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17 de abril de 2020

Detectan un Planeta del Tamaño de la Tierra en la Zona Habitable Revisando los Datos de Kepler

Una ilustración de Kepler-1649c orbitando alrededor de su estrella enana roja anfitriona. Este exoplaneta recién descubierto se encuentra en la zona habitable de su estrella y es el más cercano a la Tierra en tamaño y temperatura encontrado en los datos de Kepler.‎ ‎ 
Image Credit: NASA/Ames Research Center/Daniel Rutter

Un equipo de científicos transatlánticos, utilizando datos reanalizados del telescopio espacial Kepler de la NASA, descubrió un exoplaneta del tamaño de la Tierra que orbita en la zona habitable de su estrella, el área alrededor de una estrella donde un planeta rocoso podría albergar agua líquida.

Los científicos descubrieron este planeta, llamado Kepler-1649c, al examinar las antiguas observaciones de Kepler, que la agencia retiró en 2018. Mientras que las búsquedas anteriores con un algoritmo informático lo identificaron erróneamente, los investigadores que revisaron los datos de Kepler volvieron a mirar la firma y la reconocieron como un planeta. De todos los exoplanetas encontrados por Kepler, este mundo distante, ubicado a 300 años luz de la Tierra, es más similar al tamaño y la temperatura estimada de la Tierra.

Este mundo recientemente revelado es solo 1,06 veces más grande que nuestro propio planeta. Además, la cantidad de luz estelar que recibe de su estrella anfitriona es el 75% de la cantidad de luz que recibe la Tierra de nuestro Sol, lo que significa que la temperatura del exoplaneta también puede ser similar a la de nuestro planeta. Pero a diferencia de la Tierra, orbita una enana roja. Aunque no se ha observado ninguno en este sistema, este tipo de estrella es conocida por los brotes estelares que pueden hacer que el entorno de un planeta sea un desafío para cualquier vida potencial.

"Este mundo intrigante y distante nos da una esperanza aún mayor de que una segunda Tierra se encuentre entre las estrellas, esperando ser encontrada", dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA en Washington. "Los datos recopilados por misiones como Kepler y nuestro satélite TESS continuarán produciendo descubrimientos sorprendentes a medida que la comunidad científica refina sus habilidades para buscar planetas prometedores año tras año".


Una comparación de la Tierra y Kepler-1649c, un exoplaneta de solo 1,06 veces el radio de la Tierra. Image Credit: NASA/Ames Research Center/Daniel Rutter

Todavía hay mucho que se desconoce sobre Kepler-1649c, incluida su atmósfera, que podría afectar a la temperatura del planeta. Los cálculos actuales del tamaño del planeta tienen márgenes de error significativos, al igual que todos los valores en astronomía cuando se estudian objetos tan lejanos. Pero según lo que se sabe, Kepler-1649c es especialmente intrigante para los científicos que buscan mundos con condiciones potencialmente habitables.

Se estima que otros exoplanetas tienen un tamaño más cercano a la Tierra, como TRAPPIST-1f y, según algunos cálculos, Teegarden c. Otros pueden estar más cerca de la Tierra en temperatura, como TRAPPIST-1d y TOI 700d. Pero no hay otro exoplaneta que se considere más cercano a la Tierra en estos dos valores que también se encuentre en la zona habitable de su sistema.

"De todos los planetas mal etiquetados que hemos recuperado, este es particularmente emocionante, no solo porque está en la zona habitable y del tamaño de la Tierra, sino por cómo podría interactuar con este planeta vecino", dijo Andrew Vanderburg, investigador de Universidad de Texas en Austin y primer autor del artículo publicado hoy en The Astrophysical Journal Letters. "Si no hubiéramos examinado el trabajo del algoritmo a mano, nos lo habríamos perdido".

Kepler-1649c orbita su pequeña estrella enana roja tan de cerca que un año en Kepler-1649c equivale a solo 19,5 días terrestres. El sistema tiene otro planeta rocoso de aproximadamente el mismo tamaño, pero orbita la estrella a aproximadamente la mitad de la distancia de Kepler-1649c, similar a cómo Venus orbita nuestro Sol a aproximadamente la mitad de la distancia que la Tierra. Las estrellas enanas rojas se encuentran entre las más comunes en la galaxia, lo que significa que planetas como este podrían ser más comunes de lo que pensábamos anteriormente.

30 de abril de 2019

Descubren un tercer planeta en el sistema Kepler-47




Astrónomos han descubierto un tercer planeta en el sistema Kepler-47 después de analizar datos obtenidos por el Telescopio Espacial Kepler de la NASA. Kepler-47 es el único sistema planetario circumbinario múltiple que se conoce (se le llama planeta circumbinario a aquel que orbita dos estrellas al mismo tiempo).

Los tres planetas descubiertos hasta ahora en Kepler-47 fueron detectados a través del método de tránsito. Con dicho método los astrónomos pueden detectar planetas cuando estos pasan frente a su estrella anfitriona, provocando una disminución en su brillo. El planeta descubierto, denominado Kepler-47d, no fue detectado en un inicio debido a que las señales que provocan su tránsito son demasiado débiles, a pesar de que es un poco más grande que Neptuno.


Concepción artística del sistema Kepler-47. Crédito: NASA / JPL / T. Pyle
Es común que la alineación de los planos orbitales de los planetas circumbinarios cambien con el tiempo. En este caso, la órbita de Kepler-47d cambió a una posición donde las señales de su tránsito son más fuertes, razón por la cual los astrónomos pudieron detectarlo.


