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19 de diciembre de 2019

SDO Observa una Nueva Clase de Explosión Magnética en el Sol

El Observatorio de Dinámica Solar, SDO, de la NASA ha observado una explosión magnética como nunca antes se había visto. En los abrasadores alcances superiores de la atmósfera del Sol, una prominencia (un gran bucle de material lanzado por una erupción en la superficie solar) comenzó a caer de regreso a la superficie del Sol. Pero antes de que pudiera hacerlo, la prominencia se topó con una trama de líneas de campo magnético, provocando una explosión magnética.



Los científicos han visto previamente el chasquido explosivo y la realineación de líneas de campo magnético enredadas en el Sol, un proceso conocido como reconexión magnética, pero nunca uno que haya sido provocado por una erupción cercana. La observación, que confirma una teoría de hace una década, puede ayudar a los científicos a comprender un misterio clave sobre la atmósfera del Sol, predecir mejor el clima espacial y también puede conducir a avances en los experimentos de fusión controlada y plasma de laboratorio.

"Esta fue la primera observación de un detonante externo de reconexión magnética", dijo Abhishek Srivastava, científico solar del Instituto Indio de Tecnología (BHU), en Varanasi, India. “Esto podría ser muy útil para comprender otros sistemas. Por ejemplo, las magnetosferas planetarias y de la Tierra, otras fuentes de plasma magnetizado, incluidos los experimentos a escala de laboratorio donde el plasma es altamente difusivo y muy difícil de controlar ".

Anteriormente se había visto un tipo de reconexión magnética conocida como reconexión espontánea, tanto en el Sol como alrededor de la Tierra. Pero este nuevo tipo impulsado por explosiones, llamado reconexión forzada, nunca se había visto directamente, se cree que se teorizó por primera vez hace 15 años.

La reconexión espontánea previamente observada requiere una región con las condiciones adecuadas, como tener una delgada capa de gas ionizado o plasma, que solo conduce débilmente la corriente eléctrica, para que ocurra. El nuevo tipo, la reconexión forzada, puede ocurrir en un rango más amplio de lugares, como en el plasma que tiene una resistencia aún menor para conducir una corriente eléctrica. Sin embargo, solo puede ocurrir si hay algún tipo de erupción para desencadenarlo. La erupción exprime el plasma y los campos magnéticos, haciendo que se vuelvan a conectar.

Si bien el revoltijo de líneas de campo magnético del Sol es invisible, afecta al material que las rodea: una sopa de partículas cargadas ultracalientes conocidas como plasma. Los científicos pudieron estudiar este plasma utilizando observaciones del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, o SDO, observando específicamente una longitud de onda de luz que muestra partículas calentadas de 1-2 millones de Kelvin (1.8-3.6 millones de F).

Las observaciones les permitieron ver directamente el evento de reconexión forzada por primera vez en la corona solar, la capa atmosférica más alta del Sol. En una serie de imágenes tomadas durante más de una hora, se podía ver una prominencia en la corona cayendo de nuevo en la fotosfera. En el camino, la prominencia se topó con una trama de líneas de campo magnético, haciendo que se reconectaran en una forma distinta de X.

La reconexión espontánea ofrece una explicación de lo caliente que es la atmósfera solar: misteriosamente, la corona es millones de grados más caliente que las capas atmosféricas inferiores, un enigma que ha llevado a los científicos solares durante décadas a buscar qué mecanismo está impulsando ese calor. Los científicos observaron múltiples longitudes de onda ultravioleta para calcular la temperatura del plasma durante y después del evento de reconexión. Los datos mostraron que la prominencia, que era bastante fría en relación con la abrasadora corona, ganó calor después del evento. Esto sugiere que la reconexión forzada podría ser una de las formas en que la corona se calienta localmente. La reconexión espontánea también puede calentar el plasma, pero la reconexión forzada parece ser un modo de calentarse mucho más efectivo: eleva la temperatura del plasma más rápido, más alto y de manera más controlada.

Si bien el protagonista detrás de este evento de reconexión fue una prominencia, otras erupciones solares como llamaradas y eyecciones de masa coronal, también podrían causar reconexión forzada. Dado que estas erupciones impulsan el clima espacial, las ráfagas de radiación solar que pueden dañar los satélites alrededor de la Tierra, comprender la reconexión forzada puede ayudar a predecir mejor cuándo las partículas disruptivas cargadas de alta energía podrían acelerarse en la Tierra.

Comprender cómo se puede forzar la reconexión magnética de manera controlada también puede ayudar a los físicos de plasma a reproducir la reconexión en laboratorios. Esto sería útil para controlarlos y estabilizarlos.

Los científicos continúan buscando eventos de reconexión más forzados. Con más observaciones, podrían comenzar a comprender la mecánica detrás de la reconexión y cuando podrían suceder. "Nuestro pensamiento es que la reconexión forzada está en todas partes", dijo Srivastava. "Pero tenemos que seguir observándola, cuantificarla, si queremos demostrarlo".

La Sonda Parker Solar de la NASA Realiza Nuevos Descubrimientos Sobre el Sol

Crédito de la imagen: NASA/Johns Hopkins APL

En Agosto de 2018, la sonda solar Parker de la NASA se lanzó al espacio, y pronto se convirtió en la nave espacial más cercana al Sol. Con instrumentos científicos de vanguardia para medir el entorno alrededor de la nave espacial, Parker Solar ha completado tres de los 24 pases planificados a través de partes nunca antes exploradas de la atmósfera del Sol, la corona. El 4 de Diciembre de 2019, cuatro nuevos artículos en la revista Nature describen lo que los científicos han aprendido de esta exploración sin precedentes de nuestra estrella, y lo que esperan aprender a continuación.

Estos hallazgos revelan nueva información sobre el comportamiento del material y las partículas que se alejan del Sol, lo que acerca a los científicos a responder preguntas fundamentales sobre la física de nuestra estrella. En la búsqueda para proteger a los astronautas y la tecnología en el espacio, la información que Parker ha descubierto sobre cómo el Sol expulsa constantemente material y energía ayudará a los científicos a reescribir los modelos que usamos para comprender y predecir el clima espacial alrededor de nuestro planeta y comprender el proceso mediante qué estrellas se crean y evolucionan.

"Estos primeros datos de Parker revelan nuestra estrella, el Sol, de formas nuevas y sorprendentes", dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de ciencias en la sede de la NASA en Washington. “Observar el Sol de cerca en lugar de hacerlo desde una distancia mucho mayor nos está dando una visión sin precedentes de los fenómenos solares importantes y cómo nos afectan en la Tierra, y nos brinda nuevas ideas relevantes para la comprensión de las estrellas activas en las galaxias. Es solo el comienzo de un momento increíblemente emocionante para la heliofísica con Parker a la vanguardia de los nuevos descubrimientos ".

Aunque nos parezca plácido aquí en la Tierra, el Sol es todo menos silencioso. Nuestra estrella es magnéticamente activa, desencadenando poderosas ráfagas de luz, inundaciones de partículas que se mueven cerca de la velocidad de la luz y nubes de material magnetizado de miles de millones de toneladas. Toda esta actividad afecta a nuestro planeta, inyectando partículas dañinas en el espacio donde vuelan nuestros satélites y astronautas, interrumpiendo las comunicaciones y las señales de navegación e incluso, cuando es intenso, provocando cortes de energía. Ha estado sucediendo durante toda la vida de 5 mil millones de años del Sol, y continuará dando forma a los destinos de la Tierra y los otros planetas de nuestro sistema solar en el futuro.

