logró abrir la válvula y aterrizó suavemente en un campo labrado, a orillas del Volga, cerca de Sarátov, a las 10:55, hora local.

A una distancia de unos cien metros, Yuri vio a una mujer con una niña. Esta, al ver a un hombre llegado del cielo en paracaídas, vestido con traje color naranja y con casco, se asustó y salió corriendo. “¡Soy de aquí”!, les gritaba Yuri, “¡no os asustéis!”.

Gagarin tenía un radiofaro instalado en el traje espacial y en cuanto el cosmonauta tocó tierra, los servicios terrestres supieron en seguida de su aterrizaje. El mensaje del vuelo exitoso fue transmitido por todas las estaciones de radio de la URSS. Así el mundo conoció al piloto cosmonauta de la URSS, el mayor Yuri Alekséyevich Gagarin, el primer hombre en la historia que logró ver nuestra Tierra desde el espacio.

A Yuri le fueron a buscar los campesinos de una localidad cercana, que ya sabían del vuelo a través de la radio, lo ayudaron a salir a la carretera. Le daban apretones de manos, lo abrazaban, le gritaban y felicitaban. Pronto un helicópleto lo llevó al puesto de aviación cercano, de donde lo llevaron a Sarátov, y de allí a la ciudad de Kuíbyshev (actualmente Samara), donde lo recibieron Koroliov y varios dirigentes.

A Gagarin lo esperaban reuniones de alto nivel, el alborozo de las multitudes en su país y en todo el mundo, la verdadera gloria mundial.

Siete años después recibió otra llamada del cielo, la última. Gagarin falleció el 27 de marzo de 1968 cuando el avión de caza que pilotaba durante un vuelo rutinario se estrelló cerca de Moscú. Fue entonces cuando la esposa del cosmonauta, Valentina, recibió su carta de despedida escrita antes del vuelo de 12 de abril de 1961.



Fuentes: Rusopedia

Yuri Gagarin El Hombre del Espacio por History Channel "STARMAN"




Inédito documental en Español producido por Olga Alexandrei, Igor Nosov, narrado por Joss Aclkand, investigación Igor Morozov, y más. Productor ejecutivo Bernad Mcleod y Tim Kirby, dirigido por Derek Jones. 
Escrito y producido por Jamie Doran.
Documental de investigación periodística sobre la vida de Yuri Gagarin su hazaña y su muerte.


Fuentes: Mario Esquivel

6 curiosidades sobre Yuri Gagarin y el primer viaje espacial tripulado por un hombre

Hace 53 años, Yuri Gagarin fue la primera persona en llegar al espacio, un 12 de abril de 1961. La carrera fue ganada por los soviéticos, cuyo cohete orbitó alrededor de la Tierra y volvió al suelo ruso. Desde entonces, el nombre de Gagarin se popularizó por la hazaña, considerada imposible en esa época. A continuación, podrás ver algunasdatos curiosos sobre Yuri Gagarin y su viaje espacial.


6. ¿Quién fue Yuri Gagarin?

Al momento de embarcar, Gagarin tenía 27 años y era piloto de la Fuerza Aérea Soviética. Luego de su viaje exitoso se convirtió en un héroe nacional y se erigieron estatuas en todo el país. Incluso, al caer la Unión Soviética sus estatuas se mantuvieron en pie. Al ser una persona valiosa no se lo volvió a mandar en una misión, por miedo a que muriera. Irónicamente, falleció en un entrenamiento de rutina, cuando por fin lo seleccionaron para una nueva misión.


5. Hay un pueblo llamado Gagarin

Yuri Gagarin nació en la villa Klushino, cerca del pueblo Gzhatsk, el cual en 1968 fue nombrado Gagarin en honor al astronauta, que se convirtió en una leyenda a nivel mundial. Ese fue el mismo año en que murió en un accidente mientras entrenaba.


4- Pruebas previas a la misión espacial Vostok

Algunas semanas antes de su misión, se probó un cohete llamado Vostok 3KA-2, que completó una órbita llevando un maniquí y un perro, llamados Ivan Ivanovich y Zvezdochk. Lo que impidió a las misiones anteriores llegar a esta meta fue la velocidad. Para que la gravedad no empuje la nave, debe ir a una velocidad de más de 8 km por segundo, la cual no fue alcanzada hasta ese momento.