Impresión artística del sistema Kepler-47, con las dos estrellas en el centro, orbitadas por los planetas: Kepler-47b, Kepler-47c y Kepler-47d. Crédito: NASA

Los datos mostraron que Kepler-47d es el planeta más grande del sistema y es el que se encuentra más alejado de sus estrellas anfitrionas, con un periodo orbital de 303 días. Los otros dos planetas, Kepler-47b y Kepler-47c, tienen periodos orbitales de 49 y 187 días respectivamente.


Una animación muestra una representación artística del sistema del planeta circumbinario Kepler-47 y sus tres planetas, siendo el gran planeta medio el recién descubierto Kepler 47d.
Créditos: NASA / JPL ‑ Caltech / T. Pyle

El sistema binario Kepler-47 se encuentra a una distancia de 3.340 años luz de la Tierra, en la constelación de Cygnus. Una de las estrellas es similar al Sol y la otra tiene 1/3 de la masa de nuestra estrella (entre ellas completan una órbita cada 7,45 días). Todo el sistema es tan compacto que cabría dentro de la órbita de la Tierra.

Fuente: NASA

9 de marzo de 2018

La Tierra es un Faro Radiante a los Ojos de Kepler



Capturar imágenes de nuestro planeta natal desde la perspectiva de naves espaciales lejanas se ha convertido en una tradición en la NASA, desde que la Voyager, hace 28 años, mostró nuestro "punto azul pálido" en la inmensidad del espacio.

Pero la vista de la Tierra desde el Telescopio Espacial Kepler de la NASA es otra cosa.

Esta imagen de Kepler de la Tierra fue recientemente transmitida a casa. Captada el 10 de Diciembre de 2017, después de que la nave espacial ajustara su telescopio a un nuevo campo de visión, el reflejo de la Tierra al deslizarse era tan extraordinariamente brillante que creó una saturación similar a un sable en los sensores del instrumento, oscureciendo a la vecina Luna.

A más de 150 millones de kilómetros de distancia, la interpretación de Kepler de la Tierra como una linterna brillante en un oscuro mar de estrellas demuestra las capacidades de su fotómetro altamente sensible, que está diseñado para detectar los débiles descensos en el brillo de los planetas que atraviesan estrellas distantes. Algunas estrellas en esta imagen están a cientos de años luz de distancia.

La comunidad científica celebró el tránsito de la Tierra a través del campo de visión de Kepler utilizando #WaveAtKepler en las redes sociales. Como Kepler solo toma fotos en blanco y negro, algunas personas de la comunidad científica tomaron los datos y usaron el color para resaltar los detalles en las imágenes en escala de grises.

La misión ha conmemorado su noveno aniversario el 7 de marzo. Se han encontrado más de 2.500 planetas en los datos de Kepler hasta el momento, así como muchos otros descubrimientos sobre estrellas, supernovas y otros fenómenos astrofísicos. La misión se encuentra en su segunda fase operativa extendida y se sabe que tiene una vida útil limitada. Su éxito científico al descubrir planetas distantes ha allanado el camino para el Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS), que se lanzará el próximo 16 de Abril. TESS supervisará más de 200.000 de las estrellas más brillantes y más cercanas fuera de nuestro sistema solar para los planetas en tránsito.

15 de diciembre de 2017

La NASA descubre dos nuevos exoplanetas gracias a la inteligencia artificial

EFE NASA/JPL-CALTECH/R. HURT
  • El primero es un octavo planeta del sistema solar Kepler-90
  • Así, se convierte en el sistema solar conocido más parecido al de la Tierra
  • El segundo descubierto es otro planeta más del sistema Kepler-80
El descubrimiento, gracias a la inteligencia artificial, de un octavo planeta del sistema solar Kepler-90, ha permitido determinar que este es el más parecido al de la Tierra, tanto por número de planetas como por agruparse a una distancia similar a los que orbitan el Sol, ha informado la NASA.

El descubrimiento se ha llevado a cabo gracias a la tecnología de la NASA y su telescopio Kepler, junto a inteligencia artificial proporcionada en colaboración con Google.

Los responsables han sido los investigadores Christopher Shallue y Andrew Vanderburg, quienes entrenaron a un ordenador con inteligencia artificial para aprender cómo identificar exoplanetas en las lecturas de luz registradas por Kepler a través de un minúsculo cambio en el brillo capturado cuando un planeta pasaba o transitaba frente a una estrella.

Inspirada por la forma en que las neuronas se conectan en el cerebro humano, esta "red neuronal" artificial ha identificado a través de los datos de Kepler las señales de tránsito débiles de un octavo planeta que orbita alrededor de Kepler-90, en la constelación de Draco y a 2.545 años luz de la Tierra.

Cerca de un 30% más grande que la Tierra, el Kepler-90i, como se le ha llamado, es un planeta rocoso que orbita a su estrella una vez cada 14,4 días y está tan cerca de ella que su temperatura superficial promedio se cree que excede los 425 grados centígrados, similar a Mercurio. El planeta más externo del sistema es el denominado Kepler-90h, el cual orbita a una distancia de su estrella parecida a la que separa a la Tierra del Sol.

"El sistema de estrellas Kepler-90 es como una mini versión de nuestro Sistema Solar. Tienes planetas pequeños adentro y grandes planetas afuera, pero todo está agrupado mucho más cerca ", dijo Vanderburg, posdoctorado de la prestigiosa beca Sagan de la NASA y astrónomo de la Universidad de Texas en Austin.

Aplicación de una red neuronal
Shallue, un ingeniero de software que trabaja con el equipo de investigación de Google Artificial Intelligence, tuvo la idea de aplicar una red neuronal a los datos de Kepler. Se interesó en el descubrimiento de exoplanetas después de descubrir que la astronomía, al igual que otras ramas de la ciencia, se está inundando rápidamente de datos a medida que avanza la tecnología para la recolección de los mismos desde el espacio.