"El Sol ha fascinado a la humanidad durante toda nuestra existencia", dijo Nour E. Raouafi, científico del proyecto de Parker Solar en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins en Laurel, Maryland, que construyó y administra la misión para la NASA. "Hemos aprendido mucho sobre nuestra estrella en las últimas décadas, pero realmente necesitábamos una misión como Parker Solar para entrar en la atmósfera del Sol". Es solo allí donde realmente podemos aprender los detalles de estos complejos procesos solares. Y lo que hemos aprendido solo en estas tres órbitas solares ha cambiado mucho de lo que sabemos sobre el Sol ".

Lo que sucede en el Sol es fundamental para comprender cómo da forma al espacio que nos rodea. La mayor parte del material que escapa del Sol es parte del viento solar, un flujo continuo de material solar que baña todo el sistema solar. Este gas ionizado, llamado plasma, lleva consigo el campo magnético del Sol, extendiéndolo a través del sistema solar en una burbuja gigante que se extiende por más de 10 mil millones de millas.

El Viento Solar Dinámico

Observado cerca de la Tierra, el viento solar es un flujo de plasma relativamente uniforme, con ocasionales caídas turbulentas. Pero para ese punto ya ha recorrido más de noventa millones de millas, y las firmas de los mecanismos exactos del Sol para calentar y acelerar el viento solar han desaparecido. Más cerca de la fuente del viento solar, Parker Solar vio una imagen muy diferente: un sistema complicado y activo.

"La complejidad fue alucinante cuando comenzamos a mirar los datos", dijo Stuart Bale, director de la Universidad de California, Berkeley, para el conjunto de instrumentos FIELDS de Parker Solar, que estudia la escala y la forma de los campos eléctricos y magnéticos. "Ahora me he acostumbrado. Pero cuando se los muestro a mis colegas por primera vez, simplemente están impresionados ". Desde el punto de vista de Parker a 15 millones de millas del Sol, explicó Bale, el viento solar es mucho más impulsivo e inestable que lo que vemos cerca de la Tierra.

Al igual que el propio Sol, el viento solar está formado por plasma, donde los electrones cargados negativamente se han separado de los iones cargados positivamente, creando un mar de partículas que flotan libremente con carga eléctrica individual. Estas partículas que flotan libremente significan que el plasma transporta campos eléctricos y magnéticos, y los cambios en el plasma a menudo dejan marcas en esos campos. Los instrumentos FIELDS inspeccionaron el estado del viento solar midiendo y analizando cuidadosamente cómo los campos eléctricos y magnéticos alrededor de la nave espacial cambiaron con el tiempo, junto con la medición de ondas en el plasma cercano.

Estas mediciones mostraron reversiones rápidas en el campo magnético y chorros de material repentinos y de movimiento más rápido, todas características que hacen que el viento solar sea más turbulento. Estos detalles son clave para comprender cómo el viento dispersa la energía a medida que fluye lejos del Sol y por todo el sistema solar.

Un tipo de evento en particular atrajo la atención de los equipos científicos: la reversión en la dirección del campo magnético, que fluye desde el Sol, incrustado en el viento solar. Estas reversiones, denominadas "conmutaciones", duran desde unos pocos segundos hasta varios minutos a medida que fluyen sobre la sonda solar Parker. Durante una conmutación, el campo magnético vuelve sobre sí mismo hasta apuntar casi directamente hacia el Sol. Juntos, FIELDS y SWEAP, el conjunto de instrumentos de viento solar liderado por la Universidad de Michigan y administrado por el Observatorio Astrofísico Smithsonian, midieron grupos de curvas en los primeros dos sobrevuelos de la sonda Parker Solar.

Parker Solar Probe observó perturbaciones en el viento solar que hicieron que el campo magnético se doblara sobre sí mismo, un fenómeno aún inexplicable que podría ayudar a los científicos a descubrir más información sobre cómo el viento solar acelera el Sol. Créditos: GSFC/Conceptual Image Lab/Adriana Manrique Gutierrez

"Se han visto ondas en el viento solar desde el comienzo de la era espacial, y asumimos que más cerca del Sol las ondas se volverían más fuertes, pero no esperábamos verlas organizarse en estos picos de velocidad estructurados coherentes", dijo Justin Kasper, investigador principal de SWEAP en la Universidad de Michigan en Ann Arbor. "Estamos detectando restos de estructuras del Sol que son arrojadas al espacio y cambiando violentamente la organización de los flujos y el campo magnético. Esto cambiará drásticamente nuestras teorías sobre cómo se calientan la corona y el viento solar ".

Aún no se conoce la fuente exacta de los cambios, pero las mediciones de Parker Solar han permitido a los científicos reducir las posibilidades.

Entre las muchas partículas que fluyen perpetuamente desde el Sol hay un haz constante de electrones que se mueven rápidamente, que circulan a lo largo de las líneas de campo magnético del Sol hacia el sistema solar. Estos electrones siempre fluyen estrictamente a lo largo de la forma de las líneas de campo que se mueven hacia afuera del Sol, independientemente de si el polo norte del campo magnético en esa región en particular apunta hacia o lejos del Sol. Pero la Sonda Parker Solar midió este flujo de electrones que van en la dirección opuesta, volteando hacia el Sol, lo que demuestra que el campo magnético en sí mismo debe doblarse hacia el Sol, en lugar de que la Sonda Parker Solar simplemente encuentre una línea de campo magnético diferente del Sol. Esto sugiere que los cambios son retorcimientos en el campo magnético: perturbaciones localizadas que se alejan del Sol, en lugar de un cambio en el campo magnético a medida que emerge del Sol.

Las observaciones de Parker Solar Probe sobre los cambios sugieren que estos eventos se volverán aún más comunes a medida que la nave espacial se acerque al Sol. El próximo encuentro solar de la misión el 29 de enero de 2020 llevará la nave espacial más cerca del Sol que nunca antes, y puede arrojar nueva luz sobre este proceso. Dicha información no solo ayuda a cambiar nuestra comprensión de las causas del viento solar y el clima espacial que nos rodea, sino que también nos ayuda a comprender un proceso fundamental de cómo funcionan las estrellas y cómo liberan energía en su entorno.

El viento solar giratorio

Algunas de las mediciones de Parker Solar están acercando a los científicos a las respuestas a preguntas de hace décadas. Una de esas preguntas es acerca de cómo, exactamente, el viento solar fluye del Sol.

Cerca de la Tierra, vemos que el viento solar fluye casi radialmente, lo que significa que fluye directamente desde el Sol, directamente en todas las direcciones. Pero el Sol gira mientras libera el viento solar; antes de liberarse, el viento solar giraba junto con él. Esto es un poco como los niños que viajan en el carrusel de un parque infantil: la atmósfera gira con el Sol al igual que la parte exterior del carrusel, pero cuanto más te alejas del centro, más rápido te mueves en el espacio. Un niño en el borde podría saltar y, en ese punto, moverse en línea recta hacia afuera, en lugar de continuar girando. De manera similar, hay un punto entre el Sol y la Tierra, el viento solar pasa de girar junto con el Sol a fluir directamente hacia afuera, o radialmente, como vemos desde la Tierra.

Exactamente donde el viento solar pasa de un flujo rotacional a un flujo perfectamente radial tiene implicaciones sobre cómo el Sol arroja energía. Encontrar ese punto puede ayudarnos a comprender mejor el ciclo de vida de otras estrellas o la formación de discos protoplanetarios, los densos discos de gas y polvo alrededor de estrellas jóvenes que eventualmente se unen en planetas.

