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27 de marzo de 2021

Climatología - El Atlántico se está parando y puede exponernos a fenómenos extremos


El ritmo de la corriente atlántica que calienta el norte de Europa con aguas del golfo de México es el más bajo en mil años

Filomena nos dejó tiritando mientras Grecia jugueteaba con la primavera. De los -35ºC de Vega de Liordes a los 23ºC de Atenas en el arranque de enero de 2021. Las tornas se cambiaron semanas después. Ninguno de estos fenómenos, en sí mismos, son atribuibles a la emergencia climática. Los cambios de patrón en el tiempo, año tras año, sí. Miremos al Altántico.

Tal y como explicábamos mientras la meseta se cubría de nieve, una de las proyecciones del futuro climático apunta a fenómenos extremos más frecuentes. La oceanógrafa y física del clima Anna Cabré, que trabaja para la Universidad de Pensilvania (EE.UU.), recuerda hemos alterado irremediablemente algunas de las piezas de este equilibrio térmico, como Groenlandia. Otra es el océano Atlántico.


Recreación de la corriente AMOC desde el Golfo | NASA

Filomenas concretas al margen, un estudio publicado esta semana en Nature Geosciences viene a sumar evidencia sobre un fenómeno preocupante: el Atlántico se está parando. En concreto, la corriente AMOC (cuyo motor es la Corriente del Golfo) que, como una correa, nos trae aguas cálidas desde el golfo de México hasta las costas europeas. La que nos protege, justamente, de algunos de estos fenómenos.

El ritmo de la corriente se ha ralentizado un 15 % desde mediados del siglo pasado.

Su velocidad ha descendido tanto que está en su punto más débil de los últimos mil años. El nuevo estudio, de equipos del Instituto Postdam (Alemania), de la Universidad de Maynooth (Irlanda) y del University College de Londres (Reino Unido), han tirado de huellas del pasado, antes de que se pudieran medir con precisión las corrientes del Atlántico.

Que se frene, lo cual no sería nuevo, es importante. Para la física y meteoróloga Isabel Moreno, la corriente transporta calor hacia el norte, siendo fundamental para entender el clima en Europa. De hecho, “algunos estudios ligan etapas frías en esta zona del planeta con una corriente de retorno del Atlántico Norte más debilitada”.

Puede deberse a la emergencia climática

“Cuando la superficie del océano se calienta, el calor penetra en las capas más profundas, por lo que todo el océano se está calentando”, también explica a Newtral.es el oceanógrafo Cheng Lijing (Instituto de Física Atmosférica de Pekín), autor de otro estudio. “Las corrientes se alteran”. O, paradójicamente, se enfrían. Y aquí es cuando empieza El día de mañana.

¿Va a congelarse Europa? No lo sabemos. Pero seguro que no como en la película. Los modelos no señalan con precisión tal cosa. Sí que gozamos de datos del pasado. Investigaciones anteriores ya señalaban a que la corriente se había ralentizado un 15 % desde mediados del siglo pasado.


Los autores del nuevo estudio tienden a vincular el cambio actual con el calentamiento del planeta. El derretimiento de los hielos árticos favorece la inyección de agua dulce y el cambio de acidez de los mares. Si bien la ‘dulcificación’ “se limita principalmente a las regiones polares o subpolares”, el Atlántico norte, precisa Cheng, ajeno al trabajo de sus colegas de Europa.


 

Para el investigador chino, “algunas simulaciones dan indicaciones de que el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia provocará una desaceleración de AMOC (y corriente del Golfo). Esta es un área de investigación candente y creo que no hay una conclusión definitiva sobre esto”.

En Europa, una mayor desaceleración del AMOC podría implicar eventos climáticos más extremos, como “un cambio en la trayectoria de las tormentas invernales que vienen del Atlántico, posiblemente intensificándolos”, apunta desde Potsdam Stefan Rahmstorf del Instituto para la Investigación del Impacto Climático PIK.

Esa desaceleración de la corriente oceánica desde mediados del siglo XX cuadra con el calentamiento global causado por los humanos, pero hasta ahora falta una imagen sólida sobre su desarrollo a largo plazo.

No una edad de hielo, pero sí fenómenos extremos

“Es cierto que uno de los puntos que pueden ir a más frío, en los modelos de proyección del clima futuro, es el Atlántico norte”, precisa Cabré. De ahí a una glaciación dista mucho. “Sí puede bajar la temperatura, pero eso afectaría a más al clima de Reino Unido o Escandinavia”. Y no compensaría para bien el calentamiento derivado del carbono.

Otra cosa es que se favorezca la intensidad y trayectoria de las tormentas que nos entran por el Atlántico. Asociado a este fenómeno o no –el clima es un sistema complejo, con muchos factores–, se observan indicios de patrones anómalos en las borrascas que terminan en ciclones o huracanes, por estas latitudes.

Por su parte, Rahmstorf sentencia que “si continuamos impulsando el calentamiento global, el sistema de la corriente del Golfo se debilitará aún más, entre un 34 % y un 45 % para 2100, según la última generación de modelos climáticos”. Esto podría acercarnos “peligrosamente al punto de inflexión en el que el flujo se vuelve inestable”.