3. La plataforma de lanzamiento

Al día de hoy, se sigue utilizando la plataforma de lanzamiento en el Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán. Este país fue parte de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, pero ahora está separado. Este es uno de los tantos sitios usados para despegar por la Agencia Federal Espacial de Rusia.


2. El viaje de Gagarin duró 108 minutos

La duración total de la misión fue de 108 minutos, durante los cuales el cohete Vostok 1 de Gagarin completó una órbita alrededor de la Tierra, para luego enlentecer y volver a cruzar la atmósfera debido a la reentrada balística.

Vostok 1 tenía forma esférica y estaba diseñado para llevar a una persona, pero no para aterrizar con ella adentro, así que Gagarin tuvo que ser expulsado cuando estaba por tocar la Tierra, a casi 7 kilómetros. Los rusos guardaron este secreto por un tiempo, debido al miedo de que no fuera considerada una misión exitosa si no aterrizaba con un hombre dentro.


1. La muerte sospechosa de Gagarin

Luego de la muerte de Yuri Gagarin, 7 años después de la misión, varias teorías conspirativas salieron a la luz, pero la KGB realizó una investigación que tuvo como resultado la falta de cuidado del personal en la base aérea. Aunque muchos decían que era una conspiración para impedir su vuelta al espacio, otras teorías dicen que fue simplemente por una colisión o una ventana abierta en la cabina, durante el entrenamiento en una nave de prueba.


Fuentes: Ojo Científico 

4 de abril de 2014

Planetario de Cuenca recordará a Yuri Gagarin

Efrén Lucero, Juan Diego Cárdenas y Pablo Tenesaca, funcionarios del Planetario, revisan el equipamiento. ACR

El próximo 12 de abril se conmemoran los 53 años desde que el hombre fue al espacio, siendo el Teniente de la Fuerza Aérea de la URSS, Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la historia a bordo de la nave Vostok. Este hecho será recordado por el Planetario Municipal de Cuenca que realizará un programa especial los días 11 y 12 del presente mes. Juan Diego Cárdenas, director del Planetario Municipal, informa que han previsto un programa especial gratuito los referidos días en dos funciones: a las 18:00 y a las 19:00.

El responsable de la Coordinación Académica del Planetario, Pablo Tenesaca, dice que en coordinación con el Centro de Ciencias Astronómicas del colegio Rosa de Jesús Cordero han resuelto proyectar videos, charlas y otras actividades. Además, indica que ese día mostrarán el documental “Nostalgia de la luz”, sobre la distancia entre el cielo y la tierra, entre la luz y los seres humanos, y las idas y vueltas entre ellos. 

Efrén Lucero, funcionario del área fotográfica y de edición, menciona la importancia de que la gente participe en estas y otras actividades programadas en el Planetario, entidad municipal, cuyo ingreso es libre y que desde noviembre de 2013 a la fecha ha recibido a cerca de 43 mil visitantes. (ACR)

Fuentes: El Mercurio

Actividades del Planetario del Municipio de Cuenca, Ecuador

Estimados amigos el Planetario Municipal Ciudad de Cuenca les ofrece una alternativa muy interesante para disfrutar aprendiendo, traemos dos eventos muy interesantes, la NOCHE DE YURI: un homenaje al primer ser humano enviado al espacio Yuri Gagarin un 12 de Abril de 1961 a través de la presentación de videos y declamaciones por parte de las integrantes del Centro de Ciencias Astronómicas Catalinas este 11 y 12 de abril en dos funciones a las 18h00 y 19h00.

También ofrecemos un video-documental NOSTALGIA DE LA LUZ este 10 de Abril a las 18h00 en donde converge el entendimiento de los cielos a través de la Astronomía y la nostalgia de las personas que buscan todavía a sus seres queridos en el desierto de Atacama victimas del gobierno de Pinochet.