"En mi tiempo libre, comencé a buscar en Google 'encontrar exoplanetas con grandes conjuntos de datos' y descubrí la misión Kepler y el enorme conjunto de datos disponibles", señala Shallue.

Por su parte, el director de la División de Astrofísica de la NASA, Paul Hertz, se congratula del trabajo en colaboración con el gigante tecnológico. "Tal como esperábamos, hay descubrimientos emocionantes acechando en nuestros datos archivados de Kepler, esperando la herramienta o la tecnología adecuada para desenterrarlos", indica. "Este hallazgo muestra que nuestros datos serán un tesoro disponible para los investigadores innovadores en los próximos años", agrega.

Los datos recopilados por Kepler en cuatro años suman 35.000 posibles señales planetarias, de las cuales, las más débiles a menudo se pierden, por lo que Shallue y Vanderburg pensaron que podría haber descubrimientos de exoplanetas que se estaban pasando por alto.

"Obtuvimos muchos falsos positivos de planetas, pero también planetas potencialmente más reales", apunta Vanderburg. "Es como buscar entre las piedras para encontrar joyas. Si tienes un tamiz más fino, puede que encuentres más rocas, pero también puedes encontrar más piedras preciosas", agregó.

Un nuevo planeta en Kepler-80
Kepler-90i no fue el único hallazgo de esta combinación tecnológica de NASA y Google, ya que también descubrieron, en el sistema Kepler-80, un sexto planeta. Este, el Kepler-80g, del tamaño de la Tierra, y cuatro de sus planetas vecinos, forman lo que se llama una cadena resonante, donde los planetas se bloquean por su gravedad mutua en una danza orbital rítmica.

La NASA lanzó el telescopio Kepler en 2009 para encontrar otros mundos fuera del Sistema Solar, y desde entonces ha hallado más de 2.000 exoplanetas confirmados.

Fuentes: RTVE

2 de agosto de 2015

¿Por qué Kepler-452b es el planeta hallado más parecido a la Tierra?

El planeta Kepler-425b, recientemente identificado por la NASA, tiene un diámetro 60% mayor al de la Tierra. Foto: NASA/AFP

La misión Kepler de la NASA anunció el 23 de julio el hallazgo de un planeta similar a la Tierra en la zona habitable de una estrella similar al Sol y postuló 11 nuevos planetas candidatos, que también podrían estar en zona habitable de sus estrellas. 


La agencia espacial estadounidense señaló que Kepler-452b es el planeta más pequeño descubierto hasta la fecha orbitando en la zona habitable, es decir el área en la que la temperatura es apropiada para que el agua pueda estar en estado líquido sobre la superficie.

John Grunsfeld, administrador asociado del Directorio de Misiones Científicas de la NASA, celebró porque el resultado representa un paso más en la búsqueda de una Tierra 2.0. 

Kepler-452b tiene un diámetro 60% mayor al de la Tierra. Su composición y su masa aún no han sido determinados, pero investigaciones previas sugieren que planetas de ese tamaño tienen altas probabilidades de ser rocosos. 
El sistema Kepler-452 está a 1 400 años luz, en la constelación Cygnus, distancia que hoy es inalcanzable para el hombre. 

Por su tamaño, la órbita de Kepler-452b es solo 5% más prolongada que la de la Tierra. Un año en ese planeta sería de 385 días. 
Además, está solo 5% más lejos de su estrella, Kepler-452, que nuestro planeta del Sol. Esa estrella tiene 6 000 millones de años, solo 1 500 millones más vieja que el Sol, y tiene la misma temperatura, aunque es un 20% más brillante y tiene un diámetro 10% mayor.

 “Podemos ver a Kepler-452b como un primo más grande y un poco mayor, lo que nos da la oportunidad de entender y reflexionar sobre el entorno evolutivo de la Tierra”, añadió Jon Jenkins, líder de análisis de información del Centro de Investigación Ames de la NASA, y quien lideró el equipo que descubrió a Kepler-452b. 

Añadió que es impresionante considerar que este planeta ha pasado 6 000 millones de años en una zona habitable de una estrella, es decir más que la Tierra. 

Durante la rueda de prensa, el equipo Kepler hizo público el aumento en el número de nuevos candidatos a exoplanetas (agregó 521) frente a las observaciones realizadas desde mayo del 2009 hasta mayo del 2013. De esta forma, el total de candidatos a planetas detectados por la misión Kepler es de 4 696. 
Estos requieren de observaciones de seguimiento y análisis para verificar que son planetas reales. 

Según la NASA, 12 de esos nuevos candidatos tienen diámetros entre una y dos veces el de la Tierra y orbitan la zona habitable de sus estrellas. De estos, nueve orbitan estrellas similares en tamaño y temperatura que nuestro Sol. 