Ahora, por primera vez, en lugar de solo ver ese flujo directo que vemos cerca de la Tierra, Parker Solar pudo observar el viento solar mientras todavía estaba girando. Es como si Parker Solar tuviera una vista del carrusel giratorio directamente por primera vez, no solo de los niños que saltan de él. El instrumento de viento solar de Parker Solar detectó la rotación comenzando a más de 20 millones de millas del Sol, y cuando Parker se acercó a su punto de perihelio, la velocidad de la rotación aumentó. La fuerza de la circulación fue más fuerte de lo que muchos científicos habían predicho, pero también hizo una transición más rápida de lo previsto a un flujo externo, que es lo que ayuda a enmascarar estos efectos desde donde nos sentamos, a unos 93 millones de millas del Sol.

"El gran flujo rotacional del viento solar visto durante los primeros encuentros ha sido una verdadera sorpresa", dijo Kasper. "Si bien esperamos ver un movimiento rotacional más cercano al Sol, las altas velocidades que estamos viendo en estos primeros encuentros son casi diez veces más grandes que lo predicho por los modelos estándar ".

Polvo cerca del Sol

Otra pregunta que se acerca a una respuesta es la esquiva zona libre de polvo. Nuestro sistema solar está inundado de polvo: las migajas cósmicas de colisiones que formaron planetas, asteroides, cometas y otros cuerpos celestes hace miles de millones de años. Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que, cerca del Sol, este polvo se calentaría a altas temperaturas por la potente luz solar, convirtiéndolo en un gas y creando una región libre de polvo alrededor del Sol. Pero nadie lo había observado nunca.

Por primera vez, las imágenes de Parker Solar vieron que el polvo cósmico comenzaba a diluirse. Debido a que WISPR, el instrumento de imágenes de Parker Solar desde el costado de la nave espacial, puede ver amplias franjas de la corona y el viento solar, incluidas las regiones más cercanas al Sol. Estas imágenes muestran que el polvo comienza a diluirse a poco más de 7 millones de millas del Sol, y esta disminución en el polvo continúa constantemente hasta los límites actuales de las mediciones de WISPR a poco más de 4 millones de millas del Sol.

La sonda Parker Solar vio cómo el polvo cósmico (ilustrado aquí), disperso por todo nuestro sistema solar, comienza a diluirse cerca del Sol, apoyando la idea de una zona libre de polvo cerca del Sol. Créditos: GSFC/Scott Wiessinger

"Esta zona libre de polvo se predijo hace décadas, pero nunca se había visto antes", dijo Russ Howard, investigador principal de WISPR en el Laboratorio de Investigación Naval en Washington, D.C. " Ahora estamos viendo lo que le sucede al polvo cerca del Sol ".

Al ritmo de pérdida, los científicos esperan ver una zona verdaderamente libre de polvo que comience a poco más de 2-3 millones de millas del Sol, lo que significa que la sonda Parker Solar podría observar la zona libre de polvo ya en 2020, cuando su sexto sobrevuelo del Sol la llevará más cerca de nuestra estrella que nunca.
Poner el clima espacial bajo un microscopio
Las mediciones de Parker Solar nos han dado una nueva perspectiva sobre dos tipos de eventos climáticos espaciales: tormentas de partículas energéticas y eyecciones de masa coronal.

Las partículas diminutas, tanto electrones como iones, son aceleradas por la actividad solar, creando tormentas de partículas energéticas. Los eventos en el Sol pueden enviar estas partículas disparadas hacia el sistema solar a casi la velocidad de la luz, lo que significa que llegan a la Tierra en menos de media hora y pueden impactar a otros mundos en escalas de tiempo igualmente cortas. Estas partículas transportan mucha energía, por lo que pueden dañar la electrónica de las naves espaciales e incluso poner en peligro a los astronautas, especialmente aquellos en el espacio profundo, fuera de la protección del campo magnético de la Tierra, y el corto tiempo de advertencia para tales partículas hace que sea difícil evitarlas.

Comprender exactamente cómo se aceleran estas partículas a velocidades tan altas es crucial. Pero a pesar de que llegan a la Tierra en tan solo unos minutos, todavía es tiempo suficiente para que las partículas pierdan las firmas de los procesos que las aceleraron en primer lugar. Al girar alrededor del Sol a solo unos pocos millones de millas de distancia, la Sonda Parker Solar puede medir estas partículas justo después de haber salido del Sol, arrojando nueva luz sobre cómo se liberan.

Los instrumentos ISʘIS de Parker Solar, liderados por la Universidad de Princeton, han medido varios eventos de partículas energéticas nunca antes vistos, eventos tan pequeños que se pierden todos los rastros antes de que lleguen a la Tierra o cualquiera de nuestros satélites cercanos a la Tierra. Estos instrumentos también han medido un tipo raro de explosión de partículas con un número particularmente alto de elementos más pesados, lo que sugiere que ambos tipos de eventos pueden ser más comunes de lo que los científicos pensaban anteriormente.

"Es sorprendente, incluso en condiciones mínimas solares, el Sol produce muchos más pequeños eventos de partículas energéticas de lo que pensamos", dijo David McComas, investigador principal de la suite de ISʘIS, en la Universidad de Princeton en Nueva Jersey. "Estas medidas nos ayudarán a desentrañar las fuentes, la aceleración y el transporte de partículas energéticas solares y, en última instancia, proteger mejor los satélites y los astronautas en el futuro".

Los datos de los instrumentos WISPR también proporcionaron detalles sin precedentes sobre estructuras en la corona y el viento solar, incluidas expulsiones de masa coronal, nubes de material solar de miles de millones de toneladas que el Sol envía a toda velocidad hacia el sistema solar. Las CME pueden desencadenar una variedad de efectos en la Tierra y otros mundos, desde las auroras hasta la inducción de corrientes eléctricas que pueden dañar las redes eléctricas y las tuberías. La perspectiva única de WISPR, al mirar estos eventos a medida que se alejan del Sol, ya ha arrojado nueva luz sobre la gama de eventos que nuestra estrella puede desencadenar.

"Dado que la sonda Parker Solar coincidía con la rotación del Sol, pudimos observar la salida de material durante días y ver la evolución de las estructuras", dijo Howard. "Las observaciones cerca de la Tierra nos han hecho pensar que las estructuras finas en la corona se convierten en un flujo suave, y estamos descubriendo que eso no es cierto. Esto nos ayudará a modelar mejor cómo viajan los eventos entre el Sol y la Tierra".

A medida que Parker Solar continúa su viaje, realizará 21 aproximaciones más cercanas al Sol a distancias cada vez más cercanas, culminando en tres órbitas a solo 3.83 millones de millas de la superficie solar.

"El Sol es la única estrella que podemos examinar de cerca", dijo Nicola Fox, director de la División de Heliofísica en la sede de la NASA. “Obtener datos en la fuente ya está revolucionando nuestra comprensión de nuestra propia estrella y estrellas en todo el universo. Nuestra pequeña nave espacial está combatiendo en condiciones brutales para enviar a casa revelaciones sorprendentes y emocionantes ".



Fuentes: Nasa en Español

5 de diciembre de 2019

Una nave entra por primera vez en el Sol

La sonda'Parker' se zambulle en la atmósfera solar, un ambiente a un millón de grados dominado por vientos de 150 kilómetros por segundo

Por primera vez en la historia una nave espacial ha entrado en la atmósfera del Sol y ha sobrevivido para contarlo. Hoy se publican los primeros resultados científicos recogidos por la sonda solar Parker de la NASA durante sus dos primeros acercamientos al astro. Los datos desvelan una estrella mucho más violenta y enigmática de lo que se pensaba.