Otros estudios encontraron posibles consecuencias como olas de calor extremas o una disminución de las lluvias de verano. Pero eso es lo que se estudia ahora. Los científicos también tienen como objetivo resolver qué componentes y vías de la AMOC han cambiado cómo y por qué razones.

“Con el final de la pequeña edad de hielo alrededor de 1850, las corrientes oceánicas comenzaron a declinar, con un segundo descenso más drástico desde mediados del siglo XX”, dice Rahmstorf. Este estudio viene a sumar más evidencia a lo que el Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) en la Cumbre del Clima de Madrid: la corriente se está parando respecto al al periodo 1850-1900.

Fuentes: Rewtral

24 de febrero de 2021

El polvo del desierto del Sahara trae ‘impresionantes amaneceres rojos’, mientras las temperaturas se ‘elevan a 17 °C’.

























Estemos listos para ver los primeros ‘indicios de primavera’ esta semana, gracias al polvo del Sahara en algunas partes del país se ha podido apreciar amaneceres y atardeceres coloridos impresionantes.

La Oficina Meteorológica dijo que las partes del este del Reino Unido tuve extraordinarias vistas matutinas, los atardeceres también han sido particularmente coloridos, con púrpuras y azules que se extienden por el horizonte.

Los fuertes vientos han provocado que el polvo del desierto africano llegue al país, creando paisajes espectaculares en varios lugares.

Por otra parte, las perspectivas para el resto del país parecen más cálidas podríamos ver temperaturas máximas de hasta 16 °C o 17 °C en el sureste, y «la primera sensación de primavera hacia el final de la semana y el fin de semana».

Mientras que para Escocia hay una advertencia de lluvia ámbar, en partes del centro y sur de Escocia, donde hasta 120 mm podrían caer en 24-36 horas durante el martes y miércoles, existe una advertencia de clima severo. Una advertencia amarilla por viento también está vigente el martes que cubre toda Escocia e Irlanda del Norte, así como el extremo norte de Gales, con ráfagas de hasta 70 mph posibles en lugares costeros expuestos.

23 de enero de 2021

Climatología - ¿Cruzaremos una línea roja del calentamiento global dentro de 20 o 30 años?


Versión artística de un gráfico que advierte de la temperatura crítica por encima de la cual muchos vegetales comenzarán a disminuir la cantidad de emisiones de carbono de origen humano que pueden absorber. (Imagen: Victor O. Leshyk / Northern Arizona University)

Con temperaturas lo bastante elevadas, muchos ecosistemas terrestres pueden pasar de ser sumideros de carbono a ser emisores de carbono, lo que aceleraría aún más el calentamiento global, en un círculo vicioso.

Para investigar cuándo la temperatura global y las temperaturas regionales podrían alcanzar el umbral crítico a partir del cual el sumidero de carbono en la tierra firme inicia su declive disminuyendo su actividad, el equipo de Katharyn Duffy, de la Universidad del Norte de Arizona en Estados Unidos, analizó registros que abarcan desde 1991 hasta 2015 de la red global FLUXNET, que hace un seguimiento del movimiento del dióxido de carbono entre los ecosistemas y la atmósfera.

El aumento de las temperaturas de la Tierra impuesto por el calentamiento global podría alcanzar para bastantes ecosistemas el punto crítico descrito más pronto de lo creído, dentro de entre 20 y 30 años, según el análisis llevado a cabo por Duffy y sus colegas.

Los autores del nuevo estudio creen que hasta la mitad de los ecosistemas de tierra firme podrían alcanzar este punto de inflexión (cuando la velocidad con la que las plantas liberan carbono a la atmósfera empieza a ser mayor que la velocidad con la que lo atrapan) para el año 2100, si no se hace nada para impedirlo o retrasarlo. Sin embargo, los biomas que más carbono almacenan, entre ellos los bosques tropicales y la Taiga, podrían perder más del 45% de su capacidad de sumidero de carbono mucho antes, a mediados de este siglo.

El estudio, titulado “How close are we to the temperature tipping point of the terrestrial biosphere?”, se ha publicado en la revista académica Science Advances. 

17 de enero de 2021

Climatología - La amenaza del permafrost del subsuelo marino


 
El permafrost (denominado también permahielo) es, a grandes rasgos una capa subterránea de tierra o roca con hielo y materia orgánica atrapada, que, estando lo bastante resguardada de los rayos del Sol puede en su mayor parte permanecer congelado de manera ininterrumpida durante miles de años. Aunque el permafrost del fondo marino ha sido objeto de investigaciones desde hace décadas, la dificultad para llevar a cabo mediciones ha impedido realizar una estimación general de la cantidad de carbono y de su tasa de liberación. Un nuevo estudio, realizado por el equipo de Sara Sayedi y Ben Abbott de la Universidad Brigham Young en Estados Unidos, aporta datos nuevos y reveladores sobre la retroalimentación climática del permafrost submarino, generando las primeras estimaciones de la cantidad de carbono que alberga, su tasa de liberación de gases con efecto invernadero y la posible conducta futura de las zonas ricas en permafrost submarino.

