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15 de abril de 2019

La sonda ExoMars TGO manda los primeros datos sobre la atmósfera de Marte

Ilustración de la nave ExoMars Trace Gas Orbiter (TGO) analizando la atmósfera marciana / ESA/ATG medialab

La misión ExoMars TGO llegó a planeta rojo en octubre de 2016 para investigar el origen potencialmente biológico o geológico de las trazas de gases en la atmósfera. Tras un año en su órbita, los primeros resultados revelan una sorprendente ausencia de metano y confirman la relación entre las tormentas de polvo y el vapor de agua atmosférico.

El orbitador TGO de la misión ExoMars (ESA-Roscosmos) comenzó en abril de 2018 su misión científica desde una órbita a unos cuatrocientos kilómetros sobre la superficie de Marte. Esta distancia le permitió estudiar la atmósfera marciana a través del espectógrafo NOMAD, específicamente diseñado para estudiar el metano, y el instrumento ACS, que estudia la estructura y la química atmosférica.

La revista Nature presenta esta semana las primeras observaciones en dos estudios liderados por el Instituto Belga de Aeronomía Espacial y el Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia, respectivamente. Según los trabajos, las medidas de gases traza obtenidas muestran una carencia de metano en Marte.
Las medidas de gases traza obtenidas apuntan a una carencia de metano en Marte

“Nuestros resultados indican que el contenido de metano en la atmósfera de Marte, si lo hay, presenta un límite superior de 0.05 ppbv (partes por mil millones). Es al menos cinco veces menor que el valor mínimo que anteriores experimentos habían detectado”, declara a Sinc Juan José López Moreno, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y coinvestigador principal de NOMAD.

“La vida media de este gas en la atmósfera de Marte es superior a 300 años y, en consecuencia, cualquier metano que haya sido detectado en la atmósfera de Marte en los últimos años debería seguir presente y, por tanto, debería haber sido detectado por nuestros instrumentos”, precisa.

Para el científico, los datos obtenidos indican que “o bien en los últimos 300 años no ha habido metano en Marte en una cantidad superior al límite de 0,1 ppbv , o existe un misterioso y desconocido mecanismo que hace desaparecer esta sustancia”.

El metano resulta especialmente interesante para los expertos porque puede constituir una señal de la existencia de vida –en la Tierra el 95% de este gas en la atmósfera proviene de procesos biológicos–, o de procesos geológicos.

La misión Mars Express (ESA) y el robot Curiosity (NASA) hallaron, en 2004 y 2014 respectivamente, unas cantidades de metano inesperadas que mostraban una sorprendente variabilidad. Más recientemente, Mars Express observó un pico de metano un día después de una de las lecturas más intensas de Curiosity.

Este gráfico resume los intentos significativos de medición de metano en Marte/ ESA

Cómo el polvo afecta a la atmósfera
Las primeras medidas de alta resolución de NOMAD y ACS también han permitido estudiar la distribución vertical del vapor de agua desde cerca de la superficie marciana hasta más de ochenta kilómetros de altura. Durante una tormenta global de polvo, los instrumentos comprobaron que estos fenómenos afectan a los perfiles de vapor de agua.
Las tormentas de polvo afectan a los perfiles de vapor de agua en Marte


“Lo que las medidas de TGO confirman es que las tormentas de polvo aumentan drásticamente, y de manera bastante rápida, la cantidad de vapor de agua en la alta atmósfera, y por tanto la cantidad de agua que escapa de la atmósfera”, cuenta Francisco González Galindo, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) que participa en los dos trabajos.

Las observaciones son consistentes con los modelos de circulación global: el polvo absorbe la radiación del sol, calienta el gas circundante y provoca que se expanda, lo que a su vez redistribuye otros ingredientes, como el agua, en un rango vertical más amplio.