Les esperamos

Tnlgo. Pablo Tenesaca A
Coordinador Académico
Planetario Ciudad de Cuenca

17 de junio de 2013

¿Cómo murió realmente Yuri Gagarin?


ap. Yuri Gagarin, en una imagen de 1961 

Se habló de un desmayo o de una maniobra imprevista, pero el exastronauta Aleksey Leonov ha explicado los verdaderos motivos del accidente que acabó con su vida en 1968

El primera astronauta que viajó al espacio, el ruso Yuri Gagarin, falleció, en marzo de 1968, tras estrellarse el avión MIG-15 que pilotaba junto a su instructor. Se habló de un desmayo o de una maniobra imprevista, pero estas conclusiones siempre han estado sujetas a teorías conspiratorias y especulaciones. Ahora, el exastronauta Aleksey Leonov ha explicado los verdaderos motivos de su muerte, al diario 'Rusia Today'. 

«El informe sugería que los dos jets no debieron haber estado a más de 15 km. de  Leonov, además de ser el primer hombre que realizó una caminata espacial en 1965, ha formado parte de la comisión de investigación del accidente de Gagarin pero, según ha explicado, aunque siempre ha querido aclarar los detalles de este suceso no había podido hacerlo hasta ahora por decisión del Gobierno. 


Según Leonov lo que causó la muerte de Gagarin fue un jet supersónico Su-15 que estaba siendo probado ese día. Estaba previsto que el vuelo de esta nave se produjera a una altura de 10.000 metros y no de 500 metros como lo estaba haciendo. Esta "violación del procedimiento", como la ha definido el exastronauta, provocó que la onda de choque afectara el vuelo de Gagarin. "Los datos del informe sugerían que los dos jets no debieron haber estado a más de quince kilómetros de distancia", ha asegurado Leonov. 


La comisión gubernamental informó que el accidente fue debido a que Gagarin y su instructor intentaron esquivar un objetivo civil, como un globo de aire caliente, lo que causó la maniobra que terminó con el accidente. 

Leonov ha explicado que su Gobierno no quiso revelar que el accidente fue consecuencia de Leonov ha explicado que, en plena guerra fría, la intención del Gobierno ruso era no revelar que el accidente de uno de los más grandes héroes del país había sido consecuencia de un error humano.

De hecho, el Gobierno ha autorizado ahora a Leonov a revelar los motivos del accidente, "siempre y cuando no revelara la identidad del piloto que causó la muerte de Gagarin", ha explicado.





Fuentes : ABC.es

12 de abril de 2013

El primer vuelo del hombre al espacio

El primer vuelo del hombre al espacio

RIA Novosti 

El 12 de abril de 1961 el primer teniente de la Fuerza Aérea de la URSS, Yuri Alexéyevich Gagarin, realizó en la nave Vostok el primer vuelo tripulado al espacio en la historia. El hombre entró en un nuevo medio totalmente desconocido, enfrentándose a problemas y tareas que nunca se habían resuelto en la ciencia y la tecnología. Y lo más importante, no se sabía con seguridad si el hombre podría aguantar un vuelo al espacio.

“¡Ojalá vuele y regrese vivo!”, dijo el ingeniero general Serguéi Koroliov después del despegue del cohete portador. Así pensaban todos, los dirigentes del programa espacial, los diseñadores de los artefactos, el personal de apoyo… todos anhelaban que regresara con vida. Y Gagarin regresó tras pasar 108 minutos históricos en el espacio y se convirtió en el primer hombre en conquistar el cosmos, asegurando a la URSS un lugar pionero en el ámbito de la exploración espacial.




Los ingenios

En el cosmódromo de Baikonur el cohete portador Vostok 8К72К, de casi 39 metros de largo, estaba preparado para ser lanzado al espacio con la nave Vostok-1, en la que debía volar Gagarin. La nave de forma esférica (informalmente los especialistas se referían a ella como “sharik”, “bolita” en ruso) era una continuación de la serie de aparatos cósmicos Spútnik.

Bajo este módulo de 2,4 metros de diámetro con un asiento para el cosmonauta, se encontraba un módulo con equipos y el motor retrocohete que propiciaría el regreso, ajustado al módulo principal con cintas especiales. Las esferas más pequeñas eran tanques de oxígeno y de nitrógeno (que usaban pequeños motores de corrección de la nave en el espacio). El vehículo al completo medía casi 5 metros de altura.