El estudio se titula “Subsea permafrost carbon stocks and climate change sensitivity estimated by expert assessment” y se ha publicado en la revista Environmental Research Letters, de IOP Publishing.

Los autores de la nueva investigación combinaron los resultados de estudios publicados y de otros no publicados para estimar la cantidad de carbono submarino pasada y presente y la cantidad de gas con efecto invernadero que podría liberarse del permafrost submarino en los próximos tres siglos.

Sayedi, Abbott y sus colegas han estimado que las zonas de permafrost submarino actualmente almacenan 60.000 millones de toneladas de metano y 560.000 millones de toneladas de carbono orgánico. Como referencia, la civilización humana ha liberado un total de unos 500.000 millones de toneladas de carbono en la atmósfera desde la Revolución Industrial.

El permafrost submarino es esencialmente el resultado de la última era glacial y reacciona muy despacio al aumento de las temperaturas. Solo ahora está comenzando a experimentar los efectos del cese de la era glacial, tal como subraya Sayedi. Sin embargo, las estimaciones del equipo de Sayedi sugieren que el permafrost submarino ya ha empezado a liberar cantidades sustanciales de gases con efecto invernadero, aunque más como consecuencia del cese de la última era glacial que por la actual actividad humana. Los autores del estudio estiman que el permafrost submarino libera aproximadamente 140 millones de toneladas de dióxido de carbono y 5,3 millones de toneladas de metano a la atmósfera cada año.


La línea de costa de la península Bykovsky en el centro del Mar de Laptev, Siberia retrocede durante el verano, cuando bloques de permafrost ricos en hielo caen a la playa y son erosionados por las olas. (Imagen: 2017, P. Overduin)

Sayedi y sus colegas alertan de que si continúa avanzando el calentamiento global causado por la civilización humana, la liberación de metano y dióxido de carbono del permafrost submarino podría aumentar sustancialmente, aunque este incremento se materializará durante los próximos tres siglos en vez de abruptamente. 

El permafrost es un suelo que permanece continuamente por debajo de 0 ° C (32 ° F) durante dos o más años, ubicado en tierra o debajo del océano
El permafrost no tiene por qué ser la primera capa que está en el suelo. Puede tener una profundidad de una pulgada a varias millas bajo la superficie de la Tierra. 
Algunas de las ubicaciones de permafrost más comunes se encuentran en el hemisferio norte. 
Casi una cuarta parte del hemisferio norte está sustentado por permafrost, incluido el 85% de Alaska , Groenlandia , Canadá y Siberia . También se puede ubicar en las cimas de las montañas del hemisferio sur.
El permafrost ocurre con frecuencia en el hielo molido, pero también puede estar presente en lecho rocoso no poroso. 
El permafrost se forma a partir de hielo que contiene varios tipos de suelo, arena y roca en combinación.


Paleoclimatología - Cuando el efecto invernadero estuvo a punto de exterminar a casi toda la vida de la Tierra



Durante mucho tiempo se ha supuesto que el detonante de la extinción masiva del Pérmico-Triásico fue la actividad volcánica a enorme escala que desencadenó en lo que hoy es Siberia, pero se desconocía la secuencia exacta de acontecimientos que condujo a la extinción

La historia de la Tierra incluye extinciones masivas que resultan inimaginables para el Ser Humano. La más famosa es la ocurrida hace unos 66 millones de años, cuando un impacto de asteroide marcó el fin de la era de los dinosaurios. Sin embargo, mucho antes, hace 252 millones de años, en la frontera entre los períodos Pérmico y Triásico, la Tierra sufrió una extinción masiva mucho peor, que exterminó aproximadamente a las tres cuartas partes de todas las especies en tierra y alrededor del 95 por ciento de todas las especies en el mar. Durante mucho tiempo se ha supuesto que el detonante de la extinción masiva del Pérmico-Triásico fue la actividad volcánica a enorme escala que en aquella época se desencadenó en lo que hoy es Siberia, pero la secuencia exacta de acontecimientos que condujo a la extinción ha sido durante mucho tiempo tema de debate y de desacuerdos.

Ahora, el equipo internacional de Hana Jurikova, del Centro Alemán de Investigación en Geociencias (GFZ), proporciona por primera vez una reconstrucción aparentemente concluyente de los acontecimientos clave que condujeron a la megacatástrofe, y se confirma que el efecto invernadero fue el componente clave.

Jurikova y sus colegas estudiaron las tasas de ciertos isótopos en las conchas calcáreas de fósiles de braquiópodos (organismos similares a las almejas) y con ello determinaron la tasa de acidificación oceánica en la frontera entre el Pérmico y el Triásico. Debido a que el pH del mar y el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera están estrechamente acoplados, el equipo fue capaz de reconstruir los cambios en la concentración de CO2 en la atmósfera al inicio de la extinción.

Luego los autores del estudio utilizaron un innovador modelo geoquímico para estudiar los efectos de la descomunal inyección de CO2 en el medioambiente.



