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11 de septiembre de 2019

Un Satélite Captura Cuatro Ciclones Tropicales Desde el Espacio

Imagen de la cadena de ciclones tropicales alineados en todo el hemisferio occidental el 4 de Septiembre de 2019. Créditos: NASA Earth Observatory/Joshua Stevens; NOAA/Kathryn Hansen.

El 4 de Septiembre de 2019, una cadena suelta de ciclones tropicales se alineó en todo el hemisferio occidental. En el momento de esta imagen (17:10 GMT), el huracán Juliette en el Pacífico oriental y el huracán Dorian en el Atlántico eran tormentas de categoría 2.

Mientras tanto, la tormenta tropical Fernando con vientos sostenidos de más de 70 km/h recientemente había tocado tierra en el noreste de México. Gabrielle se convirtió en una tormenta tropical el 4 de Septiembre sobre el Atlántico oriental, con vientos de 80 km/h justo en el momento de captación de esta imagen.

Los nombres de los cuatro ciclones tropicales alineados en todo el hemisferio occidental el 4 de Septiembre de 2019. Créditos: NASA Earth Observatory/Joshua Stevens; NOAA/Kathryn Hansen

Los datos para la imagen simulada en color natural se obtuvieron con el satélite GOES-16. El GOES-16 es operado por el NOAA; la NASA ayuda a desarrollar y lanzar la serie de satélites GOES.

28 de agosto de 2019

El mapa de la NASA que muestra todos los incendios activos del mundo

El mapa muestra todos los incendios y los cambios térmicos más relevantes. / NASA

Sudamérica y África, los continentes más afectados

El último mapa de la NASA, al que puedes acceder a partir de este enlace, revela que el mundo está literalmente llamas. Ya sea por la acción humana, o por cuestiones relacionadas con la agricultura y la ganadería, las bandas térmicas instaladas por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio en distintos rincones del planeta han detectado que el fuego está presente de forma constante en cada uno de los siete continentes que componen la Tierra.

A través de puntos rojos superpuestos sobre el mapa, la NASA designa aquellas regiones que han sufrido incendios o cambios drásticos en las temperaturas en las últimas horas, días y semanas. Gracias a una línea del tiempo, incorporada en la zona inferior del mapa, el usuario puede descubrir cada uno de los fuegos que tienen lugar en las distintas zonas del mapa e incluso consultar su evolución a lo largo de los días.

África y Sudamérica, los continentes más afectados

Tal y como recoge este mapa, África y Sudamérica son los continentes más afectados por el fuego. Sin embargo, la NASA explica en su página web que la mayoría de fuegos registrados en estas regiones son probablemente incendios agrícolas. Es decir, incendios establecidos deliberadamente por los agricultores para administrar la Tierra.

En su publicación, la administración espacial explica que, a menudo, los agricultores usan el fuego para devolver los nutrientes al suelo y limpiarlo de plantas no deseadas. A pesar de que ayudan a mejorar tanto los cultivos como el pasto, los incendios también producen humo, que degrada la calidad del aire y afecta directamente a la calidad de los cultivos.

Europa, el menos afectado

En el lado opuesto destaca Europa. El 'viejo continente' es, tal y como demuestran las imágenes de la NASA, la región menos afectada por los incendios. En el caso de España, 2018 ha sido el verano meteorológico con menos incendios de la última década. Según datos facilitados por el Ministerio para la Transición Ecológica, la superficie forestal quemada en el país entre el 1 de enero al 26 de agosto fue de 18.572 hectáreas.

Europa, la región menos afectada. / NASA

Por lo tanto, este año se han quemado un 80% menos de hectáreas que en 2017.De hecho, en lo que va de año tan solo ha habido tres grandes incendios, la cifra más baja del periodo y extremadamente inferior a la media de la década, que se sitúa en 15 grandes incendios. En lo que respecta a incendios totales, el Ministerio determina que se han registrado un total de 4.804 hasta el momento, una cifra que se sitúa muy lejos de la media de 9.292.

Incendios en el Ártico: los mapas que muestran qué tan graves son y cuáles son sus causas
Incendios incontrolados están arrasando partes del Ártico, con amplias regiones de Siberia, Alaska, Groenlandia y Canadá envueltas en llamas y humo.

Las imágenes satelitales muestran cómo columnas de humo de los incendios, muchos ocasionados por tormentas secas y tiempo cálido, se pueden ver desde el espacio.

Aunque los incendios son típicos en esta época del año, las altas temperaturas récord de este verano y vientos intensos han agravado particularmente la situación.

El fuego se encuentra ahora a "niveles sin precedentes", afirma Mark Parrington, un experto en incendios incontrolados del Servicio de Monitoreo Atmosférico Coperinicus (CAMS, por sus siglas en inglés).
  • Incendios en el Ártico: la oleada de calor que alimenta el fuego en varias zonas de esta región (y por qué no se hacen muchos esfuerzos para combatirlo)
¿Qué regiones están afectadas?

El este de Rusia y Alaska, tanto dentro como fuera del círculo polar ártico, han quedado particularmente afectadas.

La Agencia Forestal Federal de Rusia informa que más de 2,7 millones de hectáreas de bosques remotos están actualmente en llamas a lo largo de seis regiones siberianas y del este del país.

Sin embargo, la organización ambientalista Greenpeace Rusia asegura que hasta 3,3 millones de hectáreas están incendiándose, un área más extensa que Bélgica.



El esmog ha resultado en que varias regiones declaren estado de emergencia y el humo se ha esparcido a las principales ciudades como Novosibirsk, bloqueando el sol y provocando dificultades para respirar.

El humo de los incendios siberianos se ha extendido hasta Alaska y partes de la costa occidental de Canadá.

En Alaska, dese el 31 de julio, 105 grandes incendios han quemado más de 700.000 hectáreas.
  • El país que se está calentando dos veces más rápido que el resto del mundo


La mayoría de las llamaradas fueron causadas por rayos, según el Centro de Coordinación de Agencias de Alaska.

Groenlandia también le hace frente a un incendio en Qeqqata Kommunia, cerca del sendero del círculo polar ártico, que es popular con excursionistas.

La región atraviesa una ola de calor, lo que significa que el hielo marítimo se ha estado derritiendo a un ritmo rápido.