Fuentes: El Comercio

15 de febrero de 2015

Descubren un raro planeta «desafiante» con veranos de 1.000ºC


SABINE REFFERT
Ilustración de la órbita de Kepler-432b (interior, de color rojo) en comparación con la órbita de Mercurio alrededor del Sol (exterior, naranja). El punto rojo en el centro indica la posición de la estrella alrededor de la cual el planeta está orbitando. El tamaño de la estrella se muestra a escala, mientras que el tamaño del planeta se ha magnificado diez veces con fines ilustrativos

El masivo Kepler-432b tiene estaciones extremas y un destino fatal escrito en las estrellas

Quizás deje de echar de menos el soleado verano en este crudo invierno del hemisferio norte terrestre si le proponen un destino vacacional como el que ahora va a conocer. Se trata de un nuevo planeta, Kepler-432b, descubierto más allá del Sistema Solar por investigadores del Centro de Astronomía de la Universidad de Heidleberg (ZAH) y el Instituto Max Planck de Astronomía (MPIA) en la misma ciudad. Si pudiera llegar hasta allí, cosa imposible por ahora, se encontraría con un mundo muy raro, uno de los más densos y masivos que se conocen hasta el momento. Tiene aproximadamente el mismo tamaño de Júpiter, pero seis veces su masa. La forma y el tamaño de su órbita también son inusuales: se aleja y se acerca de forma extrema con respecto a su estrella, una gigante roja que, fatalmente, se lo tragará en menos de 200 millones de años. Durante su año, que dura 52 días terrestres, las temperaturas pasan de los 500ºC del invierno a los 1.000ºC del verano.

«La mayoría de los planetas conocidos en movimiento alrededor de estrellas gigantes tienen órbitas grandes y circulares. Con su órbita pequeña y muy alargada, Kepler-432b es un verdadero 'inconformista' entre los planetas de este tipo», dice Davide Gandolfi, del observatorio estatal Königstuhl, que forma parte del Centro de Astronomía, y uno de los descubridores del planeta. La estrella en torno a la cual orbita Kepler-432b ya ha agotado el combustible nuclear en su núcleo y se está ampliando progresivamente. Su radio ya es cuatro veces el de nuestro Sol y será aún mayor en el futuro.

La órbita trae a Kepler-432b increíblemente cerca de su estrella en algunos momentos y mucho más lejos en otros, creando así enormes diferencias de temperatura a lo largo del año del exoplaneta, lo que corresponde a 52 días terrestres. «Durante la temporada de invierno, la temperatura en Kepler-432b es de aproximadamente 500ºC. En la corta temporada de verano, puede aumentar a casi 1.000ºC», afirma Sabine Reffert, también del observatorio Königstuhl.

Desde Andalucía y Canarias

Kepler-432b fue identificado previamente como candidato a planeta por la misión Kepler de la NASA. Desde el punto de vista de la Tierra, el planeta pasa por delante de su estrella, oscureciendo periódicamente la luz estelar y delatando su existencia. Después, los investigadores alemanes utilizaron el telescopio de 2,2 metros en el Observatorio de Calar Alto, en Andalucía, y el Telescopio Óptico Nórdico, en La Palma, para recoger nuevos datos. De este modo, pudieron adquirir las mediciones de alta precisión necesarias para determinar la masa del planeta.

Sin embargo, «los días de Kepler-432b están contados», añade Mauricio Ortiz, estudiante de doctorado en la Universidad de Heidelberg, quien dirigió uno de los dos estudios del planeta. «En menos de 200 millones de años, Kepler-432b será tragado por su estrella anfitriona en continua expansión. Esta podría ser la razón por la cual no encontramos otros planetas como Kepler-432b, astronómicamente hablando, ya que sus vidas son extremadamente cortas».


Fuentes: ABC.es

20 de octubre de 2014

tecnología ImprimirUn cometa 'roza' Marte en una gran oportunidad para el estudio de estos cuerpos celestes

Imágenes captadas por el telescopio espacial Hubble antes y después de ser tratadas del cometa Siding Spring a su paso junto a Marte. 
NASA, ESA, and J.-Y. Li (Planetary Science Institute)
  • El cometa Siding Spring ha pasado a apenas 139.000 kilómetros de Marte
  • Es el primer cometa que llega desde más allá del Sistema Solar
  • Los científicos ven una oportunidad única para el estudio de los cometas
Un cometa proviniente de fuera del sistema solar ha realizado una extraña y cercana pasada junto al planeta rojo. C/2013 A1, más conocido como Siding Spring, ha pasado a apenas 139.000 kilómetros de Marte, una distancia que es inferior a la mitad de la que separa la Tierra y la Luna y una décima parte menos de lo que cualquier cometa se ha acercado a nuestro planeta, según explica la NASA.



Se cree que el cometa, bautizado por el observatorio de Australia que lo descubrió hace un año, es el primer visitante en el Sistema Solar procedente de la Nube de Oort, localizada más allá de la órbita de Neptuno.

Las tres operaciones orbitales de la NASA, así como sus dos vehículos sobre el terreno y las misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la India han podido monitorizar esta aproximación que ha envuelto marte en una nove de polvo de comenta.

Gráfico que ilustra la trayectoria del cometa C/2013 A1. NASA

Cruzando la "línea de agua-hielo"

"El cometa sigue su camino hacia el sol dejando a su paso una estela", ha explicado el astrónomo David Grinspoon del Instituto de Ciencia Planetaria de Tucson, en Arizona, para cruzar los que los científicos definen como "la línea de agua-hielo".

"Noo ha habido nunca un cometa tan cerca del sol" por lo que "a partir de ahora podría empezar a perder su carga de agua", ha explicado la astrofísica Carey Lisse, de la Universidad Johns Hopkins de Maryland.

Inicialmente, la NASA y la ESA temieron por la seguridad de sus misiones. La agencia estadounidense ha optado por retocar la órbita de sus satélites para que estuviesen protegidos por el propio planeta durante la parte más complicada del vuelo.

Imagen conceptual que muestra la posición que han adoptado los satélites de la NASA al paso del cometa Siding Springs. NASA/JPL-Caltech




Por contra, la ESA ha decidido que el Mars Express trabajase con normalidad en lo que la agencia ha definido como una oportunidad incalculable para la ciencia de observar de cerca este enigmático cometa y cómo afecta su paso a la atmósfera de Marte.