Ilustración que muestra el inicio de la extinción masiva del Pérmico-Triásico y que se basa en las conclusiones del estudio de Jurikova et al. (2020). (Imagen: Dawid Adam Iurino / PaleoFactory, Sapienza University of Rome)


Sus hallazgos mostraron que las erupciones volcánicas desencadenadas en una región que hoy en día es conocida como las Traps Siberianas liberaron inmensas cantidades de CO2 en la atmósfera. El exceso de CO2 perduró varios milenios y condujo a un fuerte efecto invernadero en el mundo del Pérmico tardío, causando un calentamiento y una acidificación marítima extremos. Los dramáticos cambios en la meteorización o erosión química en la tierra alteraron la productividad y el ciclo de los nutrientes en el mar, y finalmente condujeron a una vasta desoxigenación de las aguas oceánicas. Los múltiples factores de estrés ambiental resultantes se combinaron de manera demoledora, con el resultado de la aniquilación total de muchas especies de animales y plantas.

El estudio, titulado “Permian-Triassic mass extinction pulses driven by major marine carbon cycle perturbations”, se publicó en la revista académica Nature Geoscience. 


31 de marzo de 2020

Científicos perplejos por un excepcional agujero en la capa de ozono del Ártico - Datos positivos del Covid-19: La capa de ozono se está ‘curando’


A la izquierda, agujero en la capa de ozono en 2011, a la derecha, 2020 - Derechos de autor Michiel van Weele/ KNMI


El estado de alarma decretado mundialmente ante la crisis del Covid-19 ha provocado el cese de todas las actividades humanas. Calles vacías, industrias cerradas, oficinas desocupadas, carreteras y aeropuertos desolados, son las imágenes que se repiten en todo el mundo. Mientras la población se confina en sus casas con el objetivo de frenar el contagio por coronavirus y salvar vidas, el planeta está viviendo el efecto colateral positivo de esta pandemia.

Según los expertos, la contaminación en el aire de las ciudades de Reino Unido está disminuyendo a medida que el país entra en un bloqueo debido al Covid-19.


Un grupo de científicos americanos ha demostrado que la capa de ozono se está ‘curando’

Después de que se publicaran las imágenes del satélite de la NASA mostrando la reducción de las concentraciones de NO2 contaminante en China y el norte de Italia, gracias a las estrictas medidas de salud pública que se están siguiendo. Un grupo de científicos de la Universidad de Colorado Boulder ha demostrado que la capa de ozono se está recuperando.

La capa de ozono es una frágil capa de gas que actúa como escudo protector en la estratosfera de la Tierra. Esta capa absorbe la mayor parte de la radiación ultravioleta que nos llega del sol. Sin la capa de ozono, sería imposible que algo sobreviviera en el planeta, ya que protege a los animales y la vegetación. El aumento los niveles de radiación ultravioleta que penetrarían en la tierra tendrían efectos negativos en las cuencas hidrográficas, las tierras agrícolas y los bosques. Además, provocaría una mayor incidencia del sol sobre los humanos, dando lugar al cáncer o cataratas oculares y afectando también, al sistema inmunológico.


En medio de la inquietud generalizada por el coronavirus, los científicos atmosféricos observan con perplejidad el gran agujero en la capa de ozono del Polo Norte que se ha formado en los últimos días.

El agujero de la capa de ozono es más habitual en el Polo Sur, y este año precisamente batió el récord como el más pequeño desde hace 30 años, debido a un episodio de calentamiento estratosférico excepcional.







Sin embargo en el Polo Norte los episodios, que ocurren a finales del invierno y principios de la primavera del hemisferio norte, son más cortos y menos extensos. En general no implican la destrucción del ozono sino una "reorganización" de sus concentracione

En esta ocasión la extension y la pérdida de ozono es mayor que en 2011, cuando la revista nature se hacia eco del agujero "sin precedentes" en la capa de ozono ártica.

Lo muestra la imagen principal obtenida por Michiel van Weele, del Servicio Meteorológico holandés.

La razón es el poderoso vórtice polar que está circulando en la zona con aire mucho más frío de lo habitual y de forma muy estable. El vórtice polar es una corriente que mantiene el aire frío "encerrado" en el Polo. En ocasiones desciende provocando brutales olas de frío.


La capa de ozono se destruye con la llegada del sol a las zonas polares, debido a una reacción química provocada por los gases CFC emitidos por el hombre, el frío y las nubes estratosféricas, según explican en el sitio web sobre cambio climático del Gobierno estadounidense.

Es decir, para que haya condiciones de agujero de ozono tiene que haber un frío excepcional que permita la formación de nubes estratosféricas, acumulaciones de CFC y luz solar.

Las temperaturas en la zona del actual agujero están por debajo de los -80º C, explica la científica del Servicio de vigilancia de la atmósfera de Copernicus Antje Inness. Desde este servicio nos confirman estar siguiendo muy de cerca este episodio muy poco habitual.

