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19 de abril de 2018

Descubren una estrella de neutrones oculta en una nube de gas

Nuevas imágenes del VLT (Very Large Telescope) de ESO, en Chile, y de otros telescopios, revelan un rico paisaje de estrellas y nubes brillantes de gas en una de nuestras galaxias vecinas más cercana, la Pequeña Nube de Magallanes. Las imágenes han permitido a los astrónomos identificar un esquivo cadáver estelar enterrado entre filamentos de gas, fruto de una explosión de supernova de hace 2.000 años. Se utilizó el instrumento MUSE para establecer dónde se esconde este escurridizo objeto, y los datos del Observatorio de rayos X Chandra confirmaron su identidad: es una estrella de neutrones solitaria.

Esta espectacular imagen, creada a partir de fotografías de telescopios tanto terrestres como espaciales, cuenta la historia de la persecución de un escurridizo objeto, difícil de encontrar, y oculto en medio de una compleja maraña de filamentos gaseosos en la Pequeña Nube de Magallanes, a unos 200.000 años luz de la Tierra.

Nuevos datos del instrumento MUSE, instalado en el VLT (Very Large Telescope) de ESO, en Chile, han revelado la existencia de un destacado anillo de gas en un sistema llamado 1E 0102.2-7219. Este anillo se expande lentamente en las profundidades de numerosos filamentos de gas y polvo, que se mueven a gran velocidad, y que son los restos de una explosión de supernova. Este descubrimiento ha permitido que un equipo, dirigido por Frédéric Vogt (miembro del programa “Fellow” de ESO en Chile), haya localizado, por primera vez, una estrella de neutrones aislada con bajo campo magnético y situada más allá de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea.

El equipo detectó que el anillo estaba centrado en una fuente de rayos X que había sido observada años antes y designada como p1. La naturaleza de esta fuente había seguido siendo un misterio. En particular, no estaba claro si p1 estaba realmente dentro del remanente o detrás de él. Finalmente, cuando MUSE observó el anillo de gas —que incluye neón y oxígeno— el equipo científico distinguió perfectamente que p1 estaba rodeada por un círculo. La coincidencia era demasiado grande, y se dieron cuenta de que p1 debía encontrarse en el interior del propio remanente de supernova. Una vez conocida la ubicación de p1, el equipo utilizó observaciones de este objeto en rayos X realizadas por el Observatorio Chandra de rayos X para determinar que se trataba de una estrella de neutrones aislada con un campo magnético bajo.

En palabras de Frédéric Vogt: “Si estás buscado una fuente puntual, lo mejor que te puede pasar es que el universo, literalmente, dibuje un círculo alrededor de él para mostrarte dónde has de buscar”.

Cuando las estrellas masivas explotan como supernovas, dejan atrás una red cuajada de gas caliente y polvo, conocida como remanente de supernova. Estas turbulentas estructuras son clave para la redistribución de los elementos más pesados —fabricados por las estrellas masivas a medida que viven y mueren— en el medio interestelar, donde, con el tiempo, acabarán formando nuevas estrellas y planetas.

Las estrellas de neutrones aisladas con bajos campos magnéticos normalmente apenas tienen unos diez kilómetros de tamaño, pero pesan más que nuestro Sol y se cree que son abundantes a través del universo, aunque son muy difíciles de encontrar porque sólo brillan en longitudes de onda de rayos X [2]. El hecho de observaciones ópticas hayan permitido confirmar que p1 es una estrella de neutrones aislada resulta particularmente emocionante.

La coautora Liz Bartlett (también miembro del programa “Fellow” de ESO en Chile), resume este descubrimiento: “Este es el primer objeto de su clase confirmado más allá de la Vía Láctea, y ha sido utilizando MUSE como herramienta de guía. Creemos que esto podría abrir nuevos cauces de descubrimiento y estudio de estos escurridizos restos estelares”.

Fuente: http://www.eso.org/public/

23 de junio de 2017

Una tormentosa incubadora estelar

A stormy stellar nursery

Esta fotografía tomada por el telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA muestra una vorágine de gas brillante y polvo oscuro en una de las galaxias satélite de la Vía Láctea, la Gran Nube de Magallanes.

Esta tormentosa imagen muestra la incubadora estelar N159, que mide unos 150 años luz. Se conoce como la región H II, debido su abundancia de hidrógeno ionizado. En efecto, contiene numerosas estrellas jóvenes y calientes que emiten una intensa luz ultravioleta, que hace que brille el gas de hidrógeno cercano. Los intensos vientos estelares también forman crestas, arcos y filamentos que horadan el material circundante.