Además, la agencia ha anunciado que ha aprovechado la ocasión para tomar imágenes de alta resolución del cometa y su estructura que "permitirán una comparación en profundidad en el estudio de los meteoros", ha explicado el científico de la misión europea Håkan Svedhem.




















Cometa C/2013 A1 es su maxima aproximacion a Marte

Cometa C/2013 A1
Este cometa rozará la atmosfera Marciana este domingo. Aunque esta muy bajo sobre el horizonte al atardecer (unos 15 grados de altura)

Fuentes: Rtve.es

19 de octubre de 2014

El paso del cometa Siding Spring por Marte

Esquema con fecha de 10 de julio de 2014 del paso del cometa Siding Spring cerca de Marte. Nótese que la mínima distancia de aproximación está estimada en el momento de escribir esta entrada en 140.225±526 km. Crédito: NASA/JPL-Caltech.

Este domingo 19 de octubre, el cometa Siding Spring pasará a solo 140.225 km de Marte. La oportunidad científica de este suceso es de gran trascendencia ya que su paso permitirá estudiar un cometa procedente de la Nube de Oort así como sus efectos en la atmósfera de Marte. Diversas misiones, incluidas las que a día de hoy se encuentran en Marte, se preparan para seguir el acontecimiento.

El cometa C/2013 A1, conocido como Siding Spring, pasará a 140.225±526 km de la superficie de Marte, a unos 56 km/s (201.600 km/h), este domingo 19 de octubre a las 18:29 UTC. Una distancia de unos 140.000 km puede parecer grande pero viene a ser poco más de un tercio de la distancia que separa a la Tierra de la Luna y menos de la décima parte de la distancia a la Tierra a la que se haya registrado el paso de cualquier cometa. La oportunidad científica para estudiar este suceso no tiene precedentes debido a la procedencia e historia orbital del cometa, y debido a la oportunidad que representa poder estudiar la interacción de su atmósfera (su coma) con la atmósfera de Marte.

C/2013 A1 fue descubierto en enero de 2013 por el astrónomo Robert McNaught desde el Observatorio de Siding Spring, en Australia, razón por la que el cometa es comúnmente conocido simplemente como Siding Spring. Se trata de un cometa con un núcleo de entre 0,8 y 8 km, con una coma y una cola que se extienden unos 160.000 km y 480.000 km, respectivamente (como referencia, la distancia de la Tierra a la Luna es de 384.000 km). Se piensa que Siding Spring se originó entre las órbitas de Júpiter y Neptuno durante el proceso de formación del sistema solar, hace 4.600 millones de años, –con lo que se trata de un cuerpo más antiguo que la Tierra–, y que fue expulsado pocos millones de años después, pasando a formar parte de la Nube de Oort, una nube esférica compuesta principalmente por planetesimales helados que envuelve al sistema solar a una distancia de entre 5.000 y 100.000 UA (UA, Unidad Astronómica, es la distancia media de la Tierra al Sol, unos 150.000.000 km).

Imagen de Siding Spring tomada por el Telescopio Espacial Hubble en marzo de este año. Crédito: NASA, ESA, J.-Y. Li (Instituto de Ciencia Planetaria).

Con un período orbital del orden de millones de años, se sabe que Siding Spring nunca antes se había internado en la región del sistema solar por debajo de lo que se conoce como la línea de hielo (o línea de congelación). Esta línea está definida por la distancia al Sol más allá de la cual se da una temperatura lo suficientemente baja como para que distintos compuestos del hidrógeno como el agua, metano, amoníaco, etc. puedan condensarse formando distintos tipos de hielos. La posición de la línea de congelación se encuentra entre las órbitas de Marte y de Júpiter, y viene a reflejar la línea divisoria entre los planetas rocosos (de Mercurio a Marte) y los planetas jovianos (de Júpiter a Neptuno). Es por esta razón que el paso de Siding Spring por Marte resulta ser tan sumamente interesante ya que su paso por primera vez por la región interior del sistema solar, interior a la línea de hielo, implica que el cometa pase a sentir el suficiente calor solar (heat-treated) como para que sus compuestos volátiles helados, y preservados desde la formación del sistema solar, pasen a sublimarse y a escapar del cometa, ofreciéndonos así la oportunidad de estudiarlos por primera vez. Pero aquí no se acaba todo; además, la coma del cometa interactuará también con la atmósfera de Marte, lo que posibilitará el estudio y una mejor caracterización de las propiedades de las capas altas de la atmósfera marciana a través del análisis de los cambios en la distribución de partículas (cargadas y neutras), de cambios en la temperatura, etc.

Son muchas las misiones y observatorios que han seguido la evolución del cometa y que podrán observar y analizar su paso cercano al planeta rojo. Algunos de ellos lo harán desde lejos de Marte, como el telescopio de infrarrojos de la NASA en el Observatorio Mauna Kea, en Hawái, o misiones como el Telescopio Espacial Hubble, Kepler, Swift, STEREO, SOHO, etc. Pero algunas de las imágenes y datos científicos más relevantes procederán de las misiones que orbitan alrededor de Marte y de los vehículos exploradores que circulan por su superficie en la actualidad.

Lista de recursos que están siendo utilizados para observar el cometa Siding Spring y su paso por Marte. Crédito: NASA.

Observaciones planeadas para cada instrumento a bordo de los orbitadores y vehículos en Marte. Crédito: NASA/JPL-Caltech.