También se establece un mayor contraste de temperatura entre las regiones ecuatoriales y polares, lo que fortalece la circulación atmosférica. Al mismo tiempo, gracias a las temperaturas más altas, se forman menos nubes de hielo y agua, que normalmente limitarían el vapor de agua a altitudes más bajas.

Resumen de los tres nuevos resultados presentados por los equipos de ExoMars Trace Gas Orbiter/ ESA; spacecraft: ESA/ATG medialab

Además, los equipos han estudiado por primera vez el agua “semipesada” (un tipo de agua con un átomo de hidrógeno reemplazado por un átomo de deuterio), simultáneamente con el vapor de agua.

“Estas medidas son fundamentales para entender la evolución de Marte desde un clima cálido y húmedo en el pasado remoto hasta el actual clima seco y frío”, precisa el investigador español.

“Si asumimos que las tormentas globales de polvo han existido durante parte de la historia de Marte, esto hace que la cantidad de agua que puede haber escapado es mayor de lo que pensábamos, y por tanto, en el pasado podría haber habido más agua de lo que creíamos”, concluye.

Fuentes: IIA, SINC

23 de febrero de 2017

Hallan siete planetas similares a la Tierra, tres de ellos con posibilidad de albergar vida


  • Orbitan la estrella enana ultrafría TRAPPIST-1, con tamaños parecidos a la Tierra
  • Las temperaturas harían posible que exista agua líquida en tres de ellos
  • Los investigadores esperan saber en la próxima década si albergan vida




A tan solo 40 años luz de la Tierra hay un sistema estelar con siete planetas de masa similar al nuestro, tres de los cuales se encuentran en la zona habitable y podrían albergar océanos de agua en la superficie, lo que aumenta la posibilidad de que ese sistema pudiera acoger vida.

El sistema, localizado por un grupo internacional de astrónomos y cuyo estudio publica la revista Nature, tiene tanto el mayor número de planetas del tamaño de la Tierra como el mayor número de mundos que podrían contar con agua líquida en superficie.

Los seis planetas más cercanos a la estrella, probablemente rocosos, pueden tener una temperatura en la superficie de entre 0 y 100 grados, el rango en el que puede haber agua líquida, y tres de ellos están en la llamada "zona habitable", por lo que son candidatos especialmente prometedores para albergar vida.

Una estrella que brilla mil veces menos que el Sol

Los cuerpos recién descubiertos giran en órbitas planas y ordenadas alrededor de TRAPPIST-1, una estrella enana ultrafría con un brillo cerca de mil veces menor al del Sol.

Impresión artística de la vista desde la superficie de uno de los planetas del sistema TRAPPIST-1.

El autor principal del estudio, Michaël Gillon, del Instituto STAR en la Universidad de Lieja (Bélgica) se mostró encantado con los resultados: "Se trata de un sistema planetario sorprendente, no sólo porque hayamos encontrado tantos planetas, ¡sino porque son todos asombrosamente similares en tamaño a la Tierra!", según un comunicado.

El nuevo sistema es relevante para los científicos por su cercanía a la Tierra en términos astronómicos y porque es el primero que cuenta con siete planetas de un tamaño similar al nuestro, así como por el reducido tamaño de su estrella, una particularidad que simplificará el estudio del clima y la atmósfera de esos mundos.



Tres 'favoritos' para albergar vida

Los siete planetas descubiertos en el sistema podrían potencialmente tener agua líquida en sus superficies, aunque sus distancias orbitales hacen que esto sean más probable en algunos de los candidatos que en otros, afirman los responsables del proyecto.

Los modelos climáticos sugieren que los planetas más interiores, TRAPPIST-1b, c y d, son probablemente demasiado calientes para albergar agua líquida, excepto tal vez en una pequeña fracción de sus superficies.

La distancia orbital del planeta más externo del sistema, TRAPPIST-1h, no se ha confirmado, aunque es probable que sea demasiado distante y frío para albergar agua líquida, suponiendo que no esté teniendo lugar ningún proceso de calentamiento alternativo.