La región ártica de Canadá también está sufriendo.

Un amplio incendio incontrolado en los Territorios Noroccidentales, dentro del círculo polar ártico, ha quemado por lo menos 45.000 hectáreas, según la agencia de Recursos Naturales y Medio Ambiente de los Territorios Noroccidentales, aunque se cree que el área afectada es mayor.

¿Cuál ha sido el impacto?

Los incendios incontrolados no sólo han afectado la superficie. Están expulsando contaminantes dañinos y gases tóxicos a la atmósfera.

El humo espeso es visible en las imágenes satelitales y se destacan de entre las nubes comunes y corrientes a través de vastas áreas de Ártico.

La NASA ha rastreado los megatones de partículas dañinas en ese humo y hacia donde se han dirigido.

Las imágenes satelitales abajo a la izquierda señalan los incendios como puntos rojos. El globo a la derecha muestra la concentración de partículas de carbón negro -u hollín- expulsado al aire por los incendios.



Este hollín puede ser dañino para humanos y animales cuando penetra en los pulmones y el torrente sanguíneo.

También tiene consecuencias para el calentamiento global. Los científicos de la NASA indican que el hollín absorbe la luz solar y calienta la atmósfera.

Si cae sobre el hielo o la nieve, reduce la capacidad de reflejar el calor y termina atrapándolo, acelerando el proceso de derretimiento.



Los incendios también contribuyen a exacerbar la crisis climática al despedir dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.

Se estima que estos emitieron 100 megatones de CO2 entre el 1 de junio y 21 de julio, casi el equivalente a la generación total de carbono de Bélgica en 2017, según CAMS.



"Es poco usual ver incendios de esta escala y duración en latitudes tan altas en junio", explicó Mark Parrington de CAMS.

"Pero las temperaturas en el Ártico se han ido incrementando a un ritmo mucho más rápido que el promedio global, y las condiciones más cálidas alientan a las llamas a crecer y persistir una vez encendidas".

Un suelo extremadamente seco y temperaturas más calientes que el promedio, combinado con la chispa de los rayos de tormentas y vientos fuertes, han hecho que los incendios se propaguen agresivamente.

La quemazón ha sido sostenida por el suelo de los bosques, que consiste de turba expuesta, descongelada y seca, una sustancia con un alto contenido de carbón.
Análisis de Jonathan Amos, corresponsal de Ciencia de la BBC

Los satélites globales ahora están rastreando una extensión de nuevos y continuos incendios incontrolados dentro del círculo polar ártico. Las condiciones se cuajaron en junio, el junio más caliente de la historia desde que empezaron las mediciones.

Los incendios están arrojando copiosos volúmenes de dióxido de carbono y metano que estaba contenido en el suelo hasta durante miles de años.

Los científicos afirman que lo que estamos viendo es la evidencia de el tipo de retroalimentación que enfrentamos en un mundo más caliente, donde las altas concentraciones de gases invernadero generan más calentamiento, que a su vez engendra las condiciones que causan mayor liberación de carbono a la atmósfera.

Muchas de las partículas sólidas producidas por estos fuegos llegarán finalmente a depositarse sobre las superficies heladas más al norte, oscureciéndolas y, así, acelerando su derretimiento.

Es todo parte del proceso de amplificación
  • Qué es la "amplificación ártica" y cómo explica por qué la temperatura aumentó en esa región el doble que en el resto del planeta
¿Qué se está haciendo para combatir los incendios?

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó al ejército que ayudara a combatir las llamas que arrasan Siberia y otras regiones en el este.

En partes de las repúblicas de Burayatia y Sajá-Yakutia se ha declarado estado de emergencia. Diez aviones y diez helicópteros con equipos contra incendios fueron desplegados a estas zonas.

El ejército ruso ha sido llamado a ayudar a combatir los incendios.

Muchos residentes han criticado a las autoridades rusas por no hacer lo suficiente para combatir los incendios.

Cientos de miles de personas firmaron un petición llamando a acción más enérgica, después de que las autoridades rusas anunciaran que no planeaban combatir las llamas en las zonas remotas deshabitadas porque no eran una amenaza directa a la gente.

Los hashtags #apaguenlosincendiossiberianos y #salvenelbosquesiberiano son tendencia en Twitter.

Algunos arguyen que el incendio de la catedral de Notre Dame de París recibió más atención de los medios que los incendios forestales.

"¿Recuerdan la extensión de las noticias sobre el incendio de Notre Dame? Ahora es el momento de hacer lo mismo con los incendios forestales siberianos", escribió un usuario de Twitter.

Otro expresó: "No nos olvidemos que la naturaleza no es menos importante que la historia. Numerosos animales han perdido sus hogares y muchos de ellos probablemente están muertos. El sólo pensar en esto es doloroso".

A este artículo contribuyeron Rosie Blunt, Dominic Bailey y Lucy Rodgers. El diseño es de Irene de la Torre Arenas y Debie Loizou.

Los últimos 20 días el mundo ha puesto su atención en los incendios del amazonas brasilero. Con más de 74.000 incendios registrados en el país y el 50% de estos concentrados precisamente en el bioma amazónico, lo que sucede en Brasil ha despertado una alerta mundial por el cambio climático. Sin embargo, no es lo único que debería preocuparnos. El norte del planeta también está ardiendo.

Incendios en el Amazonas: los grandes fuegos que se registran en África (y por qué no son comparables con los de Brasil)
A simple vista, África pareciera estar mucho peor.
  • Los incendios en la Amazonía han cobrado desde hace días una dimensión internacional.
Los líderes del G7 (Estados Unidos, Francia, Alemania, Japón, Canadá, Reino Unido e Italia) reunidos en Francia acordaron el lunes crear un fondo de US$22 millones para ayudar a combatir las llamas, una iniciativa que fue rechazada en principio por el gobierno de Brasil, que les recomendó utilizar este dinero para "reforestar Europa".

Pero mientras continúa el forcejeo entre los políticos y el intercambio de insultos velados, y las llamas siguen avanzando sobre la Amazonía brasileña y boliviana, otros incendios -y de mayores proporciones- están ocurriendo en otra parte del mundo.
  • Brasil rechazará la ayuda de US$22 millones del G7 para detener los incendios en la Amazonía
Imágenes satelitales publicadas por la NASA la semana pasada muestran un número más elevado de incendios en Angola y República Democrática del Congo(RDC).