En su día se habló de la posibilidad de cierto riesgo para el segmento de misiones ubicadas en Marte. Este riesgo no radica en un posible impacto del núcleo del cometa con alguna de ellas sino en la posibilidad de recibir impactos de las partículas de polvo que se desprenden del cometa. El año pasado, distintos estudios apuntaban a que durante el período de máxima aproximación el número de partículas relativamente grandes (mayores de 0,5 mm) que podrían impactar en las naves orbitadoras podría ser de una por metro cuadrado. El cometa Siding Spring viaja en una órbita retrógrada con respecto a la de Marte, con lo que su velocidad relativa al planeta rojo durante la máxima aproximación será de 56 km/s (201.600 km/h). Una partícula de un tamaño de medio milímetro viajando a 56 km/s posee una enorme energía cinética y su impacto en una nave espacial puede producir un gran daño, por lo que se juzgó en su día que podría ser apropiado tomar ciertas precauciones.

Para ofrecer cierta protección a las sondas que orbitan Marte en la actualidad, se pueden realizar dos tipos de maniobras: de cambio de orientación o de cambio de órbita. Las naves pueden cambiar su orientación para ofrecer la menor superficie posible en la dirección esperada del flujo de partículas o para apuntar en esa dirección algún elemento de su estructura que pudiera ofrecer cierta protección a modo de escudo, o pueden ejecutar alguna maniobra orbital de cara a estar posicionadas por detrás de Marte durante los momentos de mayor riesgo: cuando Marte se encuentre a la menor distancia de la cola de polvo del cometa.

En el caso de Mars Express (MEX), de la Agencia Espacial Europea (ESA), la menor superficie que puede ofrecer es de 3 metros cuadrados. Esto significa que si las estimaciones del año pasado fueran acertadas (un impacto por metro cuadrado) se podría esperar que MEX recibiera tres impactos, lo que podría arruinar varias de sus funciones o incluso acabar con la misión en el peor de los casos. Sin embargo, a mediados de este verano se dieron a conocer estimaciones más refinadas para el flujo de partículas esperado, que consistían en 0.000001 partículas por metro cuadrado. Para el caso de MEX, este flujo resulta aproximadamente en una probabilidad de impacto de 1 en 300.000. La razón de un cambio tan grande en la estimación del flujo de partículas tiene que ver con el hecho de que ahora se sabe que la nube de polvo del cometa tan solo rozará Marte, con lo que todo apunta a que el riesgo de daños por impacto con partículas de polvo es apenas inexistente.

Ante esta información, la ESA ha decidido no modificar la órbita de MEX, aunque sí consideró la opción de contingencia consistente en apuntar su antena de alta ganancia en la dirección esperada del flujo de partículas y utilizarla así a modo de escudo; sin embargo, finalmente, la ESA también ha decidido no ejecutar esta maniobra. A pesar de los nuevos datos sobre el flujo de partículas, la NASA, sin embargo, sí decidió tomar medidas de protección consistentes en alterar la órbita de sus sondas para estar por detrás de Marte cuando éste se encuentre a la menor distancia de la cola de polvo, momento que se producirá unos 100 minutos después del de máxima aproximación con el núcleo del cometa. En ese momento, las naves de la NASA que orbitan Marte estarán situadas en el lado opuesto del planeta para que éste actúe de escudo, pero efectuarán observaciones tanto antes como después de esta ocultación, que durará entre 30 y 40 minutos.

Las sondas orbitadoras de la NASA y de la India en Marte estarán escudadas por el planeta durante el momento de máxima aproximación a la cola de polvo del cometa Siding Spring. Crédito: NASA/JPL-Caltech.

Las maniobras orbitales para cambiar la fase orbital o para cambiar el período orbital de cara a lograr esa posición de resguardo tras Marte en el momento previsto se han venido llevando a cabo en los últimos meses. La Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) realizó dos maniobras de ajuste orbital (OTM – Orbit Trim Maneuver) el 2 de julio y el 25 de septiembre, respectivamente, la nave Mars Odyssey ejecutó una de estas maniobras el 5 de agosto, mientras que la Mars Atmosphere and Volatile Evolution (MAVEN), recién llegada a Marte hace unas semanas, ha insertado una maniobra de reducción de período (PRM – Period Reduction Maneuver) dentro de su transición en curso a su órbita científica operativa. La Organización de Investigación Espacial India (ISRO) también decidió adoptar una estrategia similar a la de la NASA y, recientemente, su orbitador en Marte, la Mars Orbiter Mission (MOM), también ejecutó una pequeña maniobra orbital para posicionarse por detrás de Marte durante los momentos de mayor riesgo.

En cuanto a los vehículos exploradores Opportunity y Curiosity, el cometa se encontrará en su mayor aproximación cuando sea de día para ambos (pronto en la mañana y en el atardecer, respectivamente) de tal forma que sus mejores momentos de visibilidad se darán varias horas antes y pocas horas después de la máxima aproximación, respectivamente, cuando sea de noche para ambos vehículos. Aunque la atmósfera de Marte es unas 100 veces menos densa que la de la Tierra, se considera que ésta ofrecerá protección suficiente para ellos. Como nota anecdótica, de ir todo bien, uno de estos vehículos tendrá el honor de tomar la primera fotografía de un cometa desde otro planeta. Estamos ahora en temporada de tormentas de polvo en Marte así que esperemos que no se dé ninguna al paso del cometa para no reducir la visibilidad.