TRAPPIST-1e, f y g, sin embargo, representan el gran descubrimiento para los astrónomos cazadores de planetas, ya que orbitan en la zona habitable de la estrella y podrían albergar océanos de agua en sus superficies.

Planetas lo bastante grandes para ser medidos

Los siete planetas son 80 veces mayores respecto a TRAPPIST-1 que la Tierra respecto al Sol, por lo que bloquean una gran cantidad de luz cuanto transitan por delante de la estrella. Eso facilita a los investigadores la tarea de identificar sus componentes químicos por medio de técnicas de fotometría.

"Hemos buscado una estrella muy pequeña, al contrario que otros grupos de astrónomos. Eso hace que los planetas aparezcan magnificados", explicó en una rueda de prensa telefónica Amaury Triaud, investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

Tras una primera fase de "reconocimiento", los científicos planean ahora iniciar "observaciones detalladas para estudiar el clima y la composición química de los cuerpos, con el objetivo de determinar si hay vida en ellos".

"En unos años sabremos mucho más sobre estos planetas y esperamos saber si hay vida en el plazo de una década", afirmó Triaud.

El telecopio espacial Hubble de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) ya se está empleando para buscar atmósferas alrededor de los planetas y otro miembro del equipo, Emmanuël Jehin, se muestra entusiasmado con las futuras posibilidades.

"Con la próxima generación de telescopios como el E-ELT (European Extremely Large Telescope de ESO), y el telescopio espacial JWST (NASA/ESA/CSA James Webb Space Telescope) pronto podremos buscar agua e incluso pruebas de vida en estos mundos", ha concluido.

Fuentes: Rtve

28 de marzo de 2016

ExoMars inicia su busqueda de vida en Marte

ESA Euronews: Is there life on the Red Planet?



¿Existe la vida en Marte? 
La misión "ExoMars": intenta responder a esta pregunta. Aquí, en el Cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, nos reunimos con los científicos que trabajan en este proyecto. 
El cohete de la misión ExoMars se dirige hacia el planeta rojo para buscar potenciales pruebas de actividad biológica.* 

La aventura "ExoMars" empieza aquí, en la estepa kazaja de Baikonur. Desde esta base espacial Yuri Gagarin viajó por primera vez al espacio en 1961 y marcó una página legendaria en la historia de la exploración espacial soviética. 
A tres kilómetros de la pista de lanzamiento, los científicos e ingenieros europeos y rusos aguardan en la plataforma de observación el despegue del cohete ruso que transporta el instrumental científico de la misión, como explica el investigador, Oleg Korablev del "Instituto de Investigaciones Espaciales de Moscú", IKI: "Nuestros instrumentos van a verse sacudidos y eso no les va bien... Pero, esperamos que lleguen a su destino en perfecto estado." 

Los nervios del lanzamiento 
"Desde hace unos 40 minutos es como si tuviera un cosquilleo en el estómago, asegura Nicolas Thomas, Investigador del programa "CaSSIS, de la Universidad de Bern": Pienso en toda la gente que ha trabajado en este proyecto. Algunos están aquí, otros han vuelto a casa. Todos han realizado un esfuerzo enorme para conseguir que la nave esté en la plataforma. Y ahora, a 5 minutos del lanzamiento... Hay muchos nervios." 

El cohete despega sin contratiempos, entre la asistencia hay a la vez alivio y entusiasmo. "Francesca Ferri, investigadora de la Universidad de Padua", no puede retener su alegría: "¡Fantástico! ¡Vamos rumbo a Marte! ¡Es fantástico, realmente emocionante!" 

Aunque el cohete haya despegado de la Tierra sin problemas, queda aún hay mucha incertidumbre. Horas después, en el Centro de Control de la Misión en Moscú, los rostros están tensos de nuevo, pues ExoMars se prepara para una difícil maniobra en el espacio.

Fuente: ESA