En el corazón de esta nube cósmica se encuentra la Nebulosa de la Mariposa, una región de nebulosidad en forma de alas de mariposa que domina la parte izquierda de la imagen. Es probable que esta nebulosa compacta contenga estrellas masivas en las primeras fases de formación. La nebulosa fue registrada por primera vez por Hubble en 1999.

N159 se encuentra a más de 160.000 años luz de distancia. Se encuentra al sur de la Nebulosa de la Tarántula, otro enorme complejo de formación de estrellas dentro de la Gran Nube de Magallanes.

Esta fotografía fue publicada por primera vez como imagen de la semana de Hubble el 5 de septiembre de 2016.

Fuentes: ESA

6 de mayo de 2017

Observando a través de una capa de polvo de la Pequeña Nube de Magallanes



La Pequeña Nube de Magallanes es un llamativo objeto del cielo del sur que puede verse incluso a simple vista. Pero los telescopios de luz visible no pueden obtener una visión clara de lo que hay en la galaxia debido a las nubes de polvo interestelar que lo impiden. Las capacidades infrarrojas de VISTA han permitido a los astrónomos ver con más claridad que nunca la miríada de estrellas que hay en esta galaxia vecina. El resultado es esta imagen sin precedentes (la imagen infrarroja más grande jamás obtenida de la Pequeña Nube de Magallanes) totalmente inundada con millones de estrellas.

La Pequeña Nube de Magallanes (SMC por sus siglas en inglés) es una galaxia enana, más pequeña que su gemela, la Gran Nube de Magallanes (LMC). Son dos de nuestras galaxias vecinas más cercanas: SMC se encuentra a unos 200.000 años luz de distancia, tan sólo una doceava parte de la distancia a la conocida galaxia de Andrómeda. Como resultado de las interacciones entre ellas y con la propia Vía Láctea, ambas tienen una forma bastante peculiar.

Su relativa proximidad a la Tierra hace de las Nubes de Magallanes las candidatas ideales para estudiar cómo se forman y evolucionan las estrellas. Sin embargo, mientras que ya se sabía que la distribución y la historia de la formación de estrellas en estas galaxias enanas era bastante compleja, uno de los mayores obstáculos para la obtención de observaciones claras de esa formación estelar ha sido el polvo interestelar. Enormes nubes de estos diminutos granos dispersan y absorben la radiación emitida por las estrellas —especialmente en el rango visible—, limitando lo que puede ser visto por los telescopios desde la Tierra. Esto se conoce como extinción (producida por el polvo).

SMC está llena de polvo, y la luz visible emitida por sus estrellas sufre una extinción significativa. Afortunadamente, no toda la radiación electromagnética se ve igualmente afectada por el polvo. La radiación infrarroja pasa a través del polvo interestelar mucho más fácilmente que la luz visible, por lo que observando la luz infrarroja de una galaxia podemos aprender acerca de las nuevas estrellas que se forman dentro de las nubes de polvo y gas.

VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope, telescopio de sondeo en el visible y el infrarrojo) fue diseñado para obtener imágenes de la radiación infrarroja. El sondeo VMC (VISTA Survey of the Magellanic Clouds) se centra en cartografiar tanto la historia de la formación estelar en ambas nubes como su estructura tridimensional. Gracias a VMC se han obtenido imágenes infrarrojas de millones de estrellas de la Pequeña Nube de Magallanes, proporcionando una visión sin precedentes que casi no se ha visto afectada por la extinción del polvo.

Toda la imagen está llena de estrellas que pertenecen a la pequeña Pequeña Nube de Magallanes. También incluye miles de galaxias de fondo y varios cúmulos estelares brillantes, incluyendo 47 Tucanae a la derecha de la imagen, que se encuentra mucho más cerca de la Tierra que la Pequeña Nube de Magallanes. Esta imagen con zoom de la Pequeña Nube de Magallanes muestra con gran detalle su estructura.

Fuente: http://www.eso.org/public/

26 de junio de 2016

NGC 1854: uno de los 60 cúmulos globulares de la Gran Nube de Magallanes



Esta imagen tomada por el Telescopio Espacial Hubble muestra al cúmulo globular NGC 1854, un grupo de estrellas blancas y azules ubicadas en la constelación de Dorado en el cielo sur. NGC 1854 está ubicado a 135.000 años luz de distancia en la Gran Nube de Magallanes, la cual es uno de nuestros vecinos cósmicos más cercanos y una galaxia satélite de la Vía Láctea.