"Creo que no hay un equivalente registrado en esta época del año: [el nivel de ozono] es más bajo que el anterior record, el invierno 2010-11. El invierno 2004-5 también es un récord bajo, pero fue en enero y, en marzo, la situación estaba normalizada" nos comenta Vincent-Henri Peuch director del servicio.

A la izquierda concentraciones de ozono, a la derecha, temperatura en la estratosfera (por debajo de -80º C)Copernicus Atmosphere Monitoring Service / Antje Inness

El fuerte vórtice polar / condiciones extremadamente frías está causando destrucción del ozono en el hemisferio norte. Aquí está el mínimo #SNPP#OMPS ozono medido al norte de 40 grados de latitud. Por debajo de 220 DU (línea discontinua) se considera condiciones de "agujero de ozono". Explicaba en su cuenta de Twitter el experto Colin Seftor.



Científicos de la NASA concluyeron en 2013 que "el primer agujero de la capa de ozono Ártica" se debió a la falta de transporte de ozono al Ártico desde los trópicos.

La capa de ozono protege la Tierra de las radiaciones ultravioleta (UV) del sol. La destrucción de la capa de ozono del hemisferio sur se debió a la acumulación de gases contaminantes, que fueron prohibidos por el protocolo de Montreal en 1987.

No están claras las implicaciones futuras de este episodio, pero cabe recordar que el Ártico es una de las regiones de la Tierra que está sufriendo con más fuerza los efectos del cambio climático.

Después del episodio de calentamiento estratosférico extremo en la Antártida, que favoreció la disminución del agujero de la capa de ozono, Australia ha vivido un verano abrasador, con una oleada de incendios sin precedentes y records de temperaturas, entre otros fenómenos extremos.


La mejora de capa de ozono vinculada con cambios en la circulación atmosférica
La capa de ozono vinculada con cambios en la circulación atmosférica. NASA

El Protocolo de Montreal para la protección de la capa de ozono estratoférico ha estimulado su recuperación y generado cambios en los patrones de circulación aéreos del Hemisferio Sur, según un estudio que publica este miércoles la revista Nature.

La investigación, desarrollada por científicos de Estados Unidos, ha demostrado que las variaciones se han estancado y podrían, incluso, ser revertidas debido al llamado Protocolo de Montreal de 1987 que limitó el uso de sustancias que dañan la capa de ozono.

“Este estudio se suma a la creciente evidencia que muestra la profunda efectividad del Protocolo de Montreal“, ha subrayado la profesora de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) Antara Banerjee, investigadora que trabaja en la división de Ciencias Químicas de la Administración Atmosférica Oceánica Nacional (NOAA).
Según la experta, principal responsable del análisis que publica Nature, el Tratado “no solo ha estimulado la curación de la zapa de ozono, también ha estimulado los recientes cambios observados en los patrones de circulación aéreos del Hemisferio Sur”.

La disminución de ozono (adelgazamiento de la capa de este gas) había reforzado los vientos del vórtice polar y afectado a los que descienden hasta la capa más baja de la atmósfera terrestre.

Hasta ahora, se habían vinculado las pautas de circulación a cambios climáticos en el Hemisferio Sur, especialmente a la caída de la lluvia en Sudamérica, en el este de África y en Australia, y a variaciones producidas en corrientes oceánicas y en la salinidad.


Recuperación de la capa de ozono desde 2000

Con la entrada en vigor del Protocolo de Montreal, que limita el uso de sustancias destructoras del ozono, como los gases clorofluorocarbonos (CFC) -utilizados en equipos de refrigeración, entre otros usos-, la capa de ozono empezó a recuperarse a principios del año 2000, una vez que las concentraciones de esos componentes químicos en la estratosfera comenzaron a declinar.

Con esta investigación, Banerjee y el resto de autores mostraron que aproximadamente durante ese año, la circulación del Hemisferio Sur también dejó de expandirse hacia el Polo, lo que supuso una pausa o un ligero giro de las tendencias anteriores.

“Este estudio ha demostrado nuestra hipótesis de que la recuperación del ozono está, de hecho, impulsando estos cambios en la circulación atmosférica y no es simplemente una coincidencia”, apuntó Banerjee.

Los investigadores emplearon una técnica estadística denominada “detección y atribución” y con ella, estudiaron si ciertas pautas observadas en los cambios de viento se debían a la variabilidad natural o si podían atribuirse a factores causados por la actividad humana.

Primero determinaron que la pausa en las pautas de circulación atmosférica que habían observado no podía explicarse solamente por cambios naturales en los vientos. A continuación, aislaron los efectos del ozono y los gases invernadero por separado y probaron que solo los cambios detectados en el ozono podían explicar la pausa en las tendencias de circulación.

“Esto lo denominamos ‘pausa’, porque las tendencias de circulación hacia el Polo podrían continuar, quedarse estancadas, o revertirse”, según Benerjee para quien “la guerra entre los efectos opuestos de la recuperación de ozono y el aumento de los gases de efecto invernadero son lo que determinará las futuras tendencias”.
 