Dado que no se sabía bien cómo el cosmonauta se iba a sentir y a comportar en el espacio, se decidió que los vuelos de las Vostok fueran automáticos. Sin embargo, el piloto podría tomar el control manual si fuera necesario. Para esto disponía de un sobre con las instrucciones para desbloquear el sistema, pero el lugar donde se encontraba el sobre lo podían indicar solo desde la Tierra en caso de necesidad.



El despegue

El 12 de abril de 1961 empezó para Yuri Gagarin a las 5:30 de la mañana en la casita de descanso de los cosmonautas. Al salir de la habitación, dejó su firma en el marco de la puerta, y desde aquel entonces esto se convirtió en una tradición de todos los cosmonautas.

Yuri Gagarin y su suplente, Guerman Titov, llegaron en un autobús a la pista de despegue vestidos con traje anti G de color naranja y con un casco con la inscripción “CCCP” (URSS), con varios sensores y cables enganchados, acompañados por sus colegas del grupo de pilotos con quienes habían realizado el entrenamiento espacial.

Gagarin por confusión no dio parte oficial al presidente de la Comisión estatal, sino al ingeniero general Serguéi Koroliov, tras lo cual lo acompañaron ya que con el traje de espacial no podía subir por la torre de servicio, y lo instalaron en la cápsula. Con todo preparado, el lanzamiento se tuvo que retrasar tres horas por un fallo en el sensor de hermeticidad.

Durante estas largas horas de espera Yuri cantó canciones populares, escuchó música que le transmitieron por radio, probó los canales de comunicación y transmitió indicaciones sobre los equipos. La ventanilla estaba cerrada por el carenado que se desprendería cuando la nave alcanzara una altura casi fuera de los límites de la atmósfera terrestre.

Koroliov estuvo conversando con Yuri, quien no se mostraba nervioso, aunque esto no quedaba claro a través de la imagen televisiva que se transmitía desde la nave, de muy baja calidad. El rostro del cosmonauta estaba casi totalmente oculto bajo el casco hermético. “¡Yura! ¡Buen viaje!” “¡Hasta tu vuelta a la Tierra!”.

Finalmente los especialistas en telemetría informaron de que las señales de los sensores estaban dentro de la norma. Empezó la cuenta atrás. Koroliov le dio al cosmonauta todas las órdenes para poner en marcha el cohete y Yuri las fue siguiendo. Cuando el director del proyecto le dio la última indicación, en el momento de despegue Gagarin le respondió con calma: “¡Vámonos!” (“Poyéjali” en ruso). Esta frase se convirtió en uno de los símbolos de la era espacial y en parte de la cultura popular rusa, y hasta ahora se sigue usando antes de iniciar algún trabajo o proyecto, o como brindis. 




El vuelo

Y precisamente en ese momento la comunicación se cortó. Durante unos largos 20 segundos no llegó ningún sonido del cosmonauta, lo que puso a todos extremadamente nerviosos.

Cuando la comunicación se restableció, Yuri siguió informando a la Tierra sobre lo que experimentaba a pesar de las sobrecargas; decía que se sentía muy bien. Su señal de llamada era “Kedr” (Cedro), la señal de llamada de Koroliov era “Zariá-3” (Aurora-3).

Transcurridos 153 segundos se quitó el carenado, en la ventanilla apareció una luz brillante y por primera vez en toda la historia el hombre vio la Tierra desde la altura de unos 300 kilómetros. Allí la superficie del planeta se percibe como un mapa: una cinta de un río, unas manchas de la taiga… así se veía el paisaje de Siberia sobre el que voló el cosmonauta. Tanto le impresionó la vista, que gritó violando todas las instrucciones: “¡Qué hermoso!”. Y luego con voz neutra continuó leyendo las indicaciones de los equipos.

Cuando la nave empezó a adquirir la velocidad de escape, Gagarin experimentó graves sobrecargas, tantos que no podía ni moverse, su pulso aumentó hasta 150 pulsaciones por minuto. Pero a medida que el cohete superaba la fuerza gravitatoria, las sobrecargas disminuyeron. En la tercera etapa el cohete se desprendió, y la cápsula con el módulo de equipos y el motor retrocohete entró en órbita. Gagarin entró en estado de ingravidez. Desde el lanzamiento habían pasado poco más de cinco minutos.