Diversos titulares acompañados por mapas han comenzado a aparecer en medios internacionales para dar relevancia a estos fuegos ignorados.

Un artículo publicado por Bloomberg apunta a que, en tan solo dos días, se produjeron en Angola aproximadamente tres veces más incendios forestales que en Brasil.

Los datos satelitales de Weather Source tomados en un lapso de 48 horas muestran 6.902 incendios en dicho país, 3.395 en la RDC, mientras que 2.127 en Brasil en 48 horas.

¿Pero cuán válida es esta comparación? ¿Son estos incendios, como parecen mostrar "los hechos", tan o más peligrosos para el planeta como los que afectan a la selva amazónica?

Usuales versus inusuales
Los expertos no desestiman la importancia de esta región para el clima: la Cuenca del Congo es la mayor de África, y la segunda mayor del mundo después de la del Amazonas.

El problema de la deforestación en África está causado mayormente por la industria maderera y no por las prácticas agrícolas, dice McClean.

Tal es así que esta selva de 3,3 millones de kilómetros cuadrados -que incluye territorios en RDC, República del Congo, Gabón, Camerún y África Central- es considerada como el "segundo pulmón" de la Tierra.
  • El número récord de incendios que afectan a Brasil y también arrasan otras zonas de Sudamérica
Al igual que la Amazonía, los bosques de la Cuenca del Congo son un santuario de biodiversidad y constituyen una herramienta esencial en la lucha contra el cambio climático por las cantidades significativas de CO2 que absorben.

Sin embargo, según explican expertos, los incendios en una y otra región no son equiparables.

"No creo que se trate de una comparación válida", le dice a BBC Mundo Denis McClean, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para la prevención de desastres (UNISDR).

"Para empezar, no se puede decir con precisión a partir de las imágenes satelitales cuál es la naturaleza de esos fuegos o cuán grandes o pequeños son".

Más importante aún es que esos fuegos no son inusuales en esta época del año en África, añade.

Es común ver esta cantidad de focos de fuego "en grandes áreas, porque son un método de agricultura tradicional para muchas comunidades campesinas de bajos ingresos".

Bolivia también continúa tratando de contener los incendios.

McClean hace referencia al método conocido como tala y quema que los campesinos en África emplean desde hace siglos para renovar las tierras de cultivo.

"Es como si uno mirase las imágenes satelitales de Irlanda en verano", dice McClean, de origen irlandés.

"Nosotros hacemos muchas fogatas en esa época, y si lo ves desde el espacio, te preguntarías qué está pasando, cuando en realidad son fuegos iniciados deliberadamente y controlados por humanos, no incendios forestales".

  • En fotos: los graves incendios que arrasan Brasil y otros países de América del Sur
Por otro lado, mientras que los incendios en la Amazonía, iniciados probablemente también de forma deliberada, parecen estar fuera de control, este no es el caso de África.

"Yo no he visto ninguna evidencia de que estén fuera de control. No hay nada que parezca inusual en torno a los incendios en este momento", señala McClean, quien quiere dejar en claro los riesgos para la salud de los incendios forestales, que generan cerca de 300.000 muertes prematuras por año en todo el mundo.

En opinión de Alex Orenstein, científico de datos y geógrafo basado actualmente en Senegal, quien ha trabajado con distintas ONG y agencias de la ONU, se trata también de dos situaciones muy distintas.

Además de que parecen haberse iniciado de formas diferentes, las imágenes de África muestran que muchos incendios no están localizados en la selva "sino en zonas de pastizales", algo que, como explicó anteriormente McClean, es usual en esta época del año.

Y el "impacto de la deforestación" no es igual en ambos terrenos, en "términos de la cantidad de oxígeno que liberan y el carbono que secuestran", agrega el científico.

Fuentes: BBC
https://www.bbc.com/mundo/noticias-49237121
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49484650

26 de junio de 2019

El cambio climático se come los glaciares del Himalaya




Cerca de dos tercios de los glaciares en la cordillera del Himalaya de Hindu Kush corren el riesgo de derretirse en el año 2100, a menos que se revierta los efectos del cambio climático, como las emisiones de carbono, según un nuevo informe publicado este lunes.

Incluso si se logra el objetivo del Acuerdo de París de reducir los efectos del cambio climático y obtener una ganancia de 1.5 grados centígrados, una tercera parte de los glaciares de la región desaparecería, advierte la Evaluación del Himalaya del Hindu Kush.

La región del Himalaya del Hindu Kush se conoce comúnmente como el «tercer polo» del mundo por sus vastos campos de hielo. Es una fuente vital de agua para 250 millones de personas que viven en la cordillera, así como para otros 1.65 millones que viven en el río Amu Dayra.

«Esta es la crisis climática de la que no se ha oído hablar», dijo Philippus Wester, del Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas (ICIMOD), con sede en Nepal, quien dirigió el informe, según se detalló en un comunicado que acompaña su publicación.

«El calentamiento global va por buen camino para transformar las frías cumbres montañosas cubiertas por glaciares de la HKH que atraviesan ocho países en rocas desnudas en poco menos de un siglo», dijo usando un acrónimo de la región.

El estudio advierte que los impactos ambientales incluirán un empeoramiento de la calidad del aire y un salto en los fenómenos meteorológicos extremos, pero los mayores impactos se verán en los flujos de los ríos y en los cambios en el sistema de clima monzónico que trae lluvias torrenciales.

Los glaciares del Hindu Kush Himalaya alimentan 10 de los sistemas fluviales más importantes del mundo, incluidos los ríos Ganges, Indo, Irrawaddy, Mekong y Amarillo.

«Entre ahora y 2080, las condiciones ambientales económicas y sociales establecidas en el informe podrían ir cuesta abajo», dijo en un comunicado.


«Debido a que muchos de los desastres y los cambios repentinos se llevarán a cabo a través de las fronteras de los países, el conflicto entre las naciones podría estallar fácilmente. Pero el futuro no tiene que ser sombrío si los gobiernos trabajan juntos para cambiar la tendencia contra el derretimiento de los glaciares y sus numerosos impactos»,



Desde el año 2000 los glaciares del Himalaya han perdido casi medio metro de hielo al año, el doble que en el periodo de 1975 a 2000. El estudio, que ha combinado las imágenes –ahora desclasificadas– de un satélite espía estadounidense durante la Guerra Fría con imágenes actuales de la NASA, indica que los glaciares han perdido una cuarta parte de su masa en los últimos 40 años.