La principal misión de la sonda Parker es entender por qué las capas más superficiales de la atmósfera solar, la corona, pueden alcanzar temperaturas de un millón de grados mientras que mucho más adentro, en la superficie, solo hay unos 5.000 grados. Resolver este enigma es esencial para entender el comportamiento de la estrella y su viento solar, una oleada de partículas subatómicas cargadas que escupe en todas direcciones. Las tormentas solares pueden ser una amenaza para los astronautas y causar importantes daños en el tendido eléctrico y las comunicaciones por satélite.



La sonda ha explorado la zona a unos 24 millones de kilómetros de la superficie, seis veces más cerca de lo que la Tierra está del Sol. La nave sigue una órbita muy apaisada de modo que, tras acercarse al máximo al Sol, se aleja hasta llegar más allá de Venus, el segundo planeta más cercano al astro. Además va armada con un escudo térmico que siempre da la cara al Sol y que es capaz de soportar temperaturas de 1.400 grados. Al otro lado de esta coraza los instrumentos científicos se mantienen a unos 30 grados.


El escudo térmico de la Parker, hecho de carbono y con un grosor de 11 centímetros y medio. NASA

Los primeros resultados de la misión se publican hoy en cuatro estudios en la revista científica Nature. Uno de ellos demuestra que el flujo de partículas es mucho más rápido de lo que se había observado. “Hemos visto que el viento solar avanza formando enormes olas que, en cuestión de minutos, duplican su velocidad llegando hasta los 150 kilómetros por segundo”, explica Justin Kasper, físico de la Universidad de Michigan y coautor de varios de los estudios publicados hoy. “Es algo nunca visto hasta ahora”, resalta el investigador.

Trayectoria y posición actual de la sonda Parker 





Fuente: NASA, parkersolarprobe.jhuapl.edu 
EL PAÍS 


Las ráfagas de viento solar “vienen en grupos y parecen tener una estructura coherente”, explica Kasper. 

Según su equipo, estos patrones pueden deberse a que el Sol genera un campo magnético que marca el camino que siguen las partículas y las acelera. Esta especie de autopista tiene forma de s, de forma que los electrones y protones cargados no viajan en línea recta, sino haciendo eses en su cada vez más rápido camino hacia la Tierra.

Al igual que la atmósfera terrestre, el plasma de partículas cargadas de la corona solar gira en el mismo sentido que la estrella. En teoría, la velocidad de rotación debería ir disminuyendo a medida que el plasma se aleja de la superficie, pero los datos de la Parker muestran que, en las capas más superficiales de la corona, el plasma va “unas 20 veces más rápido de lo que debería según las predicciones”, explica Kasper. Por el momento no hay muchas respuestas sobre los fenómenos observados, reconoce el físico, pero sí la esperanza de que en los próximos años se consigan entender, incluso predecir. 

“Estamos hablando de una zona del sistema solar que nunca se había explorado así que, solo por eso, estos estudios suponen un hito”, resalta Javier Rodríguez-Pacheco, científico destacado de la misión Solar Orbiter (SolO) de la Agencia Espacial Europea y miembro del equipo de coordinación con la misión de la NASA. En algo más de un mes la sonda Parker usará la gravedad de Venus para zambullirse más profundamente en la atmósfera del Sol. Irá cerrando su órbita hasta alcanzar dentro de cinco años su máxima cercanía, a unos 6,9 millones de kilómetros de la superficie. Para entonces, a sus observaciones se habrán sumado las de Solar Orbiter, una misión con muchos más instrumentos que se lanza en febrero del año próximo y que observará el Sol a una distancia de unos 42 millones de kilómetros. 

Para Rodríguez es demasiado pronto para saber si lo observado por la sonda Parker es la norma o un fenómeno puntual, algo que se confirmará primero durante las próximas órbitas solares y después con las observaciones de la misión Solar Orbiter. La sonda europea será la primera en observar los polos del astro, invisibles desde la Tierra y que son claves para entender los ciclos solares de actividad magnética, que duran unos 11 años. Con los datos que recojan estas dos naves se podrá tal vez empezar a explicar el misterio de nuestra estrella y el de millones de astros como ella.

Fuentes: El Pais

20 de agosto de 2019

Un Año y Dos Viajes Alrededor del Sol para la Sonda Parker Solar de la NASA

Desde el lanzamiento de la sonda Parker Solar de la NASA el 12 de Agosto de 2018, la Tierra ha realizado un solo viaje alrededor del Sol, mientras que el atrevido explorador solar está en su tercera órbita alrededor de nuestra estrella. Con dos pases cercanos por el Sol ya realizados, Parker Solar está acelerando hacia otro enfoque solar cercano el 1 de Septiembre de 2019.


Parker Solar lleva el nombre de Eugene Parker, el físico que teorizó por primera vez el viento solar (el flujo constante de partículas y campos magnéticos del Sol) en 1958. Parker Solar es la primera misión de la NASA en ser nombrada en homenaje a una persona viva.

En este año transcurrido desde su lanzamiento, Parker Solar ha recopilado una gran cantidad de datos científicos de dos pases cercanos al Sol.

"Estamos muy contentos", dijo Nicky Fox, director de la División de Heliofísica de la NASA en la sede de la NASA en Washington, DC. "Hemos logrado reducir al menos el doble de datos de lo que originalmente sospechábamos que obtendríamos de esos dos primeros perihelios".


La nave espacial lleva cuatro conjuntos de instrumentos científicos para recopilar datos sobre las partículas, el plasma del viento solar, los campos eléctricos y magnéticos, las emisiones de radio solar y las estructuras en la atmósfera exterior caliente del Sol, la corona. Esta información ayudará a los científicos a desentrañar la física que impulsa las temperaturas extremas en la corona, que es contraintuitivamente más caliente que la superficie solar debajo, y los mecanismos que conducen las partículas y el plasma al sistema solar.

El instrumento WISPR de Parker Solar captura imágenes de las estructuras del viento solar a medida que salen del Sol, lo que permite a los científicos conectarlas con las mediciones in situ de Parker de sus otros instrumentos.

Este video, que se extiende del 6 al 10 de Noviembre de 2018, combina vistas de ambos telescopios WISPR durante el primer encuentro solar de Parker Solar. El Sol está fuera de encuadre más allá del lado izquierdo de la imagen combinada, por lo que el viento solar fluye de izquierda a derecha más allá de la vista de los telescopios. La estructura brillante cerca del centro del borde izquierdo es lo que se conoce como un streamer, un flujo de viento solar relativamente denso y lento proveniente del Sol, que se origina cerca del ecuador del Sol.

El video parece acelerarse y ralentizarse a lo largo de la película debido a las formas en que los datos se almacenan en diferentes puntos de la órbita de la sonda solar Parker. Cerca del perihelio, la aproximación más cercana al Sol, la nave espacial almacena más imágenes, y más frames para una sección determinada, lo que hace que el video parezca ralentizarse. Estas imágenes han sido calibradas y procesadas para eliminar el ruido de fondo.

El centro galáctico de la Vía Láctea es visible en el lado derecho del video. El planeta visible a la izquierda es Mercurio. Las finas rayas blancas en la imagen son partículas de polvo que pasan frente a las cámaras de WISPR.