Al paso del cometa, es posible que haya un aumento en el número de meteoritos con respecto a los que normalmente se dan en Marte, lo que también propicia oportunidades de investigación interesantes ya que el paso de estos meteoritos por la atmósfera causa cambios locales de temperatura y alteraciones temporales de la química de las capas altas de la atmósfera. En cualquier caso, de existir un aumento en el número de meteoritos, se espera que éste sea leve. El paso del cometa también podría generar auroras en Marte debidas a la interacción de las atmósferas de los dos cuerpos. De producirse auroras, éstas podrán ser observadas por MAVEN y por el Telescopio Espacial Hubble. De darse, estas auroras se producirían en regiones dispersas de Marte donde se dan áreas que poseen campos magnéticos en la corteza de este planeta, los cuales son remanentes de muy baja intensidad de un campo magnético que se piensa que existió en el pasado en Marte, creado por una dinamo interna que se extinguió en algún momento.

Composición artística representando auroras que podrían darse al paso del cometa Siding Spring. Crédito: NASA Science.

El paso de Siding Spring cerca de Marte ofrece una oportunidad única de investigación. En este sentido, la situación es muy afortunada ya que no ha sido necesario diseñar, construir y lanzar una sonda específica para el estudio de un cometa con tan singulares características como las que posee Siding Spring (cosa que no habría dado tiempo a hacer desde su descubrimiento en cualquier caso) sino que es el cometa el que se acerca a un mundo como Marte, el cual ya cuenta con toda una flotilla de sondas y vehículos exploradores dispuestos a estudiarlo. Las estaciones de Goldstone en California y de Robledo de Chavela en Madrid, ambas pertenecientes a la Red de Espacio Profundo de la NASA, tendrán todas sus antenas dedicadas a las misiones que seguirán el acontecimiento. Los resultados científicos, al igual que muchas de las imágenes, prometen ser de enorme interés.


9 de julio de 2014

Kepler 10c, La primera "Mega Tierra"

El descubrimiento de este nuevo mundo 17 veces mayor que la Tierra ha causado sorpresa entre los astrónomos



El descubrimiento de Kepler 10c ha derribado un nuevo mito gracias a su tamaño y composición. Con una masa equivalente a la de 17 tierras, por lo que se sabe hasta hoy, nunca debería haberse formado como un ente sólido y rocoso, sino como un gigante gaseoso similar aJúpiter o Neptuno.

En el videoblog sobre estas líneas, José Manuel Nieves explica la posible formación de este planeta que se incluye en la categoría de las «megatierras».



Fuentes: ABC.es

4 de junio de 2014

Dos planetas sentenciados a la misma muerte

CFA
Kepler- 56b, consumido por su estrella anfitriona

Astrónomos predicen por primera vez que un par de mundos lejanos están a punto de convertirse en una merienda de proporciones cósmicas: serán devorados por su propia estrella

Dos mundos que orbitan alrededor de una estrella distante están a punto de convertirse en una merienda de proporciones cósmicas. Astrónomos del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA) han vaticinado que los planetas Kepler-56b y Kepler-56c serán tragados por su estrella dentro de 130 millones y 155 millones de años, respectivamente. Puede parecer que queda mucho tiempo para que se cumpla tan cruel sentencia, pero es poco en términos astronómicos.

«Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que se predice la muerte de dos exoplanetas que forman parte de un solo sistema», dice el autor principal del estudio, Gongjie Li, que ha presentado sus resultados en la reunión anual de la Sociedad Astronómica Americana (AAS).

Por mucho que nos parezca apocalíptico, el sistema Kepler-56 ofrece una visión muy realista del futuro de nuestro Sistema Solar, aunque sucederá mucho más tarde. En unos 5.000 millones años, nuestro Sol se convertirá en una estrella gigante roja, hinchándose hasta alcanzar inmensas proporciones y engullendo como si se tratara de un canapé a Mercurio y Venus.

Es lo que está ocurriéndole ahora mismo a la estrella Kepler-56. Se está transformando en una gigante roja y ya se ha disparado hasta tener cuatro veces el tamaño del Sol. A medida que envejece, continuará expandiéndose hacia el exterior. La estrella no solo se volverá más grande, sino que sus mareas se harán más fuertes, arrastrando a los planetas hacia el interior para su destrucción.

Kepler-56b orbita su estrella anfitriona una vez cada 10,5 días, mientras que 56c lo hace cada 21,4. Ambos están mucho más cerca de su estrella de lo que Mercurio lo está del Sol. Como resultado, su destino llegará mucho más rápido.
Atmósferas en ebullición

Li y su equipo calcularon la evolución tanto del tamaño de la estrella como de las órbitas de los planetas para predecir cuándo serán destruidos. Incluso antes de que desaparezcan, los dos planetas estarán sometidos a un calentamiento inmenso de la cada vez más gigantesca estrella. Sus atmósferas comenzarán a hervir y adquirirán forma de huevo por la marea estelar.

El único sobreviviente en el sistema será Kepler-56d, un planeta gigante gaseoso que circula en una órbita de 3,3 años de la Tierra. Desde su distancia segura podrá observar cómo sus dos mundos hermanos desaparecen.

El sistema planetario Kepler-56 también es notable por ser el primer sistema multiplaneta «inclinado» en ser descubierto. Las órbitas de los dos planetas interiores se inclinan de manera significativa desde el ecuador de la estrella. Esto resultó algo inesperado, ya que los planetas se formaton a partir del mismo disco de gas y polvo de la estrella, por lo que deberían orbitar casi en el mismo plano que el ecuador de la estrella (como lo hacen los planetas de nuestro Sistema Solar).

Los científicos fueron capaces de constreñir mejor la inclinación de estos planetas, en comparación con trabajos anteriores, y encontraron que la inclinación más probable era de 37 o 131 grados.