Changri Nup, un glaciar cubierto de detritos en la región del Everest. / Josh Maurer

La pérdida de hielo se ha acelerado desde el año 2000 en los glaciares del Himalaya, unas montañas consideradas el “tercer polo” al albergar unos 600.000 millones de toneladas de hielo. Cada año cerca de medio metro de hielo se derrite debido al aumento de las temperaturas, que se han incrementado de 1 ºC en algunos lugares.
Las montañas del Himalaya son consideradas el “tercer polo” al albergar unos 600.000 millones de toneladas de hielo


Un estudio, publicado hoy en la revista Science Advances, presenta esta imagen del Himalaya después de analizar los cambios de los últimos 40 años en la región gracias a las imágenes obtenidas por el satélite espía estadounidense KH-9 Hexagon, conocido como Big Bird, realizadas durante la Guerra Fría y desclasificadas en 2011; y otras, más actuales, proporcionadas por la NASA en India, China, Nepal y Bután.

“Esta es la imagen más clara hasta la fecha de lo rápido que se están derritiendo los glaciares del Himalaya en este intervalo de tiempo, y por qué razones”, indica Joshua Maurer, primer autor del trabajo e investigador en el Lamont-Doherty Earth Observatory de la Columbia University (EE UU).

El equipo de científicos analizó 650 glaciares del Himalaya, que representan el 55 % del volumen total de hielo de la región, en una superficie de 2.000 kilómetros de oeste a este, y estimó que, de la masa de hielo total presente en la zona en 1975, el 87 % se mantuvo en 2000 y el 72% en 2016. Es decir, que los glaciares del Himalaya habrían perdido en las últimas cuatro décadas una cuarta parte de su masa.

Los resultados se obtuvieron gracias a la creación de un sistema automatizado que convirtió las imágenes de la cinta espía en modelos 3D. Estos mostraron las alteraciones de altitud a lo largo del tiempo. Los datos se compararon después con las imágenes obtenidas a partir del 2000 con satélites más sofisticados, que transmiten directamente los cambios de altitud.

Imagen obtenida por un satélite espía estadounidense sobre la región de Khumbu desde el programa desclasificado HEXAGON KH-9. Así es como se veían los glaciares que rodeaban el Everest en 1976. / Josh Maurer / LDEO

Las consecuencias del deshielo
Según el estudio, 1975 a 2000, los glaciares de la región perdieron un promedio de unos 25 cm de hielo al año debido a un ligero ascenso de temperaturas. La tendencia se intensificó en los años 90 hasta que en la década de los años 2000, la pérdida de hielo se aceleró y alcanzó los 50 cm al año.
El deshielo de los últimos años representaría una pérdida anual de 8.000 millones de toneladas de agua, el equivalente a 3,2 millones de piscinas olímpicas

El deshielo de los últimos años representaría una pérdida anual de 8.000 millones de toneladas de agua, el equivalente a 3,2 millones de piscinas olímpicas. Pero los glaciares no se derriten de manera uniforme. Los científicos observaron que el deshielo se produce principalmente a altitudes más bajas, donde en algunas zonas se han registrado hasta cinco metros de pérdida de hielo al año.

El derretimiento podría afectar a unos 800 millones de personas, que dependen de la escorrentía estacional para la irrigación, la energía hidroeléctrica y el agua potable. En la actualidad, se está produciendo una importante escorrentía, pero a medida que los glaciares pierdan masa se reducirá en las próximas décadas. Esto provocará escasez de agua.

Además del aumento de temperaturas, el trabajo sugiere que los cambios en la precipitación, que disminuye en algunas zonas y aumenta en otras, podrían estar influyendo en la zona.

Los científicos añaden otro factor: la quema cada vez mayor, por parte de los países asiáticos, de combustibles fósiles y biomasa que envían hollín a la atmósfera. Gran parte de esta ceniza aterriza en superficies glaciares nevadas, donde absorbe la energía solar y acelera el deshielo.

Concepción artística del satélite KH-9 HEXAGON. / National Reconnaissance Office

5 de marzo de 2019

La Antártida perderá un trozo de su superficie que es el doble que Nueva York



La Antártida perderá muy pronto un bloque de hielo cuya superficie total es de más de 1.000 kilómetros, según la NASA, lo que generará un iceberg con un tamaño que será el doble de grande que toda la ciudad de Nueva York.

La agencia espacial aseguró este viernes en un comunicado que el bloque de hielo se desprenderá por una grieta que apareció en octubre de 2016 y que no ha dejado de hacerse más larga y profunda.




Aunque los científicos no especificaron el momento en que ocurrirá, sí alertaron de que esta ruptura podría afectar al resto de la plataforma continental y, por tanto, a toda la infraestructura científica allí dispuesta.

En su anuncio la NASA comparó una fotografía de esa zona, realizada desde el satélite Landsat, fechada en enero de 1986 con otra de enero de 2019 donde se aprecia una grieta que cruza de oeste a este toda la parte que previsiblemente se desprenderá, y cuya forma es la de un cabo costero.




Cuando esta fisura se encuentre con otra que cruza el cabo de sur a norte, el territorio quedará convertido en un enorme iceberg cuya dirección es imprevisible, así como el efecto que causará en el resto de la superficie de esa zona de la Antártida.

La segunda brecha ya existía y se mantuvo estable durante 35 años, indicó la NASA, pero su crecimiento se aceleró repentinamente y ha ido prolongándose hacia el norte a una velocidad superior a 4 kilómetros al año.

Aunque el iceberg que nacerá parece gigantesco, en realidad no lo es para los estándares antárticos, dijo la NASA, aunque afirmó que “aún será significativo”.

“Puede que sea el iceberg más grande que se haya roto en la plataforma de hielo Brunt desde que comenzaron las observaciones en 1915”, apuntó agencia espacial en su sitio web.

“Los científicos estudian ahora si la pérdida provocará que la superficie cambie aún más y posiblemente se vuelva inestable o se rompa”, alertó.