El equipo de la misión se encuentra actualmente en el proceso de analizar datos de las dos primeras órbitas de Parker Solar, que se presentarán al público en 2019.

"Los datos que vemos de los instrumentos de Parker Solar nos muestran detalles sobre estructuras y procesos solares que nunca hemos visto antes", dijo Nour Raouafi, científico del proyecto Parker Solar en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins, que construyó y opera la misión para la NASA: "Volar cerca del Sol, un entorno muy peligroso, es la única forma de obtener estos datos, y la nave espacial está funcionando con gran éxito".




Fuentes: Nasa en Español

28 de abril de 2019

La actividad del Sol sigue bajando y aún no ha llegado al mínimo que marca el cambio de ciclo

Erupción solar el 20 de junio de 2013. Estas llamaradas pueden enviar miles de millones de toneladas de partículas a toda velocidad a través del espacio y llegar a la Tierra en solo tres días. / NASA.

Últimos datos sobre la tendencia solar que se avecina

El panel de expertos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UUU ha emitido la primera predicción sobre cómo será el próximo ciclo solar. Se espera que se frene el descenso en la actividad de nuestra estrella observado en el pasado medio siglo.


El Sol está tranquilo. ¿Cuándo se despertará? No, no sigue una rima, sino la primera predicción que emiten oficialmente los expertos para el ciclo solar 25, que empezará “a finales de 2019 o en 2020”. Será un ciclo “como el anterior”, lo que significa que la estrella estará muy poco activa, pero no menos que en su ciclo previo. Es decir, se frena la tendencia que algunos interpretaban como de acercamiento a una pequeña era glacial en la Tierra, que coincidió con el llamado mínimo de Maunder.

Desde Boulder, Colorado, donde dirige el proyecto del futuro telescopio solar estadounidense DKIST, el físico solar Valentín Martínez Pillet resume las conclusiones del panel que ha revisado las predicciones para el próximo ciclo solar, presentadas recientemente en la Space Weather Week de la NOAA, la Administración Nacional de la Atmósfera y el Océano estadounidense, también en Boulder.

“Básicamente hay tres puntos: no hemos llegado al mínimo solar todavía; no estamos en un mínimo de Maunder; el ciclo 25 será parecido al ciclo 24”, explica Martínez Pillet a Sinc.

Al emitir la predicción, la comunidad de física solar pone sus cartas boca arriba y somete a examen su conocimiento sobre nuestra estrella


Es una predicción de consenso, que tiene en cuenta los resultados de más de un centenar de modelos sobre el funcionamiento del sol. Y emitirla es en sí mismo un experimento: la comunidad de física solar somete a examen su grado de conocimiento sobre nuestra estrella, poniendo sus cartas boca arriba antes de que la realidad se manifieste.

Es un tipo de conocimiento que cobra cada vez más importancia práctica. La actividad solar es fuente de tormentas solares capaces de dañar satélites e instalaciones eléctricas en la Tierra. Para una sociedad cada vez más dependiente de la tecnología espacial (GPS) y las telecomunicaciones, poder predecirla con tiempo suficiente para proteger los equipos es importante.

Hoy en día, gracias a los satélites de observación del Sol y a instrumentos en tierra, es posible alertar de la llegada de tormentas solares con horas de antelación –a veces días–, pero las administraciones querrían mejorar los pronósticos de clima espacial y disponer además de una predicción a largo plazo de todo el ciclo de actividad del Sol, que dura unos once años.

Estas variaciones cíclicas de actividad solar se conocen desde mediados del siglo XIX, con el primer ciclo registrado en 1745.

Los físicos ‘suspendieron’ en el ciclo 24

El presente ciclo hace el número 24, está próximo a su final y ha supuesto un suspenso para los físicos: “Para el ciclo 24 se hicieron realmente muchas predicciones con poco consenso”, escribían en Nature Communications el pasado diciembre dos expertos del Centro de Excelencia en Ciencias del Espacio de India antes de hacer su propia predicción para el próximo ciclo. En el 24 había simulaciones que preveían mucha actividad, y otras justamente lo contrario.

Lo cierto es que el actual ciclo 24 ha sido el equivalente al Brexit, anómalo y por tanto inesperado. La actividad solar ha sido de las más bajas el último siglo, con un prolongado mínimo en 2008.

El actual ciclo 24 ha sido el equivalente al Brexit, anómalo e inesperado



A finales de ese año ya apareció el primer signo de cambio de ciclo, pero a lo largo de 2009 el Sol seguía tan dormido que se empezó a especular con una repetición del mínimo de Maunder, un periodo entre 1645 y 1715 con muy baja actividad solar y que coincidió con temperaturas inusualmente frías en Europa y Norteamérica. La coincidencia, sin embargo, no implica causalidad: en general los expertos no atribuyen el frío de ese periodo a la baja actividad solar.

Manchas que hablan de la actividad

El rasgo más visible de actividad solar son las manchas solares: cuantas más manchas, más actividad geomagnética. Las manchas son regiones de campo magnético activo en la superficie del Sol, generado por el movimiento del plasma en el interior de la estrella, que hace el efecto de una dinamo. Se asocian a las tormentas solares, un término laxo que engloba fenómenos físicos distintos capaces de alterar con partículas cargadas y grandes dosis de radiación el entorno espacial terrestre. Durante 2007, 2008 y 2009 apenas hubo manchas, solo dos en diciembre de 2008.

Ahora nos aproximamos al mínimo del presente ciclo. El 11 de abril la actividad es muy baja y no se esperan tormentas en los próximos tres días. Pero la actividad aún debe bajar más, hasta alcanzar las cotas inferiores a finales de este año o en 2020.

La predicción de consenso para el ciclo solar 25, emitida por el panel de expertos de la NOAA, es que “el ciclo 25 podría tener un comienzo lento, pero se prevé que tenga un máximo entre 2023 y 2026, y un número de manchas entre 95 y 130. Es una cifra mucho menor que la media, entre 140 y 220 manchas por ciclo”.

Se prevé que el ciclo 25 tenga un máximo entre 2023 y 2026, y un número de manchas entre 95 y 130, una cifra mucho menor que la media


El panel se muestra muy seguro (“alta confianza”) de que el próximo ciclo romperá la tendencia a la débil actividad solar que hemos observado en los pasados cuatro ciclos: “Esperamos que el ciclo 25 sea muy similar al 24: otro ciclo débil, precedido por un largo y profundo mínimo”, declaró Lisa Upton, física solar de Space Systems Research Corp.

Si ambos ciclos son, en efecto, similares, significará “que el declinamiento gradual en la amplitud del ciclo solar, observado entre los ciclos 21 a 24, ha concluido y no hay indicios de que nos estemos aproximando a un mínimo en la actividad solar como el de Maunder”, ha añadido Upton.

Ahora falta que acierten las predicciones. El modelo de la propia Upton, publicado el año pasado, predecía que la tendencia a la baja actividad sí seguiría, de forma que “el ciclo 25 será el más débil de los últimos cien años”.

Once años... más o menos

En el fondo, lo que ocurre es que el ciclo solar “es un fenómeno complejo que dura unos once años”, explica a Sinc el físico solar del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Pere L. Pallé. La periodicidad de los ciclos no es en absoluto perfecta.

Pallé explica que los modelos predictivos son de dos tipos: unos están basados en modelos estadísticos y predictivos, que tienen en cuenta la forma de los pasados ciclos para predecir el que viene. Otros, los modelos de dinamo solar, van al meollo de la cuestión: aplican los principios físicos que describen el comportamiento de la materia en un estado especial, como es el plasma en presencia de campos electromagnéticos en un cuerpo que gira (el Sol).