Concepto de CAPA DE OZONO

Te explicamos qué es la capa de ozono y cuál es su importancia para el planeta Tierra. Además, qué son los agujeros de la capa de ozono.

La capa de ozono está siendo debilitada por gases generados por el hombre.

¿Qué es Capa de ozono?

La capa de ozono se encuentra dentro de la atmósfera terrestre y tiene la función de ser una capa protectora que justamente preserva la vida del planeta Tierra, haciendo las veces de escudo contra los rayos del sol llamados UV o radiación ultravioleta, absorbiendo del 97 al 99% de ella. Se encuentra a una distancia de la superficie de la tierra de 15 a 50 kilómetros de altura en mayor concentración, aunque en el suelo también está presente.

El ozono es una forma de oxígeno en donde la molécula tiene 3 átomos en lugar de 2, como siempre es. Este tercer átomo hace que el oxígeno se vuelva venenoso, tan solo inhalar una vez el ozono es mortal. Esta molécula se forma en la estratósfera (una capa de la atmósfera) por la acción de la radiación solar en estas moléculas, este es un proceso llamado fotólisis.

Esta capa de la atmósfera fue descubierta en el año 1913 por dos físicos franceses llamados Charles Fabry y Henri Buisson. Años más tarde, un meteorólogo británico de apellido Dobson examinó sus propiedades y desarrolló un aparato que llamó espectrofotómetro, el cual permite medir el ozono desde la superficie de la Tierra. Entre los años 1928 y 1958 él mismo estableció una red mundial de monitoreo del ozono. En su honor se estableció la unidad de medida Dobson.

Los problemas de la capa de ozono

Gracias a algunos productos generados por los humanos y llamados halocarbonos, la destrucción de la capa de ozono se ha acelerado en comparación a su ritmo natural. Esto provoca el adelgazamiento de la capa y que se generen los conocidos agujeros de ozono, con lo cual la Tierra pierde protección contra la radiación solar. El paso de los rayos solares más fuertes provoca en la vida humana enfermedades como el cáncer de piel o las cataratas en los ojos.

Ante esta problemática, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) el día 16 de septiembre de 1987, firmó el Protocolo de Montreal y en el año 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el día 16 de septiembre el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono.


4 de enero de 2020

Incendios en Australia pueden ser vistos desde el espacio






La herramienta Worldview del Sistema de Datos e Información del Sistema de Observación de la Tierra de la NASA (EOSDIS) muestra esta escena el 2 de enero de 2019, mientras los incendios forestales continúan en intensidad a lo largo de la costa sureste de Australia. (Crédito de la imagen: NASA EOSDIS)

Los satélites en el espacio pueden detectar cambios en el clima de la Tierra , y están proporcionando una visión atemorizante de las consecuencias devastadoras del calentamiento global.



Los incendios forestales en los estados australianos de Nueva Gales del Sur y Victoria comenzaron en noviembre de 2019, y continúan planteando graves problemas ambientales y de seguridad. NBC News informó que miles de australianos huyeron de sus hogares en la víspera de Año Nuevo (31 de diciembre), buscando refugio cerca de la costa. El jueves (2 de enero), NBC News también informó que Nueva Gales del Sur declaró un estado de emergencia de una semana, por lo que esta es la tercera vez que se anuncia un período de emergencia desde que comenzaron los incendios.


"Mi último día de la década se sintió como el apocalipsis", tuiteó el fotoperiodista Matt Abbott, con sede en Sydney, el 31 de diciembre. Abbott, quien está cubriendo los incendios forestales para The New York Times, agregó: "He estado cubriendo los incendios forestales australianos durante los últimos 6 años". semanas, pero no he visto nada como el incendio de ayer que diezmó la ciudad de Conjola, NSW ".




La información de los satélites de la NASA puede enseñar a los científicos sobre las persistentes consecuencias de estos eventos, como la producción de gases peligrosos como el monóxido de carbono.

La NASA opera un grupo de 26 satélites conocidos colectivamente como el Sistema de Observación de la Tierra (EOS), y su satélite insignia, una nave espacial del tamaño de un autobús llamada Terra, alcanzó su marca de 20 años en el espacio en diciembre de 2019. Otros satélites de la NASA, como Aqua y Suomi NPP también aporta datos a EOS, una misión encargada de tomar mediciones globales del aire, la tierra y el agua para ayudar a los científicos a aprender cómo esos sistemas se unen y se transforman con el tiempo.

La herramienta Worldview del Sistema de Información y Datos EOS de la NASA transforma los datos satelitales en una página interactiva con más de 900 capas de imágenes. Puede ver los desastres naturales actuales, como los incendios forestales de Australia, en Worldview por fecha y capa de información (como anomalías térmicas, bordes y etiquetas de lugares). También puede ver una animación de actividad seleccionando un rango de tiempo.

Una mirada a la superficie de Australia a partir de octubre de 2019 muestra la asombrosa evolución de los incendios forestales a medida que se multiplicaron y arrojaron humo a través de la costa este de Australia.