Las crecientes grietas que fracturan la superficie de la Antártida han generado preocupaciones de seguridad para las personas que trabajan en la plataforma, en particular los investigadores de la Estación Halley de British Antarctic Survey.

Esta base, que es una de las principales para la investigación de la Tierra, la atmósfera y la ciencia espacial, generalmente funciona durante todo el año, pero se ha cerrado dos veces en los últimos años por cambios impredecibles en el hielo. 


Fuentes: Teleamazonas, EFE

1 de noviembre de 2018

Las poblaciones de animales vertebrados en América Latina disminuyeron un 89% desde 1970

El informe Planeta Vivo, de la WWF, revela que estos animales hoy se agrupan en menor número, en áreas geográficas más acotadas y con menor diversidad genética. Las causas son la desforestación, las especies invasoras y el cambio climático.

Un panorama inquietante sobre la pérdida de biodiversidad de la Tierra presenta el Informe Planeta Vivo 2018, que elabora cada año el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la Sociedad Zoológica de Londres para mostrar la situación en que se encuentran las especies de vertebrados en el mundo.

El documento, que se presenta hoy, por primera vez entrega datos que abarcan desde el año 1970 y se desglosan en regiones biogeográficas, lo que permite tener un panorama preciso por grandes áreas territoriales.

Desde ese año, la pérdida promedio global de las poblaciones de animales vertebrados ha sido de 60%, y la región más afectada es la Neotropical, que en este informe incluye a toda Latinoamérica, menos el norte de México. En esta zona, entre 1970 y 2014 (último año considerado) la pérdida promedio alcanza a 89%. Le siguen en magnitud la región Indo Pacífico (India, el Sudeste Asiático, Indonesia y Oceanía) y África Tropical, con una merma de 64% y 56%, respectivamente.

Para el estudio se consideraron más de 7.500 poblaciones en las distintas zonas del mundo de casi tres mil distintas especies de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios.

La pérdida de poblaciones implica que hay menos diversidad genética de animales en un área, lo que afecta su sobrevivencia.

Respecto de las razones, el informe cita como la principal a la pérdida o degradación del hábitat, en especial por la deforestación o cambio de uso de suelo. Le siguen muy de cerca la sobreexplotación de especies, la contaminación, las especies invasoras, enfermedades y el cambio climático.


La mayor merma de poblaciones en la región latinoamericana corresponde a las aves, donde más del 65% de ellas, en promedio, han disminuido debido a la pérdida de hábitat. En el caso de mamíferos, reptiles y anfibios, desde 1970, la merma de poblaciones por este mismo motivo ha sido de poco más de 50%. 
En cuanto a los peces, el mayor motivo es la sobreexplotación, siendo responsable de casi 60% de la disminución de poblaciones.

En el Ecuador hay proyectos de conservación como el de oso de anteojos y el cóndor. 


Algunos ejemplares en riesgo en Ecuador
Oso de anteojos (Tremarctos ornatus). En el país hay una estra­tegia nacional para su conservación. 
Boa del Chocó (Corallus blombergi). Es una especie ovovivípara, tiene hábitos arbóreos y caza en la noche. 
Rana saltona de muslos brillantes (Allobates femoralis). Vive en la Amazonía. Es una especie diurna. 
El jaguar amazónico (Panthera onca centralis). Se alimenta de venados, pecaríes, tortugas y peces. 
Águila harpía (Harpia harpyja). Es una de las rapaces de mayor tamaño del mundo, de pico y garras fuertes. 
Ballena azul (Balaenoptera musculus). Se alimentan exclusivamente de krill. Tiene costumbres migratorias.

En el caso chileno, el informe empleó datos de unas 100 poblaciones de 50 especies, como el huemul, el guanaco, la merluza, la anchoveta, la vicuña, la ranita de Darwin y el pingüino de Humboldt. Sin embargo, no están desglosados, sino que forman parte de la cuantificación regional, explica Ricardo Bosshard, director de WWF Chile. "El informe no presenta datos finos, sino que levanta información de cada país y continente para generar los índices gruesos globales".



Datos alarmantes

La merma no es tan grande en las regiones del hemisferio norte. Esto, según el informe, se debe a que allí el paisaje ya fue modificado y hoy se trabaja en su recuperación.

"Esto es una pesadilla hecha realidad", dice el biólogo Pablo Marquet, investigador del departamento de Ecología de la U. Católica, quien destaca que el informe está respaldado por más de 40 años de investigaciones de científicos de primer nivel mundial.



"Los datos son muy alarmantes, sobre todo para nuestra región. Esto implica un aumento en el riesgo de extinción y un potencial colapso de las tramas tróficas y ecosistemas. Si a esto se suman reportes recientes de disminuciones en insectos, el escenario es aún peor", afirma el especialista. "Si consideramos que nuestra manera de estar en el mundo está sostenida en el andamio de la biodiversidad, estos datos nos dicen que nuestra sociedad y modelo de vida está tambaleando".

El informe hace un llamado urgente a tomar acciones concertadas a nivel planetario. "Esperemos que nuestro país lo escuche, lo mismo que Brasil y el resto de los países del Neotrópico", señala Marquet.

Según Bosshard, esta edición del informe es muy relevante, dado que es la última previa al del año 2020, momento clave para las decisiones y acuerdos ambientales a nivel global. Durante ese año se esperan revisiones en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).

En este sentido, tal como ocurrió con el cambio climático, dice, es necesario un acuerdo marco integral conforme al CDB, que impulse la acción pública y privada, y la restauración y protección de la biodiversidad y la naturaleza.



Informe Planeta Vivo 2018

Durante las últimas décadas, la actividad humana también ha afectado gravemente los hábitats y los recursos naturales. Las poblaciones globales de especies de vertebrados han disminuido un 60% en poco más de 40 años. Y el 20% de la Amazonía ha desaparecido en solo 50 años.

Descarga el Informe Planeta Vivo 2018 de WWF.


28 de septiembre de 2018

METEOROLOGÍA - Agosto 2018, el más caluroso de la historia. Sí, es el cambio climático




El pasado mes de agosto fue el cuarto más caluroso de la historia.