Lo que distingue a unos modelos de otros es “la complejidad y detalle de la física que se utiliza para modelar la actividad magnética, y no hay mucho acuerdo entre ellos”. El experto confía en que las nuevas previsiones acierten más que las anteriores: “Todos estamos a la espera de cuán bien van a hacerlo en el nuevo ciclo que ahora empieza... Creo que mejorará la predicción”.

Fuente: SINC

24 de febrero de 2019

IRIS Observa Plasma Caliente con Forma de “Renacuajos” en el Sol



Estas imágenes captadas por IRIS muestran los chorros en forma de renacuajo que contienen pseudo-descargas saliendo del Sol.‎ Créditos: Abhishek Srivastava IIT (BHU)/Joy Ng, NASA’s Goddard Space Flight Center
Científicos han descubierto chorros con forma de renacuajo que salen de regiones con campos magnéticos intensos en el Sol. A diferencia de los que viven en la Tierra, estos "renacuajos", formalmente llamados pseudo-descargas, están hechos completamente de plasma, el material conductor de electricidad cargado de partículas que representan aproximadamente el 99 por ciento del universo observable. El descubrimiento agrega una nueva pista a uno de los misterios más antiguos de la astrofísica.

Durante 150 años, los científicos han estado tratando de averiguar por qué la tenue atmósfera superior del Sol, la corona, es 200 veces más caliente que la superficie solar. Esta región, que se extiende a lo largo de millones de kilómetros, de alguna manera se sobrecalienta y libera continuamente partículas altamente cargadas, que corren a través del sistema solar a velocidades supersónicas.

Cuando esas partículas se encuentran con la Tierra, tienen el potencial de dañar satélites y astronautas, interrumpir las telecomunicaciones e incluso interferir con las redes eléctricas durante eventos particularmente fuertes. Comprender cómo la corona se calienta tanto puede, en última instancia, ayudarnos a comprender la física fundamental detrás de lo que impulsa estos eventos en la Tierra.

En los últimos años, los científicos han debatido ampliamente dos posibles explicaciones para el calentamiento coronal: nanobengalas y ondas electromagnéticas. La teoría de la nanobengala propone explosiones similares a bombas, que liberan energía a la atmósfera solar. Hermanos de las llamaradas solares más grandes, se espera que ocurran cuando las líneas del campo magnético se vuelven a conectar de forma explosiva, liberando una oleada de partículas calientes y cargadas. Una teoría alternativa sugiere que un tipo de onda electromagnética llamada ondas de Alfvén podría empujar partículas cargadas a la atmósfera como una onda del océano que empuja a un surfista. Los científicos ahora piensan que la corona puede ser calentada por una combinación de fenómenos como estos, en lugar de uno solo.

El nuevo descubrimiento de pseudo-descargas agrega otro jugador a ese debate. En particular, puede aportar calor a la corona durante momentos específicos, especialmente cuando el Sol está activo, como durante los máximos solares, la parte más activa del ciclo de 11 años del Sol marcado por un aumento en las manchas solares, las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal.

El descubrimiento de los renacuajos solares fue algo fortuito. Cuando los científicos analizaron recientemente los datos de la misión IRIS de la NASA, los científicos notaron que había chorros alargados únicos que emergían de las manchas solares (regiones frías y magnéticamente activas en la superficie del Sol) y que se elevaban 4.800 kilómetros hacia la corona interior. Los chorros, con cabezas voluminosas y colas enrarecidas, les parecieron a los científicos como renacuajos nadando a través de las capas del Sol.

"Estábamos buscando ondas y expulsión de plasma, pero en cambio, notamos estas pseudo-descargas dinámicas, como chorros de plasma desconectados, que no son como choques reales sino que son altamente energéticos para cumplir con las pérdidas de radiación del Sol", dijo Abhishek Srivastava, científico Instituto de Tecnología (BHU) en Varanasi, India, y autor principal del nuevo artículo publicado en Nature Astronomy.

Usando simulaciones por computadora que coinciden con los eventos, determinaron que estas pseudo-descargas podrían llevar suficiente energía y plasma para calentar la corona interna.

Los científicos creen que los pseudo-descargas son expulsadas por la reconexión magnética, un enredo explosivo de las líneas del campo magnético, que a menudo ocurre en y alrededor de las manchas solares. Las pseudo-descargas solo se han observado alrededor de los bordes de las manchas solares hasta ahora, pero los científicos esperan que también se encuentren en otras regiones altamente magnetizadas.
En los últimos cinco años, IRIS ha mantenido un ojo en el Sol en sus más de 1.,000 órbitas alrededor de la Tierra. Es uno de los muchos satélite de la flota de la NASA que mira al Sol y ha observado continuamente el Sol durante las últimas dos décadas. Juntos, están trabajando para resolver el debate sobre el calentamiento coronal y resolver otros misterios que guarda el Sol.

24 de junio de 2018

¿Cuál es la diferencia entre solsticio y equinoccio?



La Tierra, en su órbita alrededor del Sol - Fotolia | Vídeo: Así se ve el solsticio desde el espacio

Las estaciones son una de las formas más claras que tiene la naturaleza de decirnos que pertenecemos a algo mucho más grande que nosotros mismos. Están determinadas por cuatro posiciones de la Tierra en su órbita alrededor del Sol que se conocen con el nombre de solsticios y equinoccios. El solsticio de invierno, el equinoccio de primavera, el solsticio de verano -que comienza este jueves, 21 de junio, a las 12.07 hora peninsular española (11.00 UT)- y el equinoccio de otoño.

Pero, ¿por qué hoy celebramos un solsticio y no un equinoccio? Por la sencilla razón de que la órbita de la Tierra no es exactamente circular, sino ovalada o elíptica. Por eso, tiene dos ejes, uno mayor y otro menor, de tal manera que dos veces al año la Tierra pasa por los extremos del eje mayor, y otras dos veces por los del eje menor.

El punto de la órbita de la Tierra que coincide con uno de los extremos del eje mayor recibe el nombre de solsticio: uno coincide con el inicio del verano y el otro con el inicio del invierno. El solsticio de verano también es el día que tiene la noche más corta del año, y el de invierno tiene la noche más larga del año.

De la misma forma, los puntos de la órbita en los que la Tierra coincide con los extremos del eje menor se llaman equinoccios. También son dos, que coinciden con el inicio de la primavera y el otoño. Los equinoccios son los días del año en los que el día y la noche duran lo mismo.

Desde el equinoccio de primavera hasta el solsticio de verano la duración de la noche es cada vez menor, y hay cada vez más horas de luz. A partir del solsticio de verano las horas de luz se van reduciendo, hasta que en el equinoccio de otoño se igualan las horas de luz y de oscuridad, y en el solsticio de invierno se alcanza el máximo de horas de oscuridad.

Hay que tener en cuenta que los solsticios y los equinoccios son distintos en el hemisferio norte y en el sur, ya que mientras en uno es verano, en el otro es invierno y al revés, y lo mismo sucede con los equinoccios.

Fuentes: ABC

Así se ve el solsticio desde el espacio


  • Observa cómo cambia de estación el planeta Tierra desde el espacio

La Tierra en una imagen real del Solsticio de verano del año 2011, el eje de la tierra está declinado respecto al sol +23º 27' - NASA

Las estaciones de suceden porque la Tierra se mueve de manera continua alrededor del Sol. En función de la distancia que nuestro planeta tenga con la estrella podemos hablar de primavera o verano, otoño e invierno.