Ahora el cosmonauta estaba volando a una velocidad de cerca de 8 kilómetros por segundo (28 260 kilómetros por hora). La velocidad de escape resultó un poco más alta de lo previsto y cuando los especialistas calcularon las consecuencias de esta nueva situación, se reveló que el motor retrocohete no había funcionado y el regreso de la nave se realizaría dentro de su plazo máximo de tiempo en órbita, es decir, al cabo de 8-10 días. Por suerte, la nave contaba con buenas reservas de oxígeno y alimentos.

Según le dijeron a Gagarin, la nave regresaría a la Tierra en cualquier caso, aunque no funcionase ese motor, transcurridos tres o cuatro días, y lo haría descendiendo paulatinamente de su órbita. Según las memorias de aquellos que participaron en la preparación del vuelo, Gagarin tenía un sobre con un mensaje de parte del Gobierno de la URSS con una petición de ayuda para que el ciudadano soviético regresara a casa en caso de aterrizar en otro país, así como una pistola, una maletín con alimentos (en caso de que aterrizara en bosque) y todo lo necesario para un amerizaje en el océano. 


Por si acaso

Antes del vuelo Gagarin grabó un mensaje oficial dirigido al pueblo soviético, al Partido Comunista y al Gobierno, revisado y aprobado por el Presídium del Comité central del Partido. Sin que Gagarin estuviera al corriente, también se había preparado un mensaje oficial en caso de que falleciera. Los mensajes oficiales sobre el éxito del vuelo y sobre la muerte del cosmonauta, y la petición al Gobierno de otro país en caso de que Gagarin aterrizase fuera de las fronteras soviéticas, fueron enviados a la televisión y a la radio.

Pocas personas sabían que el 12 de abril de 1961 se estaba realizando el histórico experimento del primer vuelo del hombre al espacio. Incluso la esposa del cosmonauta recibió la noticia tras el regreso de Gagarin, por radio, como con todo el país. Llamaron al famoso presentador de radio Yuri Levitán al estudio. Posteriormente la conocida voz, encargada de la lectura de los informes más importantes, recordaría que solo una vez se había puesto tan nervioso: cuando debió locutar el mensaje gubernamental sobre la victoria en la Gran Guerra Patria.

Pasados muchos años, se reveló que Gagarin antes del vuelo había escrito una carta a su esposa, Valentina, en la que le expresó la esperanza de que, si falleciera, ella y sus hijas estarían atendidas, y le pidió que cuidara a los parientes de Yuri. Un general la guardó “por si acaso” y luego esta carta permaneció en el Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas de Rusia. 





             
La orientación

La nave en la que volaba Yuri empezó a girar sobre su propio eje, lo que habría podido impedir que la nave regresara a la Tierra. Para que el motor retrocohete cumpliera correctamente su función, la esfera necesitaba recular, con la tobera del motor adelante. En esa posición, cuando el motor de retrocohete se pusiera en marcha, la nave frenaría y regresaría a la Tierra. Pero si el motor retrocohete se encontrase de costado, la nave podría llegar a la Tierra fuera de su curso y perderse, y en caso de que el motor quedara detrás, en vez de la retardación se podría producir aceleración y la nave saldría de la órbita y el regreso no se podría realizar a tiempo o no se haría en las condiciones adecuadas.

La comunicación con la Tierra se perdió cuando la nave atravesó el océano Pacífico (en aquel entonces la Unión Soviética todavía no enviaba a alta mar naves con retransmisores, que facilitaban una comunicación ininterrumpida). Casi 50 minutos, o la mitad de su vuelo, Yuri estuvo volando sin el apoyo de la Tierra. Solamente podía enviar señales cortas cifrados, que se podían recibir en todo el mundo. El Estado Mayor soviético conocía por estas señales que todo estaba bien en la órbita.

Cuando Gagarin sobrevolaba América del Sur, en el 44.º minuto de su vuelo, el sistema de orientación automática de la nave arrancó y el aparato tomó una posición correcta (los sistemas de orientación de las primeras naves satélites tenían el Sol como punto de referencia). Durante este proceso, la nave recorrió el Océano Atlántico. El motor retrocohete se encendió a tiempo y funcionó los 40 segundos previstos. En cuanto se desconectó el motor, la nave volvió a girar sobre sí misma en diferentes planos.