El espesor de la capa de hielo en ambos polos, estuvo por debajo de la media. El norte de Europa, Australia y el sur de África, ivieron un agosto especialmente seco. Varias regiones de China y la India sufrieron inundaciones. Un tifón mortal causó estragos en Japón y Corea; y Hawai fue azotada por un tifón tropical.





Agosto fue mucho más húmedo que la media en el sur de Europa. En Italia, 11 excursionistas murieron a causa del desbordamiento de un rio.

Mientras tanto, el calor extremo y la sequía severa de la primavera y el verano provocaron una disminución de las cosechas en el norte de Europa, con la consiguiente falta de pasto para el ganado.

El periodo entre abril y agosto ha sido el más cálido de la historia en Europa

El mes de agosto de este año ha sido el tercero con temperaturas excepcionalmente altas.



Los expertos ven en el tiempo de agosto nuevas pruebas del calentamiento
Las olas de calor han llegado a todo el hemisferio norte y de ellas no se han librado algunas grandes ciudades, como Moscú, donde su población ha debido adaptarse a las circunstancias (Vyacheslav Prokofyev / Getty)

Europa ha registrado su agosto más cálido desde que se generalizaron las mediciones meteorológicas en la segunda mitad del siglo XIX. La temperatura media fue el mes pasado 0,35ºC por encima del promedio de los meses de agosto en el período 1981-2010, según informó la Organización Meteorológica Mundial. El mes de agosto coronó un prolongado período de calor en casi toda Europa, en el que no faltaron sequías, olas de calor e incendios forestales.

Agosto ha sido el tercer mes del año 2018 en que se han batido los récords de temperaturas mensuales en Europa (después de abril y mayo). A nivel mundial, ha sido el cuarto agosto más caluroso en la historia de los registros instrumentales. Tanto los servicios meteorológicos mundiales como los expertos ratifican que las altas temperaturas que se vienen registrando en toda Europa a lo largo de este verano son una evidencia más del cambio climático. ¿Es este verano caluroso una consecuencia del calentamiento global del planeta?


“El cambio climático contribuye a intensificar el calor propio del verano”, sentencia Manola Brunet, presidenta de la Comisión de Climatología de la OMM -y profesora de Climatología de Universitat Rovira i Virgili, quien alude a los estudios de atribución rápida que han relacionado el calor extremo en el norte de Europa entre mayo y mitad de julio con el calentamiento causado por el hombre. “El cambio climático ha quintuplicado la posibilidad de que se produzcan olas de calor como las observadas este verano; dicho de otra manera, si el cambio climático no fuera una realidad, las olas de calor que se han producido en el hemisferio norte no hubieran tenido la misma intensidad”, añade Brunet.
Europa ha tenido su agosto más cálido desde que se iniciaron sus registros
La mayoría de países nórdicos y bálticos experimentaron su verano más caluroso, tras una primavera cálida y seca. En el faro de Makkaur, en el extremo septentrional de Noruega, a más de 70º de latitud Norte, el 18 de julio la mínima fue de 25,2ºC, lo que podría describirse como la paradoja de “una noche tórrida en pleno Ártico”, señala el profesor Javier Martín Vide, catedrático de Geografía de la UB.

“Las condiciones climáticas en 2018 se vieron aumentadas por un calentamiento a largo plazo como telón de fondo”, según han señalado los institutos meteorológicos de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia, Estonia, Letonia y Lituania en un artículo citado por la OMM. Los récords de temperaturas del verano han tenido una triple causa: “un persistente bloqueo del sistema de alta presiones, la sequía y una temperatura que aumenta gradualmente”, añaden.


“Nuestra sociedad debe prepararse para un cambio de clima, con anomalías más persistentes que pueden incluir olas de calor, inundaciones o fenómenos extremos. Ello exige una alerta temprana sobre estos sucesos, planificar la adaptación en la sociedad y reducir las emisiones” de gases invernadero, añaden estos institutos.

“Indudablemente, las altas temperaturas del verano se relacionan con el cambio climático”, contesta sin pensárselo Ana Casals, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología. “España ha registrado el segundo agosto más caluroso desde 1965. Pero es como si no lo hubiéramos notado porque nos estamos acostumbrando a las altas temperaturas”, añade. No se han hecho, sin embargo, estudios sobre atribución en el caso de España.


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En España

Cambio climático (Raúl Camañas)

El año 2018 comenzó con una débil tendencia al enfriamiento, debido a que regían las condiciones impuestas por La Niña (situación inversa a las de El Niño, fenómeno climático natural que consiste en un calentamiento en el Pacífico Ecuatorial con incidencia en gran parte del planeta). Pero este enfriamiento no fue suficiente para revertir el calentamiento a largo plazo. “El aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero ha acabado superponiéndose al efecto de enfriamiento de La Niña, y está dando como resultado un año muy cálido”, dice Brunet.

Los expertos sospechan que el cambio climático pueden estar afectando también a las condiciones de circulación general atmosférica (de las que dependen acontecimientos específicos, como las olas de calor, olas de frío o lluvia intensa...). El calor en el Norte de Europa y la inusual humedad al Sur puede deberse a este debilitamiento de la corriente del chorro ( cinturón que normalmente aísla el Ártico) que ha desplazado las bajas presiones y la inestabilidad hacia el sur. El cambio climático no anula los factores que rigen la dinámica atmosférica, sino que se suma a éstos y los intensifica, de manera que incrementa las temperaturas altas o las precipitaciones intensas, añade Brunet.

“Un solo episodio como el de la ola de calor del julio y agosto pasados (y la sequía) es difícil atribuirlo al cambio climático. Pero la repetición cada vez más frecuente de este riesgo climático así como su mayor intensidad y duración están en línea con el calentamiento global”, señala Javier Martín Vide. Este experto destaca que “el cambio climático ya es perceptible en la evolución de los registros térmicos, en particular, en las medias y en la mayor frecuencia, duración e intensidad de las olas de calor”. No obstante, ve “difícil demostrar estadísticamente que una sola de ellas, como la recientemente ocurrida, sea una manifestación directa del calentamiento global”.