La Gran Nube de Magallanes es una vigorosa formadora de estrellas. Es rica en gas y polvo, y es hogar de alrededor de 60 cúmulos globulares y 700 cúmulos abiertos. Estos cúmulos son frecuentemente objetos de estudio para los astrónomos, debido a que la Gran Nube de Magallanes y su hermana menor, la Pequeña Nube de Magallanes, son los únicos sistemas conocidos que contienen cúmulos en todas las etapas de la evolución estelar. 

El Hubble es usado frecuentemente para estudiar dichos cúmulos debido a la alta resolución de sus cámaras que pueden fotografiar estrellas individualmente, incluso en los núcleos densamente poblados de los cúmulos, revelando sus masas, tamaños y etapas en las que han evolucionado.

Fuentes: ESA / Hubble / NASA

4 de julio de 2015

Gaia capta la densidad de estrellas de la Vía Láctea y las Nubes de Magallanes





















Mapa de la densidad estelar de la Vía Láctea y de las Nubes de Magallanes. 
  • Es una imagen con la silueta de la Vía Láctea y de las Nubes de Magallanes
  • Se ha obtenido con datos estadísticos que no se usan para representar los cielos
  • Las regiones más brillantes tienen mayor concentración de estrellas
 


El satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), Gaia, ha obtenido de forma inusual una imagen que muestra la silueta de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y de las vecinas Nubes de Magallanes.

Gaia es el satélite que está censando mil millones de estrellas de la Vía Láctea para medir sus posiciones y velocidades con gran precisión. El sistema de control de actitud y órbita usa esa información en tiempo real para garantizar que la orientación del satélite se mantiene con la precisión deseada.

Estos datos estadísticos que se envían de forma rutinaria a la Tierra y no son una forma habitual de representar los cielos, se usaron para generar esta "poco común" vista de la esfera celeste, ha informado la ESA.

Regiones brillantes y oscuras

Las regiones más brillantes indican una concentración mayor de estrellas, mientras que las regiones más oscuras corresponden a áreas del cielo en que se observan menos estrellas.

El plano de la Vía Láctea, donde están la mayor parte de las estrellas, es la parte más brillante de la imagen, una franja horizontal y especialmente brillante en el centro.

Las regiones más oscuras se corresponden con densas nubes interestelares de gas y polvo que absorben la luz de las estrellas al interponerse en la línea de visión.

El plano galáctico es la proyección en el cielo del disco galáctico, una estructura aplanada de unos 100.000 años luz de diámetro y un grosor de solo mil años luz.

Más allá del plano galáctico

Más allá del plano solo son visibles unos pocos objetos, en especial las Nubes de Magallanes -grande y pequeña-, dos galaxias enanas que orbitan la Vía Láctea, en la parte inferior derecha de la imagen.

Unos pocos cúmulos globulares -grandes agrupaciones de millones de estrellas que se mantienen unidos por su gravedad mutua- también están repartidos por el plano galáctico.

Los cúmulos globulares son las poblaciones de estrellas más antiguas de la galaxia, situadas sobre todo en un halo esférico que se extiende hasta 100.000 años luz desde el centro de la Vía Láctea.

El cúmulo globular NGC 104 se aprecia claramente en la imagen, inmediatamente a la izquierda de la Pequeña Nube de Magallanes. En una versión anotada de la imagen se destacan otros cúmulos globulares.

La mayoría de las estrellas brillantes que se aprecian a simple vista, y que forman las conocidas constelaciones, no están en esta imagen porque son demasiado brillantes para ser usadas por el sistema de control de Gaia. La galaxia Andrómeda, la mayor vecina de la Vía Láctea, tampoco figura.

Aunque Gaia está equipada con una cámara de mil millones de píxeles, no es una misión dedicada a obtener imágenes del cielo. Gaia está elaborando el mayor y más preciso mapa de nuestra galaxia, proporcionando así una herrramienta crucial para el estudio de la formación y la evolución de la Vía Láctea.
 