Fuentes: ABC.es

Kepler 10c, descubierta la primera «mega tierra»

DAVID A. AGUILAR (CFA)
Kepler 10c, descubierta la primera "mega tierra"

Se trata de un mundo sólido y rocoso, pero con una masa equivalente a la de 17 tierras, algo nunca visto hasta ahora y que, además, parecía imposible

Ante la sorpresa de los cientos de astrónomos que asisten estos días al encuentro anual de la Sociedad Astronómica Americana (AAS), un equipo de investigadores del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica (CfA) ha anunciado el descubrimiento de un nuevo tipo de planeta. Se trata de un mundo sólido y rocoso, pero con una masa equivalente a la de 17 tierras, algo nunca visto hasta ahora y que, además, parecía imposible.

Y es que, por lo que sabemos hasta el momento, un planeta así no debería haberse formado nunca, ya que algo tan enorme habría tenido que atraer grandes cantidades de hidrógeno y convertirse, como es lo habitual, en un gigante gaseoso similar a Júpiter. Pero nunca en un planeta rocoso como el nuestro. Kepler 10c, sin embargo está ahí. Es sólido y mucho mayor que cualquiera de las "super tierras" descubiertas hasta ahora. Tanto, que ha dado lugar a una nueva categoría: las"mega tierras".

"Nos quedámos atónitos cuando nos dimos cuenta de lo que habíamos encontrado -afirma Xavier Dumusque, autor del hallazgo y director del estudio-. ¡¡¡Es el Godzilla de las Tierras!!! Aunque, a diferencia del monstruo del cine, Kepler 10c tiene implicaciones positivas para la vida".

El nuevo planeta orbita una estrella muy parecida al Sol una vez cada 45 días, es decir, extraordinariamente rápido para un mundo de su masa. Se encuentra a unos 560 años luz de distancia, en la constelación de Draco, y forma parte de un sistema al que también pertenece un mundo de lava con tres masas terrestres (Kepler 10b), que completa una órbita en apenas 20 horas.

Como su propio nombre indica, Kepler 10c fue visto por primera vez por los instrumentos de la sonda Kepler, una nave especialmente diseñada para la búsqueda de exoplanetas y que ya ha localizado casi 3.000 mundos fuera de nuestro Sistena Solar.

Para detectar planetas, Kepler utiliza el método del tránsito, que consiste en medir las ligeras variaciones del brillo de las estrellas cuando un planeta pasa delante de ellas. Midiendo ese pequeño oscurecimiento, los astrónomos pueden calcular el tamaño del planeta que lo ha causado, y también su diámetro, aunque no pueden saber si se trata de un mundo sólido o gaseoso.

Se sabía, pues, que Kepler 10c tiene un diámetro de casi 30.000 km (2,3 veces el de la Tierra), lo cual le colocaba en una categoría de mundos llamada "mini neptunos", dotados de gruesas envolturas gaseosas.

Para conocer su masa, el rquipo capitaneado por Dumusque decidió utilizar el instrumento HARPS-North del Telescopio Nazionale Galileo, en las islas Canarias. Y hallaron que pesaba 17 veces más que la Tierra, es decir, mucho más de lo que se esperaba. Lo cual era una demostración clara de que Kepler 10c era mucho más denso que un mundo gaseoso, y que estaba compuesto de rocas y otros materiales sólidos.

"Kepler 10c no ha ido perdiendo su atmósfera a lo largo del tiempo. De hecho, es lo suficientemente masivo como para retener la suya, si es que alguna vez llegó a tenerla -explica Dumusque-. Debió de formarse tal y como lo vemos ahora".

Las teorías vigentes sobre la formación de planetas se enfrentan ahora a la dificultad de explicar cómo es posible que un mundo rocoso tan grande haya conseguido formarse. Y lo que es más, nuevas observaciones apuntan a que no está solo.

Durante la misma reunión de la AAS, en efecto, otro astrónomo, Lars A. Buchhave, afirmó haber hallado una correlación entre el período de un planeta (el tiempo que tarda en completar una órbita alrededor de su estrella) y el tamaño a partir del cual ese planeta comienza su transición de sólido a gaseoso. Lo cual sugiere que a partir de ahora, si los astrónomos extienden sus búsquedas, podrían empezar a aparecer muchas más "mega tierras".

El hallazgo de que Kepler 10c es una mega tierra tiene también profundas implicaciones en nuestro conocimiento de la historia del Universo y en las posibilidades de que surja la vida. De hecho, el sistema al que pertenece Kepler 10c (llamado Kepler 10), tiene unos 11.000 millones de años de antigüedad, lo cual significa que se formó menos de 3.000 millones de años después del Big Bang.

El Universo primitivo sólo contenía hidrógeno y helio. Los elementos pesados que se necesitan para formar planetas rocosos, como el silicio o el hierro, no existían al principio, y tuvieron que ser creados en los hornos de fusión de las primeras generaciones de estrellas. Cuando esas estrellas explotaron, diseminaron esos ingredientes esenciales a través del espacio, de forma que (como sucede con nuestro Sol) se incorporaron a las nuevas generaciones de estrellas y permitieron la formación de planetas.

Pero este proceso necesita muchos miles de millones de años para completarse. Y Kepler 10c demuestra que el Universo ya era capaz de formar mundos rocosos incluso en un tiempo en que los materiales pesados resultaban muy escasos.

La mera existencia de Kepler 10c, pues, nos dice que planetas rocosos como la Tierra pudieron formarse mucho antes de lo que pensábamos. Y si puedes fabricar rocas, también puedes fabricar vida.

La investigación implica que, a partir de ahora, los astrónomos no deberían descartar las estrellas más viejas, como sucede ahora, cuando buscan exoplanetas similares a la Tierra. Si las estrellas más antiguas también pueden tener planetas sólidos, entonces las posibilidades de encontrar mundos habitables cerca de nosotros acaban de dispararse.


Fuentes: ABC.es