"Sin este fenómeno no se hubieran producido las olas de calor habidas en Europa”   Manola Brunet Climatóloga 
El verano del 2018 podría insertarse en un panorama futuoro cada vez más habitual. Así lo indica Marc Prohom, jefe del área de Climatologia del Servei Meteorològic de Catalunya. “Todos los modelos climáticos con proyecciones sobre el clima futuro coinciden en reproducir un planeta con períodos de temperatura excepcionalmente elevada cada vez más habituales e intensos”, expone Prohom. Catalunya, al ser una región mediterránea, “es una de las áreas más proclives a que las olas de calor se hagan más frecuentes. Lo que hasta ahora ha sido una excepción, en el futuro puede convertirse en una normalidad”, añade Prohom.

Martín Vide sostiene que el panorama actual nos ha de alertar sobre la necesidad de adaptar el sistema socioeconómico a un mayor grado de riesgo de olas de calor, “con el fin de reducir sus efectos económicos negativos y, en particular, los riesgos sobre la salud”. “No podemos quedarnos boquiabiertos con la sorpresa de los registros extremos, sino que hemos de pedir que las administraciones actúen en la buena dirección, en la de la transición energética y ecológica”. También Manola Brunet recuerda que la solución es una reducción de las emisiones de gases invernadero. “Si no, estamos expuestos a que las condiciones de calor extremas acaben siendo las condiciones del verano en el futuro”.


Sucesos extremos en el planeta


En el Norte de Europa. El mes de agosto coronó un prolongado período de calor en casi toda Europa, especialmente en sus zonas septentrionales, en el que no faltaron sequías, olas de calor e incendios forestales. El Reino Unido registró su verano más cálido (junto con los de los años 2006, 2003 y 1976). Alemania y Francia han vivido el segundo verano con temperaturas más altas.

Situación especialmente anómala en Escandinavia. La mayoría de países escandinavos bálticos vivieron su verano más caluroso tras una primavera cálida y seca. Las temperaturas máximas fueron excepcionales, por encima de los 30º C e incluso de los 33ºC. Los récords se extendieron en Suecia, donde se dieron graves incendios forestales. En cambio, en Islandia el tiempo fue muy húmedo, debido a un sistema de bloqueo de alta presión que persistió en la región nórdica y báltica y que desvió la lluvia hacia Islandia. En Finlandia, entre junio y agosto la temperatura fue dos grados más cálida de lo habitual, según el Instituto Meteorológico de Finlandia. En este país un verano tan cálido ocurre cada 20 a 30 años.

Deshielo del Ártico. La extensión del hielo ártico este agosto alcanza los 5,61 millones de km2, 1,59 millones de km2 por debajo del promedio (en el período 1981-2010). El mes pasado ha sido el séptimo mes de agosto con menor extensión helada desde que se vienen haciendo registros por satélite desde 1979. La extensión del hielo marino se mantuvo baja a lo largo de los mares costeros del océano Ártico a excepción del Mar de Siberia Oriental (más difícilmente franqueable para la navegación). Sin embargo, la Ruta del Mar del Norte era prácticamente navegable. Algunas áreas del ártico aún pueden retroceder más hacia el norte antes de que termine la temporada de derretimiento en septiembre. Además, el Paso del Noroeste (por Canadá) todavía estaba obstruido con hielo, y continúa así este mes de septiembre.


Fuegos mortales en Grecia. España y Portugal vivieron intensas olas de calor en agosto. En Grecia fuertes incendios, avivados por las altas temperaturas y los fuertes vientos, acabaron con la vida de 91 personas cerca de Atenas el 24 de julio. En cambio, en España, un verano húmedo ha tenido efectos beneficiosos: desde el 1 de enero hasta el 2 de septiembre se han registrado 5.117 incendios, que han quemado un total de 19.899 hectáreas, un 77,24% menos que el año pasado en el mismo periodo del 2017. Es el año con menos incendios y hectáreas de la última década.



Mínimas cálidas en EE.UU. Éste ha sido su cuarto verano más cálido con temperaturas por encima de la media en la mayor parte de la nación. De promedio, la temperatura mínima nocturna fue excepcionalmente alta este verano. Fue incluso más elevada que la del récord anterior, que databa del 2016. En general, desde que comenzaron los registros en 1895, las temperaturas mínimas de la noche en verano han ido incrementándose a un ritmo dos veces superior al de las diurnas. En California se produjeron grandes y destructivos incendios. La provincia de la Colombia Británica (Canadá) declaró el estado de emergencia por un incendio que acabó con más de 1.300 hectáreas.

Muertes en Japón. El 23 de julio, el observatorio de Kumagaya registró la temperatura más alta de este país (41,1°C). El número de muertes causadas por el calor llegó a 133 en el mes de julio, el peor balance desde el 2008. Los ancianos y las personas con asma y enfermedades cardiacas sufrieron especialmente la canícula.

Desbordamiento de un lago glaciar en China. La rotura de un glaciar provocó el desbordamiento del lago glacial de Xinjiang. El deshielo liberó unos 35 millones de metros cúbicos de agua y fango que provocó un alud de fango sobre las carreteras, aunque no hubo muertos ni heridos.

India: 400 muertes. Las lluvias sobre Kerala durante el monzón del suroeste (1 de junio a 19 de agosto de 2018) fueron excepcionalmente intensas. Kerala registró 2.346,6 l/m2, un 42% más de lo normal y ocasionó las peores inundaciones en décadas con un balance de 400 muertos.

12 de mayo de 2018

Descubren que Júpiter y Venus están cambiando el clima de la Tierra

El tirón gravitacional de estos planetas alarga la órbita terrestre en un cinco por ciento cada 405.000 años, lo que influye en el clima

La distinta posición de los otros planetas del Sistema Solar influye en la órbita de la Tierra - NASA/JPL Video: Venus y Júpiter son capaces de cambiar el clima de la Tierra

El clima de la Tierra es un fenómeno extremadamente complejo del que solo tenemos datos muy limitados. Por ejemplo, ocurre que los registros más antiguos de temperaturas datan del siglo XIX, y que las huellas del clima pasado que quedan en la geología son gruesas y hablan de períodos de tiempo muy largos. La mayoría de los expertos pueden detectar un calentamiento global acelerado por el hombre y agravado por la destrucción de la naturaleza, pero junto a este proceso hay otros naturales que ejercen una influencia que no siempre podemos comprender. La actividad del Sol, las erupciones volcánicas, el comportamiento de la magnetosfera o la actividad de los seres vivos también puede cambiar el clima de formas difíciles de prever. A veces unos factores van en una misma dirección pero otras no. Esto muestra que en el clima lo único fijo es el cambio.