 
Fuentes: Rtve.es

13 de abril de 2015

El tumultuoso corazon de la Gran Nube de Magallanes

The tumultuous heart of the Large Magellanic Cloud

Estos tempestuosos picos y turbulentas nubes salpicadas de brillantes destellos podrían parecer un fuego arrasador o el corazón de un volcán, pero se trata en realidad de un frío conglomerado de polvo, gas cósmico y estrellas.

Esta composición de las imágenes tomadas por el observatorio espacial Herschel de la ESA y por el telescopio espacial Spitzer de la NASA nos muestra las formas irregulares de la Gran Nube de Magallanes (LMC), una de las galaxias más próximas a la Vía Láctea.

Las estructuras oscuras de tonos anaranjados son grandes columnas de polvo. Las pinceladas de color verde y rojo oscuro indican las regiones donde la temperatura del polvo es especialmente baja, y las manchas blancas y azules representan las áreas con una intensa actividad de formación de estrellas. Estas bolsas de gas están siendo calentadas por los cálidos vientos que emiten las estrellas que se están formando en su interior.

Para resultar incluso menos acogedora, la Gran Nube de Magallanes alberga una gran araña cósmica – la Nebulosa de la Tarántula. Esta nube caliente de polvo y gas se puede distinguir fácilmente como la región más brillante de la imagen, cerca de la esquina inferior izquierda. Esta nebulosa ha sido estudiada en profundidad por misiones como el Telescopio Espacial NASA/ESA Hubble, que el año pasado generó un impresionante mosaico infrarrojo que revela las entrañas de este bicho cósmico con un asombroso nivel de detalle.

Éste es uno de los motivos por el que a los astrónomos les gusta explorar la LMC: está tan cerca de nosotros que podemos escoger una nebulosa en particular – como la de la Tarántula – y estudiar cómo se forman, cómo evolucionan y cómo mueren las estrellas en otras galaxias. La Gran Nube de Magallanes está formada por una mezcla de estrellas jóvenes y viejas, muchas de las cuales están dispuestas a lo largo de la ‘barra’ central de la galaxia, que cruza la imagen en diagonal partiendo de la esquina inferior izquierda.

Herschel y Spitzer son dos telescopios espaciales que exploran el Universo en las longitudes de onda del infrarrojo. En la banda de la luz visible la Gran Nube de Magallanes es completamente diferente, y mucho más pacífica, revelándose como una gran acumulación de estrellas mezcladas con varios penachos de tonos rosas y morados.

Esta imagen es una composición de los datos recogidos por los instrumentos PACS y SPIRE de Herschel y por el fotómetro MIPS de Spitzer.

Esta fotografía fue publicada por primera vez por la NASA/JPL. 


Fuentes: ESA

7 de junio de 2013

Seiscientos años después de una explosión estelar

[Img #13949]
El remanente de supernova SNR B0519-69.0 en medio de un panorama lleno de estrellas. (Foto: ESA / Hubble & NASA / Claude Cornen)

El Telescopio Espacial Hubble ha hecho observaciones detalladas del remanente o nube de escombros de una antigua supernova.

Las espectaculares imágenes captadas por el Hubble muestran con el aspecto de un conjunto de delicadas volutas de gas al objeto celeste conocido como SNR B0519-69.0, o SNR 0519 para abreviar.

Las volutas rojas, que también parecen cáscaras más o menos concéntricas, son los "escombros" de cuando una estrella inestable explotó violentamente como supernova hace unos 600 años.

Hay varios tipos de supernovas, pero en el caso de SNR 0519 se sabe que el sol que explotó, perturbado por otro, fue una estrella enana blanca, una estrella que en su juventud fue similar al Sol pero que agotó su combustible nuclear y se encogió, en la etapa final de su vida.

SNR 0519 se encuentra a más de 150.000 años-luz de la Tierra, en la constelación austral de Dorado, conocida también como Pez Espada. Dicha constelación también contiene buena parte de la Gran Nube de Magallanes, una galaxia vecina de la nuestra.

La Gran Nube de Magallanes gira en órbita a la Vía Láctea como una galaxia satélite, y es la cuarta más grande del Grupo Local, nuestro grupo de galaxias.

SNR 0519 no es el único remanente que destaca en la Gran Nube de Magallanes; el Telescopio Espacial Hubble, de la NASA y la ESA, también obtuvo imágenes impresionantes de otro remanente importante de supernova, SNR B0509-67.5, resultado de una supernova del mismo tipo que SNR 0519 y cuyo parecido con la ahora observada es muy notorio.



Fuentes : nasa.gov