En la imágen inferior podemos ver cómo el 20 de marzo y el 20 de septiembre, el eje de la tierra es una línea recta de norte a sur, y se dice que el Sol se encuentra directamente encima del ecuador. Sin embargo, el 21 de diciembre, el Sol reside directamente sobre el Trópico de Capricornio, y la luz del sol se extiende sobre el Hemisferio Sur. El 21 de junio, el Sol se encuentra sobre el Trópico de Cáncer, extendiendo más luz del sol en el norte.










Fuentes: ABC

31 de mayo de 2018

Imagen del Sol y la región activa 2712



Imagen del Sol tomada la tarde del martes, 30 de mayo de 2018, desde Oro Valley en el estado de Arizona, Estados Unidos. Cerca del centro del disco se puede ver la región activa 2712. Tambien se puede ver una prominencia solar en la zona inferior-izquierda. La captura se obtuvo con una cámara DMK41.

Crédito: Ron Cottrell

Fuentes: universo hoy

12 de mayo de 2018

¿Qué pasará cuando el Sol muera?

Abell 39, un bello ejemplo de nebulosa planetaria, muy similar a lo que se convertirá el Sol cuando muera - TARECTOR (NRAO / AUI / NSF Y NOAO / AURA / NSF) Y BAWOLPA (NOAO / AURA / NSF)

No hay duda. Es ineludible. Los científicos coinciden en que el Sol envejecerá, se hinchará y se convertirá en una gigante roja que arrasará la Tierra e incluso el lejano Júpiter. Por entonces, nadie seguirá todavía en este planeta para contarlo, pero la desolación continuará hasta que nuestra estrella muera dentro de unos 10.000 millones de años.

Lo que no estaba tan claro es lo que sucederá después. Hasta ahora, porque un equipo internacional de astrónomos cree saber cómo continúa la historia. La investigación, publicada en la revista «Nature Astronomy», predice que tras su muerte, el Sol se convertirá en un anillo masivo de gas y polvo interestelar luminoso, conocido como nebulosa planetaria.

Una nebulosa planetaria marca el final del 90% de todas las vidas activas de las estrellas y traza la transición del astro de una gigante roja a una enana blanca, que en realidad son gigantescos trozos de materia degenerada sin una fuente de energía interna. Pero, durante años, los científicos no estaban seguros de si el Sol en nuestra galaxia seguiría el mismo destino, ya que se pensaba que tenía una masa demasiado baja como para crear una nebulosa planetaria visible.



Para descubrirlo, el equipo desarrolló un nuevo modelo estelar de datos que predice el ciclo de vida de las estrellas. El modelo se usó para predecir el brillo (o luminosidad) de la envoltura eyectada, para estrellas de diferentes masas y edades.

«Cuando una estrella muere, expulsa al espacio una masa de gas y polvo, conocida como envoltura, que puede llegar a la mitad de su masa total. Esto revela el núcleo de la estrella, que en este punto se está quedando sin combustible, eventualmente apagándose y finalmente muriendo», explica Albert Zijlstra, de la Universidad de Manchester (Reino Unido) y uno de los autores del estudio.

«Es solo entonces cuando el núcleo caliente hace que la envoltura expulsada brille durante unos 10.000 años, un breve período en astronomía», continúa el científico. Esto es lo que hace que la nebulosa planetaria sea visible. «Algunas son tan brillantes que se pueden ver desde distancias extremadamente grandes que miden decenas de millones de años luz, donde la estrella misma habría sido demasiado débil para ser vista», afirma.

Un misterio de hace 25 años

El modelo también resuelve otro problema que ha dejado perplejos a los astrónomos durante un cuarto de siglo. Aproximadamente hace 25 años, los astrónomos descubrieron que si se miran las nebulosas planetarias en otra galaxia, las más brillantes siempre tienen el mismo brillo. De esta forma, se descubrió que era posible saber a qué distancia estaba una galaxia solo por la aparición de sus nebulosas planetarias más brillantes. En teoría, funcionaba en cualquier tipo de galaxia.

Pero aunque los datos sugirieron que esto era correcto, los modelos científicos afirmaban lo contrario. «Las estrellas viejas de baja masa deberían formar una nebulosa planetaria mucho más débil que las estrellas más jóvenes y masivas. Esto se ha convertido en una fuente de conflicto en el pasado durante 25 años», señala Zijlstra.

«Los datos decían que se podían obtener nebulosas planetarias brillantes a partir de estrellas de poca masa como el Sol. Los modelos decían que eso no era posible, nada por debajo de dos veces la masa del Sol daría una nebulosa planetaria suficientemente brillante como para ser vista».

Pero los nuevos modelos muestran que después de la expulsión de la envoltura, las estrellas se calientan tres veces más rápido que en los modelos más antiguos. Esto hace que sea mucho más fácil para una estrella de baja masa, como el Sol, formar una nebulosa planetaria brillante. El equipo descubrió que en los nuevos modelos, el Sol es casi exactamente la estrella de menor masa que todavía produce una nebulosa planetaria visible, aunque débil. Las estrellas que son solo un poco más pequeñas no lo consiguen. «Este es un buen resultado. ¡Hemos descubierto lo que el Sol hará cuando muera!», exclama Zijlstra.

Fuentes: ABC

9 de marzo de 2018

NASA Te Invita a Enviar tu Nombre al Sol Gracias a la Misión Parker

Image Credit: Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory

La NASA invita a personas de todo el mundo a enviar sus nombres online para colocarlos en un microchip a bordo de la histórica misión Parker Solar Probe de la NASA que se lanzará en el verano de 2018. La misión viajará a través de la atmósfera del Sol, enfrentando condiciones de calor y radiación brutales - y tu nombre la acompañará en el viaje.

"Esta sonda viajará a una región que la humanidad nunca ha explorado antes", dijo Thomas Zurbuchen, el administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas en la sede de la NASA en Washington. "Esta misión responderá a preguntas que los científicos han tratado de descubrir durante más de seis décadas".

Comprender el Sol siempre ha sido una prioridad para los científicos espaciales. Estudiar cómo el Sol afecta al espacio y al ambiente espacial de los planetas es el campo conocido como heliofísica. El campo no solo es vital para comprender la estrella más importante y la que sostiene la vida de la Tierra, sino que también es compatible con la exploración en el sistema solar y más allá.



El plazo para enviar nombre finalizará el 27 de Abril de 2018. Obtenga más información y agregue su nombre a la misión aquí:

http://go.nasa.gov/HotTicket

La nave espacial, del tamaño de un automóvil pequeño, viajará directamente a la atmósfera del Sol a unos 4 millones de millas de la superficie de la estrella. Los principales objetivos de la ciencia para la misión son rastrear cómo la energía y el calor se mueven a través de la corona solar y explorar qué es lo que acelera el viento solar y las partículas energéticas solares. La misión revolucionará nuestra comprensión del Sol, donde las condiciones cambiantes pueden extenderse al sistema solar, afectando a la Tierra y otros mundos.

Para llevar a cabo estas investigaciones sin precedentes, la nave espacial y los instrumentos estarán protegidos del calor del Sol por un escudo compuesto de carbono de 11,43 centímetros de espesor, que tendrá que soportar temperaturas fuera de la nave espacial que alcanzan casi 1.371 ºC. El escudo protector mantendrá las cuatro secciones de instrumentos diseñados para estudiar los campos magnéticos, plasma y partículas energéticas, e imágenes del viento solar a temperatura ambiente.