Un estudio publicado recientemente en «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS) proporciona evidencias sólidas de otro proceso capaz de cambiar el clima. Científicos de la Universidad de Rutgers (Estados Unidos) han confirmado que el tirón gravitacional de Venus y Júpiter alarga la órbita de la Tierra en un cinco por ciento cada 405.000 años. Por eso, el planeta pasa por una etapa media, a los 202.500 años del comienzo del ciclo, en la que la órbita es casi circular. Esto ha estado influyendo en la cantidad de luz solar que ha llegado al hemisferio Norte y ha modulado el clima de la Tierra durante al menos los últimos 205 millones de años.

«Es un resultado impresionante, porque se pensaba que este largo ciclo había ocurrido hace 50 millones de años, pero ahora se ha confirmado para al menos los últimos 205 millones de años», ha dicho en un comunicado de la universidad de Rutgers Dennis V. Kent, primer autor del estudio y experto en paleomagnetismo. «Ahora, los científicos pueden vincular cambios en el clima, el medio ambiente, la evolución de los dinosaurios y los mamíferos y los fósiles en todo el mundo con este ciclo de 405.000 años de una forma precisa».

Desde hace mucho tiempo los astrofísicos han sugerido que la resonancia de los planetas del Sistema Solar crean ciclos en la órbita de la Tierra. Los cálculos matemáticos habían permitido, incluso, reconstruir la evolución de este fenómeno durante los últimos 50 millones de años. Pero ahora, por primera vez, los investigadores han encontrado evidencias físicas para apoyar esta hipótesis, lo que tiene relevancia para los estudios del clima, la evolución de la vida y la propia evolución del Sistema Solar.

Extracción de testigos de roca en Arizona con hasta 215 millones de años de antigüedad-Kevin Krajick/Lamont-Doherty Earth Observatory

Este efecto sobre la órbita es causado sobre todo por Venus y Júpiter. El motivo es que el primero es el planeta más cercano a la Tierra y que el segundo es, con mucho, el planeta más masivo del Sistema Solar. Pues bien, las órbitas de estos planetas hacen que cada varios cientos de miles de años la posición de estos mundos «tire» de la Tierra en relación con el Sol o que el efecto sea contrario.

Las rocas del pasado

Para llegar a estas conclusiones, los autores del estudio han extraido testigos de roca en Arizona y han analizado otras muestras procedentes de Nueva York y Nueva Jersey. En Arizona analizaron rocas formadas en el Triásico tardío, hace 209 a 215 millones de años, en un momento en que comenzaron a evolucionar los mamíferos y los dinosaurios y el súper continente de Pangea se fragmentó. En concreto, analizaron pruebas de fenómenos de inversión de los polos magnéticos.

En Nueva Jersey y Nueva York encontraron restos de la misma época con señales de una alternancia entre períodos secos y húmedos. Al combinar ambos obtuvieron evidencias de que el ciclo de 405.000 años potencia los efectos de otros ciclos planetarios que influyen en el clima.

Los ciclos de Milankovitch

¿Cuáles son estos ciclos? Si los sencillos movimientos de rotación y traslación determinan el paso de los días y las estaciones, algunos movimientos más sutiles del globo influyen en el clima y generan largos ciclos, que, por ejemplo, generan períodos glaciales e interglaciales. Se trata de los llamados ciclos de Milankovitch, en honor al matemático serbio que los estudió en los años veinte.

Dennis V. Kent posa junto a un testigo extraido de Arizona - Nick Romanenko/Rutgers University-New Brunswick




Se conoce un ciclo de 100.000 años en la excentricidad de la órbita terrestre y que se suma al de los 405.000 ahora estudiado. También hay un ciclo de 41.000 años de duración marcado por la inclinación del eje de la Tierra en relación con el Sol, y uno de 21.000 marcado por el cabeceo del planeta, que recuerda al de un trompo cuando gira y se tambalea.

La realidad es que todos estos ciclos influyen en el clima. Determinan cuánta luz solar incide sobre cada hemisferio, lo que es muy importante, porque el norte y el sur no tienen la misma superficie de tierra firme y de océano y, por lo tanto, no reaccionan igual a los cambios en la cantidad de radiación solar que llega.

Sin tener en cuenta que los continentes se mueven en el plazo de millones de años, puede ocurrir que varios de los ciclos de Milankovitch «empujen» en un mismo sentido y promuevan el calentamiento del planeta. Sin embargo, otras veces alcanzarán un equilibrio o bien promoverán el enfriamiento.

¿Detrás de las glaciaciones?

En los setenta se averiguó que los ciclos de Milankovitch parecían explicar la sucesión de glaciaciones y calentamientos de los últimos milones de años, pero no se puede encajar estas tendencias con los cambios en la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, otro gran factor que influye en el clima.

Ahora, la investigación de Kent explica que cuando el ciclo de 405.000 años llega al máximo y la órbita de la Tierra se alarga, los cambios provocados por los otros ciclos se hacen más intensos. En consecuencia, los veranos acaban siendo más cálidos y los inviernos más fríos. Los períodos secos más secos y los húmedos, más húmedos.

Esto coincide, según los investigadores, con lo que ocurrió a finales del Triásico, un momento en que el clima era cálido por motivos desconocidos. Las precipitaciones aumentaron cuando la órbita era más excéntrica, y cuando fue más circular aparecieron periódos más secos.

Según la teoría de Milankovitch, en la actualidad la Tierra está en el máximo de un ciclo de calentamiento de 21.000 años, que acabó con el último período glacial. Por tanto, dentro de milenios deberían comenzar a notarse los efectos del enfriamiento natural del clima. Por otro lado, el planeta está casi en la parte circular del ciclo de 405.000 años, por lo que es difícil que este ciclo tenga consecuencias en la escala de tiempo humano. «Podría pasar. Supongo que podríamos esperar para ver. Por otro lado, todo el dióxido de carbono que estamos metiendo en la atmósfera ahora es clave. Está teniendo un efecto que podemos medir justo ahora. El ciclo planetario es más sutil», ha explicado Dennis V. Kent.


Fuentes: ABC