Una severa sequía en octubre de 2019 preparó al país para la destrucción que todavía está ocurriendo. Más de 100 incendios se produjeron en los próximos meses. Para el 12 de diciembre, los incendios forestales en Nueva Gales del Sur de Australia habían arrasado un área de aproximadamente 10,000 millas cuadradas (27,000 kilómetros cuadrados), según representantes de la NASA en una descripción de imágenes satelitales.



Los incendios forestales están causando estragos en la costa este de Australia, exponiendo a muchas comunidades, incluida Sydney, a niveles peligrosos de contaminación. Las mediciones de la contaminación en el instrumento de la troposfera en el satélite Terra descubrieron que la región está cubierta por niveles anormalmente altos de monóxido de carbono , un gas inodoro y peligroso que se libera por la quema de plantas y combustibles fósiles.

Los incendios han sido particularmente dañinos para los bosques de eucaliptos . Los bosques existen tanto en regiones secas como lluviosas, y ambos climas son vulnerables a los incendios forestales por razones únicas. Las plantas de eucalipto que prosperan en áreas secas tienen hojas ricas en aceite que pueden encenderse fácilmente durante un incendio, según una descripción de la NASA de las imágenes de EOS. Los incendios ayudan a estas plantas a liberar sus semillas, pero la estación seca en octubre fue tan intensa que limitó la germinación de las semillas. Las especies de eucaliptos de la selva tropical, por otro lado, no están acostumbradas a los incendios. El ecosistema no puede recuperarse como lo haría un bosque seco de eucaliptos en condiciones más suaves. Incapaces de tolerar las llamas, la mayoría de estas plantas de la selva tropical mueren en estas condiciones extremas.


Este mapa muestra las mediciones de la radiación de onda larga saliente en noviembre de 2019. Los datos sobre la emisión de calor de Australia provienen de las Nubes y el Sistema de Energía Radiante de la Tierra a bordo del satélite Terra de la NASA. (Crédito de la imagen: EOS-Terra / NASA)

Un instrumento en el satélite de la Misión de Medición de Lluvias Tropicales de la NASA observó las condiciones inusualmente cálidas y secas de noviembre de 2019 que alimentaron los incendios forestales. El sensor, llamado Nubes y el Sistema de Energía Radiante de la Tierra, mide el calor emitido de vuelta al espacio. El instrumento midió cómo la radiación del sol fue absorbida, emitida y reflejada por la superficie de la Tierra durante el primer mes de los incendios forestales.

Las llamas destruyen los bosques y hacen que el aire sea transpirable para los humanos, pero también dañan a los animales que viven allí. "Los animales que navegan como los canguros son expulsados ​​por el fuego por un corto tiempo, y el tratamiento térmico del suelo reduce la cantidad de insectos que comen plantas y organismos del suelo durante el período de crecimiento temprano", Ayesha Tulloch, bióloga conservacionista de la Universidad de Sydney. , dijo en una descripción de la imagen de la NASA .

Esta animación es un modelo de donde viaja el humo negro de los furiosos incendios forestales australianos. Se basa en el modelo de procesamiento directo de GEOS (GEOS FP), que combina información de satélites, aeronaves y sistemas de observación terrestres y utiliza datos como la temperatura del aire, los niveles de humedad y la información del viento para proyectar el comportamiento de la columna. (Crédito de la imagen: GEOS FP / NASA GSFC)

Muchos koalas también han sido afectados, o incluso asesinados, por estos incendios. "Pero el rango del koala cubre la mayor parte [de] la costa este de Australia", dijo Tulloch. "En relación con su alcance, los incendios son relevantes solo para una proporción muy pequeña de la población de koalas existente en Australia".

Una animación realizada utilizando el modelo de procesamiento directo GEOS (GEOS -FP) muestra los altos niveles de carbono negro emitidos por los incendios forestales a principios de noviembre de 2019, que luego sopló a través de la atmósfera y cruzó el Océano Pacífico. Según una descripción de la NASA de la animación, las columnas de humo se han elevado hasta 7 a 8 millas (12 a 13 km) en el cielo, que es inusualmente alto para incendios forestales .















































El 2020 será uno de los años más calurosos que se hayan registrado: estiman más de 1.5°C por encima de los niveles preindustriales



Así lo ha determinado Met Office, la Oficina Meteorológica que comprende al Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido y un Departamento Ejecutivo del Ministerio de Defensa.

Según lo indicado, estiman que el próximo 2020 será otro de los años más calurosos que se hayan registrado en el mundo, con un pronóstico de temperaturas que superen un 1.1°C sobre el promedio de temperatura preindustrial.

El diagnóstico anticipado por parte de Met Office se ha basado en la observación de tendencias y temperaturas registradas en los últimos años. Los especialistas han detectado que, a medida que se llega a un nuevo año, la temperatura media se supera en 1°C.

Así también han sostenido que este escenario es motivo de una ‘huella digital clara’ inducido por el hombre. En palabras del profesor Adam Scaife, jefe de predicción de largo alcance en la Oficina Meteorológica, “los eventos naturales, como el calentamiento inducido por El Niño en el Pacífico, influyen en el sistema climático… En ausencia de El Niño, este pronóstico ofrece una imagen clara del factor más fuerte que causa el aumento de las temperaturas: las emisiones de gases de efecto invernadero“.