La velocidad de la nave espacial es tan rápida que en su punto más cercano, irá a aproximadamente 692.000 kilómetros por hora. Eso es lo suficientemente rápido como para llegar desde Washington DC a Tokio en menos de un minuto.

En mayo de 2017, la NASA cambió el nombre de la nave espacial de Solar Probe Plus a Parker Solar Probe en honor al astrofísico Eugene Parker. El anuncio se hizo en una ceremonia en la Universidad de Chicago, donde Parker es el Profesor Emérito del Servicio Distinguido de S. Chandrasekhar, Departamento de Astronomía y Astrofísica.

Esta fue la primera vez que la NASA nombró una nave espacial en honor de una persona viva.

Las misiones de la NASA suelen ser renombradas después del lanzamiento y la certificación. En este caso, dados los logros de Parker dentro del campo, y cuán estrechamente alineada es esta misión con su investigación, se tomó la decisión de honrarlo antes del lanzamiento, con el fin de llamar la atención sobre sus importantes contribuciones a la heliofísica y la ciencia espacial.

En la década de 1950, Parker propuso una serie de conceptos sobre cómo las estrellas, incluido nuestro Sol, emiten energía. Llamó a esta cascada de energía viento solar y describió todo un complejo sistema de plasmas, campos magnéticos y partículas energéticas que conforman este fenómeno. Parker también teorizó una explicación para la atmósfera solar supercalentada, la corona, que es, al contrario de lo que esperaban las leyes físicas, más caliente que la superficie del Sol. Muchas misiones de la NASA han seguido centrándose en este complejo entorno espacial definido por nuestra estrella.

Fuentes: La NASA en Español

26 de octubre de 2017

La NASA registra a la Luna haciendo 'photobombing' al Sol

La sombra de la Luna cubrió hasta un 26% la superficie observable del Sol. NASA

Captan desde el espacio a la Luna interponiéndose en la observación del Sol

El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO, por sus siglas en inglés), captó el pasado 19 de octubre a la Luna cuando cruzaba la vista del Sol, produciendo unas imágenes sombrías.

El tránsito lunar duró alrededor de 45 minutos, entre las 8:41 y las 9:25 horas UTC, con la Luna cubriendo alrededor del 26% del Sol en su momento álgido, que la NASA ha registrado en una secuencia de imágenes mostrando así lo que se podría denominar lúdicamente como un 'photobomb' de la Luna al Sol.

Más allá de la curiosidad de la sombra de la Luna obstruyendo la visión constante del Sol del SDO, la imagen ofrece la peculiaridad de que el borde de la sombra que proyecta el satélite terrestre es nítido y distinto, ya que la Luna no tiene atmósfera que pueda distorsionar la luz solar.

SDO capturó estas imágenes en una longitud de onda de luz ultravioleta extrema que muestra material solar calentado a más de cinco millones de grados Celsius. Este tipo de luz es invisible para los ojos humanos, pero se colorea en la imagen en verde.

Fuentes: RTVE

20 de septiembre de 2017

Equinoccio de Primavera en el hemisferio Sur y de Otoño en el hemisferio Norte, 22 Septiembre, Sol ante Virgo

Actualmente uno de los equinoccios, el de primavera en el hemisferio Sur y de otoño en el hemisferio Norte, se da el 22 de Septiembre mientras el Sol está hacia la constelación de Virgo.

Son efectos de que el 22 de Septiembre la Tierra está en uno de los dos puntos de su órbita en el que sus polos están a la misma distancia física del Sol y por tanto los polos celestes también están a la misma distancia (angular) del Sol, una distancia que es un cuarto de círculo, 90º, en este caso de un meridiano celeste.

Así, desde la Tierra vemos al Sol en el punto de la Eclíptica por el que cruza el ecuador de la esfera celeste de la Tierra. Dicho punto es el Punto equinoccial, que es vernal respecto al hemisferio sur porque la estación que está instalada en dicho hemisferio es la Primavera, y es otoñal respecto al hemisferio norte.

La Tierra viene de recorrer 1/4 de su órbita durante 13 semanas desde el solsticio.



Astronómicamente, en la Eclíptica y ante las constelaciones, el punto equinoccial está hacia la de Virgo, a distinguir del signo astrológico, pues la fecha 22 de Septiembre del calendario civil corresponde al día 1 del mes/signo astrológico de Libra. Por eso podemos darle al equinoccio un nombre astronómico: equinoccio de Virgo, una denominación que incluye información astronómica.



En la escena, las flechas de color blanco indican la dirección de desplazamiento del punto equinoccial (y del otro y los de los solsticios) como efecto de la precesión (a su vez efecto del balanceo del inclinado eje de rotación) a un ritmo de 1 grado cada 72 años. Como se ve el Punto equinoccial está hacia el final de la constelación de Virgo y así es a escala del ciclo/año precesional, pero en el sentido del transcurso del año común el día del equinoccio el Sol en ese mismo punto está hacia el comienzo de la constelación.

Así, cuando el eje terrestre alcanza esa postura respecto al Sol se produce el equinoccio y desde la Tierra podemos percibir las señales. El punto por el que asoma del Sol es el Este, punto intermedio de la franja oriental por la que asoma durante todos los días del año. Esto significa que el eje Este-Oeste de la Tierra está alineado con el Sol en el amanecer y en el anochecer. Aquí podemos verlo en una comparativa entre el momento del solsticio de Junio, 13 semanas antes ó 1/4 de órbita. El equinoccio es la gran alineación geográfica del año.


Parece que el eje ha balanceado, pero lo que realmente se ha movido es el planeta (con el eje fijo) pues se ha desplazado 1/4 de círculo orbital.

El único momento y único punto del planeta desde el que se puede tener al Sol justo encima es el mediodía del ecuador, único punto que recibe de lleno los rayos solares.

La duración del periodo diurno y nocturno es la misma en todas las latitudes, incluso en las regiones polares dentro de los círculos polares donde se da el momento intermedio del largo día polar que dura un año con su día de medio año y noche de medio año. Es la señal cronológica de equinoccio y de ella procede el nombre de “equinoccio” como “día igual que noche” en sentido de duración. Otra señal es térmica, pues la temperatura se templa en las llamadas “zonas templadas” que son las latitudes medias. Viene del calor del verano en el hemisferio norte y del frío en el hemisferio sur. Podríamos expresar la temperatura templada como 0º, lo cual sería un reflejo de la posición del Sol en la esfera celeste, ahí en el ecuador, con su coordenada de declinación de 0º.



Podemos visualizar la órbita como si fuera un reloj. El Sol es el centro del reloj y la Tierra el extremo de la aguja. El punto de “las doce” está orientado hacia el único punto fijo de la galaxia, el universo “particular” del Sol. Pero hemos de observar la órbita desde debajo para que el sentido de avance de la aguja Tierra sea en el mismo sentido que las agujas del reloj. Según ese diseño, la aguja señala a las y cuarto donde está el punto del equinoccio vernal en el hemisferio sur.

El Punto Equinoccial es móvil y se desplaza en precesión por el círculo de la Eclíptica a un ritmo de 1 grado cada 72 años, lo que introduce nuestra conciencia temporal en la siguiente dimensión del tiempo de la Tierra: el ciclo o año precesional. El PE ha precedido por la constelación de Piscis durante los últimos 27 siglos.

Fuentes: Asteromia