Ahora la cápsula debía liberarse de la sección de equipos para que la entrada en la atmósfera fuera segura. Se desconectaron las tirantes que unían las partes de la construcción, pero los cables que conectaban la cápsula y el módulo de equipos siguieron unidos. Finalmente la cápsula se separó a las 10:35 y no a las 10:25 (hora local) como estaba previsto. Durante estos largos diez minutos Gagarin transmitió a la Tierra la señal que significaba que todo estaba bien (“No hacía falta armar ruido”, como más tarde escribiría el cosmonauta), pero informó por teléfono de que el retrocohete había funcionado bien y de que la separación no se había producido.

El descenso

El retrocohete estuvo encendido hasta que agotó el combustible (40 segundos), mientras que se esperaba que al alcanzar la velocidad deseada el motor se desconectara. Pero este cambio en el funcionamiento previsto del motor no alteró significativamente la trayectoria de la nave y no alteró tampoco el ángulo de descenso significativamente (lo que habría podido provocar que la nave se hubiera incendiado) probablemente gracias a que el módulo de equipos seguía conectado a la cápsula.

Al final, los cables se quemaron y la cápsula fue liberada. Yuri se preparó para salir de la nave. La nave se bamboleaba, se vio una extraña luz purpúrea en las ventanillas, que significaba que se estaba quemando la capa cerámica de protección del vehículo. La ingravidez desapareció, subieron las sobrecargas y, cuando estas pasaron, se oyó el silbido del viento.

Cuando por fin Gagarin salió catapultado y empezó a descender con el paracaídas principal, vio desde la altura un río grande y adivinó que era el Volga, con una ciudad al lado, probablemente Sarátov, la ciudad en la que Gagarin se había formado como piloto. Y luego el paracaídas suplementario no se abrió correctamente, amenazando con enrollarse alrededor del principal y cerrarlo. Pero luego un soplo de viento lo llenó y Gagarin siguió descendiendo con dos paracaídas, que es también muy peligroso.

Pero no fue ese el último peligro que pasó el cosmonauta al volver del espacio. Estaba descendiendo con el traje espacial con el casco cerrado y el conducto de aire que utilizaba dentro de la cápsula se cortó, pero la válvula para el aire en la escafandra no se abrió, y el cosmonauta respiraba con el aire que quedaba todavía dentro del traje. Por fin, tras seis minutos de intentos, logró abrir la válvula y aterrizó suavemente en un campo labrado, a orillas del Volga, cerca de Sarátov, a las 10:55, hora local.

A una distancia de unos cien metros, Yuri vio a una mujer con una niña. Esta, al ver a un hombre llegado del cielo en paracaídas, vestido con traje color naranja y con casco, se asustó y salió corriendo. “¡Soy de aquí”!, les gritaba Yuri, “¡no os asustéis!”.

Gagarin tenía un radiofaro instalado en el traje espacial y en cuanto el cosmonauta tocó tierra, los servicios terrestres supieron en seguida de su aterrizaje. El mensaje del vuelo exitoso fue transmitido por todas las estaciones de radio de la URSS. Así el mundo conoció al piloto cosmonauta de la URSS, el mayor Yuri Alekséyevich Gagarin, el primer hombre en la historia que logró ver nuestra Tierra desde el espacio.

A Yuri le fueron a buscar los campesinos de una localidad cercana, que ya sabían del vuelo a través de la radio, lo ayudaron a salir a la carretera. Le daban apretones de manos, lo abrazaban, le gritaban y felicitaban. Pronto un helicópleto lo llevó al puesto de aviación cercano, de donde lo llevaron a Sarátov, y de allí a la ciudad de Kuíbyshev (actualmente Samara), donde lo recibieron Koroliov y varios dirigentes.

A Gagarin lo esperaban reuniones de alto nivel, el alborozo de las multitudes en su país y en todo el mundo, la verdadera gloria mundial. 

 


Siete años después recibió otra llamada del cielo, la última. Gagarin falleció el 27 de marzo de 1968 cuando el avión de caza que pilotaba durante un vuelo rutinario se estrelló cerca de Moscú. Fue entonces cuando la esposa del cosmonauta, Valentina, recibió su carta de despedida escrita antes del vuelo de 12 de abril de 1961.




Fuentes : rusopedia.rt.com