El primer año en que Met Office certificó que las temperaturas superaban en 1°C el promedio de 1850 a 1900, fue en 2015. A partir de entonces, la tasa de cambio y aumento de temperatura ha sido rápida. Hasta el momento, el año 2016 ha sido registrado como el último año más caluroso, coincidentemente con el efecto de la corriente El Niño.

En consecuencia, si las tendencias actuales continúan, el mundo podría superar las temperaturas en 1.5°C durante las próximas dos décadas.

Met Office retomó los mismos métodos utilizados para el pronóstico de temperaturas en 2019, y las observaciones dispuestas para durante el año reflejan que, desafortunadamente, las temperaturas siguieron de cerca su estimación central. Ahora, el pronóstico para el 2020 configura un aumento en la temperatura promedio global de entre 0.99C y 1.23C, con una estimación central de 1.11C.

Australia registró su día más caluroso en la historia, con una temperatura media de 40,9°C


El registro fue realizado durante el día martes, y ha conseguido superar a los 40,3°C que comprendían la temperatura más alta hasta el momento, registrada en el año 2013.

Lo cierto es que este escenario mantiene en alerta a la población de la región, ya que puede provocar riesgos ante la ola de incendios que generados como consecuencia del cambio climático.
Practicamente, Australia todavía no ha ingresado en su estación de verano y ya presenta una ola de calor significativa con temperaturas muy superiores a la media. Teniendo en cuenta esto, advierten que dentro de poco las temperaturas podrían llegar a los 50 °C.
La temperatura fue registrada por la Oficina Australiana de Meteorología, quienes han indicado que, a juzgar por las proyecciones, la temperatura podría continuar en aumento. La meteoróloga Diana Eadie Said ha afirmado que ‘la ola de calor se intensificará todavía más hoy‘.

Las temperaturas récord de esta semana iniciaron en Australia Occidental. Luego, han ido afectando al centro más árido del país, desembocando en las zonas más pobladas de la costa este.

Según estiman los especialistas en meteorología, las temperaturas en el sur y el centro de Australia podrían estar el jueves entre 8 y 16 grados por encima de lo normal. En algunos sitios del estado de Nueva Gales del Sur, la población espera que la temperatura se acerque a los 45 grados mañana y Sídney podría alcanzar los 46 grados el sábado.

La ciudad de Sydney fue invadida por el humo forestal | Foto: EFE

Además, y desafortunadamente, en la costa este de Australia se esperan fuertes vientos de hasta 100 kilómetros, un factor que podría agravar más los incendios.

Fuentes: intriper

31 de diciembre de 2019

Los incendios forestales en Australia son tan grandes que generan su propio clima: tormentas eléctricas 'pyrocumulonimbus' que pueden provocar más incendios

Un diagrama que muestra cómo se forman las nubes de pirocumulonimbos.
Oficina de Meteorología, Victoria


Los incendios forestales en Australia ahora son tan grandes que están generando su propio clima, en forma de tormentas gigantes que provocan más incendios, según la Oficina de Meteorología de Victoria.

"Las nubes de Pyro-cumulonimbus se han desarrollado a altitudes de más de 16 km en el este de #Gippsland esta tarde. Estas tormentas inducidas por incendios pueden propagar incendios a través de los rayos, el desprendimiento de brasas y la generación de fuertes corrientes de viento", tuiteó el buró el lunes.

La fotografía satelital muestra el intenso humo que genera nubes atmosféricas:


Pyro-cumulonimbus clouds have developed to altitudes over 16km in East this afternoon. These fire-induced storms can spread fires through lightning, lofting of embers and generation of severe wind outflows

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Los incendios intensos generan humo, obviamente. Pero su calor también puede crear una corriente ascendente localizada lo suficientemente potente como para crear sus propios cambios en la atmósfera de arriba. A medida que aumenta el calor y el humo, la nube de nubes puede enfriarse y generar una nube grande e hinchada llena de lluvia potencial. El penacho también puede dispersar brasas y cenizas calientes en un área más amplia.

Eventualmente, las gotas de agua en la nube se condensan, generando una lluvia de lluvia, tal vez. Pero el "frente" entre el aire tranquilo fuera de la zona de fuego y una nube de tormenta de pirocumulonimbos es tan agudo que también genera rayos, y eso puede iniciar nuevos incendios.

Si es lo suficientemente potente, una tormenta de pyrocumulonimbus puede generar un tornado de fuego , que ocurrió durante los incendios forestales de Canberra en 2003.

Los científicos temen que las "pyroCbs" estén en aumento en todo el mundo, impulsadas por temperaturas más cálidas y incendios más intensos, informó Yale E360 . Sus columnas son tan fuertes que incluso pueden arrojar humo a la estratosfera , de 6 a 30 millas sobre la superficie de la Tierra.

Aquí hay un lapso de tiempo de una tormenta de pirocumulonimbos en acción, desde un incendio australiano diferente:




Fuentes: insider